¿Te gusta lo retro? ¿Disfrutas de los juegos de tiros en arenas de la vieja escuela? ¿Crees que la velocidad es fundamental en un juego de acción para que sea divertido? Tu respuesta es Storm... ShootMania Storm. Más sencillo imposible, pero también difícilmente más frenético y entretenido. Los creadores de los geniales Trackmania nos ofrecen su visión del género.
Los chicos de Nadeo se han hecho un nombre muy respetable entre los jugadores de PC. Se les considera un estudio reputado en cuanto a la oferta de productos muy entretenidos que cuentan entre sus virtudes el permitir a la comunidad una participación muy creativa gracias a editores y distintas herramientas. Su legado nos ha dejado por ahora brillantes productos de velocidad como los geniales Trackmania, pero también otros lanzamientos algo menos conocidos pero igualmente recomendables como la serie de simulación de regatas Virtual Skipper.
Ahora, y con ánimo de mejorar la variedad de su oferta, lanzan un interesante ShootMania Storm que ha sorteado con éxito ya varios meses de betas y versiones de prueba que han agradado al público. El juego está ya disponible por un precio muy competitivo, y brinda un entretenimiento muy sencillo, básico incluso, pero que logra atrapar con un planteamiento adictivo que antepone la velocidad y el ritmo trepidante a cualquier otra consideración relacionada con una profundidad o una complejidad que brillan por su total ausencia. Con referencias tan claramente definidas como Unreal Tournament o, especialmente, Tribes, el que nos ocupa es un título orientado claramente a la vieja guardia de los hardcore.
Primero Dispara, Después Pregunta
Es difícil ser más directo y andarse con menos rodeos que ShootMania Storm. Sin guión en absoluto, el juego nos planta ante un interfaz bastante diáfano que nos presenta las distintas opciones que hay disponibles. Básicamente dos jugables, una de escaramuzas en solitario y otra acompañados, además del editor de mapas y repeticiones que ofrece la vertiente de participación de la comunidad que tanto caracteriza a los productos de Nadeo.
El planteamiento puramente jugable de ShootMania es muy sencillo: se trata de un shooter en primera persona de la vieja escuela, directamente deudor de lo que ofrecieron a comienzos de este siglo lanzamientos como Unreal Tournament. Con él saltamos sobre arenas pobladas por jugadores de todo el mundo, y en ellas demos alzarnos hasta el liderazgo de las tablas clasificatorias acabando con el mayor número de enemigos posibles. ¿Cómo hacerlo? Siendo más rápido que el resto y teniendo una puntería que resulte demoledora, puesto que no vamos a tener muchas oportunidades.
Las partidas de Storm son cortas y de una velocidad endiablada, pero también son adictivas y dejan en todo momento con ganas de más. La clave está en eliminar todos los aspectos que han rodeado de complejidad al género, y quedarse con su base, con su esencia... con el mata o muere. Así en el juego que nos ocupa no hay ni un sólo elemento persistente, no hay tampoco rachas de muertes, ni ventajas o desbloqueables... por no haber, de hecho, ni siquiera hay más de un arma al mismo tiempo. Sin embargo todos estos recortes no se perciben como limitaciones cuando se está jugando, todo lo contrario, parecen más bien fuertes pilares sobre los que edificar una experiencia donde el ritmo, la velocidad y los reflejos priman sobre cualquier otra característica imaginable en un producto que no perdona.
El hecho de que ShootMania sea diversión rápida y sencilla en estado puro, y en el sentido más conceptual de la palabra, no significa que el videojuego sea absurdo o descerebrado, y es que ofrece modalidades alocadas de Todos contra Todos, pero también algunas por equipos. Éstas últimas, de hecho, son también las más divertidas y las únicas que consiguen poner algo de orden sobre el absoluto caos que suponen el resto de las alternativas disponibles. El énfasis en todos ellos sigue siendo el de ser más rápido y más "espabilado" que el resto, haciéndonos un lugar en la comunidad ya sea por nuestras buenas puntuaciones o por lograr buenos trabajos sobre los mapas en cuanto a diseño, sin embargo cuando se acota algo la experiencia con objetivos descubrimos también que es algo más gratificante.
Nadie nos priva de disfrutar, y mucho, sencillamente moviéndonos por los escenarios y acabando con todo lo que se mueve, de hecho ahí encontrará un gran atractivo si pertenecemos al perfil más interesado en una experiencia sin complicaciones. Sin embargo si deseamos optar por un acercamiento con algo más de profundidad, mínima eso sí, siempre es de agradecer el saber que podemos optar por modalidades con un cierto orden y que, además, podemos invertir un sin fin de horas en el editor de escenarios.
Atropello y Fuga
La locura de adicción que puede generar en nosotros ShootMania, no obstante, no depende para nada de estilos de juego o herramientas de edición. Sólo hay dos botones, saltar y disparar, así que todo se reduce a sacar partido de la movilidad máxima del personaje tanto en horizontal como en vertical, ya sea con la poderosa capacidad de salto de nuestro protagonista o con las lanzaderas que salpican escenario siempre muy abiertos. Pero también es importante ser precisos cual cirujano con el destino de nuestros tiros ya que, aunque son infinitos, tienen una periodicidad muy poco generosa y anima así a que seamos lo más cuidadosos posibles con su administración.
De hecho en cada ronda podemos recibir dos disparos antes de morir, también tres o uno en función de la modalidad o las condiciones, y la salud no es regenerativa, lo que hace que la experiencia sea directa y que no tome prisioneros entre unos jugadores que no mostrarán la más mínima compasión a la hora de quitarse a sus rivales de encima. La munición, por el contrario, sí es regenerativa, algo que es poco menos que una obligación puesto que sólo podemos efectuar cuatro disparos. Esto nos obliga a ser muy precisos, y también a plantearnos seriamente cómo usar cada una de nuestras balas puesto que su recarga nos lleva unos segundos que pueden ser vitales en un lanzamiento tan furioso como éste. El tercer elemento a tener en cuenta en el videojuego es la resistencia, algo que nos servirá para saltar, por ejemplo, y que también se mide con una barra que, así mismo, se rellenará progresivamente.
Y es que todo en Storm se orienta a esas pequeñas estrategias, que para algunos pueden sonar a pueriles o excesivamente simples, pero que para otros son la esencia de este tipo de juegos. Al fin y al cabo sentirse atrapado por la propuesta del programa dependerá mucho de cada persona, y es que éste es un juego muy difícil de recomendar sin conocer los gustos del interesado, pero lo que es innegable es que la fórmula del lanzamiento está muy cuidada y es exacta como un reloj suizo. Lo que se favorece es la destreza pura y dura y la habilidad del jugador a los mandos, sin importar ninguno de los elementos accesorios que en los últimos tiempos trufan los conceptos de los shooters actuales.
Deshaciéndose de todo lo superficial, y centrándose en el núcleo de la experiencia jugable de disparos en primera persona es como ShootMania Storm acaba haciéndose fuerte. A esta sensación contribuye el hecho de que incluso el lobby de espera antes de acceder a los servidores competitivos es una alocada lucha de todos contra todos, o también lo torpes que son los interfaces y lo poco accesible que resulta el producto en general en cuanto a menús. Lo que importa de Storm son sus entrañas jugables, y lo que lo rodea no tiene relevancia en demasía. De hecho lo único rescatable de cuanto rodea a sus tiroteos es el fenomenal editor, tanto de mapas como de repeticiones, que nos permite ver de primera mano la versatilidad del engine gráfico del programa, así como de disfrutar de una herramienta tan compleja como cargada de posibilidades.
Desde el punto de vista visual ShootMania es interesante, aunque lógicamente juega en otra liga con respecto a lo que se disfruta en los grandes títulos del género shooter en PC. Los personajes son quizá la parte más floja del conjunto, y es que aunque tenemos cierto margen para personalizarlos, lo cierto es que no aportan grandes cosas en casi ningún aspecto. Los escenarios ofrecen mejores resultados, y con su diseño abierto conjuntamente con los efectos de los distintos tipos de armas brindan un conjunto con mucho mejor resultado. La optimización del lanzamiento está a la altura de lo que esperábamos, aunque como ya hemos adelantado el juego no es un derroche estético. Cuenta con un generoso abanico de alternativas tecnológicas a personalizar, y disfruta además de una prueba de rendimiento para testear cómo va a rendir el programa con esas opciones en nuestro equipo. Lo positivo es que se ha buscado llegar a una amplia gama de equipos, lo no tan bueno es que todo se gestiona desde una herramienta ManiaPlanet que funciona al margen del juego y que, para alterar cualquier aspecto gráfico, nos obliga a abandonar el juego. El programa llega a nuestro país traducido en sus textos, y sin voces.
Con un planteamiento dinámico y sencillo, ShootMania apuesta por la diversión y el entretenimiento en estado puro. Quizá precisamente su planteamiento simplista es lo único que nos impide recomendarlo a los aficionados a los shooters en general, y es que sólo los aficionados a las experiencias más caóticas, hardcore e incluso casi rudimentarias encontrarán acomodo en su divertida y sencilla propuesta.
