Análisis de The Club

Análisis de The Club
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Banderazo de salida y comienza el sprint. Doblo la esquina y disparo a la cabeza del primer enemigo, salto una barandilla acabando con el siguiente rival, “bonus por acrobacia”. Voltereta por el pasillo abriendo fuego sobre el próximo matón, “bonus revolcón mortal”.Recargo el arma, echo una puerta abajo, apunto al último y… fallo ¿¡Qué!? ¡¡No he batido el record del circuito!! Vuelta a empezar.

Innovar en el género de la acción está cada día más caro. Centenares de shooters se agolpan en las estanterías de las tiendas sin más diferencia entre unos y otros que su apartado gráfico o su contexto histórico. ¿Qué mejor que encargarle una “pequeña revolución” en el género a un estudio con merecida fama en el campo de los videojuegos de carreras?

Bizarre Creations ha acertado de pleno. The Club es una acertada mezcla de estilos en el que se ven tantos elementos de título de conducción como de shooter genérico en tercera persona. Con un ritmo bestial, unos controles muy pulidos y un estilo jugable que enervará a unos pero que sorprenderá gratamente a otros, lo nuevo de Bizarre y SEGA es un juego que no dejará indiferente a nadie.

El juego llegó ya hace unas semanas a Xbox 360 y PlayStation 3, y ahora nos encontramos en la complicada tesitura de tener que valorar su adaptación a PC. El resultado es en esencia idéntico, con el único inconveniente de que la precisión de la combinación ratón-teclado le resta algunos puntos pues reduce la dificultad de forma ostensible.

Primera Regla: Nadie Habla sobre The Club. Segunda:
Underground. Esa es la mejor palabra para describir la temática de The Club. La propuesta del juego es la de meternos en la piel de ocho asesinos profesionales envueltos en el más sangriento de los deportes: La caza del hombre.

Lo cierto es que la historia en The Club no tiene ningún peso, el juego se limita a la sucesión de eventos uno detrás de otro sin más nexo de unión entre ellos que la elección del siguiente que disputaremos. La razón de esto es clara, nada debe distraernos de que el juego es, de hecho, un juego de deportes encubierto. El cariz salvaje y sangriento del título es obviamente lo que más llama la atención pero su desarrollo, sus modos de juego y su estilo de control le asemejan mucho más a un juego de carreras o de olimpiadas.

Este deporte sangriento, de hecho, tiene forma de torneo al uso, donde cada uno de estos peculiares “atletas” obtiene una puntuación en cada prueba superada, repartiéndose los puntos proporcionalmente de mejor a peor, y obteniendo al final de cada torneo unos totales que determinarán al ganador.

La finalización de cada uno de estos torneos irá desbloqueando los próximos, y es que todo en The Club se fundamenta en ir liberando torneos, armas, personajes y estilos de juego.

Neo-Blood Tournament
Ocho Torneos componen la campaña individual de The Club, y cada uno de ellos consta de siete pruebas que debemos superar. El abanico de escenarios es amplio, aunque todos ellos tienen en común un cierto componente lúgubre y decrépito que enmarca a la perfección lo sórdido de este sangriento deporte.

Por fin llega a nuestro país The Club, una de las propuestas más interesantes en el género de acción de los últimos años, y un título que cuenta con la indiscutible virtud de no dejar indiferente a nadie.
Por fin llega a nuestro país The Club, una de las propuestas más interesantes en el género de acción de los últimos años, y un título que cuenta con la indiscutible virtud de no dejar indiferente a nadie.

El único que está disponible desde el comienzo es Stahlwerk, la fábrica de acero, una metalúrgica alemana tan siniestra y laberíntica como su propio nombre sugiere. Venecia será el segundo en aparecer al ser desbloqueado tras superar el primer nivel, y nos llevará a recorrer los angostos y confusos pasillos de una ciudad italiana más miserable y húmeda de lo que sugieren los documentales de National Geographic. La prisión es el tercero de los escenarios disponibles y se trata de la cárcel de New Haven, acondicionada por The Club que es su actual propietario. Alternará luminosos patios con bloques de celdas para componer uno de los niveles más atractivos del juego.

El transatlántico es el cuarto de los parajes y es el buque “La Reina de los Mares”, botado en 1921 y, como es lógico, muy lejos de su mejor momento. Warehouse es el siguiente nivel, compuesto por “callejuelas” estrechas y estancias más grandes con gran cantidad de elementos para cubrirse y sortear. El caserío es el séptimo lugar que visitaremos, una mansión en ruinas, desconchada, mugrienta y caótica. El penúltimo de los escenarios es el búnker, una serie de túneles excavados bajo tierra hace décadas con la pretensión inicial de ser un refugio antinuclear, y que los ejecutivos de The Club han rehabilitado para convertirse en una tumba subterránea. Por último, La Ciudad de Guerra que por variedad y calidad del tratamiento artístico es uno de los más brillantes lugares en los que transcurre el juego. Una ciudad abandonada, derruida y a punto de desmoronarse que es el colofón perfecto a la campaña del juego.

La sombra de Gears of War es alargada y es que The Club, como tantos otros shooters recientes, parecen beber de forma directa de sus decisiones de diseño; sobre todo en lo que hace referencia a los escenarios. A formalizar esta impresión contribuye el hecho de que Bizarre Creations haya trabajado mano a mano con John Wallin, máximo responsable del look del juego de Epic que tan estupendamente respondía a su insignia comercial “Destroyed Beauty”.

Todos Contra Todos
Ocho es el número mágico de The Club, pues ocho torneos y ocho personajes conforman su propuesta. Los anti-héroes del juego de SEGA y Bizarre son una estupenda colección de canallas, buscavidas, tarados y asesinos que tienen en el torneo la satisfacción de diferentes necesidades. Para unos es una forma de salir de sus penurias económicas, para otros una oportunidad de saciar su sed de sangre y para algunos simplemente es una oportunidad de probar un deporte de riesgo más.

En The Club encarnaremos a 8 asesinos enfrentados unos con otros en un sangriento torneo que les llevará por localizaciones de todo el mundo.
En The Club encarnaremos a 8 asesinos enfrentados unos con otros en un sangriento torneo que les llevará por localizaciones de todo el mundo.

Cada uno de estos “ocho del patíbulo” tiene tres parámetros claros, y lo más recomendable será probar a la totalidad de personajes hasta encontrar nuestro favorito escogiendo al que más se adapte a nuestro estilo. Velocidad, fuerza y resistencia son los tres valores que caracterizan a cada personaje y que van muy parejos con el aspecto físico de cada uno de ellos.

El oriental Kuro, por ejemplo, embutido en una cazadora roja y con rasgos japoneses es el más rápido dado su aspecto atlético, y alcanza las cinco estrellas en “velocidad” –el valor máximo-. No obstante, y como contrapunto, es uno de los más débiles con sólo dos puntos en esa calificación.

De valores muy similares es Seager, el llamativo protagonista rubio de rastas. El jugador en cuestión fue uno de los primeros en ser presentados, y tiene cuatro estrellas en velocidad y resistencia compartiendo la máxima debilidad de entre todos los personajes con Kuro.

Los más fuertes, sin embargo, son el gigante ruso Dragov y la mole africana Adjo. Ambos compensan este factor con el hecho de ser francamente débiles en términos de velocidad y resistencia.

Renwick, el policía negro, y Finn, el apostador compulsivo, quedan como las dos posibilidades más equilibradas, con valores muy similares en términos de velocidad, fuerza y resistencia.

Estos son los seis personajes que hay disponibles desde el inicio, a los que se unen Killen y Nemo, bloqueados en principio y con la necesidad de cumplir una serie de objetivos para liberarlos. El primero destaca también por su marcada igualdad entre sus parámetros, y según su descripción es el poseedor del record de muertes de la competición. Nemo, por su parte, aparece embutido en un traje de bombero, y en su biografía se detalla su condición de desequilibrado mental; tiene en la velocidad y fuerza sus principales virtudes, sin embargo su resistencia es la más baja del juego.

Trampa Mortal
Ocho personajes, ocho escenarios y un buen puñado de modos de juego. Para empezar, como ya hemos comentado, el rey del juego es el modo “Torneo”, donde llevaremos a cabo la ya descrita liga contra la IA del programa, y que se compone de diferentes pruebas como el sprint –encontrar la salida de un recorrido obteniendo tantos puntos como nos sea posible-, el asedio –consistente en sobrevivir hasta que se agote el tiempo en un espacio muy reducido resistiendo las oleadas enemigas-, o la contra-reloj -marcada por un límite temporal y en la que deberemos dar varias vueltas a un circuito obteniendo bonus de tiempo por matar enemigos o pasar por encima de cronómetros-.

Las partidas del torneo deben ser jugadas en orden y pueden ser abandonadas en cualquier momento, recuperando nuestros progresos siempre que lo deseemos. El primero en la clasificación al final de las siete pruebas obtendrá la “bala de oro”, el segundo la de plata y el tercero la de bronce, quedando el resto sin premiar.

A pesar de que en The Club nos enfrentamos contra otros asesinos, los cara a caras no serán directos en el torneo, los tiroteos serán contra matones “anónimos” puestos ahí por la organización. Habrá diferentes tipos de enemigos: Con ametralladoras, con bazookas, con cañones gatling… No tienen la personalidad de los asesinos, pero son huesos duros de roer.
A pesar de que en The Club nos enfrentamos contra otros asesinos, los cara a caras no serán directos en el torneo, los tiroteos serán contra matones “anónimos” puestos ahí por la organización. Habrá diferentes tipos de enemigos: Con ametralladoras, con bazookas, con cañones gatling… No tienen la personalidad de los asesinos, pero son huesos duros de roer.

Evento Individual”, por su parte, es el siguiente estilo de juego y nos permite revisitar las partes ya desbloqueadas del juego para jugarlas en el orden que deseemos y a nuestro “aire”. Una modalidad ideal para mejorar nuestras puntuaciones y entrenar en determinados contextos.

Tiroteo” nos permite acceder a listas de juego personalizadas y a desafíos. De este modo se nos permite crear nuestras propias pruebas especificando lugar, modo de juego, armas, personaje y dificultad. También podemos acceder a otras elaboradas por el propio juego, y cargar eventos de nuestra creación que hayamos guardado con anterioridad.

Por último “Multijugador” nos permitirá, como su propio nombre indica, enfrentarnos a diferentes rivales a través de Internet o mediante interconexión LAN, pudiendo llegar hasta ocho jugadores simultáneamente, tanto en juegos de equipo como en modalidades todos contra todos. Hay numerosos minijuegos de gran interés como “Dispara a la calavera” donde deberemos obtener puntos destruyendo las calaveras que custodian los rivales, teniendo que defender al mismo tiempo las nuestras; “La Caza del Zorro” donde un jugador de cada equipo será el “VIP” y los demás deberán protegerlo; o los clásicos deathmatch, marcados por un límite de puntuación que decretará al ganador.

El juego presenta cuatro niveles de dificultad: De Paso, Temerario, Demente y Real. El juego recomienda el primer nivel para los novatos en el género de los shooters y el consejo hay que tomarlo al pie de la letra pues es de una sencillez aplastante. Enemigos con un poder de fuego ridículo, baja cantidad de rivales y márgenes de tiempo muy amplios son sus señas de identidad, lo que provocará habitualmente que si tenemos una cierta experiencia en los juegos de acción quedemos siempre en primer lugar multiplicando de forma constante por seis las puntuaciones del segundo clasificado.

Temerario es el más aconsejable, por lo tanto, para comenzar; y si adoramos los retos es igualmente recomendable Demente. Real aparece bloqueado desde el principio, y lo cierto es que es una verdadera locura que no hace para nada justicia a su nombre. Real es únicamente válido para cuando conozcamos al dedillo los escenarios y seamos unos maestros del tiroteo, pues de lo contrario puede alcanzar niveles de frustración verdaderamente insoportables.

Cuanto más espectaculares sean las muertes que provoquemos más puntos obtendremos para incrementar nuestros combos. ¿Porque disparar a alguien al pecho si puedes intentar acertarle en la cabeza tras una voltereta o un salto por encima de una barandilla?
Cuanto más espectaculares sean las muertes que provoquemos más puntos obtendremos para incrementar nuestros combos. ¿Porque disparar a alguien al pecho si puedes intentar acertarle en la cabeza tras una voltereta o un salto por encima de una barandilla?

En el tema de armas The Club peca de ser algo rutinario, apostando por ametralladoras, pistolas, fusiles de repetición, escopetas, granadas y bazookas. Nada especialmente llamativo u original, para un conjunto que cumple con solvencia.

El Club de la Pólvora
Aun siendo como es The Club un juego notable resulta complicado recomendarlo a toda clase de jugadores. En primer lugar, y lógicamente, por su alta violencia y por su trivialización de la muerte; y en segundo por su concepto y desarrollo.

The Club es tan parecido en ocasiones a Project Gotham Racing que asusta. Primeramente, y al igual que en su videojuego de conducción, Bizarre Creations crea grandes escenarios y luego elabora diferentes trazados dentro de ellos para las diversas pruebas que los salpican.

En segundo término, tan importante como sobrevivir es en este juego de acción el obtener altas puntuaciones. Los Kudos de PGR se tornan vulgares puntos en The Club, pero en ambos juegos la importancia de estos totales es similar.

Y por último, y probablemente como punto más importante queda el funcionamiento general del juego. Al igual que en videojuegos recientes de carreras como Sega Rally o PGR 4, el número limitado de circuitos nos emplaza a memorizar, pulir y perfeccionar nuestros trazados en éstos, por encima de dar la sensación de pretender abarcar muchas carreras de forma irregular. The Club, al igual que estos títulos de velocidad, pretende aportar solamente un buen puñado de estancias conminándonos a buscar el “trazado ideal”. De este modo como si un impacto en la cabeza fuera una curva perfecta, una voltereta con disparo fuera un derrape y el echar abajo una puerta a patadas para sorprender al enemigo fuera un adelantamiento inesperado, The Club se empareja de forma perfecta con simuladores de carreras, dando tanta importancia al qué hacer en cada momento por encima casi de nuestra habilidad con las armas.

Las diferentes pruebas de The Club varían de forma importante en sus desarrollos, pero todas tienen en común la importancia de la velocidad y lo fundamental de los combos. Al fin y al cabo lo que cuenta no es sólo sobrevivir, sino también matar más y mejor que nuestros rivales.
Las diferentes pruebas de The Club varían de forma importante en sus desarrollos, pero todas tienen en común la importancia de la velocidad y lo fundamental de los combos. Al fin y al cabo lo que cuenta no es sólo sobrevivir, sino también matar más y mejor que nuestros rivales.

A la asfixiante condición contra-reloj y de conocimiento de los escenarios del juego contribuye también otro aspecto paralelo a Project Gotham Racing, y es el del encadenado y soporte de los combos. De una forma increíblemente brillante el juego nos incita a matar al mayor número de personas posibles de la forma más continuada que podamos. De este modo vamos construyendo el combo con las muertes logradas, teniendo que mantener el ritmo y la cadencia en todo momento para construir una carrera contra-reloj de muertes en pos de lograr el mayor número posible de puntos. Si se interrumpe el combo éste irá descendiendo rápidamente y sólo podremos reactivarlo matando a alguien o disparando sobre las calaveras dispersas por el escenario que los incrementan, de este modo es fundamental recordar donde salen los enemigos, y calcular estratégicamente los momentos para recargar, pues cualquier descuido en estos aspectos podría ser fatal.

Otro factor que se nos puede atragantar pero que es parte de la esencia The Club son sus controles, que en la versión de Pc se resienten por un exceso de suavidad. El personaje en compatibles gira a gran velocidad como en cualquier otro shooter, mientras que en las versiones de consolas tarda mucho más en darse la vuelta en horizontal para asemejarse más a un apuntado realista que al clásico estilo arcade de los títulos de acción. De este modo, por ejemplo, para apuntar a nuestra espalda contamos con un botón que nos permite rotar 180º y que agiliza la lenta maniobra de volverse, sin embargo en Pc no es necesario ya que con un pequeño golpe de muñeca podemos mirar a nuestra espalda.

Esto es problemático ya que el juego no parece estar pensado para funcionar de esa forma tan ágil y desajusta por completo la dificultad haciéndolo muy poco desafiante; resulta, por lo tanto, especialmente recomendable el disfrutar del programa con pad. Al principio puede parecer incómodo, pero con un puñado de partidas nos haremos rápidamente con el estilo y nos parecerá más acertado que la irregular primera impresión y que el excesivamente sencillo sistema ratón-teclado.

Estética Underground
Como en el resto de facetas The Club queda en lo gráfico como una muy buena experiencia; un juego que saca partido de la alta definición con unas correctas texturas y que tiene en sus personajes principales su mayor virtud a nivel visual.

Los escenarios tienen una gran factura artística pecando en exceso, en lo tecnológico, de una cierta reutilización de elementos como objetos de repetición o determinadas texturas.

Aunque los protagonistas están realmente bien acabados no se puede decir lo mismo del resto de personajes, como los enemigos, que acusan una presencia algo pobre y sensiblemente deficiente en términos de carga poligonal.

Las animaciones están, por regla general, bien llevadas a cabo y denotan un cuidadoso trabajo; no así los efectos de fuego y explosiones, algo menos cuidados y un tanto pobres para un juego Next-Gen.

El multijugador de The Club es francamente interesante y alarga de forma considerable la vida útil del programa. Podremos jugar hasta cuatro amigos en la misma consola a pantalla dividida, o hacerlo junto con otros siete online.
El multijugador de The Club es francamente interesante y alarga de forma considerable la vida útil del programa. Podremos jugar hasta cuatro amigos en la misma consola a pantalla dividida, o hacerlo junto con otros siete online.

The Club en Pc presenta un aspecto algo superior a sus hermanos de consolas pues es mejor en detalle de texturas y ofrece un acabado general mejorado. El rendimiento en su tasa de imágenes por segundo es correcto aunque sufre en ocasiones concretas, especialmente cuando hay mucho movimiento en pantalla; no obstante el título es muy escalable pues presenta un buen puñado de opciones para adaptar la experiencia gráfica a las posibilidades de nuestro equipo.

En lo sonoro teníamos grandes esperanzas fundamentadas en la presencia de Jesper Kyd en la batuta de las composiciones. El músico danés hace un trabajo serio, sin estridencias, marcado por las influencias del rock industrial y de la electrónica que, sin ser memorable, se adapta a la perfección al contexto de The Club.

Muy Bueno

Recomendado

The Club

Por: El equipo de 3DJuegos
Recomendado

The Club es un juego notable, con mucho ritmo; sin historia o argumento que justifique su sucesión de escenarios y con la única premisa de acción y disparos sin tregua. Enfatiza la velocidad y la memorización de los “circuitos” como si de un juego de conducción se tratara, y el peso de los combos le confiere un carácter frenético que será muy refrescante para unos pero muy angustioso para otros. En definitiva un juego de acción que no es para todo el mundo, pero que triunfa en su pretensión de innovar y de traer componentes nuevos a un género tan necesitado de ellos como el de los shooters.

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Jugadores: 1-4, 8 online
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