Disparos, pases al hueco, regates, entradas, voleas... El mejor fútbol de Konami llega a Wii y lo hace dándonos un wiimote y un nunchuk con el que convertirnos en los dueños absolutos de nuestras propias jugadas. Si querías probar una nueva experiencia futbolística, entonces este era el PES que esperabas.
Wii no quería perderse el mejor fútbol de Konami. Su aparición tiene lugar con algo de retraso con respecto al resto de consolas, pero nadie duda que llega en un buen momento para sentenciar las ligas y campeonatos que se encuentran ya en su recta final. La emoción gana enteros, los jugadores sacan sus últimas fuerzas y el wiimote renueva su utilidad para darnos un fútbol inédito hasta la fecha. Se pedía a gritos que alguien innovara con tan revolucionarios controles, y los japoneses ya pueden presumir de haber sido los primeros en sacar al terreno de juego un esquema donde, además de jugadores, nos sentiremos como auténticos entrenadores.
Los desarrolladores de Konami no han tomado esta vez el camino fácil. En esta ocasión no ha sido la consola la que ha tenido que adaptarse al juego. Por el contrario, el simulador deportivo ha aprovechado las posibilidades de Wii de la mejor forma que podía: usando el wiimote y el nunchuk de una manera intensa. Para regatear, para hacer pases, para correr, para disparar a portería, para lanzar corners, para entrar al contrario, para hacer paredes... El dúo de controladores nos deja hacer todo lo que vimos en el resto de consolas, además de incorporar nuevas opciones que nos harán vivir el fútbol desde otro punto de vista.
Otro tipo de fútbol es posible
En un principio, y debido a su novedad, resulta un tanto difícil acostumbrarse a una jugabilidad donde tan importante es controlar el nunchuk como el puntero de nuestro wiimote. Ambos controladores tienen un relevante peso durante la partida, aunque tal vez gane por goleada un wiimote que nos hará dar pases a puntos exactos del terreno de juego mientras que dirigimos los movimientos de cada uno de los futbolistas que se encuentran sobre el césped. El sistema podría desilusionar al principio por su complejidad, pero tras unas horas de juego pueden llegar a hacerse maravillas no posibles con un controlador convencional.
Además, el título está muy bien pensado, de forma que nos va presentando de forma ordenada sus posibilidades a través de tutoriales que, con apoyo de vídeos, ayudan a comprender unas mecánicas que nos vienen a decir que otro tipo de fútbol es posible. Un gesto con el nunchuk para disparar a portería o un movimiento en vertical del wiimote para provocar un fuera de juego podrían ser tan sólo algunos de los ejemplos que se presentan en un Pro Evolution Soccer que, por lo demás, sigue mostrando sus señas de identidad a través de la misma jugabilidad de siempre, salvo por el detalle de que el nuevo concepto permite crear jugadas de auténtica pizarra.
Pizarra, wiimote y mucha visión de juego
Esa es precisamente la impresión que recibimos al experimentar un partido de fútbol en esta versión de PES para Wii. El terreno se convierte prácticamente en una pizarra de entrenador donde, con wiimote en mano, nos disponemos a trazar el movimiento de jugadores que acudirán uno a uno a los lugares exactos que les ordenemos. Las consecuencias de esta más que interesante posibilidad son enormes: desmarques, internadas por las bandas, marcajes a los adversarios, jugadas sorpresas... Realmente, la única limitación estará en nuestra imaginación y visión de juego, muy importantes para sacar el máximo partido a la versatilidad de este tipo de control.
El planteamiento es de sobresaliente, aunque no se libra de algún que otro punto negro a mejorar en futuras entregas. Uno de ellos tendría que ver con el control individual de jugadores (resulta impreciso manejar el desplazamiento con el wiimote), mientras que el otro estaría centrado en la escasez de cámaras desde las que seguir el partido (sólo hay dos y son prácticamente iguales). Es cierto que el planteamiento de las perspectivas es adecuado y cómodo para que el jugador vea la mayor parte del terreno de juego, pero una cámara mirando hacia la portería tampoco hubiera estado de más, sobre todo, para los menos experimentados.
El camino de los campeones
Así, y con más aciertos que defectos, lo cierto es que, aparte de las innovaciones que corresponden al control, PES 2008 cumple con creces las expectativas también en cuanto a modos de juego. Y es que, aparte del Partido amistoso, de la Liga o de la Copa, Konami nos da el conocido como Camino de campeones, una modalidad desde la que seleccionar un equipo de fútbol, editarlo (escudo, vestimenta y selección de estadio) y ponerlo en marcha a lo largo de unos campeonatos que se irán desbloqueando a medida que vayamos ganando más y más partidos. Será un recorrido largo, creciente en dificultad, pero también gratificante, ya que nos hará crecer como "managers" de nuestro propio conjunto.
Los jugadores a nuestro cargo mejorarán atributos con cada encuentro y nuevos fichajes llegarán al vestuario en busca de un puesto de titular. Al mismo tiempo, se nos desvelará alguna que otra lección con la que dominar más el juego, además de darnos la oportunidad de poner en práctica lo aprendido con misiones para cada encuentro (dar un número de pases determinado o meter un gol de volea serían algunos de los ejemplos más ilustrativos). Sin lugar a dudas, el Camino de campeones es el mejor lugar desde el que comenzar partida dentro de un videojuego que presenta una curva de dificultad cuidada pero muy larga en el tiempo.
Entrenador y jugador unidos por el wiimote
Para minimizar los tiempos de aprendizaje, el PES de Wii nos invita a disfrutar de un modo de Entrenamiento que irá desbloqueando sus lecciones a medida que progresemos en el título. Sin embargo, dicen que lo mejor para practicar es jugar partidos, y esto es algo que podremos hacer contra la máquina, contra algún familiar presente o, simplemente, buscando a jugadores de todo el mundo gracias a la Conexión Wi-Fi de Nintendo. Konami ha puesto especial cuidado en el modo online, de forma que se puede optar por una conexión más o menos estable dependiendo de la disponibilidad de usuarios.
Por supuesto, las claves de amigo están habilitadas, así como una funcionalidad por la que intercambiar datos a través del WiiConnect 24, y eso sin contar la posibilidad de llevarnos la información de nuestro equipo a otra consola gracias a la memoria interna del wiimote. En definitiva, un más que correcto repertorio de opciones presentadas dentro de una interfaz muy limpia y amigable que cuenta con representaciones cabezonas de las estrellas futbolísticas (incluso podremos meter nuestros Miis en las alineaciones). No obstante, todo cambiará cuando se dé el pitido inicial y nos demos cuenta de que Wii podía haber dado mucho más de sí.
A pesar de que las animaciones son fluidas y variadas, los modelados tienen pocos polígonos, mostrándose por ello demasiado cuadriculados. El aspecto visual, incluido el del público (desfasado generacionalmente), está ciertamente por debajo de lo esperado. No se ven efectos de iluminación que ayuden a mejorar la vistosidad de los estadios y, en definitiva, se nota una cierta dejadez por intentar aprovechar un hardware que daba más juego. Por suerte, no podemos decir lo mismo del apartado sonoro, que se encuentra a un correcto nivel gracias a los, casi siempre, certeros comentarios de personalidades como "Maldini", que vuelve a dejar su voz para los partidos de Wii.
Unos partidos que todavía pueden mejorar, pero que muestran buenas maneras para darnos una forma de jugar al fútbol muy diferente de la que estamos habituados a ver. Todo ello con muchas licencias al lado (están presentes las ligas italiana, francesa, inglesa y española) y con el poder de un wiimote y de un nunchuk que nos dejan combinar de una manera divertida y original los roles de jugador y entrenador.
La llegada de PES a Wii ha sido original, divertida y, sobre todo, muy innovadora. Con un control algo difícil de manejar en un principio, el videojuego de Konami muestra al poco tiempo sus grandes posibilidades con un dúo wiimote-nunchuk capaz de conseguir cosas con las que jamás soñaría un controlador convencional. Esto, unido a su buen elenco de modalidades y a su excelente presentación, da lugar a un título que podría haber sido mejor si hubiera respetado las modestas pero interesantes posibilidades gráficas de Wii.
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