Análisis de GTA 4

Análisis de GTA 4
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Casi cuatro años ha pasado la saga GTA durmiendo, concretamente desde 2004 con el lanzamiento de San Andreas. ¿Qué han hecho en Rockstar North desde entonces? Preparar su obra maestra. El auténtico culmen del género y sin lugar a dudas el mejor juego de PlayStation 3. Un título que crea adicción donde otros asquean, que tiene estilo donde otros caen en el mal gusto, y que eleva el Sandbox hasta unos límites que tardarán en ser superados… probablemente hasta que Rockstar quiera batirlos de nuevo.

Mucho tiempo ha pasado desde que en el 29 de marzo de 2007 tuviéramos nuestro primer contacto con GTA IV, en forma de su trailer: “Las Cosas serán Diferentes”. Desde entonces cantidad de cosas han pasado: Retrasos, rumores de compra de Take-Two, polémicas… Pero hoy sólo tenemos una certeza, y es la de que este juego es la obra cumbre de Rockstar, y lo mejor que se puede encontrar en estos momentos en el catálogo de PlayStation 3.

El verdadero milagro de GTA IV como videojuego en particular y como franquicia en general es su increíble capacidad para generar una expectación inusitada sin mostrar ni una sola imagen in-game. Este factor es digno de estudio, y el hecho de que con un puñado de screens y apenas unos cuantos trailers se haya generado lo que ya los analistas consideran como el fenómeno de entretenimiento más importante de la historia –por encima de cine, literatura o música-, nos da una idea de la garantía de calidad que supone la saga.

Pero este no es uno de esos casos en los que se contempla con estupor el top 10 de ventas en, por ejemplo, la música; y uno se pregunta incrédulo que funciona mal en el mundo. Grand Theft Auto IV, permítanme nombrarlo con todas las letras para esta frase, es lo más parecido al arte que ha parido la industria del videojuego. Una oda monumental a la humanidad, al crimen organizado como forma de vida, a lo peor que cada uno llevamos dentro; y, por ende, una cita completamente ineludible para cualquier jugador que se precie… sea cual sea su género favorito. Señoras y señores, con todos ustedes Niko Bellic. Con todos ustedes la obra maestra de Rockstar. La larga espera ha merecido la pena.

Érase una vez en América –La Historia-
Conocemos sobradamente la historia de Niko Bellic, pero aún así conviene darle un último repaso para los despistados. El protagonista de GTA IV abandona los Balcanes engañado. Engañado por su primo Roman, engañado por la visión de América que se da en el cine –factor en el que Rockstar hace especial hincapié-, y sobre todo engañado por el sueño americano. El impacto cuando Niko desembarca y descubre la grasienta y desalmada Liberty City es monumental.

Seremos Niko Bellic, un inmigrante serbio que viaja en barco a Estados Unidos para conocer a su primo Roman, y para cumplir el sueño americano.
Seremos Niko Bellic, un inmigrante serbio que viaja en barco a Estados Unidos para conocer a su primo Roman, y para cumplir el sueño americano.

Pero Niko esconde muchos secretos, y parte del encanto del juego es ir descubriéndolos conforme avance el título. No los desvelaremos para no estropearle la experiencia a nadie, pero si que orientaremos al lector señalando que algunas de las razones que empujan a Bellic a viajar a Liberty City están relacionadas con su pasado, con su intento de abandonar Europa por sus tratos con gente peligrosa, y con su búsqueda de los traidores que provocaron la muerte de la mayor parte de su pelotón en la guerra de la extinta Yugoslavia, en la que nuestro protagonista tomó parte.

Una de las mayores diferencias de GTA IV con respecto a sus predecesores es el tratamiento de la historia y de los personajes. Cualquier entrega de Grand Theft Auto ha sido siempre un ejemplo a seguir en narrativa, argumento y tratamiento de sus protagonistas, sin embargo lo nuevo de Rockstar juega en otra liga.

Para empezar cualquier aficionado a las series se dará cuenta rápidamente del notorio incremento de la duración de las cinemáticas que introducen cada misión. GTA IV se toma su tiempo, nos da toda la información que necesitamos saber para conocer a los personajes, y aporta multitud de matices que antes no se abordaban. De hecho, por poner un ejemplo, en las entregas precedentes los viajes en coche con otro personaje solían ser un alivio cómico en el que no se buscaba otro pretexto que el de aligerar un poco la carga violenta del juego con humor –generalmente grueso-. IV es todo lo contrario, aunque repitamos la misión hay un abanico tan grande de frases con todos los personajes que las conversaciones rara vez se oyen dos veces, y la mayor parte de ellas están dotadas de una inusitada profundidad.

El funcionamiento, por lo demás, es el que ha caracterizado siempre a la saga y que, de alguna manera, se asemeja bastante con la vida real. Conoces a alguien que te presenta a alguien que tiene trato con alguien, etc. El enlazado de los diferentes personajes que nos encargan las misiones a lo largo de las 40 horas de campaña está inmejorablemente llevado a cabo en GTA IV, y es que las historias de traiciones, asesinatos, suplantaciones y negocios mafiosos están tratadas excepcionalmente bien.

Atrapado por su Pasado –El Sueño Americano-
Niko Bellic es, sin embargo, el auténtico rey de GTA IV. Un personaje dotado de infinidad de matices: con miedos, dudas, indecisiones… Un personaje que toma decisiones y se equivoca, que falla a menudo a sus seres queridos y sin lugar a dudas es el más carismático y trabajado de cuantos (anti)héroes ha tenido la saga Grand Theft Auto.

Rockstar ha apostado por un interfaz "limpio". Sólo contaremos con el minimapa; y con las esporádicas apariciones del contador de munición y la retícula del cuerpo a cuerpo.
Rockstar ha apostado por un interfaz "limpio". Sólo contaremos con el minimapa; y con las esporádicas apariciones del contador de munición y la retícula del cuerpo a cuerpo.

Cuando se hicieron públicas las primeras imágenes del título mucha gente dudaba de la idoneidad de su personaje para protagonizar el juego; y se comentaba, por ejemplo, que nunca llegaría a alcanzar la personalidad o el peso de Carl Johnson (San Andreas) o, sobre todo, Tommy Vercetti (inmortalizado por el enorme Ray Liotta en Vice City). Sin embargo Bellic es lo más parecido a un ser humano que ha pasado por las series, y esto se debe a la calidad del tratamiento de su psique y a lo tridimensional de su personaje.

Niko está perseguido perpetuamente por los demonios de su pasado, y al contrario que otros protagonistas de GTA no está orgulloso de lo que hace; pero al igual que ellos persigue, a su manera, el Sueño Americano.

Quizá su forma de buscar su realización personal no sea la más acertada, pero lo cierto es que su primo Roman no le deja mayor alternativa cuando, por su culpa, nada más desembarcar del Platypus se ve envuelto, por extensión, en las deudas que su pariente ha contraído con su poco fructífera empresa de taxis. Esto por supuesto repercute en buena parte de las misiones del título, que ya desde el principio se orientan hacia los trabajos para los acreedores de Roman.

La situación de ambos crea muchos momentos opresivos, e incluso hay lugar para sentir lastima por ellos, cosa que nunca habría sucedido en entregas anteriores. Sin embargo nadie debe pensar que GTA está renunciando a sus orígenes con este título, pues el tono humorístico sigue siendo uno de los puntos capitales del programa, aunque ciertamente está mucho más diluido. El carácter homófobo, agresivo y grueso de sus creadores está presente, por ejemplo, en hilarantes momentos como cuando los protagonistas deben matar a un gangster homosexual, y Roman redacta un divertidísimo perfil de Niko en una página web de contactos para concertar una cita. Una escena que lleva el inconfundible sello de Dan Houser.

El primer tercio de la campaña de GTA IV se relaciona profundamente con las mafias del Este, conforme avancemos el abanico de gangsters para los que trabajar se ampliará notablemente.
El primer tercio de la campaña de GTA IV se relaciona profundamente con las mafias del Este, conforme avancemos el abanico de gangsters para los que trabajar se ampliará notablemente.

Grand Theft Auto IV fue definido por el propio Houser, creador de la saga, como la más oscura de cuantas entregas se han desarrollado hasta la fecha; y no podemos sino corroborar su afirmación, porque no sólo su corte es más tenebroso sino porque también es más serio y realista. En IV somos en todo momento “la clase baja de la mafia”; somos el recadero, el asesino a sueldo y el brazo ejecutor de los poderosos; y el ascenso en el escalafón no se realiza como en episodios anteriores, concluyendo la historia de este título de una forma totalmente redonda aunque algo atípica para los estándares de la saga.

Ciudad de Dios –Liberty City-
Niko es el personaje principal de Grand Theft Auto IV, sin embargo la protagonista es Liberty City, una ciudad canalla y sin escrúpulos de asombroso parecido con el Nueva York real, y no sólo en su faceta arquitectónica. Mucho se ha hablado a estas alturas de la ambientación del juego, pero realmente hay que embriagarse de la ciudad, moverse por ella y empaparse por completo de lo que fluye por sus venas para sentirse un ciudadano de Liberty City.

Hay un ejemplo de programación realmente gráfico, que muestra muy a las claras la confianza de sus creadores en las posibilidades del lugar. Rockstar oferta en GTA IV la posibilidad de hacer los trayectos en taxi y despreocuparnos del angustioso tráfico de algunas partes de la ciudad, este hecho se puede obviar pagándole un plus al taxista y saltándonos el viaje, o se puede realizar todo el trayecto mirando desde el asiento del pasajero por la ventanilla las calles de Liberty City.

Los lectores pensarán: “Esto me gustará la primera vez, pero luego lo pasaré lo más rápidamente posible”, lo mismo pensábamos en redacción hasta que vimos la vida a través de los ojos de Niko. Empleados municipales barriendo, mujeres de compras, empresarios hablando por el teléfono móvil, personajes que corren a resguardarse de la lluvia si no llevan paraguas, yonkis pidiendo dinero, gente que tras atropellar a alguien se baja del coche para interesarse por su estado… Todo este fenomenal mosaico de pequeños momentos construyen una totalidad inapelable, un placer que si no tenemos tiempo de disfrutar paseando, al menos si que debemos admirarlo a través de las ventanillas de un taxi amarillo.

Brucie es una brillante muestra del ejemplar retrato de personajes. Obsesionado hasta lo enfermizo con su físico, los anabolizantes le han convertido en una bomba de relojería.
Brucie es una brillante muestra del ejemplar retrato de personajes. Obsesionado hasta lo enfermizo con su físico, los anabolizantes le han convertido en una bomba de relojería.

Pero la de los ciudadanos no es la única baza del juego, ya que en esta ocasión la interacción con el entorno ha aumentado de forma notoria. No sólo porque ahora podemos entrar a un buen número de edificios o subirnos a sus azoteas -para incluso protagonizar espectaculares persecuciones al más puro estilo Assassin´s Creed-, sino también porque en los interiores los muebles, las paredes y los diferentes elementos reaccionan a los disparos componiendo entornos destructibles.

Liberty City tiene un tamaño fenomenal, muy superior a la compacta Vice City, pero muy alejada del vasto estado de San Andreas. Es más, el juego, consciente de sus fortalezas, captura muchas de las ventajas que otorga el impecable mapeado de la urbe, y saca partido de ellas con una selección de misiones realmente impresionante. Lo único que se le puede reprochar a Grand Theft Auto IV en su aspecto jugable tiene que ver precisamente con este factor, debido al hecho de reciclar en exceso propuestas de juegos anteriores de la saga; pues al fin y al cabo todas las misiones se reducen a seguir a un vehículo, robar un cargamento, infiltrarse en unas instalaciones, etc. Nada nuevo en este sentido. La innovación viene de la mano de la forma en la que se afrontan.

Promesas del Este –Reinventando una Saga-
¿Cómo revolucionar el que es sin duda el actual género de referencia? Está claro que si una compañía está capacitada para hacerlo esa es Rockstar, que como uno de los estudios precursores del Sandbox tal y como lo conocemos, parece la compañía más indicada. Y ahora la pregunta clave, ¿ha revolucionado GTA IV los juegos “de desarrollo libre”? La respuesta es si y no.

“No” obviamente porque, como hemos señalado, si nos quedamos con la superficie del juego no observaremos excesivas diferencias con respecto a entregas anteriores; y “Si” porque si profundizamos en el título nos daremos cuenta que el impecable pulido que en la gran R han llevado a cabo con el género lo acerca peligrosamente a la inalcanzable perfección, y convierte a Grand Theft Auto IV en el representante por antonomasia del Sandbox.

El factor que más brilla en GTA IV y que lo separa de forma admirable de sus predecesores, es lo que se refiere a nuestra interacción real con la historia y a nuestra capacidad de modificarla con nuestra presencia y acciones. Grand Theft Auto siempre ha sido una saga donde nosotros actuábamos como mero espectador de los encargos, ajustes de cuentas y muertes que la IA preparaba para nosotros. Esta falsa sensación de libertad se ha terminado.

La impresionante física del título nos deja unos accidentes de coche realmente sobrecogedores.
La impresionante física del título nos deja unos accidentes de coche realmente sobrecogedores.

Para Rockstar es especialmente relevante que nos sintamos dentro de la historia y que experimentemos un sentido de la responsabilidad. Para ello el polémico estudio ha redefinido el concepto de libertad, lo que provoca que lo que nosotros hagamos en la piel de Niko Bellic tenga, a menudo, consecuencias reales en el juego. Así, por ejemplo, habrá ocasiones en las que se nos presentará la posibilidad de salvar o asesinar a un personaje que nos haya hecho “una faena”. Si acabamos con él haremos justicia y probablemente saciaremos nuestra sed de venganza, pero quizá no sea lo más práctico, y es que perdonándole la vida puede que obtengamos suculentos beneficios.

Estas decisiones vienen también muy a menudo de la mano de la multitud de llamadas que recibiremos en nuestro teléfono móvil. Lo que al principio será el alegre tono de llamada que significará que alguien necesita algo de nosotros, se convertirá con el avance del juego en poco menos que un suplicio, pues conforme progrese la aventura las llamadas se multiplicarán, y frecuentemente tendremos que elegir entre las personas que solicitan algo de nosotros pues será imposible satisfacer a todas al mismo tiempo. No obstante el teléfono es un aparato de “ida y vuelta” con lo cual también podremos ser nosotros quienes realicemos llamadas, y no sólo por cuestiones de trabajo.

American Gangster –Esclavos del Móvil-
Al rudo Niko Bellic no le cuesta demasiado acostumbrarse al estilo de vida americano, y en seguida -tanto el serbio como nosotros- nos daremos cuenta de lo importante que es la amistad y el cultivar la vida social en Norteamérica.

A los pocos minutos de partida el entrañable, aunque a menudo también estrangulable, primo Roman nos dará un teléfono móvil, y también su número. Desde este primer pasito en nuestra vida social hasta el final del juego acumularemos decenas de números, personas a las que podremos llamar solicitando ayuda o con las que podremos quedar por motivos únicamente relacionados con el ocio.

Robar un coche ya no es tan sencillo como en entregas anteriores. Hay que romper la ventanilla, hacerle un puente y tratar de arrancarlo en el menor tiempo posible.
Robar un coche ya no es tan sencillo como en entregas anteriores. Hay que romper la ventanilla, hacerle un puente y tratar de arrancarlo en el menor tiempo posible.

El cultivar las relaciones tiene mucha importancia, no sólo porque es agradable hacer que Niko pase un buen rato dentro de su estresante vida, sino porque muchos de los personajes que conozcamos nos reportarán suculentos beneficios si les tratamos bien. Así, sabremos cómo está nuestra amistad con los diferentes personajes porque de vez en cuando aparecerá un icono en pantalla que indicará si la relación mejora o empeora.

Si pasa mucho tiempo sin que quedemos con ellos disminuirá la amistad, pero si de vez en cuando les pegamos un “toque” para ir a comer, ir a ver un show al cabaret o ir a tomar unas cervezas el asunto mejorará. Lógicamente también hay que tener en cuenta los gustos de la persona con la que vamos a estar, por ejemplo no conviene llevar a nuestra novia a un sórdido club de strip-tease, un lugar donde encajaría mucho mejor nuestro “excitable” primo Roman. Jugar a los bolos o a los dardos son otras de las actividades que podemos llevar a cabo, aunque también habrá otras menos “socialmente adoptadas” como los citados clubs de strip-tease o las relaciones sexuales con prostitutas.

Así que en efecto hay novias y sexo, y de hecho en la versión de Xbox 360 el logro que se desbloquea al tener relaciones sexuales con la primera joven se llama Hot Coffee –no exentos de guasa los chicos de Rockstar-. Y para todos los que se lo estén preguntando: Si, le podemos pegar un puñetazo a nuestra novia si nos gana jugando a los bolos, aunque no le va a agradar y hará que nos quedemos sin “beso en la puerta”.

A modo de curiosidad destacar las deliciosas borracheras de Niko y Roman, un excelente compañero para una improvisada cata de caldos nocturna. Al salir del bar en estado de embriaguez el mundo está borroso y zigzagueante, y el protagonista y su primo tratan de mantener la compostura con divertidísimos movimientos y constantes caídas –especialmente peligrosos los bordillos de las aceras-. En este estado lógicamente no es recomendable conducir, pues es una tarea casi imposible; lo mejor será llamar a un taxi para que nos lleve a casa de una pieza.

Niko Bellic, Niko Bullit –La “A” de Grand Theft Auto-
El pilar central de Grand Theft Auto siguen siendo los coches, y en GTA IV están tratados de inmejorable manera. Mucho ha cambiado la conducción de los vehículos desde entregas anteriores, con un estilo mucho más sensible para esta ocasión.

Un detalle genial aunque algo macabro es que, por ejemplo, si disparamos al conductor de un coche en movimiento, el vehículo seguirá avanzando y la inerte cabeza del chofer activará el claxon.
Un detalle genial aunque algo macabro es que, por ejemplo, si disparamos al conductor de un coche en movimiento, el vehículo seguirá avanzando y la inerte cabeza del chofer activará el claxon.

Los primeros minutos al volante son desconcertantes e incluso se hace complicado tomar una simple curva a cierta velocidad. Sin embargo el sistema se revela muy acertado a los pocos minutos de juego, cuando nos damos cuenta de que el nuevo estilo hace de los coches unas máquinas mucho más manejables, que hacen exactamente lo que deseamos y que, en un tono más realista, son más difícilmente maniobrables a altas velocidades.

Los modelos siguen imitando coches reales con gran acierto aunque sin emplear licencias ni ser personalizables, y su aspecto está muy cuidado. Responden de forma inmejorable a los impactos de bala -dibujándose orificios precisos en su carrocería o pinchando los neumáticos-, en los atropellos –llenándose de sangre el capó y el parabrisas si éstos son muy aparatosos- y en las colisiones, con una física verdaderamente apabullante, espectacular y muy cinematográfica.

Precisamente esta sensación cinematográfica se apoya esencialmente en el nuevo uso de las cámaras. Contamos con hasta cinco perspectivas de entre las que escoger cuando vamos a bordo de un vehículo. Tres en las que sólo se varía la distancia de la visión, otra desde el capó del coche y por último la que alterna diferentes planos lejanos; incluso uno cenital que homenajea a las dos primeras entregas, y que resulta tan estéticamente poderoso en lo visual como poco útil en lo práctico.

La parte que hace referencia al robo de los vehículos sigue siendo tan sencilla como es costumbre en las series cuando éstos están en movimiento. Cuando los coches están aparcados, sin embargo, hay que llevar a cabo una aparatosa maniobra que incluye la ruptura de la luna del vehículo y el “puente” para arrancarlo.

Hombres de Honor -Sobreviviendo al Hype-
Muchas novedades en lo que es la resolución de las misiones propiamente dicha. En primer lugar se añaden nuevos elementos como las coberturas, claramente deudoras de títulos de nuevo cuño como Gears of War.

Los medios son un omnipresente personaje. Podremos sentarnos a ver la televisión y cambiar por los canales viendo series, programas y los ineludibles anuncios... Eso sí, todo al estilo Liberty City.
Los medios son un omnipresente personaje. Podremos sentarnos a ver la televisión y cambiar por los canales viendo series, programas y los ineludibles anuncios... Eso sí, todo al estilo Liberty City.

El funcionamiento es sencillo, con el botón superior derecho nos acercamos a una pared o a cualquier objeto –el botón izquierdo sirve para llamar a los taxis-, y cubiertos tras éstos podemos movernos, disparar a ciegas o asomar la cabeza y el arma para hacerlo apuntando de una forma más precisa. Las coberturas funcionan realmente bien y son muy intuitivas, aunque ocasionalmente se observan algunos problemas al no responder Niko exactamente como deseamos de él.

La policía es otro de los aspectos que ha observado severas mejoras. Ya no saltarán a perseguirnos como alma que lleva el diablo con sólo dar un golpecito a cualquier coche, y su comportamiento en los tiroteos es otro de los puntos que ha sufrido un pulido muy serio, usando también los parapetos a su favor y cometiendo muy pocas estupideces.

En lo que se refiere a las armas, muy pocas novedades. La selección sigue las líneas maestras de entregas anteriores, con un poderoso catálogo de armas cortas, automáticas, recortadas y explosivas que se adquieren a los traficantes. El auto apuntado es opcional, y disponemos de una cámara al hombro que se activa con el gatillo izquierdo y que permite apuntar de forma más precisa.

El cuerpo a cuerpo también ha experimentado una mejora notable, convirtiéndose en una sólida opción a la hora de hacer frente a los enemigos, muy lejos de los prescindibles y toscos combates de anteriores entregas. Se marca un objetivo con el gatillo izquierdo y se accede a los diferentes tipos de golpeos que se llevan a cabo con los botones Cuadrado, Círculo y Triángulo. Existen además las opciones de bloquear, apartarse e incluso desarmar a los enemigos.

La dificultad, por su parte, está tan bien medida como en entregas anteriores; sin embargo si que se observa que la curva de progreso es sensiblemente más suave que en cualquier otro Grand Theft Auto, empezando con unas misiones muy fáciles. El primer reto medianamente serio será el del encargo de la “limpieza” del club de Strip-tease con algo menos de 10 horas de juego a nuestras espaldas, y The Snow Storm es la primera misión realmente difícil a la que tendremos que hacer frente.

GTA IV da la bienvenida a la sociedad de la comunicación con el empleo de móviles e Internet. Realmente trabajado el uso de la red, donde podremos comprar, informarnos, escribir correos y hasta ligar.
GTA IV da la bienvenida a la sociedad de la comunicación con el empleo de móviles e Internet. Realmente trabajado el uso de la red, donde podremos comprar, informarnos, escribir correos y hasta ligar.

El sistema de guardado de partidas, también se ha adaptado a los nuevos tiempos, y el juego salvará automáticamente nuestros progresos al acabar cada misión, no obligándonos, de este modo, a tener que volver al piso franco para hacerlo. En caso de morir durante un encargo al revivir en el hospital más cercano se nos presentará la posibilidad de reintentarlo con un sms al móvil.

Uno de los Nuestros –El Juego Acompañado-
La campaña siempre ha sido la principal virtud en un título del calibre de GTA IV, sin embargo tras los excelentes experimentos llevados a cabo en las consolas portátiles con las entregas “Stories”, en Rockstar se han decidido a dar el salto y han preparado un multijugador a la altura del resto de facetas del título.

Los modos que presenta GTA IV son los siguientes: Partida a Muerte, Encargo de la Mafia, Robo de Coches, Carrera, Carrera GTA, Partida a Muerte por Equipos, Robo de Coches por Equipos, Policías y Ladrones, Guerra de Territorios, Rompe tratos, Cerco de Seguridad Nacional, Bombardear la Base II y Modo Libre.

Describirlos todos y valorarlos en su justa medida nos podría llevar un análisis al margen, y buena parte del encanto de éstos es descubrirlos por uno mismo, pero si que destacaremos los que, a nuestro entender, son los más relevantes.

Partida a Muerte es el clásico deathmatch que en sus vertientes individual y por equipos oferta divertidísimas escaramuzas por toda Liberty City o por las zonas de la ciudad que seleccionemos. En éste, y en la mayor parte de los modos, las armas, bonus e ítems se marcan en el minimapa, y tratar de llegar a éstos antes que el resto se convierte en una de las principales y más entretenidas premisas de estas Partida a Muerte y Partida a Muerte por Equipos.

Policías y Ladrones, por su parte, es otro de los Highlights del título. Los jugadores se dividen en dos equipos homónimos, en los que los ladrones tienen que proteger al “capo” del grupo –marcado con un punto de mira sobre la cabeza-, mientras los policías tienen como objetivo acabar con él.

Encargo de la mafia, y su variante Encargo de la mafia por equipos, es el bloque que tendrá por premisa ocuparse de los encargos de Kenny Petrovic. Recibimos las solicitudes vía telefónica, y el mapa se convierte en un campo de batalla para tratar de llevarlas a cabo lo antes posible.

Hasta que no desbloqueemos la isla central no percibiremos realmente lo que Rockstar entendía por el "sentido vertical" de GTA IV. El distrito comercial es uno de los mejores ejemplos por sus imponentes rascacielos.
Hasta que no desbloqueemos la isla central no percibiremos realmente lo que Rockstar entendía por el "sentido vertical" de GTA IV. El distrito comercial es uno de los mejores ejemplos por sus imponentes rascacielos.

Carrera y Carrera GTA son las dos ineludibles citas con la competición a bordo de vehículos. La diferencia entre el primero y el segundo viene dada por la posibilidad de disparar en la que lleva la coletilla de las siglas del juego. Ni que decir tiene que los disparos, las explosiones y los más aparatosos accidentes estarán a la orden del día.

Por último hay que señalar que el protagonista que emplearemos en el multijugador no es Niko Bellic, sino un personaje que creemos desde cero. Las opciones no son demasiadas, y aparte del sexo tan sólo podremos escoger entre un pequeño grupo de cabezas, torsos, piernas, gafas y gorros.

Bella Mafia –Gráficos y Tecnología-
Grand Theft Auto IV es un delicioso prodigio gráfico, y uno de los juegos más impresionantes de la nueva generación de videoconsolas. A la altura de monstruos visuales de la talla de Assassin´s Creed o Gears of War, lo nuevo de Rockstar busca sus fortalezas muy lejos de la calidad de sus texturas o lo cuidado de sus modelados, concentrando sus esfuerzos en un uso de la iluminación soberbio, una dirección artística asombrosa y un uso del desenfoque para la distancia como pocas veces hemos visto.

En lo visual hay muy poco que reprochar al fenomenal espectáculo. La poderosa Liberty City se erige ante nuestros ojos con un realismo y una capacidad de fascinación que capta a la perfección las intenciones de Rockstar. El juego renderiza de forma sensacional todos los entornos, aportándonos una distancia de visión realmente larga. El “truco” que se emplea es el de dibujar los elementos más lejanos como si de una acuarela se tratara, e ir añadiéndoles detalles según nos vamos acercando a ellos de una forma muy sutil. ¿El resultado? Impresionante.

Poco que decir de los modelados y de la calidad de éstos, que no se desprenda del visionado de las imágenes o videos. Los rostros de todos los personajes principales están realmente cuidados, y su expresividad les aleja mucho de la hierática actitud de los protagonistas de entregas anteriores; permitiéndoles protagonizar escenas donde la emoción de sus actos no se desprende sólo de sus palabras, sino también, y en mayor medida, del dramatismo de sus rostros.

Los vehículos, por su parte, merecen un punto aparte por el tremendo espectáculo visual de su acabado. No sólo sus texturas son ricas, sus reflejos muy cuidados y sus reacciones a colisiones y disparos sensacionales; sino que todos ellos gozan de unas suspensiones muy veraces, un sistema de físicas para las piezas soberbio y que decir de sus explosiones… un espectáculo para nuestros ojos.

No, en GTA IV no hay aviones. Pero la selección de automóviles y motos es sensacional… y además hay helicópteros.
No, en GTA IV no hay aviones. Pero la selección de automóviles y motos es sensacional… y además hay helicópteros.

Los efectos ambientales y climatológicos son sencillamente impresionantes. A menudo nos sorprenderemos a nosotros mismos interrumpiendo el frenético ritmo del título para bajarnos del coche y observar el precioso sol del amanecer –o atardecer- recortándose entre los edificios de Liberty City, y tiñendo todo de un precioso color anaranjado. Otros efectos como la lluvia, la niebla o las impresionantes tormentas también enriquecen de sobremanera la sensación de vivir en Liberty City.

La cámara en GTA IV está ostensiblemente más cerca que en cualquiera de las entregas anteriores, y es que en esta ocasión el apartado gráfico sí que se lo puede permitir. Tanto personajes como coches gozan de una perspectiva más cercana a ellos que nos capacita para observar todos los detalles de sus modelados, y el eje de la visión se ha subido ligeramente para que no se obstruya la visión.

El juego, como ya se confirmó en su momento, mueve Liberty City enteramente sin más tiempos de carga que los que separan las cinemáticas entre si. Podemos pasear de isla a isla o entrar en los edificios o establecimientos sin leer el rótulo cargando más veces de la necesaria primera ocasión en la que se introduce el juego en el lector.

No obstante hay determinadas señas de GTA IV que no desaparecen, y en esta ocasión debemos decir que por desgracia siguen presentes tanto en la versión de PlayStation 3 360, la que nos ocupa, como en la de Xbox 360. El popping –dibujo tardío de elementos en el horizonte- o las esporádicas caídas en la tasa de imágenes por segundo han sido dos de los aspectos tecnológicos que más han lastrado el aspecto de la saga Grand Theft Auto. Anteriormente atribuidos al “techo” de hardware de PlayStation 2 como plataforma jugable, en esta ocasión hay que pensar en el brillante aspecto gráfico que presenta el juego y en su ausencia de tiempos de carga como motivos.

Infinidad de modos multijugador para una de las experiencias online más variadas de los últimos años.
Infinidad de modos multijugador para una de las experiencias online más variadas de los últimos años.

Las texturas son el único apartado que es ciertamente decepcionante, aunque teniendo en cuenta las dimensiones de la ciudad y el resto de características mencionadas se nos antoja un mal menor. Su calidad en personajes y vehículos es abrumadoramente deliciosa, pero en otros elementos como suelos o paredes de edificios su nivel de detalle es sonrojante.

Por otra parte en lo nuevo de Rockstar el frame rate se mantiene muy estable a no ser que lo pongamos a prueba, por así decirlo. Jugaremos sin mayores problemas desplazándonos por la ciudad y participando de tiroteos. Sin embargo experimentaremos caídas notorias si, por ejemplo, provocamos explosiones masivas o choques mastodónticos de coches. Caídas algo molestas pero nunca escandalosas.

Tras una comparación detallada no hemos observado diferencias reseñables entre las dos versiones. El trabajo de Rockstar en este sentido ha sido impecable, pues ambas presentan idénticas virtudes y defectos. La versión de PS3 nos obliga a realizar la primera vez una instalación de poco menos de 10 minutos, aunque no hemos apreciado grandes diferencias de rendimiento con la de su hermana Xbox 360; si acaso unos tiempos de carga ligeramente más cortos.

“Desde que Tengo Uso de Razón Siempre Quise ser un Gangster” –¿Por Qué un 9,8 y no un 10?-
En 3DJuegos no acostumbramos a explicar pormenorizadamente el porqué de cada calificación, sin embargo un título tan gigantesco y esperado como Grand Theft Auto IV, que está tan cerca de la perfección en el género de acción prácticamente nos obliga a hacerlo.

El apartado jugable es, sin lugar a dudas, la principal fortaleza del programa. El título capta a la perfección la fascinante atracción de la sociedad por el mundo del crimen organizado. La chulería, el peligro, la violencia, el sexo… Todos los elementos están presentes en la increíble campaña de IV, un auténtico ejemplo de narrativa, ritmo, variedad y, sobre todo, calidad.

Una campaña realmente larga e intensa, y un multijugador excepcionalmente rico y lleno de posibilidades son sus principales aportaciones en este campo. Se trata de uno de los títulos más redondos en el factor jugable que hemos visto desde hace muchos años.

GTA IV también cuenta con una profunda cota de personalización, aunque ésta no llega a los extremos de San Andreas. Podremos modificar a nuestro gusto el vestuario, sombreros y accesorios de Niko.
GTA IV también cuenta con una profunda cota de personalización, aunque ésta no llega a los extremos de San Andreas. Podremos modificar a nuestro gusto el vestuario, sombreros y accesorios de Niko.

Lo tecnológico presenta algunas dudas, por decirlo de alguna manera, pues a pesar de alcanzar sobradamente el sobresaliente, si que deja algunas sombras. El rendimiento es muy bueno en líneas generales, sin embargo en ocasiones se observan esporádicas caídas en la tasa de imágenes por segundo, severos defectos de popping y la calidad de las texturas es a menudo desalentadora.

No obstante en el análisis premiamos la unidad de cada apartado y no sus deficiencias concretas, y las impresionantes físicas de personajes y vehículos, las animaciones de los personajes –sobre todo el caminar de Niko Bellic- y un sin fin de aspectos positivos nos permiten dotar a este apartado de la calificación de un 9.

Gráficamente nada que reprochar. La ciudad es impresionante, los personajes también, los vehículos impecables y todo en Liberty City rezuma vida por los cuatro costados. Un merecido 10, y un imborrable recuerdo en nuestras retinas para nuestra apabullante primera visita a la isla de Algonquin y sus imponentes rascacielos, y por el primer viaje nocturno en helicóptero.

¿Sonido? 10. Impresionante selección musical para todas y cada una de las emisoras del título, destacando de sobremanera los impecables cortes de Vladivostok FM, la catártica y onírica electrónica de The Journey y el brutal Hardcore de Liberty City Hardcore.

El reparto de voces es igualmente inapelable, haciendo gala de un reparto que, en esta ocasión, no cuenta con nombres de campanillas, pero que hace un trabajo sencillamente impresionante. El mejor doblaje que hemos oído nunca, con mención especial para el desconocido Michael Hollick que compone al emocionante Niko Bellic.

La inabarcable amalgama de voces de la calle, el poderoso sonido de las armas, y los geniales efectos de sonido –especialmente los truenos-, son sólo algunas muestras del trabajo con mayúsculas realizado en este aspecto.

Sólo el tratamiento del sonido de la lluvia ha supuesto un tercio del presupuesto para audio que Rockstar gastó en San Andreas, la anterior entrega. Todo en GTA IV cuenta con ese nivel de detalle.
Sólo el tratamiento del sonido de la lluvia ha supuesto un tercio del presupuesto para audio que Rockstar gastó en San Andreas, la anterior entrega. Todo en GTA IV cuenta con ese nivel de detalle.

Por último innovación. Igualmente difícil de evaluar. Es indudable que trasladar el universo Rockstar a las mafias del Este, el impresionante añadido de Internet y los teléfonos móviles, y el trabajar de una forma tan excepcional los protagonistas, merece el mayor de los premios; sin embargo el 9 final refleja que de algún modo la fórmula de las misiones es algo reiterativa con respecto a las entregas anteriores.

Imprescindible

Obra maestra

Grand Theft Auto IV

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

Para los que sueñan con vivir vidas diferentes, con hacer lo que la sociedad prohíbe o considera inmoral, y con adentrarse en las entrañas más oscuras de los peores seres humanos, GTA IV es su juego. Como un inconmensurable viaje a los más bajos fondos y las pasiones más sombrías del hombre, lo nuevo de Rockstar es una obra de un calibre gigantesco, con un prisma nunca antes visto en un videojuego. Nada más que decir de sus impresionantes gráficos, su desatada y adictiva jugabilidad o su poderosa historia, sólo añadir que, como señalamos al principio del análisis, estamos ante un título imprescindible sea cual sea nuestro género favorito. Una obra que quedará en el recuerdo.

Comprar Grand Theft Auto IV
Jugadores: 1-16
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en inglés
Duración:
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VÍDEO ESPECIAL

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