Rey y Conquistador es una serie entretenida que se pasa volando... muy volando
Si habéis entrado a este tema tras leer el titular, posiblemente lo habréis hecho porque, como a este servidor, os encantan las historias grandiosas llenas de luchas de poder, traiciones, venganzas y drama intenso acompañadas de alguna que otra encarnizada batalla. Eso es precisamente lo que te encontrarás como espectador si decides hoy mismo ponerte a ver los ocho episodios de Rey y Conquistador, la última superproducción de la BBC que a España ha llegado en exclusiva a través de HBO Max, curiosamente el hogar de Juego de Tronos. ¿Y es buena? Sí, lo es. ¿Mucho? Si quieres saber mi respuesta, te invito a seguir leyendo.
La batalla que definió la historia de todo un país
Estrenada el pasado 28 de agosto, Rey y Conquistador narra a lo largo de ocho episodios la historia de un enfrentamiento que definió el futuro de un país —y de un continente— durante mil años. O, dicho de otro modo, presenta la guerra por el control de un trono tan importante como el británico que se vivió durante la segunda mitad del siglo XI, presentando hasta cuatro contendientes distintos, lo que sin duda a muchos les hará recordar Juego de Tronos —al fin y al cabo, Canción de Hielo y Fuego está inspirada en estas luchas medievales, La Casa del Dragón se basa, de hecho, mucho la Guerra de las Dos Rosas (S. XV). No obstante, la historia se centra sobre todo en los finalistas por esta pugna: Harold de Wessex y Guillermo de Normandía, este último precisamente interpretado por Nikolaj Coster-Waldau, a quien todos siempre asociaremos por su papel como Jaime Lannister en la saga Juego de Tronos.
Así, Rey y Conquistador se preocupa sobre todo de desarrollar las historias de fondo de ambos personajes, presentando a sus familias y sus problemas internos. Ambos debieron luchar desde mucho antes de su enfrentamiento culminante con sus diferentes enemigos. Por un lado, Harold de Wessex tuvo que exiliarse de Inglaterra junto a su padre y hermanos tras un enfrentamiento con la autoridad real, y por otro, Guillermo de Normandía se formó entre conflictos internos constantes con la nobleza de su ducado. Trifulcas que fortalecieron a ambos y que les llevaron a ser incluso compañeros de armas durante un tiempo. Todo ello se presenta en la serie, mostrando a los dos candidatos al trono como ¿amigos? que, por las circunstancias y por una gran ambición desmedida, se vieron obligados a ir a una guerra de muy incierto resultado.
El gran problema que tengo con la serie de Rey y Conquistador
Con todo esto que os he contado, podéis dibujar una historia dividida en ocho capítulos en los que no falta lo que decíamos al comienzo: luchas de poder, traiciones y venganza con mucha sangre y acero de por medio. Rey y Conquistador tiene así bastantes subtramas que permiten entender mejor a los personajes y sus motivaciones. Y, por supuesto, también hay una gran batalla con mucho metraje que, la verdad, no está mal rodada. El problema, al menos en mi opinión, es que la producción de la BBC, quizás por presupuesto o por una decisión muy medida a nivel creativo, no busca recrearse ni alargar más de la cuenta. Se limita más a presentarnos los hechos de una forma directa, sin jugar con la intriga del espectador, y esto acaba remando en su contra.
Os pongo un ejemplo. En Rey y Conquistador se mencionan varias escaramuzas, pero estas son filmadas de una forma bastante breve, o a veces solo mencionadas; también se presenta a un tercer gran candidato con mucho potencial de imagen, pero apenas varias escenas. Esto puede provocar que el espectador que venga de propuestas como Vikingos se sienta decepcionado. Como cuento antes, puedo empatizar con la idea de que sus responsables tampoco querían derrochar dinero. Pero con la narración de determinados momentos no termino de comulgar. Todo pasa rápido. De la caída al ascenso de Harold de Wessex pasan pocas escenas, un hermano promete vengarse y al rato no hay nada de lo que preocuparse. Considero que la serie ha perdido la oportunidad de expandir una historia de la historia bastante interesante y se ha conformado con simplemente ser un documental dramatizado de la Batalla de Hastings y su contexto más cercano. Esta simpleza ha podido también hacerla caer en alguna falta de rigor histórico de menor o mayor importancia en algunos temas.
Por supuesto, esto no tiene por qué ser nada malo. A veces hay series que se recrean demasiado y acaban perdiendo el foco y su objetivo de divulgación de un acontecimiento concreto de la historia. Pero he creído conveniente hacer esta aclaración para todos aquellos que vengan de Juego de Tronos, La Casa del Dragón o Vikingos esperando que las cosas se desarrollen de forma pausada, o haya más sangre y acero. Sea como fuere, Rey y Conquistador es un producto bastante entretenido que se pasa volando y que os hará más bien verlo que no.
¿Y por qué en IMDb tiene una valoración tan baja? Bueno, todo lo dicho antes ya hace de Rey y Conquistador una miniserie a la que una nota de notable (7 u 8) le queda grande. Pero el principal problema para muchos espectadores es que hay unas cuantas decisiones de casting un tanto anacrónicas para el periodo que se intenta representar al incorporar actores de diversas etnias para interpretar a personajes anglosajones y normandos del siglo XI. Esto es algo a lo que ya empezamos a estar acostumbrados en la industria, y en lo que no quiero entrar más allá de decir que crea una polémica innecesaria sobre el programa. Yo he intentado abstraerme del problema, pero es evidente que a muchos que vean esto les sacará de la historia.
También es evidente que Rey y Conquistador no tiene la factura técnica ni de Vikingos ni de Juego de Tronos, pero mientras llegan las nuevas producciones de estos universos o de sus autores, porque el creador de Vikingos está trabajando en una nueva serie para Prime Video de ambientación nórdica, creo que puede ser un buen sustituto. Tiene sus problemas, pero la historia en sí es bastante interesante, si no eres un erudito de la Edad Media en Inglaterra sus discrepancias no te serán muy llamativas, y tiene, vuelvo a insistir, todas estas intrigas palaciegas, venganzas y momentos de sangre y acero que tanto nos gustan.
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