Análisis de Fracture

Análisis de Fracture
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Una de las propuestas más innovadoras de los últimos años dentro del género de acción está por fin entre nosotros. Lamentablemente sólo el concepto es revolucionario, y es que la jugabilidad cae rápidamente en una rutina reiterativa y ya vista hasta la saciedad.

Cuando LucasArts anunciaba en mayo del pasado año Fracture, había enormes esperanzas de que su título revolucionara un género tan abrumado por patrones repetitivos como es el de los shooters.

A cargo de los poco experimentados Day 1 Studios llega este lanzamiento en el que la modificación del escenario es el principal atractivo. Sin embargo lo que parecía anticipar un título de acción que favoreciera el dinamismo en los combates con un escenario en constante cambio, se torna rápidamente un videojuego excesivamente genérico y carente de chispa.

Es Todo Tectónica…
Fracture introduce en una escueta cinemática el contexto futurista y, siendo generosos, poco plausible que lo enmarca. En el año 2161 los Estados Unidos han sido divididos geográficamente por la mitad debido a las crecidas del mar, separando también a sus ciudadanos en dos facciones enfrentadas, la República de Pacifica y la Alianza Atlántica.

Seremos un miembro de las fuerzas armadas de la Alianza Atlántica bajo el poco probable nombre de Jet Brody, que se ve envuelto en el conflicto en el momento en que los máximos responsables de ambas facciones se enfrentan con motivo de los deseos de nuestro bando de que las modificaciones genéticas comiencen a regularse debidamente.

En el papel de Brody deberemos infiltrarnos en la base del General Nathan Sheridan de la República de Pacífica para acabar con la amenaza. No estaremos solos, y es que en multitud de misiones estaremos acompañados por otros miembros de nuestros escuadrones, que tratarán de abrirse paso junto a Brody hacia el corazón de la facción enemiga.

El héroe cuenta entre su equipamiento con los verdaderos atractivos de Fracture, sus herramientas para el combate. En primer lugar, en el aspecto defensivo, Brody cuenta con un traje de características similares a las del Jefe Maestro en Halo, es decir un escudo que se desgasta al recibir disparos dejándonos expuestos si se agota, pero que se repone al transcurrir unos segundos a cubierto.

La propuesta de Fracture se basa en modificar el terreno a nuestro antojo. Sin embargo sólo algunas partes de los escenarios son alterables, mientras que las estructuras metálicas o suelos de hormigón son inamovibles
La propuesta de Fracture se basa en modificar el terreno a nuestro antojo. Sin embargo sólo algunas partes de los escenarios son alterables, mientras que las estructuras metálicas o suelos de hormigón son inamovibles

En la faceta del armamento hay más variedad. Una de las armas que más emplearemos, y que será la primera en sernos facilitada, es la del Bulldog, una ametralladora ligera. El resto de arsenal oscila entre las imaginativas facultades de, por ejemplo, el ST-4 -que lanza un torpedo subterráneo que podemos detonar cuando deseemos-, y las más genéricas propiedades del fusil de precisión Scorpion, del lanzagranadas Black Widow o del tradicional lanzacohetes.

Se trata de un equipamiento variado pero muy clásico, en el que apenas hay algunos destellos de imaginación. Podemos cargar con dos armas al mismo tiempo, empleando las de nuestro bando o robándoselas a los cadáveres de los enemigos, y cambiamos entre ellas con el triángulo en la edición de PlayStation 3 y con el botón Y en la de Xbox 360.

El apartado de las granadas es algo más sorprendente. Llevaremos cuatro tipos, y para emplear unas u otras utilizaremos la cruceta del pad. Sin embargo, y contra todo pronóstico, sólo encontraremos facultades verdaderamente destructivas en una de ellas, la que creará una suerte de corriente de presión que absorberá a los enemigos para escupirlos a continuación.

El resto responden a los nombres de granada tectónica, subsónica, etcétera, y sirven fundamentalmente para modificar el terreno. Así con una de ellas podremos erigir gigantescas torres sobre las que podremos subirnos para llegar a puntos altos, con otras podremos crear profundos cráteres y, finalmente, con las últimas levantar bruscamente el suelo.

Esta no es, no obstante, la única forma de alterar el aspecto de los escenarios, ya que el Terraformador será seguramente la herramienta que más acabemos empleando. Accionándolo con los botones superiores del pad, haciendo click con el izquierdo horadaremos una parte del suelo, mientras que con el derecho la levantaremos.

Si ves que tu barra de energía está disminuyendo mucho haz uso del Terraformador. Construye una barrera a tu alrededor o hunde al enemigo en el suelo.
Si ves que tu barra de energía está disminuyendo mucho haz uso del Terraformador. Construye una barrera a tu alrededor o hunde al enemigo en el suelo.

Y sobre esta sencilla premisa gira buena parte de la jugabilidad de Fracture y, tristemente, a ese factor se limita su innovación. Los rompecabezas son de una sencillez alarmante, y se limitan a crear montículos en la tierra para alcanzar posiciones más altas, o a cavar agujeros para buscar orificios subterráneos en las estructuras que nos permitan avanzar. ¿Los combates? Igualmente encorsetados. El Terraformador tendrá cierta importancia a la hora de, por ejemplo, construir una cobertura con tierra a nuestro alrededor para protegernos del fuego enemigo, o hundir a los contrincantes en el suelo y obtener una ventaja táctica por la superioridad de nuestra posición. Sin embargo todo “el juego” que da la alteración del terreno se reduce a eso, lo cual a corto plazo termina siendo repetitivo y poco alentador.

La Guerra del Futuro
La campaña individual de Fracture se divide en tres diferentes actos que se llevan a cabo “del tirón”, como quien dice. San Francisco, el sur de Norteamérica y Washington son los marcos para cada uno de éstos, aunque las diferencias entre ellos son muy escasas en términos jugables.

Básicamente el patrón del título se limita a repetir una vez detrás de otra el avanzar-superar un rompecabezas-derrotar a todos los enemigos de una arena, y así sucesivamente. Una mecánica que al cabo de unas pocas horas no nos resultará demasiado apasionante.

Quizá el videojuego ofrecería un entretenimiento más completo y compacto si en alguno de sus tres niveles de dificultad contara con una inteligencia artificial que supusiera un reto. Nada más lejos de la realidad. Los enemigos de Fracture son totalmente incompetentes, sea cual sea el tipo de tropa, y no sabemos si las inundaciones afectaron a las capacidades intelectuales de la República de Pacífica, pero está claro que sus soldados no son precisamente un dechado de virtudes.

Decir que “no se enteran de la fiesta” es quedarse cortos. No sólo hacen gala de una actitud incomprensiblemente estática cuando les disparamos o arrojamos granadas, sino que pierden nuestro rastro con una facilidad pasmosa, relajando enseguida su actitud defensiva. Esto a efectos de pasarse un nivel sin apenas oposición es fantástico para los coleccionistas de logros y trophies, pero en términos de diversión es un factor realmente funesto.

Quizá a Fracture le hubieran venido bien más tipos de enemigos. Prácticamente nos pasaremos el juego completo luchando contra los mismos oponentes, con ocasionales jefes de final de nivel para dar algo de color.
Quizá a Fracture le hubieran venido bien más tipos de enemigos. Prácticamente nos pasaremos el juego completo luchando contra los mismos oponentes, con ocasionales jefes de final de nivel para dar algo de color.

El multijugador salva algo la papeleta de esta aburrida y repetitiva campaña invidiual. En el modo on-line podemos enfrentarnos a otros 11 usuarios a lo largo de ocho mapas. Los modos de juego son los clásicos Deathmatch, captura de bandera y rey de la colina entre otros cinco más, sin embargo donde el videojuego realmente es divertido es en Excavación, donde nos movemos por el mapa a toda velocidad para alcanzar determinados puntos y tratar de vencer a nuestros enemigos usando todas las fortalezas del Terraformador.

Gráficamente Discreto
Con motivos suficientes como para considerarlo una promesa importante, el apartado gráfico de Fracture es igual de decepcionante que el resto de facetas del título.

El videojuego, como hemos señalado, se divide únicamente en tres capítulos lo que hace que los tiempos de carga antes de cada uno de éstos sean sencillamente brutales tanto en Xbox 360 como en PlayStation 3. El título, además, es algo caprichoso en su tasa de imágenes por segundo en las dos versiones, mostrándose razonablemente estable en líneas generales pero acusando unas caídas masivas que, aunque esporádicas, son verdaderamente imperdonables.

En lo artístico el juego es tan convencional e intercambiable como en la práctica totalidad del resto de sus apartados. Los escenarios son increíblemente genéricos y a pesar de que sus texturas son razonablemente buenas, el acabado general no es demasiado satisfactorio y su falta de carisma es preocupante.

El personaje principal si cuenta con un buen modelado y animaciones cuidadas, aunque tristemente palidece ante el reciclaje salvaje al que están sometidos sus enemigos y compañeros, repetidos una y otra vez.

En lo sonoro el score musical destila medios como el resto del videojuego, aunque no es demasiado inspirado y a menudo no parece encajar con la acción. El doblaje es flojo, y tiene problemas muy serios de sincronización con la imagen y los labios de los interlocutores.

Regular

Sin sello

Fracture

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Resulta asombroso que lo nuevo de LucasArts devenga tan rápidamente en algo genérico a pesar de la propuesta tan fascinante en la que parecía querer hacer hincapié. Repetitivo, poco carismático y sorprendentemente superficial, Fracture es una oportunidad perdida para aportar innovación al género.

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Jugadores:
Idioma: Manual en español
Duración:
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