Análisis de Divinity Original Sin II. Libertad divina

Análisis de Divinity Original Sin II. Libertad divina
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Larian Studios se ha ganado el respeto de propios y extraños con su renovación de la franquicia Divinity. Volvemos a Rivellon para encontrarnos con algo que, si bien debería sernos familiar, no es solo más y mejor, sino la culminación de una filosofía que pretende aunar lo mejor de ayer y de hoy. De lo viejo y lo nuevo. Nos abrimos camino con el análisis de Divinity: Original Sin II.

En los últimos años hemos visto un repunte de juegos y mecánicas clásicas. Una mirada al pasado como si fuera la solución a todos los problemas que presenta la falta de innovación. En cierta medida ha funcionado, porque muchas de estas propuestas se echaban de menos, mientras que otros jugadores ni siquiera las conocían. Pero con tanto estudio encargado de devolver al presente la gloria de otros tiempos, a menudo se nos olvida que esto, en el fondo, es un recurso y no un parche a la innovación. Por suerte, tenemos estudios como Larian, que comprenden que el rescate de esta esencia es sólo el primer paso para, a partir de ella, dar muchos hacia adelante.

Como si viviéramos en un mundo paralelo donde la marcha del cRPG no hubiera hecho más que incrementarse sin descanso, Larian ha creado un monstruo con vida propia. No importa si su esencia te retrotrae a tus añoranzas de juegos como Baldur's Gate y Neverwinter Nights o pesares como el vacío que les sucedió; Divinity: Original Sin II empuja más el género hasta el punto de poder ser considerado como el mejor juego del género y sin necesidad de nostalgia.

El juego bebe de su anterior, desde luego, y lo notarás en estilo de juego y de combate. Pero Divinity Original Sin 2 es capaz de retorcer y avanzar sus propias mecánicas y estructura hasta el punto de convencer al más incrédulo que no terminó de encajar la propuesta del original. Ayuda mucho en ello una historia, personajes y narrativa en general mucho más cuidada. Desde un cuidado extremo a sus protagonistas, un desarrollo de los acontecimientos mucho más interesante y algo tan importante y que se perdona mucho en el rol isométrico como acompañar cada línea de texto (hasta la del más ínfimo personaje secundario) con voz.

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El despertar de un Dios

Larian Studios sabe que si eres aficionado al género y no entraste en el primer Original Sin era porque la historia no resultaba suficientemente atractiva. La trama principal de Original Sin II no es la mejor que hemos jugado en un juego de rol, ni mucho menos. Sigue recogiendo muchos de los tropos de la fantasía más clásica y más allá de apuntalar su particular estilo humorístico, no hace mucho más para cambiar las reglas de Rivellon, que nos llevará miles de años después del primer juego a un conflicto centrado en los Sourcerers, canalizadores de magia especial, más poderosa, pero que atraen a los Voidwalkers, unas criaturas monstruosas. Los maestres, en busca de un nuevo Divino tras la muerte del anterior, capturan y someten a todos estos Sourcerers mientras esperan la ascensión de su nuevo líder.

Podemos elegir clase, raza, apariencia y si queremos un personaje hecho desde cero o con Orígenes, el cual aporta un pasado y personalidad a nuestro personaje.
Podemos elegir clase, raza, apariencia y si queremos un personaje hecho desde cero o con Orígenes, el cual aporta un pasado y personalidad a nuestro personaje.


La historia se sigue con interés, pero es en las particularidades de nuestro héroe y sus acompañantes donde Larian ha echado el resto, más allá de intentar aportar algo de frescura a los tópicos. Entre las razas disponibles (humano, elfo, enano, hombre lagarto y no-muerto) se incluyen personajes predefinidos con su propio nombre, pasado y misión. Son los llamados Orígenes, y podemos elegir encarnar a uno de estos o acompañarlos en sus diferentes búsquedas. Todo un soplo de aire fresco, teniendo en cuenta que veníamos de poder escoger únicamente a personajes humanos. Cada raza, además, tiene sus particularidades como los hombres lagarto que pueden excavar o los no-muertos, cuyos dedos son como ganzúas. Todas estas habilidades pueden ser paliadas por cualquier clase, por supuesto.

Los diálogos se amplían con opciones propias de un personaje concreto o de los rasgos de su personalidad.
Los diálogos se amplían con opciones propias de un personaje concreto o de los rasgos de su personalidad.


El juego ejercita la creatividad en tus acciones, sin castigar los métodos tradicionales

Tanto siendo uno de estos protagonistas como interactuando con ellos, veremos enriquecida la trama con sus conversaciones que se amoldan a nuestro estilo de juego y a las distintas misiones que hagamos y personajes que conozcamos en el camino. No dudarán en tomar la iniciativa para hablar con tal o cual personaje si ello les ayuda a progresar en su misión personal, mientras que el nuevo sistema de afinidades creará un vínculo con ellos que nos llevará desde el interés romántico hasta la imposibilidad de ser compañeros de viaje. Evidentemente, no podemos profundizar mucho en los ejemplos por riesgo a spoilers, pero la relación que tenemos con nuestros compañeros multiplica las posibilidades de juego y es un organismo vivo que evoluciona a medida que pasan las horas.

Libertad divina


Abrirse camino

A menudo, cuando un videojuego vende su "mundo abierto" lo hace apelando a la libertad. Pero un vasto terreno que explorar no te hace más libre en un videojuego, sólo más grande. Ser un juego de rol y ser abierto supone poder encarar las situaciones de múltiples formas. Divinity: Original Sin II lleva esta norma a su máxima expresión. No se trata sólo de luchar contra quieras, robar lo que quieras... o persuadir, explorar y resolver acertijos. Se trata de que, al hacerlo, estás cumpliendo una misma misión de maneras muy distintas. En el primer acto, nuestro objetivo principal pasa por escapar de Fort Joy, un lugar donde retienen a todo Sourcerer y encontrar una forma de quitarnos el collar que nos impide canalizar esta magia. La cantidad de formas de escapar de nuestra prisión y remover el collar es notoria y es el resultado de múltiples decisiones que tienes que tomar. Para acceder a una vía de escape, ¿robarás esa llave? ¿Matarás a todo el que se ponga en tu camino? ¿Encontrarás un atajo a través de una ruta secundaria o, por el contrario, ni siquiera usarás esa forma de escapar?

Los menús son profundos y sencillos. En el inventario, se agradece de nuevo no tener que negociar demasiado con el peso del equipo.
Los menús son profundos y sencillos. En el inventario, se agradece de nuevo no tener que negociar demasiado con el peso del equipo.


Es en este laberinto de decisiones con múltiples salidas es dónde Original Sin 2 brilla con luz propia y lo acerca a la más pura esencia del rol: la de lápiz y papel. La obra de Larian Studios nos ha devuelto a una época donde probar una solución alocada a un problema puede ser un método completamente factible, para tu sorpresa; donde se ejercita la creatividad en tus acciones, sin castigar los métodos tradicionales. Donde una bandera en el mapa significa un personaje importante en la historia, pero ni mucho menos donde tienes que ir a cumplir una misión. De hecho, el juego es tan parco en palabras con respecto a tu diario de misiones que muchos jugadores pueden sentirse completamente perdidos en un principio, algo que el juego podría explicar mejor. Los más completistas tardarán decenas de horas en pasar el primer acto si quieren terminar todas las misiones.

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Si no has probado todavía su combate por turnos, puede sorprenderte en un principio. Pasadas unas horas, puede que no quieras otro tipo de sistema.
Si no has probado todavía su combate por turnos, puede sorprenderte en un principio. Pasadas unas horas, puede que no quieras otro tipo de sistema.


El combate se asienta fehacientemente en los pilares que construyó el primer Original Sin. Si no lo conoces, se trata de un sistema por turnos. No hablamos de pausas tácticas, propias de este tipo de rol, no. Turnos que se asemejan más al sistema de un JRPG como Final Fantasy X o Trails of Cold Steel que a cualquier propuesta occidental, donde cada personaje tiene su orden predefinido que puedes ver plasmado en pantalla y donde cada turno consume un número de puntos que determina las acciones que podemos realizar. Movernos, atacar, usar objetos o lanzar hechizos y habilidades tienen su propios Puntos de Acción y nuestro turno terminará cuando los utilicemos todos. Como novedad, se nos da la oportunidad de retrasar nuestro turno para poder obtener una ventaja táctica más adelante si así lo precisamos.

Demuestra por completo su flexibilidad con los modos multijugador o en solitario

Se rescatan también mecánicas del primer Original Sin, como por ejemplo aprovechar el entorno para causar más daño (electrificar un charco de agua o hacer explotar una humareda de veneno). Sin embargo, se fomentan más las reacciones en cadena producidas por estos efectos a través de los hechizos y más elementos puestos en escena. Se ha cuidado más también la cantidad de hechizos potenciadores que podemos usar en nuestro equipo y en contra del oponente para dominar más el combate antes de comenzar a atacar. Además, la cantidad de talentos y clases se ha multiplicado no sólo con respecto al original, sino también al Acceso Anticipado que ya apareció hace un tiempo. Esto significa nuevos hechizos, habilidades que aprender y posibilidades para un combate que plantea un buen desafío incluso en el modo de dificultad más estándar. Eso sí, en algunas situaciones, donde el caos se adueña de la contienda, con efectos de lluvia, fuego, sangre o veneno desperdigado por el terreno, puede llegar a resultar algo difícil identificar a todos los enemigos, incluso resaltando sus contornos a través de las opciones, además de que en algunos momentos parecer tardar algo más de la cuenta en reaccionar al escoger un determinado hechizo u objeto. Más allá de expandir el combate, lo cierto es que cualquier que haya jugado al primer Original Sin se sentirá familiar con el de su secuela, pero es que este sistema ya cogió por sorpresa en su momento siendo muy sólido y una opción perfecta tanto para la estrategia como para su apartado multijugador.

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¿Solo o en compañía? Da igual

Con la cantidad de formas de cumplir una misión, ya podemos ver que Original Sin II es grande y complejo. Pero donde realmente demuestra por completo su flexibilidad es con sus modos multijugador o en solitario. Podemos plantear perfectamente una partida para nosotros solos, e incluso dentro de esta fórmula, elegir si queremos ir acompañados de otros personajes o completamente por nuestra cuenta. Si vamos acompañados, controlamos a los cuatro protagonistas, con los que hablar desde su punto de vista e interactuar con sus rasgos únicos. Podemos echarnos una mano para teletransportarnos o accionar mecanismos. Si somos un Lobo Solitario, podemos añadir puntos a este talento que nos dará un subidón en las estadísticas para poder rendir en batalla, teniendo que replantear nuestras acciones y estrategias durante toda la partida.

El multijugador a pantalla partida es uno de los mejores cooperativos locales que puedes encontrar. Y prácticamente único en su género.
El multijugador a pantalla partida es uno de los mejores cooperativos locales que puedes encontrar. Y prácticamente único en su género.


El modo multijugador es un animal muy diferente. Si el original nos permitía un cooperativo para dos jugadores, aquí la opción se extiende hasta a cuatro jugadores. Las configuraciones para montar una partida multijugador son sorprendentes: Puedes jugar online; a través de una LAN con cuatro ordenadores; a través de una LAN con dos ordenadores y pantallas partidas; o bien dos jugadores por internet, en dos ordenadores o en un mismo PC a pantalla partida. Sea cual sea la opción que elijas, el juego se adapta, permitiéndonos explorar libremente el terreno, hasta el punto de que cada jugador se encuentre en la otra punta del mapa realizando su propia misión. Gracias al tiempo de reacción que permiten los combates por turnos, jugar con uno o varios amigos y discutir la estrategia a seguir es uno de los mayores placeres de los que Original Sin 2 es capaz.

Destila belleza, detalle y colorido en todos sus mapas

Aunque se disfruta de forma más cómoda con teclado y ratón, haciendo sobre todo más rápidos los combates, Divinity: Original Sin 2 es perfectamente compatible con mando, gracias al gran trabajo que se hizo al respecto con el juego original. Para el modo multijugador a pantalla partida es necesario, de hecho, esta opción, que como decimos resulta cómodo y posee una gran adaptación. No sólo a los controles, sino también a todos los elementos que se ven en pantalla, que se agrandan para una visión más cómoda en televisión: menús, inventarios, textos en libros y diálogos... Todo se adapta a la jugabilidad de un juego de consola. ¿Significa esto que, como el primer juego, habrá versión para estas máquinas? Todavía no hay una confirmación oficial, pero no nos sorprendería que en un futuro viéramos una edición especial destinado a ellas.

Si leyendo el análisis te ha venido algún nombre de otro videojuego a la cabeza, es completamente normal. Su planteamiento libre recuerda a la fórmula de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. No es que se inspire en el juego de Nintendo, ni mucho menos, ya que el juego sigue las bases propuestas por su original  en 2015, pero sí notamos una tendencia en los últimos tiempos a confiar más en el jugador, tratando de guiarlo lo justo y necesario, que nos gusta especialmente. Ojalá más juegos de mundo abierto continúen con esta filosofía a la hora de explorar sus mundos.
Esta libertad de acción nos recuerda a algo... - Si leyendo el análisis te ha venido algún nombre de otro videojuego a la cabeza, es completamente normal. Su planteamiento libre recuerda a la fórmula de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. No es que se inspire en el juego de Nintendo, ni mucho menos, ya que el juego sigue las bases propuestas por su original en 2015, pero sí notamos una tendencia en los últimos tiempos a confiar más en el jugador, tratando de guiarlo lo justo y necesario, que nos gusta especialmente. Ojalá más juegos de mundo abierto continúen con esta filosofía a la hora de explorar sus mundos.


Los modos de juego no acaban aquí. Vuelve a haber una compatibilidad total con mods y Steam Workshop, donde ya se empiezan a ver algunas propuestas interesantes como la posibilidad de incluir a más compañeros en nuestro equipo para no perdernos ninguna de sus historias de los Orígenes, ya que hay seis personajes definidos con su pasado y sólo podemos llevar a cuatro.
Se ha incluido también un modo Arena donde enfrentar tu plantel de personajes a otros jugadores en batallas competitivas. Pero, sin duda, la gran aportación es el Dungeon Master. Se trata exactamente de lo que imaginas: la posibilidad de crear tus propias campañas y ser disputadas por cinco participantes (cuatro jugadores y un Game Master). Por lo que hemos podido comprobar, existe una modalidad algo más accesible con la que incluir elementos predefinidos que hacen más fácil la creación de una campaña. La otra requiere descargar la herramienta de Steam y abre el abanico de posibilidades al infinito, pudiendo crear una campaña completamente personalizada, escribir las líneas de diálogos, colocar cada monstruo, cada misión y escena como tú quieras. Se añade además tiradas de dados que no existen en el juego original así como escenas que puedes describir en las que tomar una decisión, al más puro estilo de lápiz y papel. Aquí es donde Divinity se convierte en algo más que un juego. Una herencia que cautivará a aquellos que vieron transportados sus aventuras al terreno del videojuego con obras como Neverwinter Nights, pero con herramientas y materiales actuales, donde sencillamente el juego no tiene fin.

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La belleza de Rivellon

Como los clásicos cRPG, Divinity: Original Sin II vuelve a apostar por la perspectiva isométrica que sirve para crear una exploración y combates con un estilo clásico, pero muy atractivo. El juego destila belleza, detalle y colorido en todos sus mapas con una puesta en escena muy cuidada a la par que optimizada. Solo algunos elementos puntuales, como por ejemplo los retratos de cada uno de los personajes nos han hecho arquear una ceja.

Sus opciones gráficas son ampliamente escalables, soportando monitores ultra panorámicos (ideales para la pantalla partida) y comportándose de forma fluida en el 99% de ocasiones. Destaca en su ambientación una banda sonora creada a base de instrumentos del folclore y coros angelicales cuyas variantes de su tonadilla principal quedan inmediatamente en el recuerdo.

Su estilo isométrico no oculta en absoluto la atención puesta en el detalle, con hermosos entornos de alta fantasía.
Su estilo isométrico no oculta en absoluto la atención puesta en el detalle, con hermosos entornos de alta fantasía.


Original Sin II es el pináculo de un estilo de juego de rol

Hay pocas flaquezas en un juego con tal fortaleza como Divinity: Original Sin II. Perderse en su mundo es un placer con un número de horas de juego escandaloso, que puede multiplicarse si te dejas llevar por cada una de sus misiones y te propones explorar cada uno de sus rincones. Se echa de menos que su estructura en Actos nos impulse hacia adelante, haciendo borrón y cuenta nueva con algunas misiones, pero hay ya tantos elementos imposibles de ver en una sola partida que será una delicia rejugar en el futuro. Original Sin II es el pináculo de un estilo de juego de rol, probablemente el más puro a la etimología del género. A su propia concepción del lápiz y papel. De todas las grandes propuestas que nos ha dejado el cRPG en los últimos años, es la mejor porque mira y avanza hacia adelante. Pero de todos los grandes juegos en general que nos ha dejado el presente año, también. Así de importante es el estilo que ha construido Larian Studios. Para el fan del rol, esto es un regalo.

Imprescindible

Obra maestra
Libertad divina

Divinity: Original Sin II

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

Divinity: Original Sin II es la definición perfecta de la libertad en el género del rol. Lo logrado aquí por Larian Studios excede toda expectativa. Sabe a clásico, pero busca innovar. Recoge elementos del original, pero los mejora y amplía. Pocos juegos de rol pueden llevar sus siglas con más orgullo que el juego que tenemos aquí.

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  • Historia mejorada, especialmente la de nuestros compañeros y Orígenes
  • Combate mejorado con nuevas habilidades, magias, talentos...
  • Gran apartado sonoro, completamente doblado (no habitual en este estilo de rol) y una bella banda sonora
  • El combate se torna algo caótico cuando hay muchos elementos en pantalla
  • Detalles gráficos menores y bugs que aún quedan por corregir
Jugadores: 1-4
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 70-80 horas
Ver requisitos del sistema
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