Stranger Things no solo es ficción: su origen está ligado a una conspiración real que investigaba el control mental, pero la verdad es mucho más siniestra
Cada vez queda menos para el cierre definitivo de Stranger Things. Cuando nos hemos querido dar cuenta, han pasado ya 10 años desde que conocimos a Once y al resto de chavales de Hawkins. Y os confieso que ya no me acordaba prácticamente de nada de lo que pasó en las últimas temporadas. Así que decidí ponerme al día, volver a ver la serie y leer algunas cosas sobre su mitología. Fue entonces cuando me tropecé con una de esas teorías de conspiración que te ponen los pelos de punta: el llamado Proyecto Montauk.
Montauk: misterio, experimentos y conspiración
El Proyecto Montauk es una teoría de la órbita "conspiranoica" que sostiene que, en la base militar de Camp Hero en Long Island, Nueva York, se llevaron a cabo experimentos secretos entre los años 1970 y 1983, relacionados con la manipulación mental, viajes en el tiempo y contacto con dimensiones paralelas. Según Preston B. Nichols y Peter Moon, autores de The Montauk Project: Experiments in Time (1992), Nichols habría recuperado recuerdos reprimidos de su participación en dichos experimentos, algo que suena a ciencia ficción, pero que ha inspirado años de especulación en la cultura popular.
La base militar de Camp Hero existe realmente y su enorme antena AN/FPS-35 alimenta la imaginación de muchos aficionados a las conspiraciones. Como explica Business Insider, estas instalaciones, supuestamente desactivadas y en parte convertidas en parque estatal, tienen un aspecto que parece sacado directamente de una película de ciencia ficción, con búnkers subterráneos y tecnología militar de la Guerra Fría. También os digo que hay gente como Alexandra Charitan que se ha ido de excursión por la zona y ha detallado que más allá de lo pintoresco, allí no hay nada extraño. El que se espere algo parecido a La Zona de STALKER, con fallas en la gravedad y extrañas presencias, se va a llevar un chasco.
MK-Ultra: la sombra que inspira Montauk
El Proyecto Montauk no surgió de la nada. Tiene su antecedente más oscuro en el Proyecto MK-Ultra, una operación secreta de la CIA realizada entre 1953 y 1973, destinada a investigar técnicas de control mental. Según El Confidencial, en MK-Ultra se empleaban drogas psicodélicas como LSD, privación sensorial, hipnosis y electroshocks con el objetivo de manipular la mente humana en contextos de espionaje y guerra psicológica. Toca señalar que MK-Ultra sí fue real y que sus resultados, a día de hoy, siguen teniendo aplicaciones dentro del campo militar.
Montauk, en este sentido, puede verse como un escalón ficticio que retoma las ideas de MK-Ultra y las lleva un paso más allá: se afirma que en Camp Hero se construyó un "escudo temporal" para proyectar la conciencia humana a través del tiempo, combinando experimentación psíquica con campos electromagnéticos. También el llamado Experimento Filadelfia, que tanta buenas historias de ciencia ficción ha dejado, bebe de este fenómeno MK-Ultra. El Profesor Fernando Jorge Soto Roland señala que la mitología que rodea Montauk, aunque exagerada, tiene raíces en la documentación oficial sobre manipulación mental, y que estas historias no dejan de ser una reinterpretación sensacionalista de proyectos reales de la Guerra Fría.
Soto Roland subraya que este tipo de prácticas plantean dilemas éticos profundos, porque implican la experimentación directa sobre seres humanos sin su consentimiento y el abuso de poder por parte de instituciones estatales, lo que convierte estos programas en un ejemplo de cómo la ciencia y la política pueden entrelazarse en contextos de alto secreto. Asimismo, insiste en la necesidad de documentar y analizar estos proyectos para comprender la relación entre ciencia, poder y sociedad, señalando que aunque muchas de las historias y teorías que rodean al Proyecto Montauk parecen sensacionalistas o directamente ficticias, están inspiradas en hechos y procedimientos reales, como la manipulación de la mente o la experimentación encubierta en laboratorios militares, lo que demuestra que la línea entre realidad y mito es mucho más difusa de lo que muchas veces nos creemos. Según Soto Roland, estudiar estos episodios no solo aporta contexto histórico, sino también una reflexión sobre los límites de la ética en la investigación y los riesgos de que la tecnología y el conocimiento científico sean usados con fines de control social y militar.
Stranger Things: la ficción se encuentra con la realidad
Cuando los hermanos Duffer comenzaron a desarrollar la serie, su intención inicial era ambientarla en Montauk. Sin embargo, decidieron trasladar la acción a Hawkins, Indiana, dando forma a una ciudad ficticia que aún conserva los ecos de Camp Hero. La protagonista, Eleven, refleja directamente la influencia de MK-Ultra y Montauk: niños y adolescentes sometidos a experimentos clandestinos, con habilidades telequinéticas o psíquicas que los convierten en sujetos de interés para el gobierno. El laboratorio secreto de Hawkins, con sus túneles subterráneos y tecnología avanzada, recuerda a Camp Hero, y la estética ochentera de la serie sirve para reforzar esa sensación de nostalgia que, a la vez, oculta un horror latente. La serie consigue, de manera magistral, mezclar el recuerdo de nuestra infancia con la sensación de que detrás de la inocencia se esconde una oscura conspiración gubernamental, pero los Duffer no han sido ni los primeros ni los últimos.
Os voy a poner solo dos ejemplos: Lo que Stranger Things hace no es nuevo. Historias sobre niños y jóvenes sujetos a experimentación gubernamental o militar tienen un largo recorrido en el cine y la televisión. En D.A.R.Y.L. (1985), un niño androide creado por el gobierno es sometido a pruebas en instalaciones secretas del ejército, reflejando la idea de sujetos alterados con fines militares. Por su parte, Akira (1988) presenta a Tetsuo, un joven que desarrolla poderes psíquicos tras someterse a experimentos en un laboratorio gubernamental, con un complejo subterráneo que recuerda a Camp Hero y al búnker de Hawkins, con ese tope Cyberpunk que solo el anime de finales de los 80 lograba darle a sus producciones.
Ambas producciones, aunque diferentes en estilo y género, comparten con Montauk y MK-Ultra la temática de manipulación de la mente, control de la memoria y explotación de capacidades especiales. Esto demuestra que Stranger Things sigue una tradición de Hollywood que explora los peligros de la experimentación sobre jóvenes con habilidades extraordinarias, combinando ciencia ficción, conspiración y horror psicológico. Según el Profesor Fernando Jorge Soto Roland, estas narrativas reflejan preocupaciones culturales persistentes sobre la ética de la ciencia y el poder del Estado para intervenir en la mente humana. De todo esto a todo el rollo de las vacunas y las redes 5G hay un paso.
¿Qué hay de real en Montauk?
La existencia del Proyecto Montauk sigue siendo controvertida. No hay pruebas concretas que respalden las afirmaciones de Nichols y otros defensores de la teoría. Sin embargo, el hecho de que Camp Hero sea real, con su antena de radar y antiguas instalaciones militares, da un aire de misterio que ha alimentado la imaginación popular durante décadas. Pero hasta donde se sabe, nada de esto ocurrió de verdad, pero hablar de ellos nos permite dar visibilidad declaraciones de figuras públicas como Bill Clinton han confirmado que el gobierno estadounidense ha llevado a cabo experimentos con seres humanos sin su consentimiento, especialmente en el contexto de programas de defensa y desarrollo militar, lo que da un contexto verosímil a estas historias y de la que incluso Marvel ha sabido sacar tajada.
Nada tan espectacular como telepatía o telekinésis, pero sí trágicas historias: Clinton ofreció disculpas el 16 de mayo de 1997 por el estudio de sífilis de Tuskegee, un estudio clínico sobre hombres afroamericanos sobre esta enfermedad desarrollado sin su consentimiento. Clinton sí se disculpó formalmente de manera similar, en 1995 ofreció disculpas a las víctimas de experimentos de radiación. De las barbaridades que a veces se cometen en el terreno militar en nombre del progreso podemos sacar muchos ejemplos terribles.
La atracción pop de lo oculto y lo siniestro
MK-Ultra, el Proyecto Montauk, Stranger Things, D.A.R.Y.L. y Akira comparten un hilo conductor: la fascinación por los límites de la mente humana y los peligros de la experimentación ética dudosa. Aunque no hay pruebas definitivas de que Montauk fuera real tal y como se describe en la literatura conspirativa, los paralelismos con hechos documentados y la representación en la cultura popular mantienen vivo el interés por este tema. Al final, la serie de los hermanos Duffer no solo nos entretiene, sino que nos recuerda que detrás de la nostalgia ochentera más inofensiva puede esconderse un mundo más oscuro y perturbador de lo que imaginamos.
Con el estreno de la última temporada de Stranger Things en tres partes durante el invierno de 2025, el Volumen 1 el 26 de noviembre, el Volumen 2 el 25 de diciembre y el episodio final el 31 de diciembre, volveremos a sumergirnos en Hawkins, y probablemente veremos cómo estas ideas de conspiración y experimentación humana siguen siendo parte del ADN de la serie. Para los curiosos, la historia del Proyecto Montauk sigue generando debate y sigue inspirando a historiadores, periodistas y aficionados a teorías de conspiración.
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