Análisis de Montague's Mount. El abismo de la locura

Análisis de Montague's Mount. El abismo de la locura
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Perdidos en una fría y tormentosa isla en Irlanda, Montague's Mount nos propone resolver un oscuro misterio de la mano de un amnésico y solitario superviviente, al que los recuerdos del pasado lo han lanzado en caída libre al abismo de la locura. Desgraciadamente, ni la intriga ni unos rompecabezas desafiantes son suficientes para salvarnos a nosotros también de la desesperación.

Empieza bien, rodeado de un halo de misterio que, por lo menos, incentiva a explorar la oscura y tormentosa isla en la que nos hemos despertado sin saber muy bien cómo ni por qué hemos llegado allí. Pero con demasiada prontitud, Montague's Mount deja claras sus carencias, haciendo que lo que podría haber sido una más que buena aventura gráfica con cierto carácter de novela interactiva, termine de la peor forma posible frustrando al jugador con más frecuencia de la deseada.

Tanto por lo innecesariamente enrevesado de sus rompecabezas, como por el torpe desarrollo argumental que presenta este programa diseñado por el equipo independiente de Polypusher Studios, que de ninguna de las maneras ha estado a la altura de las circunstancias. Y es que es inevitable no sentirse decepcionado, y en ocasiones incluso molesto, ante lo que son unos errores de bulto que ensombrecen por completo un trabajo que, al menos por su planteamiento de juego, daba para muchísimo más.

Un secreto para olvidar

Ambientado en una enigmática y oscura región de Irlanda, nuestra particular odisea en Montague's Mount da comienzo con el amnésico protagonista despertando en la más absoluta soledad en una destartalada isla abandonada repleta de misterios. ¿Y sus habitantes? ¿Por qué todo a nuestro alrededor está patas arriba? ¿Qué extraña enfermedad atormenta a nuestro superviviente? Preguntas y más preguntas que iremos descubriendo progresivamente, conforme nos adentremos más y más en el tormentoso corazón de este, antaño, paraíso terrenal.

Un intrigante escenario de juego ideal para dar forma a una sesuda aventura gráfica de carácter contemplativo, muy en la línea de lo visto en el original Dear Esther, en la que más allá de caminar por tortuosos senderos mientras analizamos al detalle cada palmo de terreno, también deberemos superar una gran variedad de desafiantes rompecabezas que nos pondrán las cosas verdaderamente difíciles. No tanto por lo ingenioso de estos puzles, que en algunos casos sí nos han satisfecho de manera muy positiva, como por lo innecesariamente rebuscados y confusos que resultan. Y es que habrá ocasiones en las que de verdad no sabréis qué diablos hacer, ni tan siquiera leyendo las "instrucciones" que acompañan a estos rompecabezas.

Unos puzles que, es verdad, se han integrado con bastante acierto dentro del propio mundo de juego para que no parezcan algo fuera de lugar, aunque sin embargo, con un resultado bastante desigual que dista de ser idóneo. Porque a la falta de claridad de estos desafíos, debemos añadir a la lista negra los puzles que requerirán de nosotros que exploremos concienzudamente el entorno en busca de pistas y objetos con los que interactuar. Lo que en principio estaría genial si no fuera por lo desesperante que resulta andar con la cara pegada a la pantalla tratando de localizar los ítems que necesitamos, en la mayoría de casos absurdamente ocultos tras la maleza.

Pese a lo lineal de la aventura, el juego está plagado de zonas ocultas y varios ítems coleccionables.
Pese a lo lineal de la aventura, el juego está plagado de zonas ocultas y varios ítems coleccionables.

Y es que, como solemos decir con este tipo de juegos, nos encanta que nos pongan las cosas difíciles, que nos hagan pensar. Pero que lo hagan honestamente, con desafíos inteligentes basados en la pura lógica y no en criterios arbitrarios. Cosa que no ocurre en Montague’s Mount, que por cada buen puzle, de esos que incluso nos hacen usar una libreta para anotar datos y pistas, ofrece otros tantos que no están a la altura de las circunstancias en el peor sentido posible. Tanto es así, que os garantizamos que más de uno de estos desafíos os pondrá de los nervios, frustrando de tal modo que más que motivar a seguir explorando esta enigmática isla, sentirás la tentación de abandonar la partida para olvidar lo antes posible el juego.

Sensación que se acrecentará conforme pasen las horas debido a ciertos errores de bulto en el diseño de la acción, que son los que inevitablemente han terminado por condenar a la mediocridad a este título que, tristemente, daba para mucho más. Pero es que es imposible no cabrearse cuando tienes ante ti a un protagonista que se mueve a paso de tortuga por el escenario –sí, vale, está herido-, dando tumbos de un lado para otro en busca de pistas, mientras que lo que se supone que era el punto fuerte del programa, su argumento e hilo narrativo, hace aguas prácticamente desde el inicio de la partida.

No en vano, todo el misterio y suspense con el que da inicio esta aventura se diluye rápidamente en un mar de anodinas secuencias cinemáticas y reflexiones filosóficas acerca de la locura sin demasiada chicha ni sentido, que para colmo concluye con un desenlace completamente abierto que no responde prácticamente a ninguna de las dudas con las que parte esta historia, emplazándonos a descubrir sus misterios en una secuela que se estrenará en PC, Linux y Mac el año que viene. Algo que, sinceramente, visto los resultados obtenidos en Montague’s Mount no tenemos muchas ganas por descubrir.

Hay puzles muy ingeniosos, pero la mayoría resultan desesperantes por lo confusos que resultan. ¿Necesitas velas? No cojas las de la mesa porque esas no sirven.
Hay puzles muy ingeniosos, pero la mayoría resultan desesperantes por lo confusos que resultan. ¿Necesitas velas? No cojas las de la mesa porque esas no sirven.

Porque esta obra de Polypusher Studios se ha convertido en el mejor ejemplo de lo difícil que puede resultar dar vida a una experiencia de juego tan atractiva y novedosa como lo fue en su día Dear Esther. Y es que desde la distancia, crear una novela interactiva como esta puede parecer realmente sencillo. Total, tan solo nos propone algo tan básico como caminar y explorar el entorno mientras se nos cuenta una historia. Pero nada más lejos de la realidad. Hace falta que el relato sea impactante, y que su narrativa y ambientación estén muy por encima de otros videojuegos. Aspectos en los que, como decíamos, Montague’s Mount falla estrepitosamente.

No engancha, es aburrido, su ambientación no es gran cosa y a pesar de lo interesante del argumento, la historia que nos cuenta es demasiado pobre. Muchas pegas para un título que pretendía cautivarnos con un poderoso relato de suspense e intriga, pero que ha terminado desesperándonos con su desquiciante diseño de rompecabezas y mediocre hilo narrativo, más centrado en otorgar futilmente cierto aire de grandeza y profundidad emocional a un programa que ni es inteligente, ni es divertido, y ni mucho menos cuenta una buena historia.

Tampoco resulta especialmente llamativo el diseño de la isla, bastante oscura y lúgubre en líneas generales, pero carente del encanto necesario como para motivarnos a querer explorar hasta el último de sus rincones. En este sentido, los filtros de imagen usados para dar al juego un tono más siniestro están bastante bien, aunque tampoco sorprenden en exceso; menos comparándolo con otros títulos de corte similar. Lo peor, insistimos, es que los desarrolladores parecen más centrados en buscar una falsa sensación de "programa profundo y emocional", que en construir un verdadero entorno de juego que cautive al jugador. Craso error porque tenían los ingredientes necesarios para lograrlo.

Nuestro protagonista es tan condenadamente lento al caminar, que nosotros también terminaremos cayendo en el abismo de la locura de pura desesperación.
Nuestro protagonista es tan condenadamente lento al caminar, que nosotros también terminaremos cayendo en el abismo de la locura de pura desesperación.

Sin embargo, el resultado final es bastante anodino, con algún que otro paraje especialmente llamativo, pero en líneas generales pobre y carente del genio creativo visto en otras aventuras similares. Y lo mismo podemos decir del sonido, que si bien cumple adecuadamente con unas melodías de corte melancólico que casan perfectamente con lo que se muestra en pantalla, terminan tornándose algo repetitivas; mientras que los efectos sonoros son también bastante discretos.

Especial mención para los incesantes ataques de tos que sufrirá nuestro protagonista, que más que meternos en la acción, nos sacarán de ella cada vez que "disfrutemos" de unas secuencias cinemáticas innecesariamente largas, para lo poco que cuentan –más bien nada-, acompañados por el sonido enlatado de la tos de este superviviente, al que en ocasiones sentiremos la necesidad de gritar "shhhhh", como si estuviéramos en el cine.

Malo

No recomendado
El abismo de la locura

Montague's Mount

Por: El equipo de 3DJuegos
No recomendado

Excesivamente superficial a nivel narrativo, muy pobre en lo que se refiere al diseño de sus rompecabezas, y desesperante por culpa de un planteamiento de juego con demasiadas carencias, el enigmático Montague’s Mount nos lo hará pasar realmente mal, y no precisamente por los misterios que se ocultan en esta oscura y fría isla de Irlanda. Una lástima, porque esta aventura gráfica daba para mucho más.

  • Puzles muy sesudos y, en casos muy concretos, bastante ingeniosos.
  • La mayoría de rompecabezas, sin embargo, son enrevesados y carentes de lógica.
  • Pobre desarrollo argumental. La historia es muy floja y está peor contada.
  • Ritmo de la acción excesivamente lento. A veces se torna desesperante.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 5 - 7 horas
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