Exodiaco / 5 de mayo de 2014 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7 Interesante

Repetitivo
Si ya se leyeron los demas analisis solo hay algo que falta por agregar , o resaltar: Este juego es repetitivo hasta la muerta.

Realmente es muy innovador , pero les diré , pasarse los primeros animalitos que no son ni nada mas ni nada menos que perros y gatos es algo muy tedioso... Siempre es hacer cosas similares con todos los animales . El juego diremos que se pone interesante es cuando empezamos a tener el control de animales mas poderosos , como lo son los grandes felinos o hasta los pequeños pero letales dinosaurios..

En fin , no es un juego para esta muchas horas jugando , solo para pasar unos ratos divertidos, ya que como dije , es muy repetitivo.

COSAS NEGATIVAS: Repetitivo ,repetitivo , repetitivo.

¿POR QUE?: Música nefasta , efectos de sonidos nefastos (todo repetitivo), cámara.. nefasta, y jugabilidad , pues , no es nefasta , pero si muy básica.


PD: En semana santa lo "regalaron".

No-se-sabe / 19 de junio de 2013 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7,9 Bueno

Muy adictivo
Tokyo Jungle es un juego de lo más adictivo. El objetivo del juego es escoger un animal y sobrevivir con él a medida que vas superando retos. Cada animal tiene distintas características: si eres herbívoro deberás alimentarte de plantas y, a la vez, escapar de tus depredadores; en cambio, si eres carnívoro, deberás cazar a tu presa y alimentarte de ella.

Hay una gran variedad de personajes y la historia principal no está mal, aunque es un poco corta. Al final, este juego puede llegar a ser un poco repetitivo pero te entretiene un gran tiempo. Además, puedes hacer misiones en cooperativo con un/a amigo/a.

Recomiendo este juego si os queréis entretener.

MalditoIsraelito / 26 de noviembre de 2012 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7,7 Bueno

La jungla de asfalto.
Mejor título imposible. Algo ha pasado en la capital japonesa, Tokyo, para que absolutamente todos los humanos hayan desaparecido. La ciudad se ve devastada, abandonada, en ruinas. ¿Qué ha pasado? eso es lo de menos. La cuestión aquí es que eres un animal. No no, no te estoy insultando, eres una linda mascota que ya no tiene quien lo mime, le dé de comer o lo saque a pasear. Toda tu burbuja de felicidad constante ha explotado, y más te vale que te empieces a buscar la vida, porque ésta puede ser muy muy corta. La naturaleza se abre camino. 

Tokyo Jungle ofrece dos tipos de juegos: Historia y Supervivencia. El primero se compone de una serie de capítulos (que iremos desbloqueando a medida que juguemos al segundo) en los cuales manejaremos a un animal concreto y deberemos hacer unas misiones concretas, pero en el segundo, supervivencia, es donde reside el mayor entretenimiento del juego. La mecánica es simple, tienes que sobrevivir a través de los años, es decir, no sólo se trata de alimentarte y no convertirte en alimento, sino que tendrás que reclamar territorios para así perpetuar tu especie. Entre el abanico de animales a escoger (que será mayor a medida que desbloqueemos en el juego otras especies) deberemos diferenciar entre depredadores/carnívoros y herbívoros. Con los primeros es fácil: si se mueve, es comida. Ahora, hay que ser inteligente, y si lo que estás manejando son una pequeña manada de pomeranias "supah cute", no se te ocurra intentar derribar una vaca, porque acabarás muy mal. Con los herbívoros es otro cantar, aquí el problema es que tú eres la presa. Al igual que con los depredadores, deberás reclamar territorios para aparearte mientras te alimentas de inofensivas plantitas y flores, pero claro, el ataque aquí es más bien un suicidio y lo que prima es agachar la cabeza y el "mariquita el último". Con los carnívoros, perpetuar la especie te proveerá de un pequeño ejército con el que seguir manteniéndote vivo, así pues, una manada de cinco beagles no tendrán problemas en poner en jaque a un jabalí rebelde que se niega a ser nuestro almuerzo. Los herbívoros, en cambio, para lo que les sirve ampliar la manada es para abandonar miembros en la huida, algo así como sacrificar un peón en el ajedrez, por un bien común.

El manejo del juego es bien simple: usaremos el botón cuadrado del pad para atacar, el X para saltar, el círculo para comer/marcar (dejándolo presionado podremos cargar con una presa en la boca, por si nos entra hambre luego, en el caso de los carnívoros), y el triángulo para usar las ayudas de manada. Los botones L1 y R1 servirán para agazaparse y lanzar ataques mortales, respectivamente. 

Tokyo Jungle tiene un estilo muy similar a Metal Gear Solid. Los animales a nuestro alrededor mostrarán interés hacia algo que se mueva, poniéndose alerta (con el característico signo de admiración sobre sus cabezas) para, posteriormente, investigarlo o huir de ello. Podremos correr y saltar alegremente, pero si lo que queremos es llegar al primer año de vida más nos vale ser cautos. Tendremos un pequeño mapa en la esquina inferior izquierda que nos mostrará la actividad animal, pero no indagará sobré qué tipo de fauna nos encontraremos (así es que si vemos un puntito verde en el mapa bien podría ser un pollito indefenso o un cocodrilo hambriento, por lo que plantearte un ataque frontal puede no ser siempre la mejor opción). Así pues, si terminamos huyendo de una jauría de lobos, tendremos un contador porcentual que mostrará el grado de alerta causado, que deberemos mantener siempre lo más bajo posible. SE demuestra así que la estrategia es el punto fuerte de este título.

El apartado gráfico es un chiste de mal gusto. Bochornoso es que, encontrándonos en el momento que estamos, en el que lo que vemos en pantalla parece más real que lo que vemos fuera de ella, nos encontremos con este insulto poligonal. No se trata de ninguna pataleta infantil de "graphic whore", creedme. Las similitudes con Metal Gear Solid también se ven en este apartado, pero me refiero al MGS de PsOne. El sonido, a parte de los rugidos, maullidos, ladridos y demás, puede ser muy machacón: apenas cuatro pistas musicales que se te quedarán grabadas a fuego en la mente y que tu cerebro seguirá reproduciendo horas después de haber terminado de jugar.

Este título no es un gran juego, no destaca en nada particularmente, pero si te gustan los animalitos y documentales de fauna puede ser muy entretenido, además que la curiosidad por ver cómo será una nueva partida eligiendo otra especie animal lo hace muy rejugable. En definitiva, Tokyo Jungle es como la amiga maja, no te la llevarías a la cama pero puedes pasar buenos momentos con ella.

Jay-pd / 20 de octubre de 2012 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7,2 Interesante

Innovación como marketing
Aunque sólo lo haya estado jugando durante un par de escasas horas, y no haya podido echarle un ojo al modo historia, debo decir que este título me ha sorprendido gratamente. No hay demasiados títulos con los que podamos compararlo, ya que no se trata de un criadero de animales (como el modo guardería de Pokémon o Digimon) ni batallas entre ellos (como los dos mencionados anteriormente, o Dragon Quest Monsters, por ejemplo). Nos encontramos ante una devastada Tokio, donde los animales se han vuelto los reyes de la zona, y su única preocupación es la supervivencia. Encarnaremos, a lo largo del juego, a una gran variedad de especies (desde simples mascotas domésticas, hasta caimanes, o el "Dientes de Sable" -siempre y cuando desembolsemos la cantidad necesaria en PStore-), donde cada una está predeterminada con unas características especiales (diferentes tipos de puntos de vida, resistencia, tipo de alimentación...).

El tutorial del principio nos permitirá hacernos una idea de lo que nos encontraremos en este juego: sigilo y acción por partes iguales, así como delimitar nuestro territorio, y reproducir nuestras encarnaciones, para llevar nuestra especia a la cumbre. Precisamente el modo Supervivencia nos brinda esta oportunidad: empezaremos con un simple ejemplar del animal que deseemos (al principio sólo podremos elegir dos -un perro doméstico y un pequeño cervatillo) y, a través de la caza (en los depredadores) o la alimentación herbívora (con los herbívoros, lógicamente), la expansión y la reproducción, podremos llevar un grupo más grande y con mejores características (logradas a través de la herencia con sus progenitores, como en el caso de la guardería Pokémon). A través de cumplir los retos que nos propone el juego lograremos desbloquear más especies, por lo que podremos volver a (sobre)vivir una experiencia distinta.

Además, a través de este modo, se irán desbloqueando capítulos en el modo historia, el cual nos permitirá saber qué ha pasado para llegar a esta total ausencia de homo sapiens. Cada pedazo de ella se focalizará en un animal en concreto, por lo que la variabilidad de puntos de vista está asegurado. Aún así, como ya he dicho, no he podido profundizar en demasía en este apartado por el escaso tiempo de juego.

Como resulta evidente, no todos los puntos son a favor. Por un lado, nos encontramos con unos gráficos que ni por asomo están a la altura de la plataforma en cuestión; se salva el mero hecho de que debemos tener en cuenta que no nos encontramos frente a una IP con una cuantiosa suma de capital destinada en el desarrollo de la misma, factor que debemos considerar viendo el trabajo final. Aún así, aunque los fondos y escenarios pueden resultar un tanto monótonos visualmente, cumplen. Lamentablemente no podemos decir lo mismo del sonido; los gruñidos, alaridos y diversos sonidos emitidos por nuestros compañeros animales están muy logrados, pero la música que nos acompañará terminará por aburrirnos -ya que se asemeja a un MIDI hecho sin demasiado esmero-. Con suerte, vuestro subconsciente lo suprimirá, y lo dejaréis en un segundo plano.

Un factor que hubiera sido clave y que, sorprendentemente, no encontramos, es la imposibilidad de mover la cámara. ¿Cómo podemos saber si esa marca verde en el mapa (una pequeña aclaración: los puntos verdes en el radar designan animales próximos a nosotros) es un simple conejo inofensivo, o una pantera dispuesta a comernos? Tal vez se haya querido jugar con el factor sorpresa y con la obligación de ir avanzando lentamente, como si del reino animal real se tratara. Aún así, esta falta de control nos juega malas pasadas. Cuántas veces tendréis que huir porque pensabais que ese punto en el radar no podían ser hienas...

La jugabilidad es lo que define a este juego. Mezclando estados de alerta (véase Metal Gear Solid), sigilo y, porque no llamarlo así, infiltración, tendremos que adentrarnos en la tundra urbana que se nos presenta. Como ya he dicho anteriormente, el tutorial nos mostrará qué debemos hacer para sobrevivir. Aún así, esta presentación es un símil perfecto a sacarse el carné de conducir: crees que ya sabes toda la mecánica, pero cuando no hay quien te tutele de por medio, la cosa cambia. Cuando iniciáis la Supervivencia, no hay nada. Sólo tú. Y tu salud, tu cansancio, tu nivel de hambre, tu tiempo de vida y tu afán por sobrevivir. Cazar, comer, esconderte, velar tus territorios, cumplir los retos que te plantea el juego (que nos hará ganar puntos para subir peldaños en la clasificación mundial), aumentar el número de miembros de tu especie... Nunca antes se había planteado de esta forma un videojuego.

Sí. Sé que estaréis pensando en lo mismo que yo. Repetitivo.

Quiero romper una lanza en favor a los desarrolladores. Puede que la mecánica base sí pueda hacerse repetitiva a corto plazo (pues, recordemos, sólo el modo historia rompe el esquema principal... Pero, para llegar a él, deberás echarle horas a la supervivencia), pero el mero hecho de tener una variedad tan grande de especies hace que la esperanza de vida/vicio del juego aumente. Hasta qué nivel, depende del usuario.

En conclusión: no nos encontramos ante un Assassin's Creed, un Metal Gear o un Pokémon. Nos encontramos ante un videojuego que, aún teniendo puntos en contra relativamente importantes, rompe con la dinámica habitual de repetir lo que vende, para presentarnos un estilo de acción con matices muy personales. Personalmente, por su bajo coste, es de gran consideración añadirlo a tu juegoteca particular.