El estilo de libertad total en los videojuegos no sólo está enriqueciendo el género de la acción, sino que también está obteniendo extraordinarios réditos en la conducción. Fuel es, probablemente, el título de velocidad más ambicioso en este campo, y su llegada compartida de manos de Codemasters es una garantía de calidad.
Habitualmente hablamos de lo difícil que es encontrar propuestas innovadoras en la mayoría de géneros, sin embargo el de la conducción es quizá el más cuadriculado en este sentido, puesto que con sus rígidas normas no escritas es uno de los que menos lugar dejan a los cambios y los riesgos.
Los poco conocidos chicos de Asobo Studio dan el salto definitivo a la primera línea de los videojuegos, y tras las meramente correctas adaptaciones de Ratatouille, Wall-E o Garfield se enfrentan a su primer título de verdadero calado. Con un tamaño de más de 5.000 kilómetros cuadrados, desarrollo libre, escenarios interactivos y climatología decisiva y cambiante, Fuel deja pequeña la palabra “ambicioso”.
Grand Raid OffRoad
Los recursos naturales están en franca escasez, y el mundo se encuentra amenazado por un clima desolador y extremo que llena la tierra de tornados, ciclones y tormentas de arena. Las condiciones han sido especialmente duras con determinadas zonas de Norteamérica como el Gran Cañón o Salt Lake City, y los habitantes se han visto obligados a evacuarlas por su carácter inhóspito. Esta circunstancia ha sido aprovechada por un grupo de auténticos salvajes de la carretera que disputan vertiginosas carreras en tan agrestes entornos.
El modo carrera de Fuel situará estas arduas condiciones como salvaje contexto para nuestras carreras, y nos permitirá ir progresando como piloto mejorando nuestro vehículo y cambiando también el aspecto de nuestro personaje con tatuajes y demás elementos ligeros de personalización.
La idea de Asobo Studio es la de componer un mundo descomunal donde se fijen únicamente los puntos de llegada y salida para las pruebas, siendo el usuario quien decida la ruta en un entorno con infinitas posibilidades. Habrá muchísimo por explorar en estos lugares, y el ciclo de día y noche, y las condiciones realistas del tiempo harán una gran parte del trabajo de inmersión.
No obstante por realista que Fuel pretenda ser en ciertos detalles como el tratamiento de los escenarios o ciertos efectos climáticos, sus creadores se están tomando enormes licencias en otros campos. Por poner un ejemplo las condiciones del clima de las que hemos hablado antes tienen efectos que rozan la ciencia ficción, y la aparición de gigantescos tornados o tormentas de arena en mitad de las competiciones proporcionarán un plus de emoción y de reto que deberemos lidiar y, a menudo, esquivar.
Por otro lado las pruebas también están separadas por cientos de kilómetros entre sí, y podremos escoger superarlas en el orden que deseemos. Para participar en unas u otras contamos con la opción de viajar manualmente para familiarizarnos con el escenario o, por otra parte, la de pedir el soporte de un helicóptero para que nos lleve directamente y ahorrarnos el desplazamiento.
De momento todo invita a ser muy optimista en cuanto a Fuel. Por intenciones, prisma y valores de producción puede ser considerado una de las apuestas más valientes y arriesgadas del año 2009, y el hecho de contar tras de sí con el sello Codemasters es casi segura garantía de éxito.