Barbapapa / 27 de octubre de 2020 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7,5 Bueno

¡Miau!
Metroidvania que es más Metroid que Castlevania en el que encarnamos a Kiki, una adorable gatita cuya nave se ha estrellado en unas extrañas instalaciones militares junto a su dueño.
La felina es frágil y débil, pero dentro del traje especial que encontramos al poco de empezar la cosa es otro cantar.

La jugabilidad es bien sencilla, ya que consiste en avanzar por las pantallas que conforman los diversos mapas superando plataformas y eliminando enemigos.
Todo ello no es para nada complicado salvo por un control, que sin ser grave, es algo traicionero, aunque el nivel de dificultad aumenta bastante a la hora de los combates contra los jefes finales. Alguno se me atragantó un poco, siendo tremendamente recomendable escudriñar el escenario en busca de mejoras.

Estética retro pixelada con una paleta de colores básica -utiliza el blanco y el negro- que podremos variar gracias a unos casetes que funcionan a modo de coleccionable, eso sí, sin superar nunca los dos colores simultáneos.
La música chiptune, sin ser variada, acompaña a la perfección, especialmente a la hora de apretar el gatillo.

Interesante título que resulta muy divertido y que atrapa hasta completarlo todo descubriendo el mapeado al 100%.