La desarrolladora SimBin parece estar preparada para cambiar de motor gráfico, pero antes ha preferido despedirse del añejo gMotor con RACE On, una ampliación de la edición del año 2007 con nuevos vehículos y circuitos. Los fans del estudio sueco vislumbran en el horizonte más retos por dominar, mientras que los inexpertos tienen a su alcance su última oportunidad para inscribirse en una competición exigente pero fácil de controlar.
La parrilla de salida de los simuladores de conducción muestra un panorama harto interesante para los fans de estos títulos. Por un lado, la escudería Polyphony Digital ha aguantado pacientemente las duras críticas sobre el retraso de su nuevo vehículo, el esperadísimo Grand Turismo 5, para preservar la calidad del mismo. Paralelamente, Turn 10 Studios ha impresionado a propios y a extraños con su precoz talento, que ha dado como resultado un excelente Forza Motorport 3. Quizás el tercero en discordia siempre ha pasado un poco desapercibido en tierras españolas, pero su experiencia es innegable; la sueca SimBin regresa con un coche que desprende elegancia, mas hay algo en su carrocería que activa "el sentido arácnido" de todo experto en la materia: "parece recién salido de fábrica... y aún así me resulta extrañamente familiar...".
Efectivamente, RACE On no es un último modelo, sino más bien una nueva versión del Race 07 con una capa de pintura un tanto yanqui y con unos dados de adorno de origen sueco. Junto a una recopilación de las ediciones 2006-2008 de la World Touring Car Championship, el título incluye pistas de la Swedish Touring Car Championship, dos circuitos de procedencia americana -Laguna Seca y Road America- y unos cuantos vehículos de la US Muscle Car Series. Con este planteamiento, SimBin no sólo deberá demostrar que su creación es más rápida y estable que las de la competencia, sino también acallar el murmullo cínico que conlleva esta apuesta pelín gandula.
Motores estables, revoluciones controladas
Las bases sobre las que se sustenta todo proyecto de la desarrolladora sueca siguen inmutables pese al implacable paso del tiempo -¡diez años ya desde su debut!, 24 coches danzando majestuosamente en una de las 45 pistas excelentemente recreadas es un espectáculo que da para mucho, máxime cuando los controles están tan depurados que incluso un ratón podría involucrase sin estamparse fuera de la pista.
RACE On ofrece una curva de dificultad exigente que ha aprendido a dosificarse para recibir con los brazos abiertos a todos los inexpertos y convertirlos en unos conductores metódicos que vadean obstáculos mientras revisan mentalmente la siguiente curva. Cierto, el viaje iniciático que tomará el conductor tendrá más baches de lo normal, pero ése es el precio a pagar por unas buenas dosis de realismo.
Los coches han sido recreados con mimo y dedicación, aunque el sistema de daños sigue dando poco que hablar. Los nuevos añadidos estadounidenses contraponen con efectividad su brutalidad con la sutileza inherente en los vehículos europeos; casi podría decirse que lo único que comparten son las cuatro ruedas. Entre los titanes del nuevo continente se encuentran Chevloret Camaro, Cadillac CT-V, Dodge Charger Super-Bee y Challeger SRT8. Si el cambio resulta demasiado brusco para los fieles a SimBin, éstos siempre pueden subirse al Formula 3000 o al Formula BMW, o a los monoplaza de la International Formula Masters Series, tan rápidos como similares a los clásicos.
Las pistas nuevas son una delicia, aunque el jugador decida no estrenarlas con un coche de la misma denominación de origen. Road America es un festival forestal que abarca cerca de seis kilómetros repletos de curvas peligrosas, la espina de toda rosa atrayente. Como antítesis a semejante verdor, la asfaltada Laguna Seca californiana ofrece austeridad ascendente y descendente gracias a sus oportunidad colinas. Por otra parte, los siete circuitos extraídos de la competición sueca son más pequeños pero igual de entretenidos; dominar "el valle de la velocidad" con un Camaro o un Charger podría considerarse todo un ejemplo multicultural, y de paso una chulería sin parangón.
Trazado clásico, necesidad de progresión
Pese a los agradecidos añadidos, su calidad empieza a deteriorarse debido a la vejez inherente en algunos de sus aspectos. Por ejemplo, su abigarrado HUD es un extraño en un mundo dominado por la simplicidad y la verificación rápida. Existen casos menos anecdóticos, como la anteriormente mencionada colisión de daños de los vehículos. Las juntas morderán el polvo, los paneles quedarán abollados... pero la filosofía de dejar los coches lo más inmaculados posibles sigue presente en la simulación, dañando irónicamente así su sensación de realismo. De acuerdo, saber discernir entre la destrucción justificada y la explosión masiva es un arte complicado de aprender, pero ya iría siendo hora de que alguna desarrolladora empezase a tomar clases.
Asimismo, el título carece de un modo profesión o similar que incentive al jugador a mejorar para acceder a campeonatos más difíciles o retos más estimulantes. RACE On se instalará y desinstalará sin ningún cambio en cuanto a contenidos entremedio de las dos operaciones; todas las pistas y vehículos están disponibles desde el principio, y estos últimos se encuentran exentos de alguna posibilidad de ser mejorados con nuevas piezas y mejoras. Tras la apuesta que realizó recientemente Forza Motosport 3 en este aspecto, no deja de ser decepcionante que SimBin no haya optado por recoger el relevo.
En general, todo el producto deja la sensación de una importante necesidad de cambio, ya que la desarrolladora sueca lleva demasiado tiempo dependiendo de expansiones o de reversiones en lugar de optar por una evolución en condiciones. Éste es el décimo título de SimBin dentro del sub-género, y en teoría el último que utilizará el añejo gMotor para dar vida a sus pistas y coches, es decir, no le faltan motivos para haber hecho de RACE On un proyecto especial. Quizás el estudio esté reservando su inventiva para el siguiente título, que gozará de todas las novedades y mejoras que conlleve el motor Lizard... pero eso no quita que los más fieles se desencanten con esta despedida tan anticlimática.
De la estética a la funcionalidad
Gráficamente, el título sigue siendo espectacular; no podría ser menos, teniendo en cuenta que éste logra domar a 24 vehículos al unísono sin escatimar con los detalles. Ahora bien, es necesario alertar al futuro comprador que es obligatorio poseer un ordenador potente para no quedarse estancando en la siempre ambigua calidad media. En este sentido, sería conveniente echarle un vistazo a los requisitos mínimos para evitar el chasco de estrenar coche nuevo y descubrir que el pie no entra en el acelerador o que hay un chicle habitando en el bombín de la llave de contacto.
Aquellos que intenten encontrarle un fallo al apartado sonoro darán con un callejón de salida. El ruido de los motores, las ruedas tomando un derrape, el ligero roce de un coche rival... Todos los efectos conforman una harmoniosa banda sonora que olería a asfalto si tuviera la mínima oportunidad; es tan fiel la recreación que ha llevado a cabo SimBin que llega a sobrepasar la mera estética para abarcar la funcionalidad: tras un poco de práctica, cualquiera podrá analizar la situación a partir de los ruidos que emita su fiel corcel sobre ruedas.
RACE On es un versión extendida competente que encandilará a sus fans y a los recién llegados por igual, pero su dependencia hacia su edición del año 2007 le hace heredero de una serie de mecánicas caducas. Como resultado, el título no tiene ninguna posibilidad de llegar el primero en la vertiginosa carrera que ha iniciado con la competencia... aunque nadie podrá negarle un merecido y honroso tercer puesto.
