FIFA vuelve a dar el salto al género de los manager donde, por una vez, no es quien marca el camino. La edición de 2013 llega cargada de opciones para todos los gustos, desde el precio al que vendemos las bufandas de nuestro equipo hasta la tercera división española. ¿El resultado? Un juego casi interminable que falla en el punto más importante: el aspecto táctico.
La primera sensación que tienes al iniciar una partida en FIFA Manager es una muy similar a la que te viene a la mente cuando comienzas a jugar con su competencia directa, Football Manager: te abruma. Sacamos a colación el nombre de Football Manager porque, siendo el rey del género, es el espejo en el que cualquier título de este estilo se mira.
Pero vayamos al grano con FIFA Manager 13, que es lo que nos ocupa. Como decíamos, la primera impresión es de agobio ante la cantidad de opciones que el equipo de EA Sports ha puesto de cara a los usuarios.
Todo comienza, como de costumbre, haciéndonos con un equipo al que dirigir. A la habitual opción de escoger equipo desde el principio o permitir que el juego nos sirva diferentes ofertas de contrato, FIFA Manager 13 permite la opción de crear un equipo desde cero: escoger su nombre, la región en la que queremos jugar, dotar al club de un escudo y comenzar a luchar por la gloria desde lo más remoto. En el caso español, un par de divisiones por debajo de la Tercera.
Sí, ponemos la Tercera División como escalón más bajo que podemos reconocer en el fútbol español porque el manager de EA Sports nos va a permitir ponernos al frente de uno de los tropecientos equipos que pueblan la categoría en nuestro país. Ojo, porque echar una partida con la tercera división española en marcha equivale a jugar más de una veintena de ligas a la vez, por lo que hay que tener un ordenador mínimamente potente si queremos añadir, además, algún otro país a nuestra competición.
Que en España se llegue hasta la tercera división no es una excepción que haya hecho EA para potenciar nuestro mercado. La cantidad de países jugables y de diferentes categorías en cada uno de ellos es muy notable y se nos hace difícil pensar en un jugador que pueda sentirse decepcionado en este punto. Poder dirigir a casi cualquier escuadra del planeta es más que factible.
Ponle precio a las bufandas
Hemos citado a Football Manager al principio de este análisis como espejo en el que se miran todos los managers, y contra el que compiten, pero posiblemente FIFA Manager 13 esté más cerca de la simulación que proponía el extinto PcFútbol de Dinamic Multimedia que del trabajo de Sports Interactive.
La comparación es sencilla, FIFA Manager 13 pone mucho empeño en depositar bajo nuestra responsabilidad hasta el más mínimo detalle del día a día del funcionamiento de nuestro club y recuerda, y mucho, a aquellas últimas ediciones de PcFútbol donde podíamos controlar aspectos tan variopintos del club como las diferentes instalaciones que queríamos construir en nuestro estadio o el precio de los diferentes productos de merchandising.
En FIFA Manager 13 podremos decidir todas estas cosas y muchas más. Podemos buscar patrocinador para el estadio, poner diferentes nombres a cada grada, decidir si queremos construir asientos VIP, el color predominante en las gradas del estadio, construir diferentes edificios para los diferentes empleados. Las posibilidades son muchas y muy variadas.
Podríamos hacer un análisis entero dedicado a ojear todas estas características porque, os lo aseguramos, hay para echarse una tarde entera configurando todas las variables a las que se puede meter mano. Pero FIFA Manager 13 no deja de ser, en definitiva, un juego de fútbol, así que vamos a por lo que de verdad interesa.
Jugadores con media y facilidades para fichar
El primer punto en el que FIFA Manager flojea es en la valoración de los jugadores. De nuevo, se alinea con PcFútbol en este aspecto y sigue las premisas de su hermano mayor, FIFA 13, al dar a los jugadores una valoración global por la que medirse. Como dicen los anglosajones, el diablo está en los detalles, y lo importante a la hora de la verdad es considerar aquellos valores, de entre los muchos que definen a un jugador, que más le convienen para el juego que queremos que desarrolle.
El hecho de poner un valor global a cada jugador hace que, en muchos casos, el jugador medio no se moleste en buscar sus cualidades y sus puntos débiles y opte por tirar de este valor para definir su once inicial.
Este año, EA Sports ha querido introducir un par de aspectos para darle vidilla a la gestión de la plantilla. El primero es la pestaña dinámica de equipo, una pantalla en la que podemos analizar a los jugadores de nuestro equipo en función de los objetivos que tienen, los jugadores contra los que compiten y las afinidades que tienen entre ellos.
Por ejemplo, si nos da por coger al City, veremos que Tévez y Balotelli se llevan mal con media plantilla, que Tévez pelea con Agüero por hacerse con un lugar en el once en la misma demarcación y que los hermanos Touré, Kolo y Yaya, tienen una relación especial por ser familiares.
Será nuestra obligación intentar limar las asperezas entre jugadores a la vez que intentar idear una plantilla en la que los egos no terminen consumiéndose entre ellos. Incluso existe la posibilidad de pedir informes sobre el componente psicológico de los jugadores en los que estamos interesados para evitar el fichaje de una bomba de relojería que pueda desequilibrar nuestro club.
Además de la dinámica de equipo, también se han implementado los objetivos de jugador: aspiraciones que tiene cada uno de nuestros empleados en su trayectoria dentro del club. Las hay de todos los colores, desde los que quieren ser capitanes del equipo, los que quieren un contrato de larga duración, los que pretenden que el juego del equipo se adapte a sus necesidades o los que pretenden delegar responsabilidades en pos del equipo.
Cumplir con los objetivos de cada jugador nos hará ganarnos su confianza de cara a conseguir un mayor rendimiento en el terreno de juego.
Si bien el aspecto concreto de los jugadores está muy bien tratado, con una gran variedad de opciones y donde podemos encontrar situaciones que se dan en la vida real (minipunto para FIFA Manager 13), cuando pasamos al aspecto más destacado de la gestión de plantillas, los fichajes, todo este castillo se viene abajo por momentos.
Fichar a un jugador en FIFA Manager 13 es tan sencillo como hablar con un jugador para saber si está interesado en unirse a nuestro club. De estarlo, se nos abre la pestaña de negociación en la que el propio juego nos indica la cantidad que debemos pagar por el jugador para que el club rival acepte.
Se pierde de un plumazo el juego de idas y venidas, la negociación y el regateo que sí tiene Football Manager. Es más, una negociación no comienza hasta que un jugador da su visto bueno, por lo que si nos ponemos en situaciones extremas, sería imposible fichar a un tipo en el que estemos interesados que juegue en un club en bancarrota por mucho que su equipo quiera vender. Una situación que la competencia, por ejemplo, utiliza en más de una ocasión cuando diriges a equipos pequeños.
Flojean las tácticas, triunfa el motor gráfico
Pero si los fichajes son uno de los puntos flojos de este FIFA Manager 13, las tácticas es el aspecto donde más flojea cuando lo comparamos a Football Manager 2013. Donde el segundo se marca un "clínic" de todas las variables a tener en cuenta a la hora de plantear un partido, de las diferentes mentalidades con las que afrontar un choque y diferentes estilos de juego, FIFA Manager 13 presenta un apartado donde hay variables, sí, pero cuya profundidad es bastante limitada.
Se echa de menos, una vez que se ven los partidos representados en pantalla, ese aspecto que tanto caracteriza a Football Manager: lograr que tu equipo juegue como tú le ordenas. Otra cosa es que el partido te salga de cara o que logres la victoria, pero el manager de Sports Interactive consigue transmitir esa idea de que los once tipos que tienes sobre el campo están intentando jugar de la manera que les has ordenado tanto en el vestuario como en los entrenamientos durante la semana.
Todo lo que FIFA Manager 13 pierde frente a Football Manager en el apartado táctico lo gana en su motor 3D de visualización de partidos. Si algo tiene formar parte de la familia FIFA es que puedes incluir una versión menor del motor de juego que estamos acostumbrados a ver en el simulador de fútbol para PCs y consolas sin que el título desfallezca. Ojo, no estamos ante FIFA 13 dentro de FIFA Manager 13, pero el motor cumple más que sobradamente y le saca varios cuerpos, y años, de ventaja al de Sports Interactive.
Sí que es cierto que la representación de los partidos tiene sus fallitos, que en ocasiones vemos repetidas jugadas en 3D que ya habíamos visto en el visor 2D, pero en líneas generales el motor es excelente para un juego de este género.
La hora de la verdad
Juzgar a un título como FIFA Manager 13 por sí solo es complicado. Compite en un mundo en que Football Manager lleva gobernando con puño de acero de toda la vida y en el que es muy complicado hacerse un hueco en un nicho de mercado que no tiene el número de seguidores que FIFA 13.
FIFA Manager 13 parte de la base de que Football Manager 2013 es un titán en la gestión táctica de los equipos. Le gana por goleada en ese aspecto y en la aproximación más purista del juego: los entrenamientos, la relación del manager con los jugadores, las declaraciones ante la prensa.
FIFA Manager 13 lo sabe y opta por jugar a un juego diferente. Como si de un duelo Madrid- Barça se tratara, la apuesta de EA Sports busca una aproximación distinta a la de su rival para llegar a un público diferente al que, quizá, la experiencia de Sports Interactive le parece demasiado farragosa.
Es aquí donde el nombre de PcFútbol vuelve a aparecer con fuerza porque es la comparación que mejor le sienta a FIFA Manager 13, un juego en el que los aspectos que van más allá de lo que sucede en el terreno de juego tienen casi tanta importancia como el resultado del fin de semana.
Si tienes pensado hacerte con un manager de fútbol, FIFA Manager 13 es un buen candidato que además incorpora unas cuentas novedades sobre versiones anteriores. Dentro de su profundidad, busca distanciarse de su gran rival, Football Manager, y hacerse fuerte en otros frentes como la representación de los partidos y una gestión táctica "menos severa".
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