Noble y poderoso en vida, el General Akamoto ha caído presa de un asesino traicionero que lo ha enviado al más allá sin compasión alguna. Pero... ¿quién decía que la era el final de todo? Acompaña a este orgulloso líder japonés y comanda a su calavérico ejército samurái en este notable juego de estrategia por turnos, que hace del sentido del humor uno de sus mayores atractivos.
Esperaban encontrar la paz eterna tras perder la vida con honor y justicia en el campo de batalla, pero nadie, ni tan siquiera el valeroso General Akamoto, podían presagiar lo que el cruel destino les tenía preparado: acabar en el Inframundo condenados a esperar durante siglos para acceder al paraíso. ¡Intolerable! Alzarse en armas, por tanto, será la única opción que les quede hasta alcanzar la gloria incluso en el Más Allá. Y eso es precisamente lo que propone Skulls of the Shogun.
Un divertidísimo juego de estrategia por turnos que nos ha dejado con muy buen sabor de boca; en parte por la sencillez y gran sentido del humor con el que plantea sus batallas, aún a pesar de mantener intacta la complejidad propia de este tipo de programas.
Samuráis en el Más Allá
¡Tú! ¡El de allí arriba! Dispara con tus flechas a ese enemigo ¡Y tú! ¡Sí tú! Avanza hacia esa posición para proteger a tu líder. Frente a la estrategia de construcción y gestión de recursos, Skulls of the Shogun ahonda principalmente en los aspectos puramente militares del género, planteando desafiantes batallas por turnos en las que deberemos ejecutar con cabeza todos y cada uno de nuestros movimientos, a sabiendas de que una mala jugada supondrá regalar parte de la victoria al ejército contrario.
Inspirado en clásicos como Advance Wars, huelga remarcar que este programa del estudio debutante 17-Bits no difiere demasiado de lo visto en otros títulos de corte similar, aunque sí que es verdad que incluye ciertas características que nos han hecho disfrutar con él una barbaridad. ¿Canibalismo entre calaveras?
Pues sí, tal y como leeis, en Skulls of the Shogun nuestras tropas podrán devorar los restos de los enemigos abatidos -ellos pueden hacer lo propio también- para restablecer la salud, aumentar su resistencia física y, llegado el punto, al consumir tres calaveras, desbloquear ciertas habilidades especiales que desatarán toda su furia interior. ¡Hay que ver qué rico es el calcio! Pero claro, la guerra no se gana solo con este tipo de estratagemas; y menos cuando hablamos de samuráis. ¡Por muy calaveras que sean!
En este sentido, bajo las órdenes del General Akamoto, al que también podremos controlar libremente durante el transcurso de estas escaramuzas, contaremos con las unidades habituales en este tipo de juegos como los soldados de infantería, la caballería, arqueros, y hasta tres tipos de monjes con capacidades combativas de los más dispares: los hay que sanarán las heridas de los aliados, los que lanzarán bolas de fuego, y monjes capaces de controlar la fuerza del viento para golpear con más rotundidad.
Tropas que habrá que combinar y dirigir con cabeza teniendo en cuenta sus particularidades, pero también el diseño de los escenarios. Más que nada, porque existen ciertas zonas de riesgo como acantilados y ríos, que podemos usar para eliminar de un plumazo a los enemigos lanzándoles precipicio abajo de un solo golpe -¡ojo! Ellos también pueden hacer lo mismo-, adquiriendo así una gran ventaja táctica sobre los rivales si jugamos muy bien nuestras cartas.
Por otro lado, en la mayoría de escenarios también nos encontraremos con estructuras especiales como los campos de arroz o los santuarios, que tendremos que conquistar y mantener bajo nuestro control para obtener refuerzos o el acceso a unidades especiales como los monjes. No hay gestión de recursos ni construcción de centros de mando como apuntábamos líneas más atrás, pero como veis, superar esta aventura tampoco va a ser un camino de rosas.
Menos si tenemos en cuenta la limitación de cinco acciones por turno con la que nos encontraremos, y que va a marcar decisivamente nuestra forma de jugar. No en vano, defender a ciertas tropas significa en la mayoría de casos dejar de atacar a enemigos muy concretos o desproteger a otras unidades aliadas. Por tanto, las decisiones estratégicas, más que nunca, decidirán el rumbo de las batallas.
Sobre todo si disfrutamos de cualquiera de las modalidades de juego multijugador que incluye el programa, entre las que encontramos incluso batallas asíncronas entre usuarios de Xbox Live Arcade, Windows 8 y dispositivos móviles con este mismo sistema operativo. Una opción que complementa a la perfección a la campaña individual de Skulls of the Shogun, que nos llevará superar cerca de seis intensas y divertidísimas horas de juego.
E incidimos mucho en el sano sentido del humor de este juego, perfectamente adaptado al castellano, porque es sin duda uno de los elementos que nos motivará a seguir combatiendo al enemigo. Algo a lo que ayuda también el vistoso apartado audiovisual de Skulls of the Shogun, si bien es cierto hemos echado en falta una interfaz de usuario algo más clara en lo que respecta a la selección de tropas durante el desarrollo de las batallas. Y es que en más ocasiones de las que nos gustaría, cuando las tropas se encuentran muy próximas entre sí, resulta bastante difícil dar a la primera con la unidad deseada.
También nos habría gustado encontrarnos con más opciones de batalla y una mayor variedad de soldados bajo nuestro mando. En este caso, se nota mucho que el juego de 17-Bits está destinado principalmente a los jugadores que dan sus primeros pasos en el género, si bien es verdad sería injusto restarle méritos por ello. Más teniendo en cuenta que también los veteranos sabrán apreciar como merece esta simpática aventura estratégica.
Con gran sentido del humor y una buena oferta jugable, Skulls of the Shogun es el juego ideal para los recién iniciados en el género de la estrategia por turnos, y una obra muy recomendable para los veteranos ya curtidos en estas lides. Tal vez se echa en falta algo más de profundidad en su sistema de combate y más opciones estratégicas, pero es aún con esas, es difícil que os defraude esta simpática aventura protagonizada por samuráis calavericos.
