Relic prepara nueva obra maestra, y es que los creadores de Warhammer 40.000 o Homeworld convierten en oro todo lo que tocan. Company of Heroes recibirá, gracias a ellos, segunda parte, y en 3DJuegos hemos pasado ya nuestras primeras horas con la beta. Las conclusiones son muy positivas, e invitan a sentirse esperanzados con el traslado de la Segunda Guerra Mundial al frente frío.
El 2013 promete ser un año inusualmente generoso para los aficionados a la estrategia con lanzamientos de la calidad de StarCraft II: Heart of the Swarm, Total War: Rome II o el mismísimo Company of Heroes 2 que nos ocupa, entre muchos otros. La de Relic Entertainment es la propuesta más arraigada en el género RTS-Acción que tan bien ha funcionado en otras creaciones del estudio, y que vuelven a ofrecernos en esta ocasión una fórmula de probados réditos y eficaz funcionamiento.
Gestión de construcciones, fuerza táctica y un nivel de detalle sin precedentes en cuanto a la recreación de la Segunda Guerra Mundial vuelven a ser las claves del trabajo en una de las sagas más reconocidas del género. Pasamos las primeras horas con el videojuego gracias a su nueva fase beta, y comprobamos con las escaramuzas que Relic no ha perdido su magia.
Llegados del Frío
Si eres aficionado a la estrategia seguro que has seguido con interés los tres avances que, por el momento, ya hemos publicado en 3DJuegos sobre Company of Heroes 2 hasta la fecha. De este modo estás al corriente de los aspectos más básicos, lo que nos permite centrarnos en lo más puramente relacionado con la beta cerrada. Para empezar, como ya hemos dicho, todo está focalizado en esta versión de testeo en la parte de las escaramuzas, de modo que no hay acceso posible a ninguno de los aspectos que tienen que ver con la campaña individual.
Lo que hay disponible son partidas públicas o privadas para 1vs1, 2vs2, 3vs3 o hasta 4vs4, en una oferta de mapas que incluye media docena de alternativas muy adaptables a los números de usuarios que hayamos escogido. Ya escojamos jugar contra "la IA" o contra rivales humanos, tras sólo unos minutos de configuración estaremos en el campo de batalla gracias a un interfaz muy ágil e intuitivo. Todo se distribuye alrededor de las opciones más básicas, y se nos permite escoger en cuál de los dos bandos nos ubicaremos y el nivel de habilidad del que gozarán los distintos ejércitos en caso de optar por la inteligencia artificial.
A partir de ahí se ponen en marcha unas partidas frenéticas que, si pormenorizamos bien sus características, pueden ser igual de trepidantes y adictivas si optamos por el mapa más pequeño de dos usuarios (Kholodny Ferma Battlefield), como si lo hacemos por el más grande para entre seis y ocho (Steppes Frontline). Esa es precisamente la clave de un videojuego que no hace prisioneros, y que sabe beneficiarse del telón de fondo tan exótico del panorama invernal no sólo para revestir de componente único su aspecto visual sino también para ofrecer resultados muy interesantes desde el ámbito puramente jugable.
Vuelven aspectos clave de la franquicia como las coberturas que en tan fuerte medida ayudan a dotar de profundidad a la experiencia, pero también debutan muchos elementos a tener en cuenta como, por ejemplo, la presencia de la nieve y cómo afecta al movimiento de los vehículos y de los hombres de infantería restringiendo la velocidad de sus desplazamientos. No será lo mismo, por ejemplo, una capa de hielo fina que un gran manto de nieve que nos impida andar con comodidad. Todo ello se representará en pantalla, por si fuera poco, con fenomenales animaciones de las tropas de a pié, y con las majestuosas huellas que dejarán nuestros vehículos pesados sobre las distintas superficies.
Condiciones Adversas
Nos han gustado particularmente las fenomenales tormentas de nieve, con una impecable presencia en pantalla desde el punto de vista estético y con una notoria disminución de nuestra visibilidad en cuanto al dominio del campo de batalla. Su presencia es aleatoria, pero puede cambiar radicalmente hacia dónde se inclina una batalla que parecía ya claramente decantada. Pero eso será complicado en una serie de partidas en las que la toma de puntos de control vuelve a ser fundamental para liberar los tan deseados recursos, y de cuyo dominio dependerá el vencedor. Así se fomenta que el transcurso de las partidas sea dinámico, y es que como ya sentó la semilla del primer Dawn of War, ser rápido a la hora de capturar los puntos es clave para salir airosos.
De este modo el equilibrio vuelve a ser la clave de toda la experiencia, con un balance que deberemos encontrar entre la construcción de edificaciones, la gestión de recursos y la captura de los puntos de control que nos lo proporcionen. Exige cierta maestría el dominar todas estas facetas, y eso que algunos aspectos como la presencia de los ya mencionados puntos de comandancia, ayudan a que todo resulte algo más accesible. Si, por ejemplo, capturamos un punto se multiplicarán los nuestros en ese aspecto determinado (munición, combustible...), y llevando a cabo distintas acciones bélicas obtendremos puntos de comandancia para desbloquear diferentes habilidades y liberar los comandantes que nos facilitarán la opción de especializarnos en uno u otro estilo de combate.
Al terminar cada batalla accedemos a una suerte de cuadro de honor que nos muestra muy claramente las tropas que mejor han rendido durante el transcurso de nuestra misión. Podremos saber qué tipo de unidad ha resultado más rentable, con sus números de bajas y muertes, pero también tendremos acceso a una serie de datos y gráficas que nos explicarán muy claramente cómo hemos rendido en cuanto a la posesión de puntos de control, a la fabricación de recursos o al valor de nuestro propio ejército. Todo ello, por supuesto, con la posibilidad de revisar una repetición de todo lo sucedido para estudiar cuáles han sido nuestros puntos fuertes y flaquezas a la hora de trazar la táctica.
Company of Heroes 2 promete, además de una fenomenal belleza visual y del habitual manejo libre de la cámara, una diversión estratégica muy generosa. Por ahora sólo hemos podido probar las escaramuzas, lo que nos da una idea muy limitada de lo que traerá consigo lo nuevo de Relic Entertainment, pero viendo únicamente esa parte tan pequeña ya nos hacemos una idea de que podemos estar ante algo grande.