Los usuarios utilizaron modelos de inteligencia artificial para recrear el rostro de Tyler Robinson
El asesinato de Charlie Kirk se convirtió en el tema más controversial de la última semana, ya que el mismo se produjo durante el habitual intercambio de ideas que Kirk solía protagonizar. Más allá de la visión política de los involucrados, lo más impactante fue la forma en la que el estadounidense fue asesinado, ya que recibió un disparo en el cuello en un lugar público y a plena luz del día. Como consecuencia directa de ello, los organismos responsables iniciaron todas las investigaciones pertinentes y, por desgracia para los mismos, la inteligencia artificial se convirtió en uno de los obstáculos principales.
Según reporta la prensa internacional, Tyler Robinson (un joven de 22 años) es el principal sospechoso del asesinato de Kirk. Antes de dar con él, el FBI publicó una serie de fotografías borrosas con la intención de reconocer a la figura que realizó el disparo que acabó con la vida del activista. Como era de esperar, muchas personas utilizaron la inteligencia artificial para reescalar la imagen y, así, opciones como ChatGPT, Gemini o Grok comenzaron a editar las fotografías originales. Por desgracia, la IA no revela detalles ocultos, sino que inventa información visual para cumplir las peticiones de los usuarios.
La IA no rinde en un escenario crítico
Según revela The Verge, algunas versiones llegaron a mostrar cambios notables como, por ejemplo, ropa distinta o rasgos faciales exagerados. En esencia, la intención principal de los usuarios fue ayudar a la investigación utilizando herramientas tan populares como los modelos basados en inteligencia artificial, pero las autoridades pertinentes señalaron que otros solo buscaban ganar visibilidad en redes sociales nutriéndose de toda la polémica que rodea al caso. Así, no es la primera vez que la IA rodea a una figura pública, ya que las imágenes falsas del Papa Francisco dieron la vuelta al mundo, pero sí que se trata de un caso delicado por la trascendencia que ha tenido el mismo.
Aunque los modelos basados en inteligencia artificial no han parado de evolucionar en los últimos años, todos ellos tienen el mismo problema: la IA aún es incapaz de dejar atrás las alucinaciones. Como consecuencia directa de ello, el proceso de "depixelar" es muy delicado, ya que consiste en extrapolar datos faltantes en lugar de descubrir lo que había en la foto. A raíz del entrenamiento que reciben estos modelos, la inteligencia artificial utiliza el segundo método y, por consiguiente, opta por una visión errónea. Esto, por tanto, implica llevar a cabo una práctica que plantea riesgos tanto éticos como legales al tener influencia en investigaciones reales.
Los expertos, según indica la publicación original, subrayan que estas imágenes no deben tratarse como pruebas en un caso criminal. De hecho, el FBI mantuvo sus propias fotos originales como la única fuente válida de pruebas durante la investigación que, hace unas horas, señaló a Tyler Robinson como el principal responsable del asesinato. Así, un caso como este refleja que la IA se puede utilizar para malinterpretar y manipular pruebas, razón por la que el uso de estas herramientas en situaciones críticas sigue en tela de juicio.
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