La última estrella de la galaxia al borde de la desaparición y un montón de cabronazos armados hasta los dientes dispuestos a impedirlo. ¿Cómo? Aunando a los mayores 25 héroes conocidos del universo para salvarla. El secreto de Battleborn está en sus personajes, que dan vida a un multijugador competitivo muy interesante y una campaña muy rejugable. Como os contamos en este análisis de Battleborn, Gearbox lo ha vuelto a hacer.
Hemos hablado largo y tendido en los últimos meses de las posibilidades de un producto como Battleborn. De la inspiración de Gearbox, creadores de Brother in Arms y Borderlands, en la tendencia actual de los MOBA más populares aportando su magia en el género del shooter. Las posibilidades eran infinitas, pero si multiplicamos por 25 las capacidades jugables y añadimos la variable de multijugador cooperativo y competitivo, el videojuego queda más que redondo. Si los tejanos están inspirados son garantía de éxito, y no nos cabe duda alguna que Battleborn es el ejemplo perfecto de dicha inspiración.
También han sabido congregar una serie de elementos añorados por los jugadores en los últimos tiempos y que parecían perdidos entre las actuales tendencias del mercado. Como decíamos, 25 personajes en el plantel, pero se regalarán cinco más en los próximos meses. Para completar los iniciales habrá que desbloquearlos jugando partidas, alargando su vida útil intentando desbloquear el contenido a base de victorias en el multi y pasar pantallas en la campaña. ¿Quieres aprender a jugar? No dudes en lanzarte al campo de batalla competitivo con bots. ¿Tienes un segundo mando? ¡Estupendo! Juega a pantalla partida con un colega.
Interesantes los bots, por cierto: el director creativo del videojuego, Randy Varnell, confirmó a 3DJuegos que Gearbox había invertido en una tecnología que ayudaba a los bots a aprender de las tendencias de juego que se ven en el multijugador. Dicho de otra forma: una especie de Drivatars de Forza Motorsport pero en versión shooter. No necesitarás mucho rato a los mandos para comprender que cada uno de los héroes es en sí mismo un protagonista para Battleborn, y que en sus características únicas de cada uno de ellos lleva al jugador a poder especializarse en diferentes campos y opciones.
Los que más nos han gustado son El Dragón, Caldarius y Montana. El primero es un luchador de wrestling que basa su fuerza en violentas acometidas cuerpo a cuerpo y diferentes movimientos de lucha libre; Caldarius es un monstruo acorazado jennerit ágil y con grandes capacidades a distancia; Montana es un gigante de grandes dotes defensivas, un tanque armado con una ametralladora multicañón de brutal cadencia de fuego. Lo único que comparten los tres y los 22 restantes son sus inspiraciones obvias en el género del MOBA y dos de las bases principales de ellos: comenzar siempre en nivel 0 y la limitación de sus poderes de forma temporal.
Una campaña a tener en cuenta
Battleborn está compuesto de un modo campaña de más de nueve capítulos de entre 35 y 50 minutos de duración cada uno, que puede ser jugado en solitario o en compañía. Además, tiene tres modos de juego multijugador con dos mapas independientes cada uno: Fusión (que consiste en conducir a esbirros a un punto concreto del mapa mientras evitamos que el rival haga lo propio), Captura (una suerte de rey de la colina típico de shooter con varias zonas a capturar) e Incursión, la joya de la corona. Gearbox nos ha confesado en numerosas ocasiones que el último de los modos competitivos es el motivo de existencia de la obra. Se basa en los MOBA convencionales y lleva al usuario a acabar con la base rival en un mapa simétrico ayudado por minions, trampas y fuertes mercenarios.
El asociar la palabra MOBA a un videojuego de venta tradicional ha podido confundir a muchos usuarios y medios. Se ha malinterpretado en todos los sentidos que Incursión sea lo más importante del producto y se ha llegado a dar por hecho que el resto de modos, incluida la campaña, no son más que escuderos de Incursión. Spoiler: no se puede estar más equivocado que con dicha afirmación. La propia campaña es un motivo de compra para cualquier usuario amante del género y de la propia marca Gearbox. ¿Motivos? Hay mucho trabajo en cada uno de los capítulos y su desarrollo es muy inteligente, además de ofrecer un montón de desafíos diferentes si los encaramos con las dificultades superiores a la normal.
Debemos mencionar gratamente en este análisis de Battleborn, que se ha rescatado el concepto de las vidas de forma muy acertada: un contenedor de oportunidades en el que los cinco jugadores las comparten. Si uno muere, se pierde una vida del total, por lo que una mala racha o un despiste ante un jefe final de los involucrados puede dejar el contador vacío en pocos segundos y llevarte a la pantalla de inicio sin posibilidad de continuar. En definitiva, las vidas de siempre, tan estrictas como las recordabas. Podrás encontrarlas dispersas por el escenario, pero no abundan y cada encontronazo con una de ellas es celebrado en algunos de los parajes más peligrosos del universo de Battleborn.
Acabar con enemigos otorgará puntos de experiencia. Se podrán gastar en el Hélice, un sistema de subida de nivel polivalente que permite al usuario escoger entre dos opciones distintas por cada nuevo nivel conseguido. La construcción del protagonista, por tanto, queda en manos del jugador, que podrá acomodar sus habilidades según las propias necesidades de la pantalla que se está jugando. El sistema es adecuado para las circunstancias frenéticas de algunas contiendas, y aunque la acción de Battleborn no se pausa mientras consultamos el Hélice, jugando en solitario sí tendremos algo de tiempo extra.
Las partidas de un jugador son, sin duda, una de las más importantes taras del videojuego. Es muy difícil jugar en nivel normal contra las hordas de enemigos con personajes especializados en ataques a distancia, ya sea magia o armas de fuego; es virtualmente imposible pasar algunos niveles con protagonistas cuerpo a cuerpo. ¿Solución? Jugar en fácil, aunque la óptima es, claro, tener compañeros con los que disfrutar de la partida, ya sea en la lejanía de Internet o en la cercanía del mando y la pantalla partida. El nivel se regula según la gente que juega, aunque hay algunos niveles que son tan difíciles que no lo llega a parecer siquiera.
¿Llega a depender la campaña de tener gente con la que jugar? En ocasiones sí, pero Gearbox ha sabido conjugar muchas facilidades a la hora de poder encontrar nuevos compañeros con los que lanzarnos al campo de batalla. La buena noticia es que tarda poco y el sistema es sencillo; la mala noticia, rocambolesca de hecho, es la de no poder escoger el nivel que queremos jugar en cada ocasión. El sistema encuentra otros jugadores para el cooperativo y somete a votación tres pantallas escogidas al azar, por lo que dependes de la democracia el poder jugar a la pantalla que quieres. Parece un error tan torpe que no dudamos que en el futuro se arreglará.
Puede parecer que a veces se abusa de las hordas en la campaña, pero tiene suficientes situaciones y circunstancias para convertir en una entidad propia a cada uno de los niveles. A destacar sus enemigos finales: algunos son increíbles y ofrecen mecánicas divertidas y frenéticas que requerirán de la colaboración de todos los battleborns involucrados. En definitiva, no, la campaña no es un mero acompañante del multijugador competitivo: es tan importante con el multi y se demuestra con cada partida jugada.
Pero… ¿es un MOBA?
¿Debería decepcionar lo poco que se parece a Borderlands? El usuario debe comprender que Battleborn nunca ha querido ser Borderlands, y que el hecho de ver a Gearbox apostando por una nueva franquicia en la era de “secuelalandia” debería valorarse también. De su mayor diferencia con su franquicia de éxito nace su competitivo, que ofrecerá horas y horas a los dispuestos a partirse la cara en cada uno de sus modos. Lo ideal, como en la campaña, es tener gente con la que jugar y comunicarse para tener una experiencia óptima, pero puedes disfrutar de los modos sin ello también.
Los dos primeros modos, Fusión y Captura, son también parte importante para el videojuego, pero es obvio que no gozan de la importancia de Incursión. Eso sí, se puede encontrar elementos interesantes en ambos para poder poner en práctica después en el modo capital. Fusión, por ejemplo, nos ayuda a entender la importancia de los minions en el campo de batalla, uno de los puntos de entendimiento principales para el éxito en las partidas contra otros usuarios; Captura es el más frenético de las modalidades y permite al usuario explayarse con las posibilidades más devastadoras de cada uno de ellos.
Incursión es clave para Battleborn. En 30 minutos debes acabar con el dron centinela gigante de la base enemiga. Para ello deberás gestionar con éxito las compras de ayudas que hay en el escenario, consiguiendo experiencia suficiente para acabar con los rivales y pudiendo plantar trampas de todo tipo gracias a las esquirlas (la moneda del juego) que encuentres por el mapa. También podrás vencer a una serie de enemigos poderosos llamados mercenarios para ponerlos en tu bando durante una oleada de minions, por lo que será vital estar atento a su aparición en el mapa para hacerte con sus servicios antes que el rival.
El videojuego presenta un diseño único y muy de la marca Gearbox
El equilibrio entre las habilidades del equipo, claro, es vital. Como en cualquier MOBA deberás compensar la fuerza bruta con la defensa, los héroes tanque y el apoyo. La primera clave para encarar garantías en la victoria es la configuración de un equipo equilibrado, si se comienza con el pie izquierdo aquí se rebajarán las posibilidades enormemente. El lanzar ataques en solitario al dron centinela significa muerte: hay que jugar en equipo para mermar las fuerzas enemigas y acabar con la inquebrantable defensa que lo defiende.
Y aquí viene la pregunta clave del análisis de Battleborn: ¿Acierta Gearbox con la combinación de MOBA y FPS? Sí. Es una unión delicada que se ha resuelto muy notablemente. A poco que te gusten los referentes y quieras darle una oportunidad al videojuego estarás dentro. ¿Qué hay de los posibles desequilibrios del plantel? De momento nada excesivamente exagerado, pero los tejanos han preparado un sistema de corrección que les permite cambiar elementos de cada personaje con suma facilidad y sin tener que recurrir a incómodas actualizaciones, por lo que es un campo en el que existen garantías suficientes como para no preocupar al jugador.
Estilo propio, pero muy de Gearbox
Es de matrícula el trabajo que se ha hecho en el sonido y la adaptación al castellano. Una verdadera virguería y muchas horas grabando en estudio para garantizar nuevas sorpresas en cada partida que se juega en la campaña. Dependiendo de los personajes usados cambian algunas conversaciones y se obtienen resultados y situaciones descacharrantes. Las voces son adecuadas y han sabido mantener con éxito el trabajo original que se ha hecho para los usuarios de habla inglesa, y una nueva muestra del mimo de 2K hacia el público y mercado español.
En lo visual puede parecer humilde, pero también es muy robusto. Debe valorarse también el estar ante un juego que en 2016 permite jugar a pantalla partida sin grandes problemas, algo que ha obligado a sus artistas a bajar el listón técnico por apostar por los usuarios y su multijugador. Teniendo en cuenta la limitación, han sido inteligentes a la hora de plasmar su caótico universo y dotar de la suficiente entereza e identidad a cada uno de los parajes visitados y cada uno de los héroes creados.
Un diseño único y muy de la marca Gearbox, algo que a muchos usuarios podría echar atrás. Salir de la zona de confort es lo que tiene, y si para dar con algunos personajes memorables como Galilea, Phoebe, Marquis o Rath se ha tenido que crear otros menos inspirados como Reyna, Ghalt o Attikus, habrá valido la pena, aunque sea un punto tan subjetivo como el propio gusto de cada usuario.
Disparos made in Texas y MOBA. Identidad única para cada protagonista, una campaña muy rejugable e interesante y un competitivo que es la joyita de la corona de lo nuevo de Gearbox. Battleborn tiene algunas decisiones discutibles en su juego en solitario o en la posibilidad de escoger capítulos cooperativos en línea, pero también es valiente y tiene virtudes suficientes para ser un videojuego único y digno de tener en cuenta. Largo, rejugable y ambicioso.
Comprar Battleborn- Una combinación de géneros que parecía complicada pero que ha terminado siendo satisfactoria
- 25 personajes únicos y ampliación gratuita hasta llegar a los 30 en los próximos meses
- Una campaña a prueba de bombas: duración óptima y gran rejugabilidad
- Un brillante competitivo. Fusión y Captura se acomodan a la importancia de Incursión
- Contenido desbloqueable, bots, pantalla partida… Parecían olvidados por la industria
- Experiencia en solitario algo decepcionante. Se debería haber mimado más
- En ocasiones depende demasiado de tener compañeros con los que poder comunicarte
- No poder escoger capítulos concretos en las partidas públicas
- Algunos personajes, poco inspirados en su diseño final
