China ha experimentado una particular relación con la industria de los videojuegos. La mala prensa dio lugar a la idea de que las aventuras digitales eran las culpables de que los niños experimentaran problemas tales como la falta de atención o la adicción; una concatenación de fenómenos que derivaron en una ley aprobada allá por el año 2000 que prohibía la distribución de consolas fabricadas en el extranjero. De hecho, es bien sabido que China estuvo limitando severamente el disfrute de esta afición durante más de una década. Y, si bien es cierto que la mayoría de empresas especializadas en el desarrollo y edición de títulos abandonaron su ambición de hacerse un hueco en este gran mercado asiático debido a las restricciones oficiales, hubo una compañía que llevó a cabo una maniobra curiosa para hacerse un hueco en el país: Nintendo.
Viendo los bloqueos del gobierno a cualquier iniciativa relacionada con videojuegos, Nintendo decidió unir fuerzas con una empresa china llamada iQue, fundada en 2002 por el empresario Wei Yen, para lanzar una consola insólita y exclusiva de dicha región asiática: iQue Player, un dispositivo de diseño peculiar estrenado en 2003 que podía reproducir títulos de Nintendo 64. Pero, como bien explica el canal de YouTube iQue Research Group en un pequeño documental dedicado al nacimiento de iQue Player, este aparato no fue más que uno de los muchos intentos infructuosos de la Gran N por dominar el mercado chino.
La Nintendo 64 que no reproducía cartuchos de Nintendo 64
Por curioso que resulte, el diseño de iQue Player se diferenciaba significativamente del de la Nintendo 64 original. En lugar de establecerse como una base inmóvil en la que conectar controles, la asociación entre la empresa iQue y Nintendo dio lugar a un dispositivo en forma de mando que se enchufaba a una TV para reproducir títulos oficiales de la Gran N. Y decimos 'dispositivo' porque sus responsables evitaban cualquier término que relacionara su máquina con el mundo de las videoconsolas; para evitar las restricciones del gobierno chino, iQue Player se promocionaba como un 'Sistema Interactivo 3D' que funcionaba con 'Sistemas Interactivos' en lugar de juegos.
Para evitar las restricciones del gobierno chino, iQue Player se promocionaba como un 'Sistema Interactivo 3D' que funcionaba con 'Sistemas Interactivos' en lugar de juegos.
Internamente, el funcionamiento de iQue Player no se diferenciaba mucho del de Nintendo 64. En resumidas cuentas, el dispositivo chino podía reproducir experiencias archiconocidas como Super Mario 64 o Zelda: Ocarina of Time como si fuera la consola de los nipones. Sin embargo, un detalle a destacar es que el producto de iQue no era compatible con cartuchos oficiales de Nintendo 64; si tenías un juego original, no podías insertarlo en este aparato con forma de mando.
De hecho, los videojuegos sólo podían introducirse a través de una tarjeta de memoria que se colocaba en la parte trasera del dispositivo. Usando una de las estaciones físicas llamadas iQue Depot Machine que se encontraban diseminadas por China (aunque en pocas cantidades), los usuarios podían comprar títulos digitales y nutrir sus memory card con ellos. Con el tiempo, además, iQue lanzó un software denominado iQue@Home que trasladaba todo este proceso a un programa disponible para descargar en ordenadores personales.
Por desgracia, iQue Player no fue un aparato extremadamente popular. Y es que hablamos de una videoconsola disimulada que no llegó a tener todos los videojuegos que prometía; su caja oficial mostraba títulos como Star Fox 64 o Mario Kart 64 junto al letrero 'Cientos de juegos próximamente'. Sin embargo, el catálogo total de la máquina se quedó únicamente en 14 títulos debido a las constantes limitaciones del gobierno chino a la hora de aprobar nuevos lanzamientos.
iQue y su periplo con Nintendo 64, Game Boy Advance, Nintendo DS…
Aún así, el empresario Wei Yen era conocedor de todo el dinero que movían los videojuegos fuera de China y no quería rendirse en su objetivo de convertir el país asiático en un punto destacado del sector. Por ello, continuó realizando alianzas con Nintendo para traer otras consolas en 'formato iQue': una iQue de Game Boy Advance que vendió bien porque era bastante barata, una iQue de Nintendo DS y Nintendo DS Lite que no encontró el éxito en el mercado chino y una iQue de Wii que no llegó a ver la luz del día.
Y es que lo sorprendente habría sido que iQue triunfara con sus dispositivos. Hasta hace unos años, las particularidades de China en lo que respecta a distribución de videojuegos impedían el crecimiento de cualquier negocio centrado en este sector. Las férreas restricciones del gobierno, que dieron lugar a la aparición de una subcultura que sorteaba las limitaciones haciendo uso de cartuchos no oficiales, hacían imposible que una empresa como iQue lograra el éxito en un contexto así.
Por ello, Wei Yen terminó renunciando a su puesto, dejando así la empresa iQue en manos de Nintendo, y su software iQue@Home cerró definitivamente en 2016. Ahora, todo apunta a que China por fin se ha abierto a la industria de los videojuegos; decisión que ha dado lugar a la aparición de títulos como el popular Genshin Impact, el esperado Black Myth: Wukong o el futuro Phantom Blade Zero. Sin embargo, esta sorprendente resurrección se cimenta sobre varios negocios caídos que, como iQue, no tuvieron la oportunidad de crecer.
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