Análisis de Escape Plan

Análisis de Escape Plan
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PS Vita ha sido una consola que se ha estrenado acompañada de una gran variedad de títulos. Y parece que uno de los géneros mejor parados contra todo pronóstico ha sido el de los puzles, con obras tan interesantes como Lumines o este que nos ocupa, Escape Plan.

Dejando de lado los "primeros espadas" como Uncharted: El Abismo Dorado, FIFA o el propio Wipeout, uno de los juegos para PS Vita que más están dando que hablar de esta primera hornada es Escape Plan. Y es algo lógico y comprensible, dado que este trabajo de Fun Bits ofrece unas cotas de originalidad, encanto y frescura considerables.

Fuga amena… e imprecisa
El argumento de este juego de puzles con ligeros toques de aventura es muy simple: debemos asumir el papel de dos curiosos personajes, Lil y Laarg, y escapar de un centro custodiado por un extravagante personajuelo llamado Bakuki. Y como ya supondréis, en su camino se encontrarán con numerosos peligros que pondrán a prueba sus neuronas.

El planteamiento de Escape Plan nos ha parecido muy sugerente. Cada nivel viene a ser una habitación de reducidas dimensiones de la cual debemos encontrar la forma de salir. Y ahí es donde está la gracia del título, que nos propone un buen surtido de puzles de creciente dificultad, algunos de ellos bastante ingeniosos.

La forma de superarlos tiene que ver directamente con la interacción constante entre los propios personajes y los decorados, dando como resultado una fórmula de juego bastante simple pero que funciona bien… con algunos altibajos. Así, cada uno de los personajes puede interactuar de manera diferente con el entorno, ya que poseen cualidades únicas. Lil es más liviano y tiene la capacidad de correr y de inflarse como un globo, lo que le permite alcanzar zonas de los escenarios a priori inaccesibles. Y por su parte Laarg es mucho más grande y lento, si bien es capaz de romper ciertas partes de los decorados haciendo uso de su potencia.

A lo largo de toda la aventura vamos alternando el control de uno y otro en función de cada fase, si bien es verdad que en algunas ocasiones ambos personajes figuran en el mismo escenario, niveles que suelen ofrecer los niveles más altos de diversión.

Cada una de las pequeñas salas y recintos que visitamos suponen un puzle diferente. Lástima que no haya tantos como nos hubiera gustado.
Cada una de las pequeñas salas y recintos que visitamos suponen un puzle diferente. Lástima que no haya tantos como nos hubiera gustado.

Dar con la solución de cada uno de los puzles suele ser gratificante, si bien existe un obstáculo que de vez en cuando resulta frustrante: su impreciso sistema de control. Sobre el papel, éste ha sido bien planteado y hace un uso intensivo de las cualidades de la máquina. De esta forma tanto la pantalla táctil frontal como el panel trasero, los sticks de control, el giroscopio e incluso el micrófono se emplean para realizar cada una de las acciones de los personajes. Así, la pantalla táctil nos permite guiar a los dos protagonistas e interactuar con algunos objetos, el panel táctil se emplea para acciones secundarias como distraer a los enemigos y los sticks de control quedan relegados al control de la cámara y perspectiva.

Hasta aquí todo bien, pero en la práctica la precisión de unos y otros falla más de la cuenta, sobre todo lo que concierne a las pantallas táctiles frontal y trasera. En más ocasiones de las deseadas vemos cómo nuestra fuga se frustra por culpa de un registro irregular de alguno de nuestros movimientos deslizantes sobre las pantallas, lo que merma un tanto la jugabilidad del título.

Y ya que nos hemos metido de lleno a criticar los aspectos negativos del título, tampoco podemos pasar por alto su escasa duración. Al tratarse de un juego de puzles es complicado realizar una estimación fiable de su duración real en horas porque, sencillamente, cada usuario tardará una cantidad de tiempo muy variable en dar con la clave de cada puzle. Eso es un hecho. Ahora bien, teniendo en cuenta que si sabes lo que hay que hacer en cada una de las salas el título puede superarse en cuestión de un par de horas como mucho y que, además, es posible saltarnos aquellas estancias que deseemos… pues eso, que estamos ante una aventura más bien corta.

El planteamiento gráfico de Escape Plan, en blanco y negro, recuerda a clásicos de culto como Limbo o MadWorld.
El planteamiento gráfico de Escape Plan, en blanco y negro, recuerda a clásicos de culto como Limbo o MadWorld.

Es cierto que para intentar subsanar un tanto esta pega el título cuenta con modalidades adicionales, pegatinas escondidas en cada una de las zonas que debemos ir recolectando y un sistema de puntuación que valora nuestra actuación en cada nivel en función de la velocidad y del número de acciones efectuadas. Y se agradece este esfuerzo realizado en este sentido, pero sigue siendo insuficiente a nuestro parecer.

Personalidad monocroma
Uno de los aspectos más trabajados y atractivos de Escape Plan es su excepcional línea artística. Todo el juego (personajes y decorados) ha sido plasmado en blanco y negro, lo que le confiere una personalidad única. Sí, esto ya lo hemos experimentado en otros juegos como MadWorld o Limbo, pero en este caso es justo afirmar que dicha estética le sienta que ni pintada a la aventura.

Igualmente, el diseño de todos los personajes es magnífico. Por alguna extraña razón es fácil encariñarse ya no sólo con Lil y Laarg, sino con algunos de los personajes secundarios que también se dan cita en la aventura, como unas adorables ovejas. Y conseguir que los jugadores “conecten” con los protagonistas de un juego de estas características nos parece algo fundamental.

En cuanto al uso del potencial de la consola, Escape Plan no aprovecha ni de lejos todas las posibilidades técnicas de PS Vita, pero tampoco presenta ningún defecto grave en este sentido. Los decorados ofrecen un nivel de detalle notable, las texturas son correctas, las animaciones de los personajes han sido realizadas con mucho mimo, la tasa de cuadros es constante y fluida…

El sistema de control hace uso de todas las cualidades de la máquina, aunque en la práctica es mejorable.
El sistema de control hace uso de todas las cualidades de la máquina, aunque en la práctica es mejorable.

Y con el sonido sucede algo similar. La banda sonora de corte clásico / ambiental se limita a seguir las evoluciones de los personajes sin hacerse pesada ni cansina y los efectos de sonido son minimalistas (no hay diálogos ni apenas voces) pero suficientes. Y entre ambos elementos, consiguen recrear una ambientación única.

Por todo esto Escape Plan no es un título perfecto, no cabe duda: su sistema de control es impreciso y hasta incómodo en ocasiones y su duración es limitada. Pero, por otro lado, su propuesta es realmente original, los personajes tienen un encanto especial y su estética es sobresaliente. En términos generales pensamos que sus cualidades pesan más que sus "peros"; por lo que merece la pena probar Escape Plan… y rezar para que sus desarrolladores programen una continuación que explote mejor la idea central en la que se basa esta nueva IP que aparece en PS Vita.

Bueno

Sin sello

Escape Plan

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Con un mercado cada vez más saturado de juegos de acción clónicos, propuestas como la que nos propone el estudio Fun Bits son recibidas con los brazos abiertos por los usuarios. Y es que Escape Plan es un juego de puzles muy carismático, diseñado para exprimir al máximo las características de PS Vita y dotado de una personalidad estética extraordinaria. Sí, es corto y su sistema de control es mejorable, pero aún con esas pegas el cartucho ofrece una experiencia de juego realmente cautivadora que merece ser experimentada por todo aquel que se haya hecho con esta portátil. Desde luego no dejará a nadie indiferente, eso seguro.

Jugadores: 1
Idioma: Textos en español
Duración: 4-5 horas
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