Cada vez vemos menos videojuegos en dos dimensiones, pero el éxito de títulos recientes como Bionic Commando Rearmed o Braid parece haber abierto algo el mercado en este campo. Los chicos de Frozenbyte se apuntan un tanto mezclando con habilidad elementos de Prince of Persia o LittleBigPlanet, con una ambientación mágica y un estilo deliciosamente clásico.
Entre tanto shooter tridimensional resulta agradable dar de vez en cuando con una propuesta que por clásica resulta original. Y es que en los últimos años en que la originalidad brilla por su ausencia, en ocasiones el retorno a lo más clásico puede ser una de las principales fuentes de innovación.
Trine homenajea a los más grandes del pasado –Prince of Persia o Bionic Commando entre otros-, aprovechando los avances tecnológicos del siglo XXI para mezclar elementos del memorable The Lost Vikings con otros títulos más recientes como LittleBigPlanet. Aquí encarnaremos a tres personajes –Mago, Guerrero y Ladrona-, que deben emplear todos los secretos y posibilidades de un escenario en dos dimensiones para avanzar y llegar hasta el final de cada nivel.
It’s a Kind of Magic
En Trine seremos Amadeus, Zoya y Pontius, tres personajes unidos por su presencia en un reino antaño tranquilo y ahora amenazado por la guerra. El rey murió y, sin heredero al trono, el lugar abandonó su condición pacífica y se vio sumido en el caos más absoluto. Sin embargo serán los poderes místicos el mayor de los enemigos, mucho más temible que el ser humano y también mucho más peligroso.
La historia de Trine acabará perdiendo peso rápidamente por lo irregular de su exposición y diálogos, y sobre todo ante la potencia de su jugabilidad; ofertando una experiencia equilibrada entre las habilidades de sus diferentes personajes, y muy variada gracias a la diversidad de los retos que se presentan. Todo ello revestido con la brillantez extra de un cooperativo fantástico.
A pesar de que los primeros instantes de Trine los pasaremos con los diferentes personajes por separado, a modo de tutorial, no tardaremos demasiado tiempo en disfrutar de los tres héroes al mismo tiempo, debiendo escoger en cada momento entre ellos para aprovechar sus características y habilidades.
Así, por ejemplo, Zoya es tremendamente ágil como ladrona que es, y cuenta con un arco y además con un látigo. El arco y las flechas se emplean de forma muy sencilla apuntando y disparando con el ratón, el látigo, por su parte, es de empleo similar, aunque sirve para colgarnos de superficies al más puro estilo Bionic Commando.
Amadeus, por su parte, es el mago y cuenta también con un ataque principal y uno secundario. Con el segundo podemos mover elementos del escenario, mientras que con el primero podemos dibujar elementos en la pantalla que cobrarán forma gracias a la magia. Al comienzo únicamente podremos invocar cajas, pero progresivamente iremos desbloqueando nuevos poderes gracias a la experiencia que nos permitirán acceder a otros elementos.
El guerrero es Pontius que resulta algo más clásico en sus habilidades y movimientos. Con él podemos atacar con nuestra espada y defendernos con el escudo brillando, por lo tanto, en el combate cuerpo a cuerpo y a la hora de destruir obstáculos.
Los Héroes Perdidos
Trine cuenta con un delicioso diseño de niveles que, al más puro estilo de los clásicos 2D, es tan lineal como cabía esperar. Lo que separa al título de la oferta clásica de esta clase de videojuegos es su deliciosa apuesta por unas físicas impecables, no sólo por enriquecer el apartado tecnológico del programa, sino también por dotar de matices a su jugabilidad.
La mayoría de desafíos y rompecabezas se resuelven precisamente con el empleo de la física. Deberemos, por lo tanto, emplear las leyes de la física en conjunción con las habilidades de nuestros personajes para superar los siempre ingeniosos e interesantes puzles.
Es muy difícil atascarse puesto que el videojuego contempla innumerables posibilidades y maneras de resolver los retos más complejos, lo que colabora especialmente a consolidar su atractiva propuesta y a disparar el componente rejugable. Por si esto fuera poco el título dura entre 5 y 6 horas, y es fascinante en su versión para un solo jugador, pero en su cooperativo –de incomprensible difícil acceso- es todavía más divertido.
Por otra parte en la faceta visual el hecho de que el título esté desarrollado íntegramente en dos dimensiones, falsa tridimensionalidad, es uno de los puntos más favorables para lograr un gran trabajo de iluminación, texturas y carga poligonal sin grandes dispendios de equipo. De este modo podremos maximizar las opciones gráficas y la resolución sin grandes costes en la tasa de imágenes por segundo, y con un equipo que cumpla los requisitos que puedes consultar desde este enlace.
La dirección artística raya a gran altura y compone una unidad muy colorista y trabajada. Por otra parte el videojuego en su vertiente técnica es fantástico, aunque tiene algunos pequeños problemas con, por ejemplo, el encadenado de animaciones algo defectuoso en algunos momentos como los giros y algunos aterrizajes.
Trine llega a nuestro país traducido y doblado a nuestro idioma, con un nivel aceptable. La banda sonora es interesante y los efectos de sonido algo genéricos pero efectivos.
Si tienes ganas de llevarte a la boca una gran aventura en dos dimensiones, “como las de antes” Trine es tu juego. Elegante, inspirado y con múltiples referencias recientes de lo más interesante, ya sea en su faceta individual o cooperativa es un videojuego a tener en cuenta.
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