Experto en el sigilo, hábil sorteando trampas y un auténtico especialista en el arte de morir con estilo, el protagonista de Stealth Bastard se cuela en los circuitos de PlayStation 4 para demostrar una vez más por qué se ha convertido en todo un referente entre los aficionados a los juegos de infiltración.
No conforme con haber conquistado el corazón de los aficionados a los juegos de infiltración en PC, PlayStation 3 y PS Vita, el habilidoso protagonista de Stealth Bastard llega ahora a PS4 dispuesto a demostrar con su esencia retro que todavía tiene mucho que decir… incluso en la nueva generación de consolas. Y lo hace con una versión especial repleta de contenidos jugables para disfrutar de este título, a medio camino entre los clásicos Metal Gear y el desafiante Super Meat Boy.
Porque esta sobresaliente aventura combina acertadamente el sigilo y la acción más pausada propia de los juegos de infiltración, con el frenesí, las trampas mortales y los saltos imposibles de los grandes plataformas en 2D. Todo ello aderezado por una atractiva estética retro y un potentísimo editor de niveles, con el que alargar la vida de un título ya de por sí bastante extenso gracias a los 120 niveles que incluye.
Aliados de las sombras
Emulando a héroes del mundo del espionaje como Solid Snake o Sam Fisher, Stealth Bastard
es uno de los pocos juegos de infiltración que puede presumir de ser, precisamente, un auténtico juego de infiltración en el sentido más estricto de la palabra. Ni armas con las que hacer frente a los enemigos, ni habilidades especiales con las que borrar de un plumazo los obstáculos frente a nosotros, en esta obra de Curve Studios usar el sigilo y el ingenio será nuestra única alternativa de alcanzar el éxito.
Tal vez por ello, sería más apropiado hablar de Stealth Bastard como juego de puzles inspirado en el mundo del espionaje, ya que gran parte de su atractivo radica en descubrir cómo superar cada nivel. Escenarios en los que lo habitual será esconderse entre las sombras para evitar a los robóticos guardias de seguridad, usar rutas alternativas para escapar de la atenta mirada de las cámaras de vigilancia, o saltar entre plataformas con mortales rayos de energía amenazándonos de cerca. Todo con una jugabilidad tan endiabladamente divertida como sorprendentemente sencilla; lo que no significa que estemos ante un título simple o demasiado limitado en opciones. Al contrario.
Más en el caso de esta edición del juego, que no sólo ha ampliado considerablemente el número de escenarios a superar con respecto al original gracias a los contenidos adicionales The Teleporter Chambers y The Lost Clones, que suman un total de 120 niveles, sino también el tipo de desafíos a los que tendremos que hacer frente.
Localizar y mover objetos, accionar interruptores en un orden concreto, guiar indirectamente a los robots enemigos, evadir la atenta mirada de las cámaras de seguridad, sortear peligrosas secciones de plataformeo sin abandonar nunca la protección de las sombras... y también saltar a través de portales de teletransporte, mantenerse siempre encima de ciertos rayos de energía, vencer a jefazos de final de fase... Stealth Bastard: A Clone in the Dark es un juego que sorprende de principio a fin, y ese es un logro que no podemos pasar por alto.
Sobre todo porque hablamos de un título increíblemente ingenioso con el que es imposible no quedar impresionado ante el inteligente diseño de sus rompecabezas. Pero como decíamos anteriormente, este es también un juego de plataformas muy del estilo de Super Meat Boy, y eso se traduce en pruebas de habilidad tan condenadamente difíciles, que morir será una constante a lo largo de la aventura. Principalmente porque nuestro héroe no tendrá opción alguna para protegerse del fuego enemigo, lo que significa que el mínimo descuido se traducirá en una espantosa y sangrienta muerte –aunque reapareceremos de inmediato cerca del lugar de los hechos-.
¡Cuidado! ¡Una trampa mortal!
Aparte de estos elementos, que serán una constante en la mayoría de niveles, Stealth Bastard también juega mucho con nuestra capacidad para reaccionar ante acontecimientos inesperados como trampas mortales que se accionarán a nuestro paso, dando lugar a algunas de las secuencias de acción más trepidantes de la aventura. En este sentido, el juego responde perfectamente al control con el mando de PlayStation 4, mostrando un grado de precisión envidiable en la mayoría de casos.
Lo que nos deja ante un programa que funciona a las mil maravillas y que logra mantenernos enganchados de principio a fin. Lo desafiante de su propuesta, así como la posibilidad de mejorar siempre nuestros tiempos en cada nivel, con opción de usar ciertas habilidades especiales, fomenta además el que queramos volver a la partida una y otra vez; a lo que debemos sumar el gran editor de niveles, que nos permitirá crear nuestros propios escenarios de juego con total libertad para luego compartirlo con el resto de jugadores a través de Internet. En este sentido, conviene destacar que el programa no es compatible con la opción Cross-Buy, dado que añade nuevos contenidos con respecto a lo visto en el resto de plataformas PlayStation. Así pues, si en su día lo compramos en PS3 o PS Vita y ahora queremos dar el salto a PlayStation 4, tendremos que pagar de nuevo por el juego.
Tampoco podemos olvidarnos de su notable apartado audiovisual, con un marcado estilo retro, pero no por ello carente de cierta espectacularidad. Sobre todo en lo que se refiere al inteligente uso de las luces y sombras, que se generarán en tiempo real de forma creíble. También nos ha gustado mucho la interfaz de usuario, inspirada en la serie Splinter Cell, que nos indicará mediante el color que desprenden la gafas del protagonista del nivel de sigilo con el que nos movemos entre las sombras.
La fusión de géneros de Stealth Bastard se ha saldado con uno de los videojuegos más inteligentes y adictivos del año. Una sorprendente experiencia de juego capaz de contentar tanto a los apasionados de las plataformas en 2D como a los seguidores de los clásicos juegos de infiltración. Algo que de primeras no era sencillo. Pero además estamos ante un título casi infinito gracias a su editor de niveles, con el que la acción no terminará hasta que lo digan los usuarios.
- Infiltración en estado puro.
- Muy desafiante y con montones de niveles por explorar.
- Combina perfectamente el sigilo con el plataformeo en 2D.
- Editor de niveles muy completo.
- Sistema de control algo impreciso en puntos clave de la partida.
- No se explota del todo el gran potencial que esconde la obra.
