Nokia N-Gage y Xperia Play abrieron la veda a un mundo de fealdad que, sorprendentemente, dio pie a miles de millones de euros
La evolución de los smartphones les ha llevado a convertirse en uno de los principales pilares del mundo de los videojuegos. Con un mercado global que apunta a 167.100 millones de euros, 91.600 millones pertenecen al mercado móvil. Esto, dicho con otras palabras, implica que más de la mitad de los ingresos del sector provienen de la navaja suiza del siglo XXI que todos llevan en su bolsillo. Sorprendentemente, una de las pioneras del sector se adelantó a todas, pero su jugada no salió como esperaban.
Hoy, los números del mercado reflejan que los smartphones no son una moda pasajera, sino un estándar de la industria. En esencia, sus cifras gigantescas están relacionadas con compras dentro de juegos para móviles, pero las compañías han reportado un aumento tanto en tiempo de uso como en sesiones diarias. Sin embargo, nada de esto habría sido posible sin Nokia y su recordada N-Gage, una consola pionera que vendió 3 millones de unidades y estuvo a punto de dar en el clavo.
El varapalo gamer de Nokia y Sony
Al apostar por tarjetas MMC, Nokia apuntó al caballo perdedor: no creyó en el mercado digital, sino en el físico. Tiene lógica, ya que su invento vio la luz a comienzos de la década de los 2000. Aún así, ser una revolución tiene sus consecuencias, y la firma europea vivió el lado amargo de su ambición en sus propias carnes: mientras buscaba seducir al público con un móvil que te permitía jugar a videojuegos por 300 euros, Game Boy Advance conquistaba el mercado con sus 129 euros. Es una comparación tan cruel como difícil, pero el mundo no estaba preparado para N-Gage.
Con el paso de los años, Nokia terminó admitiendo su tropiezo y decidió retirar el producto. Hoy, su móvil no es visto como un fracaso comercial, sino como un producto con status de culto que se encuentra en museos y despierta pasiones entre los devotos de los diseños fallidos. De hecho, Sony (el gigante detrás de la marca PlayStation) tendría que haber tomado nota del varapalo gamer de Nokia, ya que realizó una apuesta similar una década después. ¿El resultado? Peores números que N-Gage.
En 2011, la marca nipona apostó por Xperia Play: un dispositivo basado en un concepto más "normal" con un mando deslizante y un precio prohibitivo de 649 euros. En pleno auge de los smartphones y con el iPhone y los terminales de Samsung asentados en el mercado, Sony creyó que contar con varios clásicos de la primera PlayStation le ayudaría a ganar un hueco en el mercado. Por desgracia para ellos, nada más lejos de la realidad: los títulos no superaron las 1.000 descargas y la división de telefonía de Sony señaló que la culpa era del público y no del producto.
Así, la diferencia entre estas dos historias y la realidad de 2025 es evidente, pero la clave reside en un aspecto: el mercado no necesita un teléfono consola, sino un dispositivo multifuncional. Aquí, Sony falló y Nokia acertó, pero el enfoque físico de Nokia y la realidad del mercado que encontró llevaron al fracaso de N-Gage. Además, los controles destacan por ser periféricos que se enchufan o acoplan, un concepto alejado de la visión de Xperia Play.
Ahora lo feo es funcional
Tras décadas de evolución, la historia no solo ha demostrado el impacto de los videojuegos para móviles, sino la funcionalidad de los smartphones feos con módulos gigantescos para cámaras, diseños olvidables y otro tipo de elementos reseñables. No obstante, antes de que fueran funcionales, existen varios clásicos de la "fealdad" que no podemos pasar por alto:
- Nokia 7600: un móvil con forma de lágrima y teclas a los lados que fue creativo, pero nada cómodo para escribir.
- Siemens Xelibri 6: un dispositivo a caballo entre un móvil y una polvera con espejos, razón por la que priorizó el concepto sobre la ergonomía.
- Nokia 7380: Nokia tampoco quiso quedarse fuera de los "teléfonos moda" y lanzó un dispositivo tipo pintalabios con controles mínimos y escritura lenta.
- Toshiba G450: destacó (a mal) por su pantalla diminuta.
- Motorola Flipout: su cuadrado con teclado nunca despertó el interés de nadie.
- Kyocera/Sprint Echo: antes de la irrupción de los smartphones plegables, contó con doble pantalla con "costura".
Antes, los móviles más feos nacieron de la experimentación y dispositivos como N-Gage o Xperia Play son una buena prueba de ello. Sin saberlo, vaticinaron qué sucedería con el mercado, pero llegaron a este mucho antes de que los usuarios estuvieran preparados para sus encantos. Hoy, la fealdad está más ligada al bulto de la cámara o a un diseño cuestionable, ya que la era de la experimentación hace mucho tiempo que quedó atrás. Por desgracia, al menos para mí, hemos perdido ese encanto ligado a los diseños horribles con justificaciones de todo tipo.
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