El shooter más alocado regresa con Serious Sam, el cambio de tercio que el Croteam ha ideado para recuperar el ya desaparecido interés por la franquicia. ¿El resultado? Un juego bastante decepcionante que no logra estar a la altura de los primeros títulos de la serie, y que no llamará la atención particularmente ni de los fans de la franquicia ni de los nuevos usuarios que se acerquen a él buscando un entretenimiento sin complicaciones.
La saga Serious Sam constituye uno de los fenómenos más extravagantes del universo shooter. Sencillo a más no poder, el título ha convertido su mecánica de gatillo fácil y alocado concepto en una fórmula de notable éxito en el pasado que consiguió unos resultados francamente sorprendentes con su primer juego de 2001 y con su continuación directa de 2002, pero que han ido diluyéndose poco a poco y entrega tras entrega con una franquicia que no ha sabido evolucionar con el avance de los tiempos.
¿Este ansia por evolucionar que buscamos incluye un cambio de la base del juego? En absoluto, de hecho adoramos ese concepto de correcalles completamente absurdo en el que acribillar a miles y miles de enemigos sin mayor preocupación que la de escoger con qué arma vamos a llevar a cabo nuestra matanza. No obstante este Serious Sam 3 BFE, lamentablemente, roza lo anacrónico con una propuesta sencillamente triste y aburrida que no logra estar a la altura de algunos de sus más brillantes precedentes.
A Serious Man
El guión de esta nueva entrega de Serious Sam tiene tan poca importancia como cabía esperar, de modo que desde esta review vamos a prestarle tan poca atención como el propio videojuego parece hacer con su propia narrativa. Únicamente destacaremos el hecho de que volvemos a encarnar al mismísimo Sam en una nueva aventura contra las incontables tropas del maléfico Mental. El juego, de hecho, se toma tan poco en serio a sí mismo como es costumbre en la franquicia, y parece querer parodiar a los grandes lanzamientos del género de la acción bélica reciente adoptando un sorprendente telón de fondo ambientado en zonas urbanas de Oriente Medio.
El tono formal y solemne de Call of Duty o Battlefield, por supuesto, brilla por su completa ausencia en esta ocasión, y ya desde el primer minuto de juego la actitud macarra y chulesca de Sam será la constante frente a sus enemigos. Las cinemáticas presentan un aspecto que no pasa de lo meramente aceptable, con breves clips de vídeo no particularmente bien realizados que separan un escenario de otro y que hacen adecuadamente su labor de no estorbar al jugador más allá de contextualizar cada área que vayamos visitando.
Por lo demás si nos ha llamado la atención con anterioridad el sentido del humor del videojuego, en esta ocasión tenemos dos tazas de la comicidad clásica de la serie. No es que Serious Sam 3 sea un rosario de gags, de hecho a más de uno se le puede atragantar su estilo, pero lo cierto es que momentos como Sam mandando callar a uno de los gritones e irritantes granaderos suicidas tras volarle la cabeza es algo que no tiene precio. Por lo demás los momentos divertidos vienen más del diseño de los enemigos o de las propias situaciones que protagonicemos, que de lo gracioso que pueda ser lo que se nos cuenta, y es que hay algunos contextos en los que nos veamos rodeados por un centenar de enemigos apilándose para atacarnos en un recinto minúsculo; algo que tiene un componente de divertida histeria que es tan clásico de la saga como su nombre mismo.
Y es que esos instantes son de las pocas alegrías que nos deja un videojuego que, por lo demás, resulta de lo más mediocre. A continuación vamos a describir sus virtudes (escasas) y defectos (abundantes) en el apartado jugable, el que debería ser el verdadero puntal de un videojuego, y donde este tercer episodio de la franquicia Serious Sam fracasa hasta resultar tedioso y aburrido. Ni tan siquiera la adrenalina ha podido salvarle.
Vaciando Cargadores
El comienzo de la campaña individual de Serious Sam 3 es sencillamente desolador. Los primeros cuatro niveles se cuentan entre las experiencias más aburridas que hemos tenido que superar en los últimos meses, con una sección en particular, el segundo capítulo al completo, que roza lo insoportable.
Los juegos del Croteam se han visto generalmente favorecidos por entornos muy grandes, donde el título se sentía muy cómodo y donde facilitaba esos combates gigantescos y épicos contra cientos de enemigos al mismo tiempo. Lamentablemente en muchos momentos este Before First Encounter apuesta precisamente por todo lo contrario, con algunos mapas sorprendentemente encorsetados por pasillos estrechos y estancias bastante reducidas. Lógicamente hay momentos en los que el programa abre el prisma de sus mapeados para ofrecernos arenas gigantescas, eso sí éstas completamente desérticas en cuanto a elementos o mobiliario, pero hay niveles completos ambientados en pasillos donde el juego muestra su peor rostro. El segundo anteriormente mencionado no es ni mucho menos el único, pero sí el que más netamente ejemplifica los problemas de este tipo de mapeados con una fórmula como la de Serious Sam, y es que está 100% compuesto por pasillos oscuros y estancias diminutas con una recta final entre las más absolutas tinieblas y con una diminuta linterna como única iluminación que roza lo insufrible por aburrida y soporífera.
Los mapeados son un pilar enorme en la experiencia de un shooter, y es que pueden amplificar los éxitos de su fórmula jugable si están bien trazados tanto como destruirla casi por completo si presentan problemas en sus diseños. Es precisamente el problema de este Serious Sam 3, que repite con mayor o menor éxito las ya antiquísimas fórmulas de su componente shooter, pero que se ve seriamente lastrado por unas localizaciones innecesariamente laberínticas y torpes en cuanto a la posibilidad de crear tiroteos divertidos.
Por lo demás todas las mecánicas de disparo continúan mostrando idénticas claves que cumplen ya una década, y es que el quid del encanto añejo de la franquicia es precisamente la de no haber cambiado ni un ápice. Así pues si nos sentimos cómodos con los shooters de gatillo fácil en los que importa más vaciar nuestros cargadores lo más rápidamente posible que la más mínima maña apuntando, éste es nuestro juego. Eso sí, en esta ocasión el juego ha sumado la mecánica del recargado a la fórmula, sumando un componente ligeramente táctico puesto que a la hora de plantar cara a varias decenas de enemigos al mismo tiempo será fundamental escoger el momento perfecto para cambiar de cargador.
Éste es el único componente nuevo de una fórmula que empieza a notar tremendos problemas para mantenerse como un juego que no dé la sensación de estar trasnochado. Lo que era genial hace 10 años no tiene porqué serlo ni mucho menos ahora, y si de entonces a esta parte sumamos únicamente pequeñas adiciones como la recarga lo cierto es que estamos ante una técnica ciertamente gastada.
En otro orden de cosas, y con ánimo de finiquitar los factores jugables, hay que destacar que el título trae consigo modalidades competitivas y cooperativas para jugar a través de internet o mediante pantalla dividida. Los modos de enfrentamiento son los más suculentos en cuanto a cantidad, con ocho alternativas bastante repartidas entre modos por equipos e individuales pero que son bastante variados y que cuentan con un máximo de 16 usuarios simultáneos. Por lo que respecta a la faceta cooperativa el superar la campaña acompañados es la única forma de combatir su tedioso planteamiento, pero hay que mencionar que son cuatro las alternativas: Normal, Clásico, Operado por Monedas y Supervivencia, con todas ellas muy descriptivas en cuanto a nomenclatura, y con la última compuesta por el aguante de oleadas y oleadas interminables de enemigos junto a otros siete usuarios.
Un Nuevo Encuentro -Gráficos y Tecnología-
A nivel visual, este Serious Sam 3 es un videojuego de contrastes, tiene algunas partes que presentan un muy buen aspecto, pero hay otras que dejan muchísimo que desear y que hacen que el conjunto resulte ciertamente irregular.
Entre lo positivo destaca principalmente la iluminación responsable de algunas de las más bellas estampas que nos regala el videojuego, especialmente en lo tocante a los escenarios abiertos, donde más enteros gana el programa. Ahí es donde la luz natural baña los escenarios con un muy buen trabajo lumínico, y es que si bien resulta muy exagerada en algunos momentos, también es cierto que resulta llamativa y le dota de personalidad al videojuego.
El Serious Engine 3.5, sin embargo, no se muestra tan efectivo a la hora de reproducir lo que se ve en pantalla en cuanto a los elementos más tangibles. Si contamos con un equipo muy avanzado y podemos fijar todas las opciones en Ultra disfrutaremos de unas texturas bastante detalladas, aunque sin alcanzar tampoco unos extremos realmente asombrosos; eso sí, si tenemos que escoger alguna de las otras los resultados serán mucho más discretos. Por lo que respecta a los escenarios echamos en falta más detalle y polígonos en las localizaciones más grandes, y en cuanto a los personajes siguen atesorando la simpatía y el divertido aunque escaso carisma de los trabajos anteriores del Croteam sobre éstos.
Por lo que respecta a la optimización, el juego es exigente de modo que nos hará falta un buen ordenador para moverlo. Las opciones visuales son particularmente cuantiosas y detalladas, pero principalmente giran en torno a darle la libertad al programa para que él valore el potencial de nuestro equipo en base a los parámetros de Velocidad del Procesador, Velocidad de la GPU y Memoria de la GPU... Es una forma muy automatizada de personalizar la experiencia visual del juego, aunque también nos deja muchísimo espacio para dejarlas a nuestro gusto con las personalizables.
En cuanto a la música, ésta es no demasiado inspirada y bastante repetitiva, con pocas pistas y recicladas hasta la saciedad. Lo mismo podemos decir de los efectos de audio, que no son de gran calidad, y sobre el apartado de voces que llega a nuestro país en inglés con un nivel discreto y con la única traducción de los textos al castellano.
Serious Sam 3 fracasa a la hora de ofrecer un entretenimiento acorde con los estándares de calidad de los primeros episodios de la saga. Se mantiene la tónica de acción alocada y frenética de sus predecesores, pero falta toda la chispa que los caracterizaba y que hace caer a este lanzamiento en un espectáculo de disparos aburrido y que cae con facilidad en lo repetitivo.
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