Los títulos de plataformas no es precisamente uno de los terrenos en los que Xbox One mejor se desenvuelve hasta el momento, siendo muy pocas las producciones para esta máquina relacionadas con este clásico género. Aún así aquí tenemos una de las más novedosas, Funk of Titans.
Según parece, Xbox One va a vivir un año 2015 muy excitante, o eso es lo que afirman tanto los altos cargos de Microsoft (con Phil Spencer a la cabeza) como los propios representantes de Xbox España. Sin embargo y a pesar de esto, lo cierto es que para degustar los grandes lanzamientos que serán editados para esta consola habrá que esperar todavía unos meses, si bien es verdad que mientras esto ocurre vamos a ir recibiendo unos cuantos títulos desarrollados en exclusiva para la consola. Y uno de los más recientes es Funk of Titans, un título digital desarrollado en nuestras fronteras por A Crowd of Monsters que pertenece al género de las plataformas y, más concretamente, al de los endless runner tan de moda en los últimos meses, sobre todo en los dispositivos móviles.
Así de primeras, la premisa principal del título y su enfoque resultan bastante atractivos. En lugar de plantear un mundo ficticio, en esta producción los desarrolladores nos invitan a recorrer el mundo griego clásico dominado por su mitología, rica en personajes o dioses realmente únicos y sus muchos matices. Pero en lugar de respetarla tal cual la concebimos todos los que la profesamos un cariño especial, en Funk of Titans nos encontramos con un toque funky bastante irreverente y también simpático... o al menos lo es a priori.
La trama gira en torno a la lucha que mantiene Zeus y los titanes, guerra que en este caso queda marcada por la imposición de estos últimos de sus estilos de música predilectos. ¡Y eso no puede ser! Para ello entra en juego Perseo, un tipo cuyo aspecto seguramente no coincide con el que muchos tenéis en mente. Y es que se trata de un afroamericano seguidor a muerte del funky, desgarbado y bastante simpático que además va vestido con una especie de sudadera amarilla bastante chillona (realmente similar a la que portan los Cavs de LeBron James, por cierto).
Salta, esquiva y ¡repetimos!
Como os acabamos de comentar, lo cierto es que de entrada la idea y puesta en escena que posee este título llaman bastante la atención. Pero desgraciadamente el ritmo de juego y la jugabilidad no han estado a la altura de lo que realmente pensamos que se podrían haber plasmado, ya que sin ser un título rematadamente flojo sí que deja que presenta ciertas lagunas jugables en varias áreas diferentes.
El planteamiento es el de un endless runner típico de esos que tanto se dejan ver y disfrutar especialmente en los sistemas móviles, hasta tal punto que, de hecho, este juego estaba destinado a dichos dispositivos hasta que sus desarrolladores decidieron cambiar sus planes y apostar por Xbox One. De esta forma y a lo largo de unos 40 cortos niveles debemos ir guiando a Perseo a través de recorridos que transcurren mediante un scroll lateral. Es decir, que estamos ante una propuesta jugable totalmente 2D, muy de la vieja escuela.
Estas fases quedan repartidas a lo largo de tres mundos bien diferenciados... al menos en lo que respecta a su aspecto estético y ambientación musical, porque desgraciadamente se trata de un título cuyo mayor defecto tiene que ver con su escasa variedad. Y esto alcanza a casi todos sus aspectos ligados a su planteamiento de juego en general.
Perseo se desplaza de manera automática por los escenarios, los cuales poseen un diseño bastante irregular, existiendo fases realmente trabajadas con otras bastante menos inspiradas. El caso es que de lo que debemos preocuparnos es de emplear alguna de nuestras armas para ir despachando a los rivales que se cruzan en el camino y trayectoria del protagonista, así como realizar tropecientos saltos para esquivar las numerosas trampas (precipicios, los típicos pinchos letales tan habituales en este género de las plataformas, etc.). Una mecánica de juego sencilla pero que funciona, aunque sólo durante los primeros compases del juego.
¿Y por qué? Pues porque a medida que progresamos nos vamos dando cuenta que, a fin de cuentas, nuestra tarea se repite más de la cuenta. Salvo excepciones, muchas veces tenemos la sensación de haber recorrido previamente el nivel en el que nos encontramos pero con distinto atrezo. Y esta sensación viene dada por la escasa gama de enemigos, obstáculos, objetos que podemos ir recolectando y demás elementos de juego que conforman esta obra. Pero este no es el único problema que arrastra esta producción.
Los enfrentamientos contra los jefes finales tampoco nos han emocionado, ni mucho menos. Estos se llevan a cabo mediante secuencias insulsas de Quick Time Events, siendo tan poco vistosos como fáciles de superar. Y por si fuera poco, si no vamos a por los ítems coleccionables, el juego da para dos horas. Y es una pena, porque la aventura presenta otros ingredientes apreciables como una buena ambientación o la incorporación de fases de bonus desafiantes y divertidas.
Funk of Titans es, por lo tanto, uno de esos juegos digitales que nos ha dejado un poco fríos. Y lamentamos esto de manera especial porque, más allá de haber sido recreado por un estudio español, en ciertos aspectos se trata de un título que albergaba bastante potencial.
Estamos ante una de esas propuestas simpaticonas que además presentan buenas ideas y un concepto de juego sencillo dentro de su naturaleza plataformera endless runner. Pero a pesar de estas cualidades iniciales, al final Funk of Titans no ha terminado de funcionar por diferentes motivos. Y es que su monotonía de situaciones y demás defectos jugables pesan demasiado a medio plazo
- Estética simpática y su sentido del humor
- Su libre interpretación de la mitología griega
- Escasa variedad de enemigos, obstáculos e inspiración en general
- Los enfrentamientos contra los jefes finales son flojos
- Corto y repetitivo a medio plazo
