Eran sagrados en el antiguo Egipto y lo siguen siendo en la cultura pop: los gatos están en todas partes. Vemos gatos en el cine, en la televisión, en las redes sociales o en el parqué de nuestra casa, y cómo no, en los videojuegos. Nuestros bigotudos y felinos amigos, además de mascotas, también protagonizan juegos de gatos de Linux como simpáticos simuladores de vida donde roban toda la atención que prestamos al reino animal.

Mimar, acariciar, darles de comer, jugar con ellos… los gatos son así de monos, aunque también podemos encontrar panteras, tigres, linces o leones en juegos mucho más serios de mundo abierto en estado salvaje en contraposición a las versiones domésticas. E incluso en más de un juego de rol los hemos visto como monstruos terribles.