Tras un excelente Bleach: The Blade of Fate vuelve el talento inconfundible de Treasure para traernos esta continuación bajo el subtitulo de Dark Souls, perfeccionando lo inmejorable y mostrando al mundo que con talento pueden crearse genialidades en frascos pequeños.
Volver a encontrarnos con la gente de Treasure es sin duda una garantía de éxito. Pocas compañías tienen en sus filas auténticos genios que tienen a sus espaldas un elenco de títulos que han marcado pautas a seguir en años posteriores. La mayoría la componen ex integrantes de la antigua Konami que han participado en clásicos como el original Castlevania, el propio Contra (Probotector según territorios), o Axelay. Pero ya siendo Treasure vemos que seguimos echando la mirada atrás con Gunstar Heroes y su frenético cooperativo, el singular Dynamite Heady o el espectacular matamarcianos Ikaruga.
Tras el gran Bleach: The Blade of Fate, considerado como lo mejor en lucha 2D para la portátil de Nintendo, ahora, sólo un año después, se nos muestra que todo puede mejorarse si se trabaja con esmero y dedicación. El aclamado mundialmente manganime de Tite Kubo vuelve a posicionarse como una buena oferta en el ocio electrónico, donde ya lleva manejando el arte espiritual desde tiempos de Gameboy Advance. Dejando de un lado el manga y el anime, cierto es que en videojuegos la mayoría de los títulos de la serie se han quedado en tierras niponas.
Tenemos exponentes en PSP, con la serie Heat the Soul que ya lleva 6 capítulos en Japón y sin poder ver ninguno en occidente; o consolas como PS2, GC o en Wii que tampoco se han quedado sin su ración de Bleach; en estos casos con mejor suerte en occidente. Pero en NDS ya de por sí sorprendía la primera entrega, muy compacta y tremendamente divertida, con una marcada concepción de filosofía directa y amena que invitaba a manejar el devenir de la gran plantilla de luchadores a nuestra disposición.
La misma base pero perfeccionada
Conviene aclarar que este Dark Souls mejora en su justa medida el anterior, y por lo tanto en esencia estamos ante el mismo juego pero mejor, de hecho no tenemos nada revolucionario ni tampoco va a sorprendernos como lo hizo el primero, que ya dejó el listón de la lucha 2D en NDS a un nivel casi insuperable. Por lo tanto seguiremos con los típicos combates bidimensionales, ágiles, gratos y adictivos dentro de una fórmula en consonancia con las funcionalidades de NDS que van a facilitarnos enormemente la tarea.
Entre las novedades a destacar tenemos un incremento de la plantilla de luchadores, -hasta alcanzar 44-, un mayor repertorio de golpes, aumento de las cartas espirituales en juego, algún modo de juego adicional y la sensación de que las cosas siguen por el buen rumbo ya marcado.
Lo que hace a la serie Bleach espectacular son sus golpes y sus formas de realización. Cualquier jugador, sea experimentado o no en el arte de la lucha en videojuegos, puede hacerse con el control y mejorar ostensiblemente sus resultados. Y es que además de realizar los sucesivos y entrañables combos con la combinación de botones clásica, también podemos abrazar la sencillez con el uso de la pantalla táctil. En la misma podemos con un simple toque del stylus realizar cualquier movimiento especial sin excusa alguna, eso si, mirando de cerca nuestra barra espiritual.
Igualmente en la pantalla táctil podemos hacer uso de las cartas espirituales del mismo modo que los golpes especiales. Estas cartas, como ya nos tienen acostumbrados, nos valen para causar una serie de estados alterados a nuestro favor o en contra del adversario. Éstas pueden ir desde echar por tierra la defensa del adversario, potenciar nuestros golpes o bien darnos más velocidad. En una de las opciones podemos personificar nuestra baraja de cartas para así adaptarla a nuestras exigencias y dar un toque más estratégico a nuestros combates. También sigue estando disponible la inclusión de los dos planos de profundidad para movernos por el escenario como ya vimos en su tiempo en juegos de la clásica Neo Geo.
Un manganime de bolsillo
Entre los modos de juego disponibles destacan el modo Historia, que es mucho más profundo y mejor hilvanado respecto a su antecesor. El funcionamiento apuesta por misiones rápidas y amenas que pueden ir desde la resolución de un minijuego hasta la lucha con un personaje. Para ello se ha dispuesto un mapa donde podemos ir seleccionando casillas por donde movernos. Varias de estas casillas estarán bloqueadas y sólo podrán abrirse si antes conseguimos encontrar la misión que las active. A lo largo de este modo iremos controlando a varios personajes y desbloqueando otros, además de ir descubriendo el nuevo hilo argumental ideado para esta segunda parte, aunque quizás no se haga tan interesante como el primero.
También tenemos el excelente modo Arcade en enfrentamientos con la CPU, sea de forma individual o aliándose con ella por equipos. Aquí vamos a ir consiguiendo dinero del juego e idear combates según nuestras reglas favoritas. El modo versus nos permite hacer luchas contra un máximo de 3 luchadores más, sean manejados por la CPU o por otros humanos, donde ya entra en juego el aspecto multijugador del título. Si decidimos entrar a luchar con otros jugadores humanos se acepta tanto modo una tarjeta o multitarjeta. Por lo demás podemos enfrentarnos también a jugadores de cualquier parte del globo o bien a nuestros amigos agregados. A la par podemos ver nuestra clasificación en una tabla mundial y los puntos alcanzados.
Otros modos de juego son el Entrenamiento, para mejorar nuestros golpes y familiarizarnos con el título; o la construcción de la baraja de cartas que nos permite personalizar las mismas y también los marcos o los reiju, siendo éstos últimos unos cristales de espíritu dotados de efectos automáticos para las batallas. Para desbloquear sonidos, imágenes, músicas y conseguir más cartas de espíritu podemos gastar nuestro dinero conseguido en el juego en la Tienda Urahara para después escuchar o visionar lo comprado en la Galería.
Observamos que en términos gráficos no hay un salto cualitativo, sino que esta segunda entrega se ha enfocado a las mejoras jugables, madurando ya la base instalada. Por lo tanto seguiremos con personajes en 2D que lucen de maravilla dentro de unos entornos en los cuales podemos movernos bajo dos planos. Los personajes son fieles al manganime no sólo en aspecto sino también en sus golpes, lo que sin duda deja el apartado de la jugabilidad a un nivel más que notable.
Bleach: Dark Souls mejora cada uno de los puntos que hicieron grande a la primera entrega y resuelve los pocos fallos que tenía. El juego se muestra mucho más compacto, alcanzado cotas de calidad de gran nivel y dejando el panorama de los juegos de lucha 2D en la portátil de Nintendo a niveles altísimos. Una excelente jugabilidad reflejada en la sencillez y el número de los golpes, un amplio espectro de modos de juego y una gran fidelización al manganime son sus principales bazas. Una compra imprescindible para los seguidores de la obra cumbre de Tite Kubo y un plato muy apetecible para cualquier jugador amante de la lucha clásica.
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