La historia de Minerva McGonagall es más interesante de lo que se muestra en las novelas
Cuanto más investigo sobre el Mundo Mágico, más claro tengo que a J.K Rowling se le quedaron cortas las novelas para explicar todas las ideas que tenía en mente. No parece que vaya a ampliar el universo a través de los libros, así que ha recurrido a la página oficial de Harry Potter para aportar nuevos datos interesantes sobre personajes, objetos y hechizos. En el artículo de hoy, vamos a hablar de una de las profesoras más queridas de Hogwarts: Minerva McGonagall. Más allá de ser la Profesora de Encantamientos, su historia guarda gran cantidad de datos relevantes que merecen ser conocidos. ¿Alguien sabía que jugaba a quidditch o que estuvo casada?
La historia de Minerva McGonagall
Minerva McGonagall nació de una bruja y un muggle, el Reverendo McGonagall. Su madre ocultó su condición mágica durante años hasta que, con el nacimiento de la pequeña, le fue imposible seguir haciéndolo. Para su padre, un hombre casto y pendiente de lo que dirían en el pueblo, supuso un choque muy grande. Con todo ello, aunque ambos infelices, el matrimonio siguió movido por el amor y de él nacieron dos hijos más.
A la edad de once años, Minerva recibió la carta de Hogwarts. Allí destacó como una de las alumnas más destacadas, siendo buena en Transformaciones. También fue una gran jugadora de quidditch, pero una dura lesión durante el último año provocó que no volviera a jugar nunca más. Durante este periodo también fue inscrita como Animaga, adoptando la forma de un gato, animal que siempre había tenido durante su infancia.
Su afición por el deporte fue lo que la motivó a seguir implicada, sobre todo ya como profesora, manteniendo un repulsión por el equipo de Slytherin y ayudando a identificar nuevos talentos. Ese es el motivo por el cual, más allá de ser la responsable de Gryffindor, supo identificar el potencial de Harry Potter.
"Minerva también era, al igual que su madre, una talentosa jugadora de quidditch, aunque una grave caída en su último año (una falta durante el partido de Gryffindor contra Slytherin que decidiría al ganador de la Copa) le provocó una conmoción cerebral, varias costillas rotas y el deseo de toda la vida de ver a Slytherin aplastado en el campo de quidditch".
Una vez terminada la etapa estudiantil, esta regresó a la casa familiar antes de incorporarse a su nuevo trabajo en el Ministerio. Durante este tiempo, se enamoró de un joven granjero al cual acabó rechazando por recordarle al matrimonio de sus padres, pero que nunca terminaría de superar. Hastiada con su vida, solicitó un puesto de profesora en Hogwarts más adelante, donde pasaría a formar parte del departamento de Encantamientos junto a Albus Dumbledore.
Solo cuando se enteró, muchos años después, de que su enamorado había fallecido, aceptó casarse con Elphinstone Urquart, un hombre mayor que ella que había conocido en el Ministerio. Vivieron tres años juntos en Hogsmeade hasta que una Tentácula Negra le arrebató la vida a Urquart. Entonces volvió al castillo y residió allí hasta llegar a lo que ya conocemos en las novelas.
"Minerva no soportaba quedarse sola en su cabaña, pero empacó sus cosas después del funeral de Elphinstone y regresó a su austera habitación con suelo de piedra en el Castillo de Hogwarts, accesible a través de una puerta oculta en la pared de su estudio en el primer piso".
Su historia, aunque no tan trágica como la de Remus Lupin, no deja de estar plagada de hechos llamativos y, sobre todo, de superación. "Siempre muy valiente y reservada, dedicó todas sus energías a su trabajo, y pocas personas, excepto quizás Albus Dumbledore, se dieron cuenta de cuánto sufrió", escribía la autora.
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