Análisis de Battlefield Bad Company 2

Análisis de Battlefield Bad Company 2
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La saga Battlefield continúa en pie de guerra con la segunda entrega de su Spin-off: Bad Company que, esta vez sí, debuta en PC. Si ya el primer videojuego era un formidable testimonio del estado de forma del shooter on-line en la actual generación de consolas, la segunda parte lo mejora notablemente consolidando una franquicia que puede acabar siendo memorable si mantiene esta línea de progresión.

Injustamente olvidado por muchos sectores de la prensa, y sin el respaldo del público que se merecía, [n]Battlefield: Bad Company[/b] se convirtió en el 2008 en el mejor multijugador de acción del año y también en una de las más interesantes sorpresas que nos había dado la Next-Gen hasta ahora en cuanto a nuevas IPs de shooters.

Lamentablemente el videojuego no llegó a PC por razones que se desconocen, y que no parecen relacionadas con ninguna entrega especial para compatibles que fuera a lanzarse simultáneamente, puesto que el último episodio de las series era Battlefield 2142 lanzado en el lejano año 2006. La secuela, sin embargo, sí era publicitada desde sus inicios para Xbox 360, PlayStation 3 y ordenadores personales.

Así pues su segunda parte era anunciada desde el comienzo como un proyecto aún más ambicioso, con mayor atención a la campaña y todavía más a la faceta on-line del videojuego. ¿El resultado? Una formidable exhibición del casi perpetuo estado de gracia de un estudio como DICE, que demuestra una vez más que en el mundillo de los shooters multijugador tiene muy pocos competidores a su altura.

Ya no veremos las cinemáticas siempre en primera persona como en el primer Bad Company. Ahora la cámara se mueve con un estilo más cinematográfico, y la narrativa mejora notablemente gracias a ello.
Ya no veremos las cinemáticas siempre en primera persona como en el primer Bad Company. Ahora la cámara se mueve con un estilo más cinematográfico, y la narrativa mejora notablemente gracias a ello.

Licenciados con Deshonor –El guión-
En el nuevo Battlefield volvemos a encarnar a los chicos de la Bad Company que, tras su divertida búsqueda de oro en el este, se sumergen en esta ocasión en una misión mucho más solemne e importante.

Un misterioso artefacto considerado arma de destrucción masiva es el elemento sobre el que pivota el guión del videojuego, y nuestra misión será la clásica: Evitar que este arsenal caiga en las manos equivocadas, en esta ocasión de nuevo las soviéticas.

Se echa en falta algo del planteamiento más liviano y humorístico del Bad Company original, un videojuego en el que la picaresca de los personajes era el verdadero puntal en el que se basaba el hilo argumental. Puede que el guión no estuviera demasiado bien trazado y que la historia caminara dando tumbos, sin embargo el gancho de los desertores que abandonan sus deberes militares por perseguir un botín en medio de un gigantesco conflicto armado resultaba muy interesante y atípico.

Bad Company 2 se mueve, por el contrario, en territorios algo más farragosos y, lamentablemente, convencionales. El arquetipo de los personajes principales no funciona tan bien como en la primera parte precisamente por no estar demasiado explotados, y al intento de dotarlos de tridimensionalidad que hay a partir de la mitad de la campaña, le falta fuerza. Por otra parte en esta ocasión todo es mucho más directo que en el original, y también sensiblemente menos humorístico: un elemento que resultaba muy característico en su predecesor. Las secuencias de vídeo son más breves y en la campaña individual los mapas dan la sensación de contar con menos alternativas que las gigantescas localizaciones del original.

El prólogo de los años 40 con la frenética huída en submarino es uno de los grandes highlights de la campaña individual. Lamentablemente la campaña pocas veces más alcanzará ese grado de espectacularidad.
El prólogo de los años 40 con la frenética huída en submarino es uno de los grandes highlights de la campaña individual. Lamentablemente la campaña pocas veces más alcanzará ese grado de espectacularidad.

Destaca además el hecho de que también debuta en la saga un sentido mucho más cinematográfico de narrar la historia. No vamos a contar nada más sobre el guión que el pequeño adelanto que hemos facilitado, puesto que el videojuego trata de ser misterioso en su exposición y sus giros, sin embargo el prólogo de la campaña ambientado en los años 40 y su forma de narrar los acontecimientos durante toda la aventura darán rápidamente un sentir muy diferente a lo que la saga ha visto hasta ahora.

Todo esto ayuda a que la experiencia individual transmita una sensación diferente a lo que podría esperarse de un Battlefield a la antigua, y es que el spin-off de Bad Company y Bad Company 2 se ha caracterizado desde el comienzo por alejarse mucho de los antiguos patrones de juego en solitario con bots de los que hacían gala los Battlefield tradicionales. El guión podrá gustar o no, pero tiene importancia; y la exposición de las cinemáticas del primer Bad Company –constantemente en primera persona- es sustituida ocasionalmente en la secuela por cámaras exteriores que benefician mucho el interés por su forma de contar la historia.

Primera Línea de Batalla -Modo Historia-
La propuesta más seria y su planteamiento pueden sonar algo decepcionantes para quien busque reeditar los constantes alivios cómicos de su predecesor, sin embargo lo que sigue en pie es la fortaleza de la Campaña Individual como una experiencia shooter francamente satisfactoria.

¿Cómo lo consigue? Fundamentalmente gracias a sus 13 misiones, que sin aportar nada especialmente novedoso al cóctel Bad Company que ya experimentamos en su predecesor si disfrutamos de las versiones de consola, lo cierto es que hacen un gran trabajo no sólo como entrenamiento para el on-line –término que sería muy injusto en este caso-, sino también como experiencia de juego individual más que válida.

El sistema de barra de salud del original ha sido sustituido en la secuela por el más habitual en la actualidad del desgaste. Según suframos daño la pantalla irá desenfocándose y salpicándose de sangre.
El sistema de barra de salud del original ha sido sustituido en la secuela por el más habitual en la actualidad del desgaste. Según suframos daño la pantalla irá desenfocándose y salpicándose de sangre.

Obviamente el interés de ésta palidece si lo comparamos con la parte multijugador, sin embargo el usuario que se acerque a la campaña descubrirá una experiencia muy mejorada con respecto a la de la primera entrega, y también algo más corta, que le ofrecerá entre 6 y 9 horas de entretenimiento en función de la dificultad escogida y de su habilidad con el combo de ratón-teclado.

Lo que no cambia es el sentido de no ser en este campo un videojuego tan accesible como otros arcades bélicos aparecidos recientemente, y es que fundamentalmente resulta algo más retador que éstos debido a lo espaciado de los checkpoints. La IA decepciona a veces, pero ofrece un reto adecuado quizá en mayor medida por su número que por su efectividad, pero un desafío al fin y al cabo que se ve incrementado notablemente en el más alto de los tres niveles de dificultad disponibles.

En esencia en el pellejo de Preston Marlowe volveremos a recorrer épicos campos de batalla rodeados de fuego y explosiones, teniendo oportunidad de usar la práctica totalidad de armas y de pilotar todos los vehículos de la faceta on-line.

El modo historia tiene todos los elementos del multijugador aunque de forma mucho más encorsetada, brillando también en el escenario completamente destructible y en la sensación de diversidad y pluralidad de su experiencia. Sin embargo como es lógico falla en el sentido del gancho de cara al jugador.

No hay nada de malo en la experiencia individual de Bad Company 2, al contrario: es más que correcta. La IA ha mejorado con respecto a la primera parte –aunque sigue pareciendo algo dormida en ocasiones-, la destrucción del entorno sigue haciéndola única a pesar de no aportar nada a la fórmula del original y hay una mayor espectacularidad en todo lo que nos rodea. No obstante el jugador podrá sentir que por una razón u otra le faltan motivos para seguir jugándola una vez empezada. Las opciones de formular una táctica para los combates son algo escasas dada la constante intensidad de las misiones, y a medio camino de la campaña podemos llegar a sentir cierto hartazgo del constante espectáculo pirotécnico sin descanso que oferta. ¿Falta de carisma para las misiones y situaciones? Es también posible. Lo que está claro es que con un multijugador del calibre del de el título que nos ocupa es difícil prestar atención a lo off-line, a pesar del destacable esfuerzo de DICE por lograr algo valioso en este campo.

A pesar de no ser en absoluto mala hay mejores campañas que la de Bad Company 2 en otros videojuegos de PC, sin embargo hay pocos multijugadores a su altura. Es la faceta on-line la que brilla, como siempre, en el nuevo Battlefield, y es de la que nos vamos a ocupar a continuación.

La campaña ofrece el contrapunto al multijugador, con una experiencia muy guiada. Se ha eliminado la libertad, casi Sandbox, del original para ir más al grano. El resultado es mucho más espectacular y frenético.
La campaña ofrece el contrapunto al multijugador, con una experiencia muy guiada. Se ha eliminado la libertad, casi Sandbox, del original para ir más al grano. El resultado es mucho más espectacular y frenético.

Carne de Cañón –Multijugador-
Una vez descrita en detalle nuestra opinión sobre la Campaña Individual toca hablar del punto fuerte de todo Battlefield, su multijugador. Aquí es donde la saga de DICE ha demostrado siempre su fortaleza, y es aquí también donde se ha hecho un nombre como una de las mejores franquicias de shooters on-line que se pueden encontrar en el mercado.

El título en PC cuenta con soporte para 32 jugadores, 10 más que en consolas, y es con sus gigantescos mapas y variadísima jugabilidad como consigue obtener el carácter y la personalidad que de alguna manera ha perdido en la faceta off-line.

Una vez terminada o no la breve campaña del título, mucho más corta que la del primer Bad Company, el jugador tendrá ante sí la posibilidad de sumergirse en la descomunal oferta multijugador que incluye el título, y que oferta las siguientes modalidades de juego: Conquista, Patrulla: Asalto, Asalto y Patrulla Todos contra Todos.

Fiebre del Oro, el que se convirtió en la emblemática bandera on-line de su predecesor, no está presente en Bad Company 2. Ha sido sustituido por estas cuatro modalidades, que abarcan estilos no demasiado variados u originales, pero sí netamente efectivos.

Conquista, por ejemplo, es una modificación de Captura la Bandera. Cuando un equipo captura una bandera los miembros del equipo pueden regenerarse en ese punto de control, y a su vez emplear los vehículos estacionados en su área. Asalto es otro de ellos, que nos emplaza a superar las líneas defensivas del enemigo y destruir sus estaciones de comunicaciones por pares. Los equipos en esta se dividen, por lo tanto, en atacantes y defensores. Patrulla: Asalto, por su parte, enfrenta a dos equipos de cuatro hombres cada uno entre dos estaciones de comunicaciones móviles, y los dos bandos deberán destruir los puntos de comunicación del contrario antes de agotar la barra de refuerzos.

Desbloquear elementos vuelve a ser uno de los grandes incentivos para avanzar. El arsenal se va liberando poco a poco y en la secuela hay contribución desde la campaña al multijugador.
Desbloquear elementos vuelve a ser uno de los grandes incentivos para avanzar. El arsenal se va liberando poco a poco y en la secuela hay contribución desde la campaña al multijugador.

Patrulla por Equipos es, en última instancia, la más clásica de las modalidades, un Todos contra Todos por Equipos sin más complicaciones. La partida aquí se divide en cuatro equipos de cuatro jugadores cada uno, y el primer equipo que logre 50 muertes es el vencedor. El único elemento diferenciador es que en esta modalidad hay un vehículo en un punto del escenario, que dará ventaja al equipo que se haga con su control y que deberá ser destruido por los contrarios.

Los mapas vuelven a ser de un tamaño muy respetable, más grande de lo que es habitual en este tipo de juegos, lo que acaba convirtiéndose en lo que proporciona la verdadera sensación de estar luchando en un campo de batalla épico. Por otra parte en el Bad Company original una de las mayores quejas fue la de la escasez en número de mapas y modos, que se ampliaron considerablemente a posteriori con contenidos descargables gratuitos en ambos casos, en esta ocasión el número de mapas disponible si sumamos todas las modalidades es de 10.

Por otra parte las clases vuelven a ser las del videojuego precedente, esto es Asalto, Ingeniero, Médico y Reconocimiento. Cada una de ellas con sus características propias e identitarias por lo que respecta a sus armas, complementos y detalles; que son las que acaban determinando el tipo de partida que queremos jugar y que repiten casi palabra por palabra con respecto a los del original. Sí hay novedades, no obstante, en las Especializaciones, que nos permitirá sacar algo más de partido a nuestros soldados con diferentes ventajas que iremos desbloqueando. Las hay concretas para cada clase, y también generales, e incluyen desde miras reflex para mejorar la puntería a mejoras de estabilidad o blindajes.

El aspecto táctico de la destrucción del escenario tiene pocos precedentes en el género. Ni tan siquiera en el volátil Red Faction: Guerrilla hemos visto una amplitud de posibilidades tan descomunal en este sentido como la que aporta Bad Company 2.
El aspecto táctico de la destrucción del escenario tiene pocos precedentes en el género. Ni tan siquiera en el volátil Red Faction: Guerrilla hemos visto una amplitud de posibilidades tan descomunal en este sentido como la que aporta Bad Company 2.

Hay nuevos vehículos, armas inéditas y un sin fin de nuevas situaciones, pero lo que sí se repite es el ansia por parte de DICE de trasladarnos a un campo de batalla masivo. Puede que la cifra de 32 jugadores máximo de la versión de PC pueda parecer baja a aquellos acostumbrados a los números mayores que manejaban entregas precedentes de la saga en compatibles, sin embargo la cantidad parece más que suficiente para dotar de la densidad necesaria en los mapas y la experiencia es tremendamente divertida.

Es precisamente en este sentido donde triunfa el videojuego. El cóctel de localizaciones de gran tamaño, abundantes vehículos de muy diferente tipo y la movilidad de los objetivos son los que dotan de profundidad y variedad a la experiencia. Si somos sesudos francotiradores tenemos sitio en Bad Company 2, si nos gusta la acción directa de los hombres de asalto también, y si somos de los que adoramos el trabajo en equipo tenemos en las clases de Médico e Ingeniero nuestra principal virtud.

Pero no sólo son las clases las que hacen diversificar y diferenciar la experiencia, también lo son las inusitadas situaciones que se producen, la posibilidad de volar casi por completo todas las construcciones de los escenarios, la hábil estructuración de los bandos por patrullas… Todo está pensado al milímetro en el multijugador de Bad Company 2, y lo cierto es que el resultado en este sentido es prácticamente redondo.

Conflictos del Siglo XXI –Gráficos y Tecnología-
Se esperaba con mucho interés lo que podría dar de sí en PC Battlefield: Bad Company 2 en su faceta gráfica, y es que la promesa de la destrucción de sus escenarios y las bellas estampas distribuidas en las primeras screens sonaban muy apetecibles para compatibles.

El videojuego cumple de sobremanera en este campo, consolidándose como un shooter sobresaliente en el conjunto de lo visual y tecnológico. La dirección artística quizá sea algo genérica, en la misma línea de lo que vimos en el primer título del spin-off para consolas, sin embargo la ejecución gráfica y técnica es muy poderosa.

Hay algunas texturas así como modelados y animaciones de personajes que son mejorables, pero el conjunto es increíblemente robusto, con una iluminación sensacional y un tratamiento de los fondos para los escenarios que es de lo más impactante que hemos visto a lo largo de este 2010. Mención especial al trabajo sobre el acabado y animación de las armas que portamos, de lo mejor que se puede ver en el género desde Killzone 2.

Pocos juegos similares a Battlefield podemos encontrar en el mundo del multijugador. Su sensación de campo de batalla construida con el tamaño de los escenarios, la presencia de vehículos y el respetable número de jugadores no tiene parangón.
Pocos juegos similares a Battlefield podemos encontrar en el mundo del multijugador. Su sensación de campo de batalla construida con el tamaño de los escenarios, la presencia de vehículos y el respetable número de jugadores no tiene parangón.

Las exigencias técnicas para mover el videojuego siempre son preocupantes para los usuarios de PC, puesto que rara vez se cumple a rajatabla con los requisitos mínimos o recomendados, que para Bad Company 2 puedes consultar desde este enlace. Sin embargo podemos decir que DICE se ha tomado su trabajo muy en serio en esta ocasión, y podemos hablar sin temor a equivocarnos del título más pulido tanto en lo técnico como en optimización del estudio nórdico.

En los dos equipos de testeo –uno más cercano a los Requisitos Mínimos (un X2 4200+, 8800GT y 2GB Ram), y otro más cercano a los Recomendados (mayor microprocesador, Ram y una GTX 260)- el resultado ha sido fantástico. En el primero hemos podido disfrutarlo con una resolución de 1680x1050 con la práctica totalidad de las opciones visuales al máximo, a excepción de las sombras y algunos pequeños filtros anisotrópicos, y con un una tasa de imágenes por segundo excelente, entorno a los 40 frames con alguna muy esporádica caída. En el segundo equipo de testeo con las opciones visuales maximizadas se ha obtenido una tasa ligeramente más alta, en cualquier caso en ambos ordenadores muy por encima de lo experimentado con la beta.

Como los que probaran el original en consolas ya sabrán, la verdadera fortaleza visual del videojuego reside en la destrucción de los escenarios, muy mejorada en esta ocasión. En la primera parte ya podíamos derribar casi todas las paredes de las estructuras, aunque no podíamos ir más allá, con unos “esqueletos” de los edificios inamovibles. En esta ocasión las bases de éstos son mucho más interactivas, y el resultado acaba siendo un caos controlado sencillamente sensacional. Lo mejor de esta faceta tecnológica es, sin embargo, su adecuación al apartado jugable. Nada parece gratuito en los aspectos visuales y técnicos de Bad Company 2, y es que toda esta destrucción e interacción en el escenario no es sólo para embellecer el conjunto del videojuego, sino que también es para aportar soluciones tácticas y de acción a su jugabilidad.

La belleza de las estampas resulta a menudo prodigiosa. La iluminación es impecable y los escenarios naturales están tremendamente cuidados.
La belleza de las estampas resulta a menudo prodigiosa. La iluminación es impecable y los escenarios naturales están tremendamente cuidados.

Por lo que respecta al sonido, como siempre con DICE éste debe ser calificado con un innegociable 10. La banda sonora cumple su cometido con sobresaliente efectividad, y con mayor variedad que en la primera parte, y el videojuego llega a nuestro país doblado a nuestro idioma con un buen nivel. Donde sin embargo destaca el juego como todo Bad Company es en sus efectos de audio. Nunca hemos oído un videojuego de acción en el que las armas suenen con el ensordecedor realismo de esta saga. Con un equipo estéreo normal suena increíblemente bien, pero con un sistema de Home Cinema nuestros vecinos pensarán literalmente que la Tercera Guerra Mundial se ha desatado en nuestra casa.

Cabe destacar por último, y en referencia a las siempre polémicas medidas de seguridad y validación, que el videojuego en su versión PC incluye una herramienta de autentificación que nos permite escoger entre dos modalidades de validación. La primera es la de contar con el disco en el lector en todo momento mientras jugamos, y la segunda es la de comprobar la validad del videojuego a través de Internet al instalarlo, y después no tener que recurrir al disco pudiendo instalarlo posteriormente hasta en 10 equipos distintos.

Si viste la destrucción de los escenarios del primer Bad Company y te pareció espectacular espera a ver hasta dónde han llegado los chicos de DICE con la secuela.
Si viste la destrucción de los escenarios del primer Bad Company y te pareció espectacular espera a ver hasta dónde han llegado los chicos de DICE con la secuela.

Tropas En Activo –Conclusiones-
Bad Company 2 se consolida como la primera gran cita del aficionado a los shooters bélicos que nos deja este 2010 en PC, y lo es por su compacta unidad entre experiencia off-line y on-line.

En la campaña el videojuego ha querido parecerse un poco al fenómeno Modern Warfare, y eso resultará más que obvio a todos aquellos que hayan probado los dos videojuegos y los comparen con el Bad Company original. El título gana con ello en espectacularidad y dinamismo a la hora de contar la historia, sin embargo pierde sensiblemente el elemento de diferenciación que el spin-off tenía sobre tantos y tantos shooters actuales: El sentido del humor unido a su estilo desenfadado.

El multijugador, sin embargo, es el maravilloso punto fuerte del videojuego. Lo que articula toda la experiencia y lo que ensombrece una campaña individual que sin embargo es francamente notable, pero que pierde brillo lógicamente en la comparación gracias a la muy superior calidad de la experiencia on-line.

Donde otros shooters bélicos del momento basan su jugabilidad multiplayer en enfrentamientos directos y vertiginosos en mapas reducidos y bien aprovechados, Bad Company es justo lo contrario. Localizaciones descomunales donde cada tipo de soldado tiene su sitio, y el que busca acción directa tiene tanta gracias a los sistemas de Respawning directo, como el que busca la tranquilidad del francotirador perdido en la nada de un mapa descomunal.

Si a esto sumamos los vehículos –tanques, helicópteros, buggies, lanchas…- y la destrucción de los elementos del escenario como construcciones u otros objetos, tenemos entre nosotros uno de los mejores multijugadores de acción bélica que se pueden experimentar en la actualidad. ¿Alguien da más?

Magnífico

Obra maestra

Battlefield Bad Company 2

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

Bad Company 2 ya está entre nosotros, y con él toda la rabia de DICE a la hora de demostrar quién es el que manda en los multijugadores de acción. Con una campaña nada desechable y con uno de los más completos y mejores apartados on-line del momento, estamos ante la primera cita ineludible del amante del shooter bélico en este 2010.

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Jugadores: 1-24
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