Mitchell ganó presencia en el sector con sus elevadas puntuaciones en Donkey Kong, pero cayó en desgracia tras varias investigaciones
Partidas "perfectas" con puntuación máxima, speedruns que completan un juego en pocos minutos, runs no-hit donde cada movimiento es crucial para sobrevivir… Hay miles de personas que disfrutan de los videojuegos a través de desafíos extra que no sólo aumentan la dificultad base de la experiencia, sino que también requieren de mucha práctica para su superación. De hecho, esta tendencia de autoimponerse restricciones u objetivos adicionales ha estado presente en el panorama desde sus mismos inicios, provocando así la aparición de escenarios competitivos donde los usuarios se enfrentan (de forma más o menos amistosa) para establecer récords/momentos memorables para la comunidad. Y hay un jugador que destaca en este último aspecto, pues siempre estuvo luchando guiado por su obstinación para ser 'el mejor' en su campo. Sin embargo, esto se le fue tanto de las manos que ahora es considerado el mayor tramposo de todos los tiempos: Billy Mitchell.
No es un nombre precisamente desconocido en el mundo del entretenimiento digital; cuando hablamos de videojuegos en su formato competitivo o récords mundiales en este medio, la comunidad suele pensar automáticamente en Billy Mitchell. A fin de cuentas, fue uno de los pioneros en lo relativo a obtener puntajes increíbles en varias máquinas recreativas lanzadas a principios de la década de los 80, siendo Donkey Kong su lucha más famosa. Pero, si bien es cierto que hablamos de una figura que se ganó el respeto de miles de jugadores con su desempeño en los salones arcade y torneos oficiales, el tiempo terminó destapando muchas controversias alrededor de sus mayores logros.
El ascenso de una leyenda
Aunque Mitchell era uno de los tantos jóvenes que invertían su tiempo libre en las salas de recreativas, su verdadero ascenso no llegó hasta el 1982; concretamente, con un torneo de la revista Life que buscaba enfrentar a 'lo mejor de lo mejor' en varios juegos de máquinas arcade. Twin Galaxies, compañía fundada por Walter Day que ya empezaba a registrar récords obtenidos en videojuegos clásicos, había establecido que el jugador Steve Sanders había obtenido la puntuación más alta jamás vista en Donkey Kong: 1.400.000 puntos. Viendo, por experiencia propia, que dicha cifra era prácticamente imposible de conseguir, Mitchell aprovechó la competición de Life para desafiar abiertamente a Sanders en un 1 vs. 1; enfrentamiento en el que registró 874.300 puntos en el título. Sanders, tras esta derrota, admitió que su elevado resultado era totalmente falso y Twin Galaxies cedió la corona a Mitchell.
Esto fue el principio de una época de bonanza. Además de hacer historia en la máquina arcade protagonizada por Jumpman (nombre con el que se conocía a Mario en su primer videojuego), Mitchell también consiguió el récord mundial de BurgerTime en 1984, Ms. Pac-Man en 1985 y obtuvo una puntuación perfecta en el Pac-Man original allá por 1999. Twin Galaxies, conociendo el rendimiento del muchacho y sus múltiples contribuciones al mundo de las recreativas, aceptó todos sus récords y terminó viéndolo como un jugador ejemplar. A fin de cuentas, Mitchell se tomaba muy en serio su papel en este sector: "Para jugar por competición, si quieres obtener el récord mundial, si quieres que la historia recuerde tu nombre, has de pagar un precio", decía el profesional en el documental The King of Kong: Por un puñado de monedas (2007).
Esta bola de nieve no hizo más que crecer a lo largo de los últimos coletazos del siglo pasado. En 1999, Mitchell fue proclamado 'Jugador de videojuegos del siglo' durante el Tokyo Game Show de dicho año; galardón que fue entregado por el mismísimo Masaya Nakamura, fundador de Namco, en conmemoración por el primer juego perfecto en Pac-Man; un dato al que regresaremos más tarde en este mismo artículo. En resumidas cuentas, las cosas iban extremadamente bien para Mitchell: "Si tengo tanta suerte, si todo sale a mi favor, si todas las pelotas rebotan a mi favor… Hay algún desgraciado por ahí que se está muriendo de envidia", comentaba en The King of Kong. Sin embargo, este imperio empezó a resquebrajarse con la llegada de Steve Wiebe.
El primer gran contendiente al récord mundial de Donkey Kong
A lo largo del tiempo, Mitchell fue perdiendo los récords que había establecido durante los 80 y los 90. Y el mayor golpe sucedió cuando Wiebe, un jugador de EE.UU. que empezó a practicar con las máquinas arcade tras perder su trabajo, le arrebató la puntuación más elevada de Donkey Kong obteniendo 1.006.600 puntos. Para demostrar la legitimidad de su hazaña, este nuevo contendiente mandó una cinta VHS a Twin Galaxies con la grabación de toda la partida; un método con el que ya se habían validado otros resultados en el pasado. Sin embargo, al tratarse de un puntaje que superaba el máximo de Mitchell, Twin Galaxies envió a un par de sus miembros a la casa de Wiebe para comprobar la circuitería de su recreativa de Donkey Kong.
Aunque los componentes internos de la máquina parecían ser los originales (en cualquier otro caso, se habría invalidado el resultado por establecerse en una recreativa modificada), los miembros de Twin Galaxies terminaron rechazando el récord porque Wiebe había recibido una placa de Roy Shildt; otro jugador, enemigo de Mitchell, que había decidido establecer una alianza con Wiebe para que éste batiera el máximo mundial de Donkey Kong. "Intentar algo así sólo para eliminar una de las puntuaciones de Billy es como… Declarar la guerra", expresaba uno de los integrantes de Twin Galaxies en The King of Kong.
Esto dio pie a que Wiebe participara en numerosos torneos presenciales para demostrar sus habilidades con Donkey Kong; esfuerzo que no pasó desapercibido a los miembros de Twin Galaxies. De hecho, este jugador logró establecer un nuevo récord en directo y se ganó el aplauso de todo el público, aunque su alegría duró poco al saberse que Mitchell había enviado una cinta VHS con la grabación de una partida aún más impresionante. Twin Galaxies, sin poner ninguna objeción a esta sorpresa, aceptó el nuevo récord de Mitchell sin dudar de su palabra y/o ejecución.
El documental The King of Kong sigue de cerca esta rivalidad destacando no sólo el esfuerzo de Wiebe alrededor de Donkey Kong, sino también la falta de interés por parte de Mitchell para hacerse valer como el 'Jugador de videojuegos del siglo'. De hecho, este profesional nunca aceptó los desafíos 1 vs. 1 de este contendiente y ni siquiera se le ve jugando en todo lo que dura la producción. Según su explicación, compartida más tarde, el profesional no había tocado los videojuegos en "más de un año" y los realizadores no le habían avisado con suficiente tiempo de antelación para entrenar e intentar batir un récord. Aún así, el director del proyecto, Seth Gordon, contaba en una entrevista con The Filmlot que Mitchell era "un verdadero titiritero" y "un maestro del control de la información"; algo que se reflejó en el reportaje presentando "los arquetipos de Darth Vader [Billy Mitchell] y Luke Skywalker [Steve Wiebe]".
La controversia de Billy Mitchell
The King of Kong fue un duro golpe para la imagen de Mitchell; a fin de cuentas, el jugador presentaba un comportamiento bastante antipático hacia Wiebe y demostraba tener mucho control sobre los miembros de Twin Galaxies. Sin embargo, su imperio terminó de derrumbarse en 2017 cuando Jeremy Young, un moderador de los foros de Donkey Kong, investigó en profundidad los récords grabados por Mitchell. Concretamente, el usuario analizó los puntajes obtenidos en Boomers (un salón arcade de Florida, 2010), así como el de la cinta VHS enviada durante la producción de The King of Kong y el de Mortgage Brokers (nombre con el que se conocía al resultado que obtuvo durante la Florida Association of Mortgage Brokers, 2007). Y la conclusión fue clara: ninguno se había hecho en hardware real de la máquina Donkey Kong, sino con MAME (un emulador de recreativas, videoconsolas y otros sistemas).
"Nunca he jugado con MAME. No tengo MAME cargado en mi casa", se defendía Mitchell en uno de los programas de East Side Dave Show (vía Ars Technica). "La grabación que tiene Jeremy [Young] muestra el reproductor de MAME", seguía en la entrevista. "Ahora, sostengo que, si él recibe la cinta original [enviada a Twin Galaxies], o la grabación original del momento, verá que lo que digo es verdad". Sin embargo, Twin Galaxies terminó poniéndose en contra de Mitchell allá por 2018 concluyendo en que el jugador no había logrado todos sus récords en hardware original. A fin de cuentas, la manera en la que se cargaba cada nivel, así como otros detalles vistos en sus partidas, no se correspondían con una experiencia real en la recreativa de Donkey Kong. Tras compartir esta resolución, los miembros de la asociación (que ya no pertenecía a Walter Day, pues éste había abandonado su empresa en 2010 para convertirse en artista musical) retiraron todos los resultados de Mitchell y le prohibieron enviar más puntuaciones.
Por si esto fuera poco, la comunidad también descubrió que el premio a "Jugador de videojuegos del siglo" entregado por el fundador de Namco en 1999 no fue más que un galardón preparado por Mitchell y Twin Galaxies. Realmente, Walter Day inventó dicha condecoración y se puso en contacto con Masaya Nakamura cuando el jugador obtuvo la ya mencionada puntuación perfecta de Pac-Man. De este modo, el empresario sólo apareció para entregar una placa a Mitchell en la que se le felicitaba por alcanzar el nivel 256 en la famosa máquina arcade, pero la fotografía capturada en ese momento se compartió como si fuera la entrega del hasta entonces inexistente título de "Jugador de videojuegos del siglo". Un detalle que no hizo más que evidenciar los tejemanejes de Mitchell y el padre de Twin Galaxies para hacerse destacar en el mundo de los videojuegos competitivos.
Juicios, acuerdos y el agridulce regreso a los rankings
Como puedes imaginar, esta amalgama de acusaciones y críticas vino seguida de un mar de juicios y un 'tira y afloja' histórico en la industria de los videojuegos. Mitchell denunció a Twin Galaxies y Guinness World Records, que trabajaba con la asociación para publicar los récords de videojuegos en sus libros anuales, por difamación. Por otro lado, los dueños actuales de Twin Galaxies quisieron demandar a Mitchell y Walter Day a finales de 2020 por vender la empresa a sabiendas de que las puntuaciones presentadas eran falsas. En un giro interesante de los acontecimientos, Guinness World Records concluyó en 2020 que no podía sacar ninguna evidencia de que Mitchell hubiera hecho trampas para registrar sus récords en las cintas VHS originales. Sin embargo, la comunidad de jugadores seguía encontrando nuevas pruebas de que los récords de Mitchell no se hicieron en hardware real de Donkey Kong, sino en MAME o cabinas modificadas.
Finalmente, Twin Galaxies y Mitchell llegaron a un acuerdo en enero de este mismo 2024 (trato cuyos términos no se desvelaron al público) en el que se aceptaba el restablecimiento de los récords del jugador. Siendo más específicos, Mitchell contrató al Dr. Michael Zyda, un profesional con varios títulos de Informática y Ciencias de la Información, para llegar a la siguiente conclusión: "Las partidas en las cintas en cuestión podrían, de hecho, representar gameplay en un hardware arcade original y no modificado de Donkey Kong si el hardware involucrado no funcionaba correctamente, probablemente debido a una degradación de los componentes". No obstante, el pacto entre ambas partes indicaba que las controvertidas puntuaciones del jugador sólo aparecerían en una 'base de datos histórica' de resultados obtenidos antes del 2014; año en el que Twin Galaxies cambió de dueños. En otras palabras, los puntajes de Mitchell no aparecen en la tabla actual de récords de Donkey Kong.
Aún así, la imagen de Mitchell ha quedado manchada para siempre. Más allá de los tratos alcanzados con Twin Galaxies y las conclusiones de Guinness World Records, la comunidad había encontrado demasiadas evidencias en su contra como para seguir confiando en su palabra. Por ende, Mitchell ahora es recordado como el mayor tramposo de la historia de los videojuegos; un jugador que, si bien consiguió puntuaciones impresionantes en muchas máquinas arcade (algunas de ellas en eventos presenciales que le permitían demostrar su habilidad en las recreativas), terminó ganándose el aborrecimiento de los usuarios por recurrir a mentiras, controles casi obsesivos y manipulaciones para ser 'el mejor' en el panorama competitivo.
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