Los beat'em up, esa Rara Avis en los tiempos actuales, regresa de la mano de… ¡Final Fantasy! Sí, porque este videojuego digital denominado A King's Tale: Final Fantasy XV es precisamente eso. Analizamos lo que nos muestra.
Final Fantasy XV. Hacía mucho tiempo que un capítulo de esta serie no generaba tanta expectación. Una grata noticia para los que somos seguidores de la misma desde ya hace muchos años. Bien, pues como sabéis la aparición de esta nueva entrega ha venido acompañada de todo tipo de producciones complementarias: película (Final Fantasy XV: La Película), serie anime (Brotherhood: Final Fantasy XV) y un curioso videojuego digital que lleva por nombre A King's Tale: Final Fantasy XV.
Este título ha formado parte de la campaña de promoción para las reservas del juego y ya está disponible, juego que me ha parecido tan entretenido como efímero. Pero bueno, esto último en este caso tiene un pase debido precisamente a ese hecho, es decir, a formar parte de un incentivo.
La historia gira en torno a Regis, el padre de Noctis (el protagonista de Final Fantasy XV), quien narra un cuento a su descendiente justo ante de irse a la cama. Dicha historia que va contando Regis a través de pantallas estáticas acompañadas de textos (en español) tiene lugar 30 años antes de los eventos sucedidos en la aventura principal, por lo que vemos a Regis en plena acción cuando era joven.
Pero en lugar de estar ante un juego de rol, lo cierto es que el espíritu de A King's Tale: Final Fantasy XV no puede ser más distinto. Aquellos que disfrutamos (y mucho) en su día con producciones como Knights of the Round, por ejemplo, descubrimos un beat'em up 2D claramente influenciado por ese tipo de arcades y producciones tan prolíferas durante la era de los 16 bits. ¿Y qué ha sido de este género desde entonces? Todos sabéis la respuesta.
Un cuento infantil
Controlando a Regis tenemos que abrirnos camino a través de diversas áreas de juego (ciudades, cuevas, etc.) divididas en varias fases. Cactilios, bégimos, esqueletos y demás bestiario común de esta saga van saliendo a nuestro encuentro, gozando todos ellos de características únicas que debemos tener muy en cuenta. De esta forma los samuráis sólo son vulnerables de primeras a las estocadas, mientras que los flanes rojos únicamente pueden ser heridos de gravedad usando magia de hielo. Y cuando se reúnen varios adversarios diferentes en pantalla, debemos tener bien presente los atributos de cada uno de ellos para no acabar besando el suelo, lo cual añade un toque táctico bastante apropiado a la aventura.
El manejo resulta bastante completo. Tres botones nos permiten efectuar acciones diferentes como tajo rápido, ataque con escudo o realizar estocadas, mientras que otro más queda dispuesto para rodar por el suelo. Gracias a esto es posible ejecutar cadenas de combos relativamente variadas, a lo que se suma la posibilidad de realizar ataques mágicos (de fuego, hielo y electricidad) así como uno especial. Y para ampliar más la oferta de maniobras que es posible realizar, también podemos llamar a tres personajes de apoyo (Weskham, Cid y Clarus, el padre de Gladiolus) que nos acompañan a partir de momentos puntuales.
El ritmo al que transcurre la acción es bastante dinámico y, una vez dominas el manejo (lo cual apenas puede llevarte unos cinco minutos), lo cierto es que el juego resulta bastante ameno… mientras dura. Y es que el principal inconveniente que presenta el título es precisamente su duración, una hora como mucho, y nos deja con ganas de más. Por fortuna una vez superada la historia principal se desbloquea el modo Batallas Oníricas. Esta opción alberga 25 niveles de desafío que nos animan a superar ciertas fases bajo unas condiciones muy concretas y con un objetivo determinado. Sin resultar muy original en su planteamiento, por lo menos extiende la duración un par de horas más, que no está mal.
Por otra parte y tal y como sucede en el propio Final Fantasy XV, no es posible jugar a dobles, otra de las pegas que se le pueden poner a King's Tales, dado que este tipo de juegos siempre han destacado precisamente por poder albergar opciones multijugador fácilmente. A pesar de esto, para tratarse de un juego descargable que muchos han recibido de manera gratuita (como es mi caso) me parece más que interesante lo que ofrece en conjunto. Y más si tenemos en cuenta lo olvidado que se encuentra actualmente el género de los beat'em ups.
Para terminar el apartado gráfico se muestra solvente y hasta tractivo dentro de lo que nos propone. Personajes y escenarios muestran un acabado 2D pixelado bastante aparente, mostrando un aspecto relativamente parecido al que mostraban algunos de los representantes de la era de los 16 bits. Y la banda sonora sigue ese mismo camino, con efectos muy contundentes y melodías simplemente pasables.
Este beat'em up de desarrollo y apariencia 2D presenta buenas credenciales, y se basa en un sistema de control bastante apañado que nos permite usar magia y realizar multitud de acciones y combos distintos con facilidad. Su nivel de desafío no es muy elevado, su duración es exigua y se echa en falta un modo para dos jugadores, pero para tratarse de un título de sus características y que además muchos han recibido gratuitamente por reservar Final Fantasy XV, no es desdeñable en absoluto.
- Buena integración de ataques, combos y magia
- Interesante planteamiento estético, muy retro
- Las Batallas Oníricas añaden diversión adicional
- La aventura principal da para una hora
- No presenta modo para dos jugadores
