La inteligencia artificial se ha convertido en el sector tecnológico más importante del momento. Como consecuencia directa de ello, figuras de la talla de Mark Zuckerberg están buscando la forma de elevar las prestaciones de la industria, pero se han topado con las consecuencias de su propia ambición. Otros, por su parte, no tienen reparos a la hora de reconocer que sustituyeron a miles de empleados por modelos basados en IA, una situación que sigue generando polémica. De hecho, existen varias pruebas que demuestran que, a pesar del interés de algunos directivos, se necesita la experiencia humana para corregir los fallos de la inteligencia artificial.
Como señala TechSpot, sobre el papel la IA generativa no elimina profesiones, sino que crea nuevos roles para reparar, refinar y dar matices emocionales al trabajo automatizado. Por consiguiente, varias empresas del sector están recurriendo a profesionales humanos con la intención de corregir o rehacer contenido generado por IA, ya que han determinado que una parte importante del mismo resulta defectuoso. Así, diseñadores como Lisa Carstens reciben encargos constantes para corregir logotipos o artes visuales generados por IA, ya que estos contienen numerosos errores graves.
Nueva profesión desbloqueada: corrector de IA
Aunque estos encargos son menos rentables, han conseguido convertirse en un salvavidas que aporta una serie de ingresos extra a muchos creativos. Hace escasos días, un informe reveló que el 95% de los experimentos empresariales con IA no generan retorno de inversión, una lectura que muchos vieron como la prueba definitiva de la escasa rentabilidad de la inteligencia artificial. Sin embargo, el mayor obstáculo de la tecnología no es ese, sino que es incapaz de aprender de la retroalimentación si no consigue adaptarse al contexto.
Upwork, Fiverr o Freelancer.com son el ejemplo perfecto de esto último, ya que son plataformas que han reportado un fuerte aumento en la demanda relacionada con trabajos humanos en campos como la ilustración, el diseño o la escritura. Fiverr, por ejemplo, ha registrado un crecimiento del 250% en encargos de nicho como, por ejemplo, ilustración de libros o diseño web personalizado. Así, esta es una prueba perfecta del interés que existe en torno a personas capaces de solucionar los errores de la IA, un campo que no deja de crecer.
Desde hace meses, muchas empresas han percibido que los consumidores y la audiencia rechazan el contenido generado de forma íntegra por IA. Esto, en esencia, se debe a que consideran que no existe profundidad emocional en la obra, pudiendo ser el ejemplo de ello la intro de Secret Invasion que Marvel hizo con inteligencia artificial. De esta forma, los profesionales en la programación (por ejemplo) podrían dar un giro de 180º a sus carreras, ya que es probable que pasen de crear aplicaciones desde cero a revisar aquellas defectuosas que han utilizado la IA como base.
Imagen principal de 3DJuegos
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