Se ha hablado mucho de Baldur's Gate 3, el éxito en el mercado y cómo se ha posicionado como uno de los mejores juegos del año. Sin embargo, Steam Deck ha sido la oveja negra al ser la única "consola" que no cuenta con pantalla partida habilitada, pero que puede ejecutar el título. Afortunadamente, la comunidad ha encontrado una solución gracias a unos ajustes y muchas ganas de experimentar.
Larian Studios ha declarado que su objetivo es ofrecer una versión del juego que sea igual en todas las plataformas. Una buena idea que, lamentablemente, ha llevado a la paralización de la versión de Xbox debido al trabajo extra que requiere la paridad de la versión de Series S.
Aunque muchos han pedido que la hermana pequeña de la generación actual de Xbox prescinda también de la pantalla partida, no se esperaba que la portátil de Valve sacase músculo con esa misma función. Michael Douse, director de publicación en Larian Studios, declaró que "el cooperativo en pantalla dividida está deshabilitado en Steam Deck, porque es... Steam Deck".
Sin embargo, los jugadores han descubierto que, gracias a las bondades del sistema con base Linux de la portátil, se puede forzar a que Steam Deck reproduzca una pantalla partida. Aunque esto supone una serie de problemas de rendimiento, es una solución para aquellos que buscan esa función en la portátil.
Cómo activar la pantalla dividida de Baldur's Gate 3 en Steam Deck
Como no podía ser de otra manera, la culpa de que ahora muchos trasteen con sus Steam Deck es de Steam Deck HQ. El portal dedicado a sacar todo el jugo a la portátil publicó una pequeña guía de uso y disfrute con apenas unos pocos pasos:
- Debes conectar un segundo mando a Steam Deck vía Bluetooth.
- Ve a la biblioteca de Steam > Baldur's Gate 3 > Propiedades > Opciones de lanzamiento > Introduce el texto: SteamDeck=0 %comando%
Hecho esto, solo tenemos que iniciar el juego a través de la API Vulkan y seleccionar un segundo jugador cuando hayamos entrado al RPG. Simple, sencillo y con algunos problemas. Y es que, el hecho de tener una pantalla partida implica que el hardware debe codificar y renderizar dos escenarios, con sus objetos, personajes y efectos, de forma paralela.
Por mucho que ambos jugadores estén en una misma zona, pegados uno al otro, el hardware se estresa para conseguir replicar la misma imagen dos veces, renderizando, compilando y ejecutando dos secuencias. Es por ello por lo que con las nuevas generaciones y las limitaciones del hardware, muchos juegos han prescindido de esta modalidad, no solo por su bajo índice de uso, sino por los requisitos que se consumen.
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