Análisis de Sonic Colours

Análisis de Sonic Colours
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El reciente Sonic the Hedgehog 4 Episodio 1 supuso el primer paso en la dirección correcta de las aventuras plataformeras de Sonic, después de una dura etapa en la que había protagonizado títulos mediocres. Y Sonic Colours viene a ser la confirmación de que, al fin, SEGA le ha vuelto a tomar el pulso a las andanzas de su querida mascota ultrasónica. Una grata noticia, sin duda.

Pensamos que es casi mejor dejar en una habitación bien sellada de nuestro cerebro títulos como Sonic Unleashed, Sonic The Hedgehog o Sonic Riders. Todos sabemos que hasta ahora Sonic no había arrancado con buen pie en la actual generación de consolas, si bien es verdad que sus aventuras diseñadas para Wii (Los Anillos Secretos y El Caballero Negro) mostraban algo más de calidad. Y Sonic Colours viene a demostrar que, por alguna razón insondable, la consola de Nintendo se adapta mejor a sus aventuras, pues se trata de un juego realmente recomendable y que satisfará plenamente a los seguidores de la popular mascota azulada.

Comienza el espectáculo
Tras una de las mejores secuencias introductorias jamás vistas en Wii (a la altura de las contempladas en juegos como Super Smash Bros Brawl, por ejemplo), arranca esta aventura plataformera. Al comienzo no sabemos muy bien qué es lo que sucede ni cuál es nuestra misión: únicamente estamos al tanto de que nos encontramos en un maravilloso y realmente colosal parque temático creado por el Dr. Eggman, la némesis de nuestro puercoespín. Sin embargo, al poco de comenzar nos enteramos de que unos pequeños seres alienígenas de colores (los Wisps) están siendo cazados por un ejército de robots subordinados del propio Dr. Eggman, por lo que nuestra misión consiste en ayudarles.

Y esta ayuda nos dará sus recompensas. Sí, porque a medida que rescatemos a estas criaturas éstas nos proporcionarán nuevas habilidades, como convertirnos en taladro, rayo láser, pincho, nave, cubo azul… De hecho, en Sonic Colours vamos a descubrir a uno de los Sonic más versátiles de todos los aparecidos en sus aventuras, ya que goza de un número de acciones y movimientos realmente considerable. Así a bote pronto y al margen de las citadas habilidades especiales, el erizo es capaz de saltar, correr, derrapar, atacar a sus enemigos en el aire, planear, efectuar ataques relámpago, dar pisotones, deslizarse por el suelo, practicar surf por raíles… Y este amplísimo surtido de movimientos propician una jugabilidad muy rica, que nos sumerge en situaciones muy diversas.

Sonic Colours supone el regreso triunfal de la mascota de SEGA a Wii, después de unos años un tanto “oscuros”.
Sonic Colours supone el regreso triunfal de la mascota de SEGA a Wii, después de unos años un tanto “oscuros”.

La mecánica de juego también es una delicia. Ante nosotros tenemos un mundo extenso que consta de siete entornos bien diferenciados (más alguna sorpresa), zonas que se dividen a su vez en varias fases o actos. Para desplazarnos de uno a otro contamos con la ayuda de un mapa del mundo de Sonic, similar al visto en juegos tipo New Super Mario Bros, pudiendo ir de uno a otro con suma sencillez. Nuestra meta consiste en recorrer cada nivel lo más rápidamente posible, solventando por el camino las distintas trampas y enemigos de rigor que cada escenario contiene. Y mientras nos desplazamos a toda pastilla por los fondos, también tenemos que preocuparnos de recoger diversos objetos, desde los ya clásicos anillos a medallas, Wisps, etc. Por último, al final de cada uno de los mundos nos estará esperando un duro jefe, que nos ofrecerá un reto diferente cada vez.

Además, también conviene destacar que aunque se trata de un juego eminentemente 3D, en la inmensa mayoría de las fases se combina la jugabilidad 3D con zonas de desarrollo 2D tradicional, dando como resultado un título realmente atractivo.

La aventura da bastante de sí puesto que se compone de siete mundos divididos a su vez en una buena colección de niveles o actos.
La aventura da bastante de sí puesto que se compone de siete mundos divididos a su vez en una buena colección de niveles o actos.

En cuanto al control, este es sencillamente magnífico. El título nos permite jugar como más nos guste, ya sea usando el Wiimote únicamente (sosteniéndole de manera horizontal), Wiimote + Nunchuk, mando Clásico o incluso el pad de GameCube. Sea cual sea nuestra elección el título es súper jugable, por lo que depende únicamente de nuestras preferencias personales.

El único aspecto “criticable” de Sonic Colours tiene que ver con su baja dificultad. Superar los primeros mundos (no niveles) no os llevará más de una hora, momento en el cual la curva de dificultad empieza a ajustarse paulatinamente. Este hecho provoca que la aventura pueda ser superada en unas 5-6 horas, y eso que la cantidad de fases que incluye el título es considerable. Sin embargo, debemos realizar varias puntualizaciones importantes en este sentido.

La primera es que el juego está orientado a un público no especialmente experto (que no infantil, ojo) en estas lides. La segunda es que, si bien es verdad que superar la aventura no es una labor especialmente ardua, conseguirlo encontrando todos los secretos y obteniendo puntuaciones altas es otro cantar. La modalidad multijugador también añade más vida al asunto, así como una curiosa y (a nuestro entender) fantástica modalidad adicional llamada Dr. Eggman Sonic Simulator, opción que nos ha parecido muy adictiva. Este modo es un guiño a los clásicos títulos de Sonic y ofrece jugabilidad de la vieja escuela, siendo un detalle muy agradable que sabrán apreciar especialmente los usuarios más veteranos de Wii.

Otro aspecto que también puede molestar a ciertos usuarios es la inercia de Sonic, algo inherente a toda la saga. Y es que los que no estén acostumbrados a las aventuras de Sonic pueden encontrar al puercoespín algo incontrolable en un primer momento, pega que desaparece por completo en cuanto superas las dos o tres fases iniciales.

La sensación de velocidad que transmite el juego es increíble. En serio, es más acusada que la experimentada en la inmensa mayoría de los juegos de velocidad actuales.
La sensación de velocidad que transmite el juego es increíble. En serio, es más acusada que la experimentada en la inmensa mayoría de los juegos de velocidad actuales.

Exquisitez visual
Desde un punto de vista plástico, Sonic Colours es uno de los títulos más sobresalientes de todos los aparecidos en Wii hasta el momento. Los siete mundos que recorremos son un auténtico dechado de imaginación y creatividad, siendo además muy distintos entre sí.

La exuberancia gráfica que muestran todos los decorados es increíble. El motor gráfico 3D utilizado en Sonic Colours es realmente potente y permite mostrar entornos muy complejos y cargados de elementos, desde norias a naves espaciales, vegetación frondosa, puentes, etc. El tamaño de muchas de estas construcciones es realmente gigantesco y, a pesar de esto, la acción transcurre con soltura. Y eso tiene mucho mérito dada la extraordinaria velocidad a la que se desplaza el protagonista. Tanto es así, que la sensación de velocidad que exhibe Sonic Colours rivaliza o incluso supera al 99% de los juegos de velocidad existentes en el catálogo de esta consola.

Además, la calidad que muestran las texturas que sirven para adornar cada uno de los objetos que se dan cita en los fondos es fantástica, destacando tanto por su limpieza y nitidez como por su variedad. A este espectáculo visual se une un colorido magnífico, que pone el broche de oro a un apartado gráfico majestuoso.

La adictiva mecánica de Sonic Colours combina las 3D con las 2D de manera excepcional. Todo un acierto para revitalizar su clásica jugabilidad.
La adictiva mecánica de Sonic Colours combina las 3D con las 2D de manera excepcional. Todo un acierto para revitalizar su clásica jugabilidad.

Mención aparte merecen las soberbias secuencias de vídeo que nos asaltan de cuando en cuando, incluida la ya mencionada introducción inicial, que son de lo mejorcito que se ha visto en esta consola.

El sonido no alcanza las mismas cotas de calidad que el apartado anterior, pero aún así se encuentra a un nivel excelente. El tema central de la banda sonora nos ha recordado bastante (por su belleza y estilo) al mismo incluido en Super Mario Galaxy. Y el resto de piezas que conforman dicha banda sonora (clásicos remezclados que se funden con nuevas composiciones) no desmerecen en absoluto. Los diálogos están bien interpretados (en inglés o japonés con subtítulos), mientras que los efectos sonoros son variados y se escuchan con mucha nitidez.

Muy Bueno

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Sonic Colours

Por: El equipo de 3DJuegos
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Después de muchos intentos la mascota de SEGA, por fin, protagoniza una aventura a la altura de su figura e historia. Sonic Colours es una vibrante aventura plataformera que combina elementos y jugabilidad 3D con múltiples toques 2D, dando lugar a una mecánica de juego atractiva y hasta sorprendente en ocasiones. Además el título goza de una realización técnica exquisita, al nivel de las mejores producciones de Wii, siendo un auténtico deleite visual. Los fans de Sonic van a quedar encantados con la nueva creación de SEGA y, los que no lo sean, deberían probarla igualmente porque seguro que les engancha.

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Jugadores: 1-2
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en inglés y japonés
Duración:
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