En Theseus viviremos gracias a la realidad virtual de una nueva interpretación del mito de Teseo y el Minotauro, donde tendremos que derrotar a la mitológica criatura y salir de este lugar que, en una visión algo más surrealista y onírica del laberinto, guarda más de una sorpresa entre sus muros para nuestro héroe.
Uno de los juegos que mejor recuerdo guardo en realidad virtual es Chronos. Una aventura en tercera persona que plantaba cara a todo aquél que decía que la VR estaba relegada a la perspectiva subjetiva. Más de un año después, Theseus parece opinar igual y vuelve a demostrar que ver el conjunto de cámaras fijas y vista del personaje puede incluso ayudar a llevar mejor los mareos y la comodidad con estas gafas. Theseus, de hecho, utiliza el mismo sistema que hizo Gunfire Games (Darksiders III, 2018) con Chronos: aprovechar el movimiento de nuestro cuello al seguir al personaje para realizar un cambio de eje de cámara que haga el recorrido inverso en la siguiente sala, creando un sistema de planos fijos al estilo Resident Evil muy cómodos para el entorno virtual. Así, se construye una nueva interpretación del mito de Teseo, Ariadna y el Laberinto del Minotauro que, lamentablemente, poco tiene de laberíntico, dando como resultado una aventura extremadamente lineal que choca si cabe más por el entorno en el que nos encontramos.
La interpretación del mito griego, como si de un God of War se tratara, es bastante libre, pero atractiva en su forma. Tanto el laberinto como una especie de Limbo que visitaremos parecen más pertenecientes al propio inframundo de Hades, con un minotauro corrompido y unas salas que han visto mejores tiempos. No puedo profundizar mucho en su narración, ya que Theseus es tan corto (estamos hablando de entre hora, hora y media de duración para la primera partida) que cualquier leve sinopsis revelaría demasiado del argumento.
Un laberinto sin pérdida
Como juego, sin embargo, no sabemos muy bien a qué apunta el equipo de Forge Reply con su estreno en PlayStation VR. Los primeros momentos parecen más propios de un walking simulator en tercera persona para dar tímidamente sus primeros pasos hasta terminar introduciendo un prototipo de combate de ataques, movimientos, enemigos y situaciones demasiado limitadas. Lo mismo hace con su escarceo con los puzles, que terminan antes casi de haber empezado. Incluso hay una tentativa a hacer del laberinto un verdadero lugar donde perderse, pero el resultado se asemeja más a una idea a medio cocer que no termina de cuajar, para quedar relegado a un camino secundario y anecdótico para recoger coleccionables en la segunda partida, y así desvelar un segundo final que aporte algo de variedad al conjunto.
El problema es que Theseus no es un título que invita a ser rejugado. Su ambientación ayuda a embelesar la primera vez, gracias a la imaginería que se ha puesto en la construcción de este complejo de salas a punto de caerse a pedazos. Los puntos álgidos de la historia y la presentación de los (dos) enemigos, así como los encuentros con Ariadna resultan atractivos y nos invitan a continuar. Pero si un videojuego es la introducción de ciertas mecánicas que poco a poco se van volviendo más profundas y desafiantes, Theseus se queda en la presentación. Y si su objetivo era más el propio de una aventura narrativa, tampoco llega a desarrollar todo su potencial.
Theseus no es un título que invita a ser rejugado
Es una pena ver una idea tan atractiva, pero poco aprovechada. Cualquiera de los laberintos vistos en el reciente The Legend of Zelda: Breath of the Wild (y eso que puedes "hacer trampa" en ellos) transmiten más la sensación de estar en un entorno oscuro y retorcido que lo que consigue la linealidad de Theseus. Pero sobre todo, es la falta de profundidad en cada una de las propuestas jugables y narrativas las que hacen de Theseus un título que no va más allá de la mera curiosidad y el ávido buscador de nuevas experiencias en realidad virtual. Hasta el punto de convertir cada una de sus mecánicas, la lucha, el puzle, las plataformas o el sigilo, en prácticamente un minijuego: una experiencia sencilla de una sola vez.
Theseus es un juego peculiar. A medio camino entre el videojuego y la experiencia, que lamentablemente luce mejor en su tráiler y en las capturas que al ponerse el dispositivo de realidad virtual en la cabeza, por una pixelación y dientes de sierra que carcomen demasiado la calidad de imagen de los entornos tan sugerentes creados con el Unreal Engine 4. Eso sí, ofrece algunos grandes momentos a cambio gracias a su inmersión, al observar esta visión oscura y moderna del mito de Teseo a través de las PlayStation VR. Con ello también nos quedamos, porque por el precio adecuado, puede llegar a ser una apreciable y atractiva rareza.
Theseus no logra destacar en ningún aspecto jugable o narrativo, ya que es una experiencia tan corta que no da tiempo a profundizar en su historia o sus mecánicas. Pero hay algo sugerente en él, en esta ambientación tan oscura y onírica del mito de Teseo y el Minotauro que nos deja con ganas de más. Como nos ha llegado, queda en una estimulante curiosidad.
Comprar Theseus- La ambientación del laberinto, muy conseguida.
- Falta de profundidad tanto en el ámbito jugable como narrativo
- Animaciones y mecánicas simples
