Tras levantar una gran expectación entre la comunidad indie, Proteus aterriza al fin en PC y Mac con una de esas experiencias de juego totalmente distinta a lo que estábamos acostumbrados. Y es que este original título independiente, diseñado con un marcado estilo retro, nos propone algo tan simple como explorar libremente un mundo de ensueño sin mayor propósito que el de pasarlo bien contemplando la naturaleza.
Si a estas alturas todavía tenías dudas acerca de si los videojuegos son o no algo más que simple entretenimiento electrónico, te recomendamos encarecidamente que eches un vistazo a Proteus. Una original aventura que difícilmente podríamos catalogar como un videojuego al uso, dado que el programa no presenta ningún desafío jugable más allá del puro placer por explorar un entorno visualmente atractivo; y que sin embargo, con algo tan simple, logra cautivar endiabladamente. ¿Los motivos?
Difícil de explicar con palabras. Casi tanto como resistirse al torrente de emociones que es capaz de transmitir esta innovadora experiencia de juego en la que lo único que se nos pide, que no es poco, es dejar volar nuestra imaginación. Que nuestros sentidos viajen libremente a través del colorista mundo al que da vida este título independiente, que indudablemente recuerda a obras tan personales como los fantásticos Dear Esther y Journey.
Cambio de estación
Sin un rumbo fijo, sin objetivos preestablecidos ni enemigos que compliquen nuestro avance por este paraíso terrenal. Simplemente camina, pasea y disfruta del medioambiente como si verdaderamente estuvieras en ese lugar de ensueño. Ni tan siquiera tendrás que preocuparte de resolver sencillos rompecabezas como en Journey, o seguir un hilo narrativo al más puro estilo Dear Esther. Proteus es una aventura de exploración sin mayores pretensiones que la de transportarnos a una hermosa isla abandonada... ¡y nada más!
Pero estamos ante un título tan bello y tranquilizador, que es facilísimo quedar prendados de su colorista estética naif y su marcado carácter retro. Perderse en lo más profundo de un bosque en pleno otoño, recorrer un vistoso campo de flores en primavera, o dejarse llevar por la alegría y la luminosidad de una tarde de verano son solo parte de las sensaciones que es capaz de transmitir esta aventura, que de forma inteligente nos invitará a recorrer un sinfín de islas distintas -cada vez que iniciamos la partida se crea una completamente nueva- durante las cuatro estaciones del año.
Algo que podremos realizar en no más de 40 minutos si avanzamos a toda prisa, aunque no os lo recomendamos dado que el programa se ha construido con otro objetivo en mente: transmitir emociones. Lo que logra sobradamente gracias a esa perfecta sintonía entre imagen y sonido, que hará que corramos alegremente en los días de verano y primavera, mientras que una sensación de pesadumbre y tristeza nos invade cuando se acerca el otoño e invierno.
En este sentido, quedarse quieto solo para contemplar las vistas, para disfrutar del sonido de la naturaleza y el fantástico acompañamiento musical de Proteus, supone una experiencia realmente cautivadora. Y es que resulta prácticamente mágico cómo este juego, con tan poquísima cosa, es capaz de transportar de esta forma a una isla tan hermosa como la que recrea. Sensaciones que no hacen más que aumentar cuando descubres que cada animal y planta emite su propio sonido, o que el ritmo de la música se adapta de forma dinámica a nuestros andares.
De este modo, si disfrutamos de la acción de forma apresurada corriendo de un lado para otro, comprobaremos cómo el ritmo de la música se acelera, a la par que se mezclan de forma "caótica" el sonido de conejitos escapando de nosotros o de hermosas flores que se ocultan rápidamente a nuestro paso; mientras que si avanzamos pausadamente y nos quedamos quietos contemplando la belleza de la naturaleza, la música y el sonido ambiente se unirán armónicamente, hasta tal punto que de verdad nos relajaremos disfrutando de un bonito atardecer, o contemplando cómo las nubes recorren el cielo de forma natural.
Proteus cuenta además con cierto halo de misterio que nos hará investigar a fondo cada palmo de terreno de las islas por las que nos moveremos, aun a sabiendas de que no nos espera un gran desenlace final, ni un argumento inolvidable. Respira hondo, siéntate frente al PC, y déjate llevar por esta ola de emociones que tan bien recrea este título diseñado Ed Key y David Kanaga. Y eso, qué dudas caben, es un magnífico logro.
Pero es precisamente este carácter experimental el que convierte a esta obra en un título tan difícil de recomendar. Como en Dear Esther, habrá quienes disfruten una barbaridad con esta original propuesta que no plantea retos jugables de ningún tipo; y en cambio otros no pasarán por alto este enfoque tan particular. A lo que debemos sumar también su apuesta por un marcado estilo retro en lo que se refiere a su apartado audiovisual, que a nosotros particularmente nos ha gustado mucho, pero que entendemos no agrade a todos por igual.
Aun así, no podemos restarle méritos en lo visual a una obra tan personal, que por momentos resulta casi hipnótica. Y es que es tan fácil quedarse ensimismado mientras ves cómo el sol se oculta en el horizonte, o cómo una densa nube cubre el cielo mientras descarga una fina lluvia sobre el bosque en el que te encuentras, que por muy retro y simple que sea, Proteus resulta en cierto modo espectacular. No en vano, el juego se presenta como un hermoso tapiz impresionista en el que brilla con luz propia la sencillez en los trazos que dibujan cada elemento del entorno, bañados por una serie de colores planos de gran vistosidad que remarcan todavía más el carácter de mundo de ensueño con el que se ha diseñado la isla.
A lo que debemos sumar, como decíamos, un gran acompañamiento musical que casa perfectamente con el tipo de sensaciones que recrea Proteus. Título que de verdad llama la atención, aunque es innegable que nos habría gustado encontrarnos con algo más de interactividad con el entorno o, al menos, algún que otro reto adicional de forma similar a lo visto en el genial Journey.
De Proteus se pueden decir muchas cosas. Desde que es un título demasiado simple en lo visual, hasta incluso que no es un videojuego al uso. Y ambas afirmaciones son ciertas. Pero aun con esas, estamos ante una original, personal y cautivadora aventura de exploración. Recomendable si te gustan este tipo de experiencias de juego más alejadas de lo habitual, en las que lo importante son más las sensaciones que se transmiten, que los desafíos jugables propiamente dichos.
