Ritmo rapeante en una nueva remasterización para PS4, la enésima. ¿Pero cuántas veces tenemos la suerte de ver reaparecer a personajes tan queridos como PaRappa? Muy pocas. Lástima que su regreso no haya sido muy afortunado. Análisis de PaRappa the Rapper Remastered.
Tenía muchas, muchas ganas de que me gustara este título. Por nostalgia pura, muchos usuarios echamos de menos la aparición de multitud de personajes muy queridos de la era de los 32 y 64 bits que están desaparecidos en la actualidad, algunos de ellos vinculados al entorno PlayStation como es PaRappa. PaRappa the Rapper, el original de PSX, supuso un éxito realmente sorprendente cuando apareció hace ya más de 20 años… aunque dicha pasión desatada hacia este perro rapero se localizó especialmente en su país natal, Japón.
Sony ha querido realizar una reinterpretación del título original para PS4 con PaRappa the Rapper Remastered, otro remaster que viene acompañado por un par de mejoras muy evidentes: gráficos mostrados en 4K para PS4 Pro (o 1080p en el modelo estándar) y, lo más significativo, un repertorio de canciones remasterizadas.
El juego es prácticamente el mismo que pudimos disfrutar hace dos décadas, título que argumentalmente nos pone en la piel de PaRappa, un perro rapero que debe conquistar a su querida Sunny Funny. Pero para ello debe imponerse en su conquista al “soy mejor que tú en todo” Joe Chin. ¿Y cómo puede hacerlo? Pues mejorando su rap, para lo cual se embarca en una aventura (muy breve, demasiado) en la que tiene que ir aprendiendo las diferentes lecciones impartidas por una retahíla de personajes tan curiosos como únicos.
Un viaje que se compone de seis niveles cortos, exiguos (como también sucedía en el original), que aquellos jugadores bendecidos con el don de la habilidad suprema y sean capaces de superarlos a la primera pueden finalizar el juego en menos de, no sé… ¿media hora? Pero también puedo aseguraros que los habrá que ni se molesten en hacerlo. Y no porque el juego sea muy difícil “naturalmente”, sino porque posee varios fallos jugables tan importantes que aumentan dicho nivel de dificultad de manera artificial (y absurda) hasta límites insoportables, provocando que el título pueda acabar siendo demasiado frustrante para los usuarios menos pacientes.
Ritmo de otros tiempos
El esquema de juego es muy sencillo. Para ir aprendiendo a rapear como un profesional tenemos que ayudar a PaRappa en sus lecciones prácticas, las cuales son impartidas por maestros tan extraños como tremendamente adorables. De hecho, el diseño de los personajes me ha seguido pareciendo uno de los mayores atractivos del título, aunque entiendo que habrá jugadores a los que les parezcan demasiado infantiles y raros.
La forma de ir aprendiendo a rapear consiste en seguir la letra de sus canciones, temas tan pegadizos como interpretados con maestría. Sin embargo la forma en la que se han plasmado es precisamente la opuesta a este calificativo, siendo un galimatías jugable. En la parte de arriba de la pantalla van apareciendo los botones del mando que debemos ir pulsando en el momento preciso, tal y como sucede en los juegos musicales clásicos. La particularidad en este caso es que en función de la propia letra de la canción, PaRappa es asignado con una serie de palabras que emite en consonancia con los botones que vamos pulsando, lo cual en principio debe servirnos de guía para seguir la letra de la canción y no fallar… pero termina siendo un desastre.
A partir del cuarto nivel parece que la aleatoriedad prima por encima de todas las cosas
O sea, que en teoría tenemos dos guías que nos ayudan a seguir el ritmo y la letra de cada una de las canciones. Una visual en forma de “medidor guía” que se muestra en la parte superior, más las consabidas letras que va entonando el protagonista a medida que pulsamos los botones que se van mostrando en pantalla, palabras que deben ir pronunciándose en consonancia con la canción de turno. Bien, pues el sistema de juego parece roto, siendo igual de impreciso tratar de seguir las letras de las canciones únicamente mediante el estímulo visual o sonoro. De hecho, cada uno va por libre y para nada están sincronizados el uno con el otro… ni con la propia canción.
Os aseguro que a partir del cuarto nivel, el de la dichosa gallina, la aleatoriedad prima por encima de todas las cosas y la suerte será nuestro gran y único aliado. Aquellos que consigan a partir de dicho capítulo una nota de Cool, la máxima que es posible obtener, pueden considerarse los jugadores más afortunados del mundo o, simplemente, genios de los videojuegos… o las dos cosas.
Echando la vista atrás y rememorando el juego original, recuerdo que también sucedía algo así con el clásico de PSX. Lo que pasa es que no sé si el recuerdo es más grato de lo que la realidad era en sí o, directamente, que esta falta de sincronía tan desmedida entre música y comandos de botones que presenta esta remasterización es todavía más acentuada. Lo bueno de estar en el 2017 y no en 1996 es que un parche, un simple parche podría cambiarlo todo, lo cual espero que suceda pronto. Pero de momento tenemos que analizar lo que nos ofrece el título a día de hoy, y es injugable.
El plano técnico tampoco es que sea nada llamativo. Sí, el juego se muestra a 4k (o 1080p como ya os he comentado antes en función del modelo de PS4 que tengáis)… pero sólo durante las sesiones musicales. ¿Y qué pasa con las secuencias que van apareciendo antes de cada uno de los niveles que sirven para ir narrando la historia? Pues que los desarrolladores han querido conservar, o eso creo, parte de la esencia del original y las han dejado prácticamente tal cual eran. Es decir, que se muestran a una resolución muy escasa y eso que han sido plasmadas en un tamaño de pantalla muy reducido. Una decisión que no creo que haya sido la más acertada. Por fortuna, el apartado sonoro sí que es otra cosa, convirtiéndose en lo mejor que nos ofrece esta producción con muchísima diferencia. Las melodías se perciben de maravilla y son tan buenas como pegadizas, lo cual tiene mucho mérito teniendo en cuenta que fueron compuestas hace más de veinte años. Un apartado que es de lo mejor de esta remasterización.
El personaje PaRappa se merecía más, mucho más en su regreso a la actualidad. Esta conversión es una de las peores que hemos tenido la desgracia de ver en PS4, y sólo se salva tanto su magnífica banda sonora como el encanto que rezuma el título en general. Aquellos que disfrutaran antaño con el título original de PSX seguro que pueden llegar a divertirse rapeando con estos animales tan raros como extrañamente adorables, pero el resto deberían dejar pasar de largo este título y esperar una mejor ocasión para disfrutar de la compañía de PaRappa.
Comprar PaRappa the Rapper Remastered- La banda sonora es tan auténtica como pegadiza
- El título sigue rezumando alegría, humor y un encanto especial
- El juego está desequilibrado
- Su contenido es muy escaso
- No hace justicia a lo que supuso este personaje hace más de dos décadas
