Una violenta sacudida agita el furgón de transporte policial. Cuando Kane recupera la consciencia sólo acierta a ver la borrosa figura de Lynch golpeando a un policía con la culata de su rifle para deshacerse de él. Comienza la huida hacia adelante de Kane y Lynch, dos criminales que no se detendrán ante nada ni ante nadie.
Kane & Lynch lleva tiempo dibujándose en el horizonte como una de las propuestas más adultas e interesantes del género de la acción en los últimos años. El sello de IO Interactive (responsables de la saga Hitman) rezuma su personalidad en cada rincón del título, y su violencia salvaje, incontrolable y cruel lo convierten en un juego sólo para adultos.
Pese a la expectación levantada todavía no se habían mostrado muchas imágenes de lo que es el desarrollo jugable del título. Pues bien, hemos jugado largo y tendido a una versión muy terminada de Kane & Lynch, y podemos decir con total rotundidad que el juego presenta un aspecto excelente. Tres son los componentes de Dead Men, una historia absorbente, un apartado gráfico notable y una jugabilidad muy directa, aunque marcada por un ligero componente táctico
Dos Contra el Mundo
La historia de estos dos peligrosos criminales comienza en el juego con el rescate de Kane de un furgón policial que lo transporta a la cárcel, pero los problemas que les van a acompañar durante todo el título vienen de mucho más adelante.
Sin ánimo de desvelar el argumento de Kane & Lynch: Dead Men, pues su pasado se nos va narrando según avanza el juego, señalaremos que Kane está metido en serios problemas con una banda de mafiosos (Los Siete) que le reclaman una importante suma de dinero. Lynch, por su parte, es el mentalmente inestable de la pareja, gasta más en pastillas que un geriátrico, y trata de mantener controlada su ira, pero resulta muy habitual que “se le vaya la olla” y acabe matando inocentes.
Kane y Lynch tienen algo con lo que otros personajes de juegos de acción no pueden ni soñar, y eso es el carisma. La química de los dos en pantalla es sensacional, se odian y se insultan constantemente, pero se necesitan el uno al otro para salir del trance; y de esa mezcla de desprecio mutuo y dependencia surgen los mejores momentos de la aventura.
Kane es la mitad cerebral. Es más concienzudo y sus métodos son más ortodoxos. Trata de encontrar soluciones donde no las hay y sólo emplea la violencia cuando no le queda otro remedio.
Lynch es la fascinante mitad salvaje y animal de la pareja. Un auténtico psicópata con tendencias asesinas que emplea la fuerza bruta para solucionar los problemas, y una especie de “niño grande” –en versión peligrosa- al que hay que estar vigilando en todo momento.
Un auténtico cóctel altamente volátil de personalidades, que IO sabe explotar en todo momento a lo largo de la aventura. Insultos, retos y constantes momentos límite entre ellos que pondrán a prueba de forma continuada a esta peculiar pareja.
El Código del Hampa
Dead Men es, en su concepto, un juego clásico de disparos en tercera persona; pero su historia, su tratamiento de la violencia y su aspecto cinematográfico le emparejan mucho más con una película –de Michael Mann, por ejemplo- que con un videojuego.
Una vez que nos ponemos a los mandos del título en el memorable nivel de la huida del furgón blindado, que presumiblemente será el que abra el título, nos damos cuenta rápidamente de los primeros cambios.
Para empezar la cámara tiende a encuadrar al personaje principal en uno de sus márgenes en lugar de en el centro, como solía ser lo habitual en un lanzamiento de estas características. Esta reformulación del clásico empleo de la cámara ya lleva usándose algún tiempo, y ha dado espectaculares éxitos artísticos en juegos como, por ejemplo, Gears of War. Por si fuera poco según vayamos recibiendo impactos de bala la cámara irá inclinándose hacia un lado y degradando el color, en un efecto muy cinematográfico y realmente espectacular, acompañado de una ralentización del audio.
Si caemos heridos puede que muramos o, si tenemos suerte y algún compañero está cerca, puede que seamos reanimados con una inyección de adrenalina. Este recurso podrá ser empleado tanto en nuestro cuerpo como en el de nuestros colegas.
Por otro lado también damos órdenes a los compañeros. Es un componente táctico muy ligero como se podía suponer, y se limita a dar tres clases de órdenes de forma individualizada –atacar, ir a un determinado lugar o seguirnos-. Es decir que con los controles derecho e izquierdo de la cruceta escogeremos a que miembro de nuestro equipo queremos dar una instrucción, y apuntando en una dirección en concreto con la mirilla le indicaremos donde queremos que la lleve a cabo con los botones rojo, azul y amarillo.
Con los controles arriba y abajo de la propia cruceta cambiaremos las armas que portamos, con el botón verde recogeremos otras del suelo, recargaremos la que llevemos equipada o haremos ataques cuerpo a cuerpo.
Gatillo izquierdo y derecho quedan lógicamente para apuntar y disparar respectivamente. El botón superior derecho sirve para lanzar granadas; y el izquierdo, en una decisión muy discutible, de nuevo para agacharse, en una disposición de controles que recuerda sumamente a la saga Hitman, también de IO Interactive.
Los controles, por lo tanto, sencillos, aunque la cercanía del botón de apuntado con el de agacharse hace bastante complicado el simultanearlos, y para determinadas acciones habrá que hacer malabarismos con el mando.
De las seis misiones completas que hemos podido probar, desconocemos el número final de niveles con los que contará el juego, salvo en la primera en todas las demás podemos dar órdenes a nuestros acompañantes. Así como pedirles munición o intercambiar objetos del arsenal con ellos.
Cara a Cara
Desde que se anunció el videojuego con esos cautivadores trailers y esa propuesta adulta, violenta y única, muchos aficionados se vieron atraídos por la premisa tanto estética como de diseño y guión. Las únicas incógnitas que quedaban en el aficionado en torno a Kane & Lynch estaban en el plano jugable, aunque conociendo a IO Interactive estas dudas en realidad no tenían mucho fundamento.
El ritmo del juego es implacable por lo que hemos podido ver, y todo aquel que espere un título del estilo sesudo y sigiloso de la saga Hitman no va a encontrarse con un producto de su agrado.
Kane & Lynch es un juego de acción, y como tal el 80% del tiempo lo pasaremos enfrascados en espectaculares y ensordecedores tiroteos; aunque lo cierto es que también habrá momentos para la infiltración –los menos-, y otros en los que pasearemos por grandes escenarios poblados de gente sin levantar sospechas.
El estilo Hitman no tiene ninguna prolongación jugable en Dead Men, pero si que hay muchos elementos recurrentes en lo conceptual. Será habitual que nos encontremos en lugares grandes y poblados de gente, al igual que en los títulos protagonizados por el Agente 47.
En la escena de la discoteca, por ejemplo, Kane & Lynch entran al recinto de fiesta como dos personas más, son cacheados en la puerta y los controlaremos dentro del local con total libertad. No obstante tenemos unos objetivos que cumplir, de modo que cuando nos cansemos de deambular por la sala trataremos de encarar nuestras metas robándole el arma a un empleado de seguridad. Si somos discretos quizá no se entere nadie y podamos acceder al interior de las oficinas de la discoteca donde deberemos reunirnos con una mujer.
Si alguien nos ha detectado lo mejor será liarse a tiros para llegar hasta la persona de contacto; si en cambio no despertamos sospechas podremos asesinar sigilosamente a los guardias de seguridad que custodian la “trastienda” de la discoteca y acceder al despacho sin hacer ruido.
Una vez dentro y tras una cut-scene en la que Lynch perderá los papeles y dejará inconsciente de un puñetazo al contacto –escena que difiere ligeramente de la que vimos en el primer trailer del juego-, deberemos abandonar la sala mientras nuestro barbudo compañero carga con el cuerpo momentáneamente inerte de la joven. Aquí, lógicamente, ya el sigilo es imposible y deberemos abrirnos paso entre el caos de civiles corriendo y disparos de los agentes de seguridad hasta la salida del local.
Por lo tanto, como se puede ver, hay diferentes formas de llevar a cabo las misiones que se nos encomiendan; aunque todas ellas acaban derivando, inevitablemente, en mastodónticas escenas de acción en lugares abiertos, con presencia civil y con fuerte componente de acción y destrucción de escenarios.
La Sombra de Michael Mann es Alargada
IO Interactive ha apostado con Kane & Lynch por una estética muy cinematográfica que bebe directamente de numerosas referencias cinéfilas. La más obvia de las influencias son las dos películas de Michael Mann, la obra maestra Heat, y Collateral, esta última ciertamente menor en términos de calidad.
Es imposible ver a Kane, Lynch y sus secuaces trajeados y cargando con bolsas de deporte llenas de dinero saliendo de un banco sin acordarse del memorable tiroteo del robo de Heat; y la huída a pie a través de las calles de una gigantesca urbe usando los coches como parapetos sólo ayuda a aumentar este paralelismo.
La escena de la discoteca, en cambio, parece un calco de Collateral. Hasta el traje de Kane es idéntico al de Tom Cruise en la película. El empleo de la iluminación en esta escena, y la disposición de los elementos de la sala de fiestas son más homenajes a la escena del filme.
Abandonando lo puramente artístico y centrándonos más en los aspectos más técnicos hay que señalar que, por ejemplo, Kane es un auténtico ejemplo de cómo crear un personaje carismático y memorable en lo físico. Su perenne tirita sobre el puente de la nariz le hace fácilmente reconocible, y su calvicie le empareja con toda esa fenomenal lista de personajes que IO Interactive ha compuesto caracterizándoles por su escaso vello craneal. El modelado de Lynch cojea algo más, fundamentalmente por lo poco realista de su cabello, pero su obvia inspiración en el personaje creado por Kevin Gage en Heat –Waingro-, y su carácter de desequilibrado mental perpetuamente al borde del colapso le convierte en otro carácter inolvidable.
El conjunto de animaciones de los personajes parece que todavía necesita algunos retoques. Mientras que Kane y Lynch se mueven con gran realismo y con un punto macarra y chulesco –especialmente cuando caminan-, los enemigos no son tan veraces en sus desplazamientos; donde más notorias se hacen las deficiencias en las animaciones de la policía o de los gangsters rivales es cuando reciben impactos de bala.
No obstante, y en lo referente a los enemigos, hay un detalle muy curioso y de agradecer, y es que cuando un enemigo está herido caerá al suelo y se quejará retorciéndose sobre el pavimento. En nuestra mano quedará ajusticiarle con un tiro de gracia o seguir nuestro camino y dejarle para las asistencias médicas. Sólo nosotros decidimos.
Los escenarios brillan por lo general a gran altura. Mientras que el del primer nivel es algo parco en detalles y mobiliario, la discoteca, el banco o el edificio de oficinas son auténticos ejemplos de exquisito diseño artístico combinado con mapeados de gran interacción, con un número de elementos destructibles francamente espectacular.
Así Suena el Crimen Organizado
Lo sonoro es uno de los puntos fuertes de Kane & Lynch. El doblaje al español es bueno, aunque algo irregular. Algunas voces no parecen del todo apropiadas para los personajes, y resulta algo molesto volver a oír a “Marcus Fénix” y al resto del equipo de Gears of War, como viene siendo habitual en prácticamente la totalidad de juegos de acción que se lanzan al mercado.
No dudamos de las capacidades interpretativas del actor, que en esta ocasión dobla a Lynch, y nos parece un doblador bastante correcto, de hecho en Gears of War realizó un trabajo francamente bueno. Pero Lynch no es Marcus Fénix y tiene muchos más matices que él, y no se le hace ningún favor a ese personaje –como tampoco se le hizo a Atlas de Bioshock en su momento- al dotarlo de una voz tan plana, y con un timbre tan agresivo como la de este actor.
La música, por su parte, es otra nueva muestra del poderío, del talento y del brillante estado de forma en el que se encuentra Jesper Kyd. El compositor danés es el responsable de bandas sonoras tan laureadas como las de Hitman Bloodmoney, Splinter Cell: Chaos Theory o la del inminente Assassin´s Creed. El trabajo de Kane & Lynch lleva a Kyd a un lugar donde se siente muy cómodo, los bajos fondos marcados por discotecas, lugares públicos y todo ello acompañado por una historia en la que, incluso, tienen cabida los momentos emotivos.
Los temas que suenan son frenéticos, violentos o intimistas según las circunstancias, pero todos se adaptan a la perfección a las escenas a las que acompañan. Kyd salta cómodamente de la música electrónica que suena en la discoteca, al metal industrial de algunas escenas de acción y a las suaves melodías de piano que aderezan otros momentos.
El de los efectos de sonido es otro apartado que cumple con brillantez. Espectacular es el sonido de las diferentes armas de fuego que se disparan en Kane & Lynch. Especialmente sobrecogedor oír la ametralladora de Kane escupiendo balas sobre los coches de policía en las calles de una ciudad nipona, con el eco de unas avenidas semi-desiertas mezclado con los gritos de los pocos civiles que corren despavoridos. El uso de un sistema 5.1 se revela fundamental en un título de estas características si queremos empaparnos completamente del espíritu épico y megalomaníaco del juego.
Conclusiones
Kane & Lynch se dibuja en el horizonte como un imprescindible en el género de la acción. El testeo de esta versión de prueba de seis niveles nos ha ayudado a disipar todas las dudas que pudiéramos tener en cuanto al juego.
La jugabilidad de Dead Men es sobresaliente, con una sucesión de misiones muy espectaculares en entornos majestuosos. Controles sencillos y muy bien implementados, cierta gestión del grupo y un ritmo inapelable y arrollador.
En lo gráfico, con sus virtudes y sus defectos, el título presenta un aspecto notable componiendo un conjunto muy vistoso y espectacular; muy alejado de algunos de los últimos trailers que mostraban un aspecto en texturas y modelados muy descuidado.
Lo sonoro viene de la mano de Jesper Kyd con lo que esto significa en términos de calidad. Un doblaje muy correcto y unos efectos de sonido espectaculares completan el pack.
Su violencia en un ambiente realista le convierten en un juego sólo para adultos, y las constantes muertes de civiles –hombres y mujeres- puede herir ciertas sensibilidades e incluso provocar polémica.
Ya falta poco más de un mes para que veamos el resultado final de lo que los maestros de la acción de IO Interactive han estado desarrollando durante tanto tiempo. Si las vibraciones de esta versión se confirman y se pulen ligeros defectos referentes a la inteligencia artificial y al comportamiento de los personajes, podemos estar ante uno de los grandes de esta temporada navideña.