Análisis de Lumo. Homenajeando los clásicos de ZX Spectrum

Análisis de Lumo. Homenajeando los clásicos de ZX Spectrum
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Revive la época dorada de los videojuegos con esta simpática aventura de plataformas inspirada en los grandes clásicos de ZX Spectrum. Nos dejamos llevar por la nostalgia para contaros en este análisis de Lumo por qué merece la pena explorar el laberíntico castillo del que debemos escapar en este título que acaba de estrenarse en Nintendo Switch.

Revive la época dorada de los videojuegos con esta simpática aventura de plataformas inspirada en los grandes clásicos de ZX Spectrum. Nos dejamos llevar por la nostalgia para contaros en este análisis de Lumo por qué merece la pena explorar el laberíntico castillo del que debemos escapar en este título que acaba de estrenarse en Nintendo Switch.

Ha pasado algo más de un año desde que tuve oportunidad de jugar por primera vez a Lumo, un videojuego de plataformas que homenajea a grandes clásicos de la mítica ZX Spectrum como Head Over Heels o Knight Lore, y lo cierto es que volver a enfrentarme a las más de 400 salas que forman el laberíntico castillo al que nos transporta, esta vez en Nintendo Switch, me ha hecho recordar con cariño una aventura que, sí, tiene sus fallos y no termina de sacar a relucir todo su potencial, pero que sabe divertir con sus desafiantes mazmorras y los incontables guiños al gran legado que nos dejó esta máquina de 8bits en la década de los ochenta. La nostalgia, al final, tira mucho; pero también es cuestión de calidad.

Perderse tras los muros del castillo al que nos lleva Lumo supone regresar al pasado, a una época distinta, para algunos mejor, en la que los videojuegos destilaban un aroma especial que este videojuego ha sabido recuperar con gran acierto. Disfrutar de su acción es como volver a aquellos buenos viejos tiempos, pero con la apariencia de un juego actual y algunas novedades que le sientan genial. Tiene mérito. Si algo destaca de esta aventura es su capacidad para sorprenderte una y otra vez con retos de lo más dispares. Hay puzles, hay trampas, hay enemigos de los que huir y claro, mucho plataformeo con sabor a clásico que gracias a las características especiales de la consola híbrida de Nintendo, puedes disfrutar desde la comodidad del salón de tu casa o en la calle, sacando partido del Modo Portátil. Al margen de ello, huelga destacar, el videojuego no incluye ningún extra ni nuevas opciones.


Un homenaje tras otro

Aquellos que peinan canas enseguida se sentirán como en casa. Lumo es un videojuego de la vieja escuela en el sentido más amplio de la expresión. Los retos que propone, y el cómo los plantea, son la mejor representación de la época que rememora; pero lejos de sentirse añejo o pasado de moda, lo aceptas como un soplo de aire fresco. Ya no se hacen juegos como este, lo decíamos antes en el análisis, y es un gran punto a favor. No es el único.

No hay tantos como nos hubiera gustado, pero los puzles de Lumo son ingeniosos y divertidos de superar. Algunos como este os pondrán las cosas difíciles.
No hay tantos como nos hubiera gustado, pero los puzles de Lumo son ingeniosos y divertidos de superar. Algunos como este os pondrán las cosas difíciles.


El diseño del castillo o, mejor dicho, el cómo todas sus habitaciones se relacionan entre sí con pasajes ocultos, caídas al vacío que no son tal, o sinuosas escaleras camino a lo desconocido es fantástico, pues lo sientes como un todo perfectamente hilvanado. No al nivel de un metroidvania, tampoco era la intención, en el sentido de que no puedes volver sobre tus pasos, pero sí lo suficiente como para hacer de la exploración una pieza clave en el desarrollo de la partida. Cada sala es un mundo, tanto por los retos que en ellas encontramos, como por los muchos secretos que guardan. A veces simples coleccionables, otras ítems esenciales para proseguir en la aventura, e incluso hay pasadizos bien escondidos que conducen a seis minijuegos que rompen con el estilo jugable de Lumo. Una pasada.

Homenajeando los clásicos de ZX Spectrum


Los puzles también tienen su importancia en la aventura, aunque obviamente aquí mandan los retos plataformeros, que los hay de todos tipos. Desde las pruebas que nos harán sentir como Tarzán saltando de cuerda en cuerda, a las que nos llevarán a escapar de llamas, lanzas y otras trampas del estilo; las andanzas sobre superficies inestables que se desmoronarán a nuestro paso, e incluso carreras sobre el hielo, lagos de ácido o cualquier elemento mortal que se os pase por la cabeza. El veterano Gareth Noyce, único responsable del videojuego y artífice también de grandes obras como Fable 2 o Crackdown 2, no se ha dejado nada en el tintero. Si aparecía en los clásicos de antaño también lo veréis en Lumo… ¡multiplicado por dos!, que ahora la tecnología permite crear retos más enrevesados y complejos.

Variedad con sabor retro. En Lumo tan pronto sorteas trampas mortales, como resuelves puzles, corres por tu vida o pilotas una nave espacial al estilo clásico.
Variedad con sabor retro. En Lumo tan pronto sorteas trampas mortales, como resuelves puzles, corres por tu vida o pilotas una nave espacial al estilo clásico.


El resultado es una gran aventura que bebe de las grandes obras de Jon Ritman y Bernie Drummond; que tiene algo del mítico The legend of Zelda, también de Knight Lore, del genial Head Over Heels, o del memorable Batman de ZX Spectrum por citar solo algunos. La libertad creativa de la que ha disfrutado su autor se ve también reflejada en homenajes y referencias a otras obras de la época como Donkey Kong, Pac-Man, los juegos de Jeff Minter e incluso películas como Cazafantasmas. Todo ello representado con mucho gusto, encajando perfectamente en la acción de Lumo, que además se muestra como un videojuego divertido, que derrocha sentido del humor por todos sus poros.

Los puzles también tienen su importancia en la aventura, aunque obviamente aquí mandan los retos plataformeros

La experiencia no podía ser mejor… o sí, porque no todo es perfecto. Su apuesta por la vista isométrica tan propia de aquel entonces, y sobre todo la imposibilidad de manejar con libertad la cámara [admite leves movimientos], dificulta más de la cuenta el pleno disfrute de algunos retos plataformeros, al ofrecer una perspectiva no muy apta para calcular con precisión la posición de las superficies donde debemos aterrizar. Es frustrante, para qué engañarnos, pues muchas veces perderéis la vida tontamente tratando de alcanzar una cuerda que no estaba donde pensabais se encontraba. Si disfrutáis del Modo Aventura tampoco pasa nada; molesta, claro, pero como hay vidas ilimitadas el problema acaba ahí. Muy distintas son las sensaciones con el Modo Clásico, que sí pone límite a nuestras vidas, elimina el mapa, y nos impide grabar la partida. ¡Todo como en 1985!

Homenajeando los clásicos de ZX Spectrum


Nuestro héroe puede usar su bastón mágico para lanzar destellos de luz que asustarán a algunos enemigos, y también revelarán zonas secretas.
Nuestro héroe puede usar su bastón mágico para lanzar destellos de luz que asustarán a algunos enemigos, y también revelarán zonas secretas.


El diseño de los puzles también se me antoja algo simple. Está claro que el protagonismo lo tiene el plataformeo y la exploración, pero algunos rompecabezas más, y retos algo más complejos, le habrían sentado genial a este videojuego que como poco, os llevará unas cinco horas completar. Más si tratáis de encontrar todos sus secretos, ¡que no es fácil! Lástima que tampoco se haya sacado mucho partido a las habilidades especiales del protagonista, que básicamente se limita a saltar y poco más. Su bastón mágico le permite detectar zonas ocultas y ahuyentar algunos monstruos, lo que está bien, pero se echan en falta más pruebas del estilo; que ahonden en estas particularidades de la acción.

A diferencia de otros títulos que apuestan por lo retro, salta a la vista, Lumo se decanta por una apariencia gráfica actual, con un buen diseño artístico para los enemigos, también inspirados en los juegos de la época, y una notable variedad de localizaciones. Más de la que imaginábamos tras iniciar la aventura. Obviamente no hablamos de un prodigio tecnológico, pero es un videojuego con encanto. Lástima que no se pueda decir lo mismo de la música, no muy inspirada, ni tampoco del argumento, que tiene un papel meramente testimonial. Vamos, todo se resume a que has quedado atrapado dentro de un videojuego y debes escapar de allí. ¿Es malo? No, porque al final lo que importa es lo bien que te lo pases, y en este punto, Lumo es un videojuego que se deja querer.

Bueno

Sin sello
Homenajeando los clásicos de ZX Spectrum
Sin sello

Una verdadera carta de amor dedicada a la época dorada de los videojuegos. Este sería el mejor resumen para hablar de Lumo, una divertida aventura de puzles y plataformas que recupera con gran acierto el espíritu de aquellos clásicos que nacieron bajo el amparo de máquinas como la ZX Spectrum. Su esencia es la misma, pero traída con acierto a los nuevos tiempos, para que también las nuevas generaciones disfruten de esta forma de entender los videojuegos. Tiene un encanto especial que tan solo ve ensombrecido por algunos problemas con la cámara y la simpleza de sus rompecabezas.

  • Tiene el alma de los grandes clásicos de la época de ZX Spectrum.
  • Muchas salas por explorar y gran variedad en los desafíos que propone.
  • Hay secretos por doquier. Investigar tiene sus recompensas.
  • La cámara supone en ocasiones un problema en las fases de plataformeo.
  • Algunos puzles más, y pruebas más complejas, le habrían hecho ganar mucho.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español
Duración: 4-5 horas (mínimo)
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