No existen muchas sagas que cuenten con 35 años de historia ni una base de usuarios tan fiel como la de Zelda. La creación de Shigeru Miyamoto demuestra el cariño y pasión que existe en Nintendo por crear videojuegos, pero también el de una comunidad de fans que no para de crecer.
Zelda cumple 35 años de historia. En el año 1986 se ponía a la venta The Legend of Zelda, un videojuego con el que Shigeru Miyamoto quería convertirnos en los héroes de una épica aventura. En Nintendo ya sabían que iba a ser especial. El cartucho de NES presentaba un tono dorado y venía con un mapa de papel para que explorases un mundo con un grado de libertad inusitado. Era la primera aventura de Link… y a día de hoy está lejos de terminar.
Son ya más de una veintena de juegos y más de 100 millones de juegos vendidos. La saga Zelda, además, pasa por un buen momento, con 22 millones de copias vendidas de su última entrega para Nintendo Switch: el gran Zelda Breath of the Wild. ¿Pero cómo se ha llegado hasta aquí? ¿Qué es lo que explica que se haya convertido en uno de los grandes baluartes de Nintendo, a la altura incluso de Super Mario? Obviamente, cuenta mucho la calidad de las propuestas, pero también el apoyo y cariño que ha recibido siempre la licencia, tanto por parte de los usuarios, como de los propios creativos.
Coincidiendo con que estamos en el 35º aniversario de Zelda, hemos decidido repasar cuáles son las claves detrás de tantos años de éxitos, rescatando elementos icónicos de la serie, pero también declaraciones de sus máximos responsables, entre los que se encuentran Miyamoto, Aonuma y un largo etcétera. ¿Te vienes? Pues coge la espada maestra y después cuéntanos en los comentarios por qué es tan grande para ti la saga de Nintendo.
Una maravillosa sensación de descubrimiento
No son pocos los usuarios que coinciden en que una de las mejores cosas de los juegos de Zelda es su capacidad para transportarnos a un mundo de fantásticos descubrimientos. Tiene sentido. Shigeru Miyamoto confesó que la idea de crear The Legend of Zelda para NES nace de las vivencias en su infancia. Comenta el gurú que le encantaba explorar territorios desconocidos y vivir pequeñas aventuras en los campos que rodeaban su casa. Cuando tuvo la oportunidad diseñar videojuegos en Nintendo, pensó que sería genial poder recrear esa sensación de descubrimiento. Por esa razón, desde la primera hasta la más reciente entrega, la saga Zelda ha mantenido esa idea como una de sus prioridades: darnos libertad de movimiento para vivir en un mundo fantástico con personajes y situaciones increíbles.
Por supuesto, eso no alcanza solamente a los eventos principales, sino que los juegos de Zelda siempre han estado rodeados de un fantástico universo formado por poblados, regiones, quests y minijuegos. Permiten experimentar esa libertad que defendía Shigeru Miyamoto y así perderte en sus mundos para sorprenderte cuando descubres todo lo que tienen que ofrecerte. Podría ser el minijuego de los rápidos en Link's Awakening, la recolección de skulltulas de Ocarina of Time o descubrir que hay una curiosa prueba de supervivencia en una isla en Breath of the Wild. Mágico.
Un trasfondo épico con historias que emocionan
Una de las claves de Zelda es ponernos en el lugar del héroe. Esa es una de las razones por las que nunca es el mismo, sino que presenta variaciones con cada entrega. También explica que podamos ponerle nombre al comienzo de cada aventura. Sí, Link somos nosotros, y así ha querido Nintendo que sea desde el primer videojuego. De hecho, "link" es "enlace" en inglés. Es nuestro punto de unión con la aventura. Por eso es también más fácil que nos emocionemos. Las historias de la serie están diseñadas para hacernos vivir acontecimientos épicos con aliados y villanos memorables, desde la pesada de Navi o la encantadora Midna, hasta el malvado Ganon.
Otro aspecto fundamental de la saga Zelda es su línea temporal. Ha existido mucha controversia sobre el orden en que se desarrollan narrativamente los juegos de la franquicia. Durante años, cantidad de personas trataron de dar una explicación, hasta que apareció Nintendo y aportó una respuesta en el libro Hyrule Historia. Incluso así, los fans siguen diseñando sus propias teorías, ahora más que Zelda Breath of the Wild 2 está en el horizonte y se especula con cuál podría ser su situación dentro de dicha línea temporal. Este es otro de los rasgos que hacen grande a la franquicia, porque incentiva el uso de la imaginación por parte de los usuarios.
Una banda sonora excepcional
Imposible hablar de por qué lleva tantos años Zelda entre nosotros sin acudir a una de sus mejores claves: la música. El compositor Koji Kondo ha creado algunas de las partituras más reconocibles en el mundo del videojuego, en especial el tema central que escuchábamos al recorrer el mundo de The Legend of Zelda para NES. La fuerza de dicha composición se ha ido trasladando de entrega a entrega, de generación en generación. Pero por supuesto no es el único tema memorable: Zelda's Lullaby, Ballad of the Goddess, Gerudo Valley… Hay un sinfín de melodías, y en eso también descansa el éxito de esta saga: en la variedad de estilos.
Y no se trata solamente de melodías, sino de esos sonidos que ya forman parte del momento en que abres un cofre, obtienes un objeto o completas un puzle. Zelda se ha hecho una serie icónica porque es identificable si cierras los ojos y simplemente te pones a escuchar. Además, el tema musical no solo está presente en lo meramente artístico, sino que tiene implicaciones jugables. Recuerda, sin ir más lejos, cómo se despertaba al Pez Volador en Link's Awakening o las distintas partituras que debías hacer sonar en Ocarina of Time, entre ellas la del viaje en el tiempo. No se puede comprender el éxito de Zelda sin hacer mención a la música, y si no solamente tenéis que prestar atención a los varios conciertos que la propia Nintendo ha promovido hasta la fecha.
Una jugabilidad basada en el crecimiento personal
Zelda es desafíos y un crecimiento continuo a lo largo de sus aventuras. Estaréis de acuerdo en que no existe nada comparable a la sensación de entrar en la mazmorra. Cuando lo haces, sabes que un buen puñado de retos te esperan. Esa llave oculta que te impide avanzar. Ese misterioso muro que descubres que se puede romper con una bomba. Y por supuesto, ¡los puzles! Un Zelda es tanto mejor cuanto mejores puzles tiene, cuanto más ingenio han aplicado los desarrolladores a la hora de concebirlos. La sensación de atascarte y no saber qué hacer es algo que te permite identificar cuándo te encuentras ante un videojuego de Zelda.
Todo esto lleva al crecimiento personal como jugador. Partes de cero y haces un camino de progresión en que adquieres nuevas habilidades y objetos. Es el viaje del héroe que tiene como colofón el enfrentamiento contra sus pesadillas, aquí materializadas en forma de jefes finales. Y no solo cuenta la habilidad, sino explotar sus puntos débiles. De acuerdo en que todos sabemos ya cómo superar a Gohma, esa temible araña omnipresente en varias entregas, pero luego hay muchos otros enemigos que ponen a prueba tus habilidades y requieren una determinada estrategia. Esa acumulación de experiencia que hace que tu personaje sea más sabio y poderoso al concluir la partida es también lo que hace grande a Zelda.
Una locomotora para la innovación en la industria
Si Zelda es una saga tan importante hoy en día es porque a lo largo de sus 35 años de historia nos ha traído algunas de las innovaciones más importantes de la industria del videojuego. The Legend of Zelda para NES fue un juego revolucionario por su estructura de mundo abierto, con un sistema de guardado adelantado a su época. TLOZ Ocarina of Time supuso un auténtico revulsivo en la época de las 3D, por integrar algunas revoluciones jugables y técnicas que se mantendrían en el futuro, como el famoso Z-Targeting (sistema de fijación de enemigos).
Incluso cuando un juego de Zelda no proponía algo rompedor, sí que hacía algo innovador para distanciarse del resto de entregas, arriesgando muchísimo. Majora's Mask introdujo el sistema de tres días, con una temática más siniestra. Wind Waker irrumpió con un estilo visual que causó un auténtico revuelo en su época. Spirit Tracks apostó por el tren como sistema de transporte en una estructura de juego atípica. Así hasta llegar al día de hoy, con un Breath of the Wild que puso todo patas arriba, rompiendo un montón de convenciones, desde la forma en que se consiguen los objetos hasta la propia concepción de las mazmorras clásicas. Ese atrevimiento es también lo que ha hecho grande a la licencia, porque nunca esperas con qué puede sorprenderte cada nuevo videojuego.
Grandes talentos, dedicación y máxima calidad
Es imposible separar los videojuegos de sus creadores, del proceso interno de desarrollo que tiene lugar durante varios años. Salvo excepciones, los juegos de Zelda tienen un ciclo de desarrollo bastante largo, entre los 3-4 años habitualmente. Además, los equipos de trabajo pueden llegar a superar el centenar de trabajadores. En otras palabras, son las producciones más ambiciosas y costosas dentro de Nintendo, tal vez solo a la altura de los videojuegos de la saga Super Mario. Sin ir más lejos, Zelda Breath of the Wild ha sido el juego más caro hasta la historia de Nintendo.
La compañía japonesa lo sabe y tiene una autoexigencia que se traslada en la búsqueda de la máxima calidad. No basta con cumplir: hay que ir más allá. Deben sorprender. Por supuesto, ha contado la mano de talentosos desarrolladores. Shigeru Miyamoto, creador de la saga y supervisor, aportando importantes consejos y a veces poniendo a todos de los nervios con su manía de cambiarlo cosas en el último momento. Eiji Aonuma, que dirigió muchos videojuegos y fue el encargado de romper importantes convenciones, algo que empezó a probar en A Link Between Worlds. Hidemaro Fujibayashi, director de ZBOTW y actual figura clave en la licencia, demostrando una gran entrega y acierto a la hora de adaptar la saga a los tiempos actuales. Todos ellos demuestran el talento, dedicación y calidad por la que se ha caracterizado Zelda a lo largo de sus 35 años.
El apoyo de la comunidad
Es innegable que los jugadores tienen un papel importantísimo en la evolución de la saga Zelda. Por eso, los juegos nunca se han desprendido de ciertas claves identitarias: la exploración en mundos fantásticos, los combates contra enemigos desafiantes, los puzles que nos hacen pensar… Nintendo se ha adaptado a cada nueva situación, ya sea con la llegada de las 3D o el auge de los mundos abiertos. Es una forma de dar siempre lo mejor, adaptándose por supuesto a los nuevos tiempos. Pero los fans también añoran el pasado, y esa es una de las razones por las que, de vez en cuando, se recuperan entregas clásicas.
Por ejemplo, la llegada del remake Majora's Mask 3D vino tras un fuerte clamor popular, en que incluso alguien creó una maravillosa banda sonora no oficial (Terrible Fate). Actualmente, el usuario de Zelda posee muchos nuevos jugadores, pero también incontables seguidores que llevan aquí una o varias décadas. La nostalgia es otro factor importantísimo para comprender el éxito de esta saga, porque ha marcado a muchos usuarios que probaron sus entregas para NES, Super Nintendo, Gameboy o Nintendo 64. Es algo con lo que juega la saga, al tratar de incorporar siempre cosas novedosas y rompedoras, pero sin descuidar a ese importantísimo fan-base que espera emocionarse con elementos que conocía y le resultan emocionantes por múltiples motivos.