AlexBrb / 10 de febrero de 2019 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

8,5 Excelente

Estrategia medieval
La espera ha merecido la pena, después de dos años desde su anuncio, Chucklefish ha demostrado que vale la pena retrasar el lanzamiento de un juego para sacarlo con la mayor calidad posible.


Jugablemente cumple con todo lo que se puede esperar de un juego de estrategia bélica por turnos. Misión a misión, se nos van introduciendo los diferentes tipos de tropas en escenarios perfectamente recreados para sacar partido a las que van apareciendo, explotar su potencial y entender cómo podemos utilizarlas de cara al último cuarto del juego, donde dan comienzo las batallas en mapas grandes y con diferentes tipos de terreno. 
No me voy a detener a analizar cada aspecto de esta jugabilidad, salvo decir que es bastante más dinámica que la mayoría de juegos de este estilo que he probado hasta ahora (obviando los títulos de Fire Emblem, que no se meterían en esta categoría al ser RPG): disponemos de misiones de asalto, defensa y huida en la mayoría de los casos, mientras que las misiones secundarias son bastante originales, más rápidas en general pero requiriendo un mayor esfuerzo a la hora de gestionar los recursos y las tropas.

Por otra parte, el título también ofrece otros modos de juego: puzle, donde deberemos superar batallas en un solo turno; arcade, en el cual tendremos que superar un número de batallas seguidas con una mini historia para cada comandante; editor de mapas y modo online. No tengo absolutamente ninguna queja en ninguno de estos modos, y el editor de mapas es bastante completo e intuitivo.
En adición, cuenta con diferentes modos de dificultad para que todo el mundo, más o menos versado en el género de la estrategia, pueda pasarse el juego sin agobiarse o quedarse atascado.

Respecto al arte del juego, si bien no cuenta con una iluminación y escenarios de otros títulos pixel art como Octopath Traveler o indies como Hollow Knight, puede presumir de tener las mejores animaciones (en especial para los comandantes) y unos diseños que no tienen nada que envidiar al resto. Por ejemplo, a pesar de que la lista de tropas no sea la más extensa del mundo, cada tropa cuenta con 4 diseños diferentes que varían según el ejército al que pertenezcan, de esta manera, mientras en el reino de Mercia podemos utilizar dragones con jinete, la misma tropa del reino vecino, conocido por su avanzada tecnología, es un dragón mecánico con dos pilotos.
Un aspecto importante que creo que merece la pena algo de tiempo para mostrar es la diversidad de personajes, en Wargroove han conseguido que, a pesar de salir personas de diferente etnia y sexo: existen tanto personajes masculinos como femeninos a la par, de diferente color y nacionalidad (aunque sean reinos imaginarios, pero justo por eso no necesitan ninguna excusa para que coexistan tantas personas diferentes), y no se sienta forzado; además, no se jacta de contar con esta inclusividad para dar publicidad, como hacen otros títulos a día de hoy.
Por si fuera poco, el juego incluye opciones incluso para daltónicos y así poder distinguir las diferentes tropas por su color sin problema, opciones que yo, en especial, como daltónico, he agradecido al encontrar. 

Si hablamos de la banda sonora, lo cierto es que no cuenta con una cantidad elevada de piezas; pero las pocas que hay están muy inspiradas y transmiten de forma adecuada la personalidad de cada personaje.

La historia, por otra parte, no es nada del otro mundo, pero tiene un par de giros y personajes carismáticos que, por lo menos, evitarán que bosteces mientras sigues la trama.
Por último, también cabe remarcar que, una vez terminada la campaña principal, a parte de los otros modos de juego, el título invita a la rejugabilidad para conseguir las 100 batallas disponibles a rango máximo y así desbloquear su verdadero final.