Análisis de Not a Hero. Guerra contra el crimen

Análisis de Not a Hero. Guerra contra el crimen
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Los creadores del divertido OlliOlli dan el salto a la acción 2D con este interesante videojuego que aun con sus fallos posee fortalezas más que suficientes como para atrapar a los fans de lo retro. Muy intenso en sus tiroteos y con una curva de dificultad bien ajustada, una vez inicies la guerra contra el crimen organizado no querrás abandonar hasta haber acabado con todos los enemigos.

Sus gráficos no son nada del otro mundo y sus mecánicas de juego, si bien muy divertidas, tampoco resultan rompedoras ni excesivamente complejas. Pero algo tiene Not a Hero que enamora. Y ese algo es su trepidante ritmo de la acción; la intensidad y el frenetismo con el que este título de acción en 2D nos envuelve constantemente en un maremágnum de muerte y destrucción del que resulta difícil despegarse. Es muy simple, lo es, pues todo se reduce a correr, disparar y cubrirse esporádicamente en el fondo de los escenarios, que en este caso actúan como coberturas improvisadas; pero lejos de resultar pobre en sus mecánicas jugables, lo nuevo de los creadores del notable OlliOlli sorprende por el dinamismo y contundencia con el que desarrolla su acción.

Sin un segundo de respiro, desde que empiezas hasta que finalizas la partida te enfrentarás a decenas de enemigos que a la mínima acabarán con tu vida, obligándote a reiniciar el nivel tal y como ocurría en los viejos tiempos. Cosa que adoramos por lo desafiante que resulta superar ciertas misiones y por lo adictivo de esta propuesta. El problema es que con demasiada prontitud la acción de Not a Hero se torna algo repetitiva, no tanto por la ausencia de nuevas mecánicas jugables, que es lo de menos cuando hablamos de un título tan divertido, como principalmente por la poca variedad de enemigos que presenta y su irregular diseño de niveles.


Unas elecciones muy moviditas

El excéntrico BunnyLord se postula como candidato a la alcaldía de la ciudad de Londres, pero lejos de plantear una campaña electoral típica, prometiendo imposibles y engañando a los ciudadanos -qué triste, ¿verdad?-, este peculiar político ha reunido a un grupo de nueve justicieros con los que espera acabar definitivamente con el crimen organizado y, de paso, claro, obtener un triunfo electoral de los que marcan época. Así de loca se presenta la acción de este videojuego en el que rápidamente la historia pasa a un segundo plano, uno muy cachondo, eso sí, para centrarse en lo que verdaderamente importa: los tiroteos.

¡Al fin un político que cumple con su palabra! ¿Qué hay delincuencia? No pasa nada. BunnyLord y los suyos harán todo lo necesario para erradicarla de raíz.
¡Al fin un político que cumple con su palabra! ¿Qué hay delincuencia? No pasa nada. BunnyLord y los suyos harán todo lo necesario para erradicarla de raíz.


Una sucesión de enfrentamientos rápidos y directos que nos harán vibrar de emoción a lo largo de las 22 fases que dan forma a esta obra que en muchos aspectos, es inevitable, recuerda al gran Hotline Miami. Especialmente por la facilidad con la que moriremos una y otra vez a manos de unos rivales que si bien no sorprenden por su variedad ni ingenio, más bien lo contrario, cumplen a la perfección su papel, que no es otro más que el de entorpecer nuestro camino en la consecución de los diversos objetivos encomendados por BunnyLord. Un líder político un tanto desquiciado que nos llevará a realizar auténticas locuras en pos de aumentar su popularidad.

Esa mezcla de humor y violencia extrema aderezada por un estilo visual retro le sienta francamente bien

Y aunque nada de lo que hagamos y veamos en Not a Hero es original, pues hablamos de un título con esencia arcade bastante tradicional, esa mezcla de humor y violencia extrema aderezada por un estilo visual retro le sienta francamente bien. Tanto, que resulta fácil pasar por alto algunos de sus puntos flacos cada vez que te ves envuelto en un brutal enfrentamiento contra decenas de delincuentes de poca monta, policías ¡y hasta samuráis! en la piel de un tipo como Jesús, que con el pecho al descubierto, una camisa morada y un movimiento de cintura hipnóticamente obsceno, se deslizará por el suelo mientras dispara sus ametralladoras como si de una película de John Woo se tratase. ¡Adoramos a este tío!

¡Corre, corre! ¡Que te pilla! Los ninjas son uno de los enemigos que más os harán sufrir. Esquivan las balas como nadie y de un tajo acabarán con vuestra vida.
¡Corre, corre! ¡Que te pilla! Los ninjas son uno de los enemigos que más os harán sufrir. Esquivan las balas como nadie y de un tajo acabarán con vuestra vida.


Las diferencias entre los nueve protagonistas son además notorias. Porque no solo hablamos de un cambio de arma, sino también de la forma en la que se mueven –los hay rápidos, otros más lentos pero resistentes- y sus habilidades especiales, como la capacidad de recargar la munición en movimiento, deslizarse a la vez que se dispara, echar puertas abajo de una patada, e incluso disparar en las dos direcciones a la vez. Variaciones en la forma de jugar que nos ayudarán a cumplir con éxito ciertos objetivos secundarios, que son los que a fin de cuentas plantearán los retos más duros de la partida.

Guerra contra el crimen


El mayor problema al que hace frente Not a Hero, ya lo decíamos antes, es la escasez de enemigos que presenta y, sobre todo, lo irregular del diseño de niveles. Porque los hay sorprendentemente buenos, con una estructura laberíntica que nos llevará a afrontar ciertos desafíos como si de un juego de puzles se tratase, pero también otros demasiado planos que no aprovechan lo más mínimo el gran potencial que se oculta tras esta obra. Tiroteos, explosiones, persecuciones policiales, rescate de rehenes, saltos al vacío, ataques sorpresa... nadie podrá achacar a Roll7 que no ha intentado ofrecer variedad en el desarrollo de las partidas, pero sus esfuerzos son vanos cuando ni los enemigos ni la propia estructura de los niveles invita a probar nuevas formas de combate.

Guerra contra el crimen


Tan solo en el tramo final de la partida, cuando nos enfrentamos a criminales orientales, la acción adquiere un cariz mucho más emocionante gracias a la presencia de enemigos tan dispares como los samuráis, ninjas e incluso geishas, que nos atormentarán con una lluvia de dardos mortales. Se echan en falta, por tanto, más combates del estilo; más enfrentamientos épicos contra helicópteros, más persecuciones policiales y más enemigos especiales que hicieran que cada nivel fuera único. Hay 22 fases en total, la mayoría bastante divertidas, pero también demasiado similares entre sí. En lo jugable y, peor aún, en lo estético, con poquísimas variantes que harán que nos cansemos muy pronto de movernos por los mismos bloques de edificios.

Posee detalles de gran calidad, como la opción de atravesar ventanas para pillar por sorpresa a los enemigo, pero estos tienen que ver más con el propio diseño de la acción que con su apartado artístico. Afortunadamente, mejores sensaciones nos deja la excelente banda sonora de Not a Hero, que muy en la línea de lo escuchado en obras como Hotline Miami o el propio OlliOlli, nos hará disfrutar una barbaridad con temas muy cañeros y variados entre sí que amenizan de forma espléndida el transcurso de los tiroteos.

Interesante

Sin sello
Guerra contra el crimen

Not a Hero

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Aunque hemos echado de menos una mayor variedad de enemigos y un diseño de niveles más trabajado -demasiado simple para nuestro gusto-, Not a Hero es un buen juego de acción 2D con el que es muy difícil no pasarlo bien. La variedad de pistoleros a elegir, la intensidad de los tiroteos en los que nos veremos envueltos y la fluidez con la que transcurre la acción son tres fortalezas que demuestran el gran talento creativo que impera en este equipo que meses atrás nos deleitó con otra obra de estilo retro como es OlliOlli.

  • Muy intenso en su acción. Es un juego simple pero realmente divertido
  • Nueve pistoleros con su propio estilo de combate
  • Una banda sonora de gran calidad
  • Los objetivos secundarios os pondrán al límite. Solo los mejores los superarán
  • Poca variedad de enemigos
  • Diseño de niveles algo irregular. Los hay muy buenos, pero también otros más flojos
  • Se puede completar en unas tres horas. Pocos incentivos para repetir la partida
Jugadores: 1
Idioma: Textos en inglés
Duración: 3-4 horas
Ver requisitos del sistema
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