Análisis de Legend of Zelda Spirit Tracks

Análisis de Legend of Zelda Spirit Tracks
Facebook Twitter Flipboard E-mail

El mal ha vuelto a la tierra de Hyrule, la princesa Zelda ha perdido su cuerpo y el maligno está a punto de resucitar. Sólo hay una persona capaz de arreglar la situación, resolver los enigmas más complicados y vivir una aventura bendecida por el poder de los dioses. Y sí, eres tú, que en el papel del famoso héroe del tiempo protagonizarás uno de los mejores videojuegos que Nintendo ha dado a los seguidores de la Trifuerza.

Poder, coraje y sabiduría. La saga Zelda ha demostrado en sus casi 25 años de existencia saber plasmar en cada uno de sus videojuegos el perfecto equilibrio reflejado por la trifuerza, ese fantástico símbolo atemporal que nos ha permitido disfrutar de 15 entregas hasta la fecha, todas de una enorme calidad y que poseen el poder para crear seguidores, el coraje necesario para innovar y la sabiduría para gestar un sistema de juego único y difícilmente replicable.

Sólo Miyamoto conoce la receta, y se la cuenta secretamente a los maestros de cocina de Nintendo EAD 3, una de las subdivisiones más importantes de la compañía y que año tras año intentan crear tendencia, incorporando novedades jugables únicas de las que el resto de la industria acaba contagiándose con el tiempo.

Eiji Aonuma es, a este respecto, una pieza clave dentro del proceso. Desde su inmaculado trabajo en Ocarina of Time, el diseñador japonés no ha hecho más que escalar posiciones. Fue la cabeza pensante detrás de Twilight Princess, Phantom Hourglass y, por supuesto, el juego que nos ocupa hoy, un título que nos ha hecho recordar por qué esta franquicia es capaz de despertar tantos y tan grandes sentimientos entre sus seguidores. Y la respuesta es más sencilla de lo que muchos imaginan, puesto que el secreto de Miyamoto reside en hacernos vivir la aventura repleta de fantasía que siempre hemos deseado protagonizar.

El espíritu de Zelda
The Legend of Zelda: Spirit Tracks es la secuela de Phantom Hourglass y sucesor espiritual del estilo caricaturesco, tierno y desenfadado que nos trajo Wind Waker en Gamecube. Un título que se desmarca de la vertiente más madura de la serie, pero no de un estilo de juego marcado por una exquisita dificultad, dotada de los puzles mejor elaborados de toda la franquicia y que, en el caso de la última entrega de Nintendo DS, rozan el virtuosismo en términos de programación, planificación y diseño.

He aquí nuestro tren, un vehículo de transporte que nos va a llevar a cada uno de los rincones del reino, tanto para explorar templos como para realizar una de las mil y una tareas que podremos realizar en Spirit Tracks.
He aquí nuestro tren, un vehículo de transporte que nos va a llevar a cada uno de los rincones del reino, tanto para explorar templos como para realizar una de las mil y una tareas que podremos realizar en Spirit Tracks.

La aventura de Link en Spirit Tracks no es la más original de la serie. De hecho, aprovecha buena parte del trabajo proyectado sobre Phantom Houglass, pero su mayor duración (unas 20 horas) y el perfeccionamiento de sus dinámicas de juego son ya suficientes argumentos para subir a lo nuevo de Nintendo al olimpo de los imprescindibles.

En una época en que la acción puede con los puzles, Spirit Tracks se gana aún más su condición de auténtico regalo, de oda de incalculable valor para los jugadores que buscan algo más en sus aventuras. Spirit Tracks da una bofetada en la cara a todas las compañías que tienen miedo a hacer sus videojuegos difíciles, mostrándoles cómo crear un título con una dificultad suprema pero no prohibitiva y, a la vez, apta para todo tipo de jugadores. Nintendo una vez más vuelve a mostrar sus mejores artes, reviviendo el espíritu Zelda, ese que antaño hacía que nos atascáramos, obligándonos a consultar guías o amigos para seguir adelante.

La eterna lucha de bien contra mal
Pero no todo son puzles en la serie Zelda. Siempre tiene que haber una historia, un hilo conductor que nos motive a seguir adelante. En esta ocasión, la trama no es demasiado profunda y no goza de excesivos giros argumentales. Tampoco hay numerosas conexiones con la historia de la saga y, en este sentido, sigue sin aportar (como Phantom Hourglass) grandes detalles a los fans.

El argumento no pretende ser en Spirit Tracks demasiado dramático y, de hecho, recoge buena parte del estilo empleado en el cine infantil. Buenos muy buenos y malos muy malos (con alguna honrosa excepción) se juntan en una historia repleta de humor pero que podría resumirse en la sencilla idea de bien contra mal dentro de un mundo que se desmorona.

Probablemente este no sea el Zelda más largo, tampoco el más emocionante, pero retransmite los valores de la franquicia con el estilo que creó Wind Waker gracias a la tecnología cel-shading. El resultado salta a la vista.
Probablemente este no sea el Zelda más largo, tampoco el más emocionante, pero retransmite los valores de la franquicia con el estilo que creó Wind Waker gracias a la tecnología cel-shading. El resultado salta a la vista.

Y claro, el héroe que vendrá para salvar la situación será Link, el cual se nos presenta en el día de su nombramiento como maquinista del reino, un cargo que la mismísima princesa Zelda oficializará. Eso poco antes de que los problemas empiecen a llegar, con el malvado Makivelo entrando en acción, destrozando la Torre de las Almas, haciendo desaparecer la vías del reino y llevándose de paso el cuerpo de Zelda (no su espíritu), anunciando a su vez la resurrección de Malhadus, gran antagonista de una aventura que copia buena parte de la estructura principal en que se sustentaba Phantom Hourglass.

Los dioses están de nuestro lado
En efecto, nuestro principal deber como defensores del bien consiste en reconstruir la Torre de las Almas, una construcción sagrada forjada por los dioses con el fin de sellar el poder del "maligno". Ahora que está completamente destruida tendremos que buscar a los Lokomos, una raza de sabios que desbloquearán sucesivamente y una por una las cuatro regiones del mapeado (bosques, nieves, fuego y mares), a la vez que nos muestran la localización de los cuatro templos necesarios para devolver los sellos sagrados a la normalidad.

Y como seguramente alguien se quejará diciendo que no hay sólo cuatro templos, nos curamos en salud alegando que no queremos estropearos la experiencia. Este nuevo Zelda, al igual que tantos otros, tiene la particularidad de que es más largo y profundo de lo que parece, mucho más cuando se completa y se aprecia en su magno esplendor.

Un esplendor que es más intenso gracias a las importantes mejoras introducidas con respecto a su predecesor. En primer lugar, hemos de hablar del nuevo protagonismo de Zelda. La princesa de Hyrule sale de sus aposentos con la mala fortuna de que pierde su cuerpo, pero no su espíritu, que perseguirá a Link allá donde vaya, dándole pistas sobre lo próximo que hacer, pero también ayudándole en la Torre de las Almas, una edificación que se levanta en el centro del mapa, simbolizando el epicentro jugable de Spirit Tracks.

La Torre de las Almas
La Torre de las Almas es una estructura de varias decenas de plantas cuya función es muy pareja a la que tenía el Templo del Rey del Mar en Phantom Hourglass. Es decir, es un lugar de peregrinaje al que tendremos que regresar una y otra vez, ya que allí se nos van a dar las claves para reconstruir las vías del tren y así llegar a nuevos templos.

Ahora bien, esta vez Nintendo ha aprendido de sus errores y ha diseñado una torre donde nunca tengamos que pasar dos veces por el mismo sitio. Además, ya no tenemos límite de tiempo, aunque sí una serie de obstáculos que se contagian de la experiencia de la franquicia.

El vórtice de viento es uno de los nuevos artilugios de esta entrega, y nos servirá para accionar interruptores, atacar enemigos y, en definitiva, resolver la gran cantidad de puzles que nos encontraremos.
El vórtice de viento es uno de los nuevos artilugios de esta entrega, y nos servirá para accionar interruptores, atacar enemigos y, en definitiva, resolver la gran cantidad de puzles que nos encontraremos.

En efecto, vuelven los guardianes fantasma, unos seres que vamos a poder manejar cuando Zelda se meta dentro de ellos. Pero lo más interesante del asunto es que existen hasta cuatro guardianes diferentes, cada uno con unas habilidades (fuego, teletransporte, capacidad para rodar...) que enriquecen enormemente los puzles que se nos plantean. Nada será sencillo en esta torre repleta de enigmas, aunque deberemos de realizar este entretenido trámite jugable antes de acceder a los templos, los cuales también irán aumentando la complejidad de sus diseños, así como la dificultad de los puzles y, cómo no, de los enemigos de final de nivel, algunos de ellos tan notorios que necesitarán aparecer tanto en la pantalla superior como inferior de nuestra Nintendo DS.

A por la llave maestra
La variedad de situaciones en Spirit Tracks es inmensa y, aunque la cantidad de puzles sea apoteósica, nunca tendremos la impresión de estar haciendo lo mismo. El concepto clásico de mazmorra zeldiana sigue funcionando casi 25 años después de su invención, gracias al ingenio y a la lógica que se activan en nuestra mente, apoyados otra vez más por una serie de elementos (llaves, cofres, objetos y enemigos) que repiten aparición con buenos resultados.

El boomerang, las bombas, las pociones curativas, las flechas, los corazones de vida... La esencia de la serie ideada por Miyamoto continúa vigente, aunque sin dejar de aportar novedades en forma de nuevos y sorprendentes artilugios como un vórtice para crear ráfagas de aire, un látigo con el que atravesar precipicios o un báculo mágico.

Son pocas incorporaciones, es cierto, pero están bien aprovechadas. De hecho, a medida que vayamos avanzando, iremos viendo que los puzles cada vez requieren de una combinación más exigente de las habilidades aprendidas, lo cual incluye, por cierto, a la Flauta Terrenal. La fuerza de la música regresa a un Zelda, y lo hace mediante un instrumento que podremos sujetar con nuestro stylus mientras que soplamos a través del micrófono. En total, siete notas para interpretar hasta cinco melodías que nos ayudarán a recuperar vida, a descubrir un tesoro oculto, a despertar a una estatua...

Con puzles hasta en las vías del tren
Pero no podemos olvidarnos de la novedad más polémica de Spirit Tracks: el tren. Nintendo ha dado mucha importancia a este nuevo elemento de jugabilidad. Fue el protagonista del famoso tráiler que anunció el título, y es igualmente protagonista de un videojuego que nos obliga a seguir vías para alcanzar las cerca de 20 localizaciones que comprende el título.

Nuestras travesías no estarán libres de enemigos, así que apunta a la pantalla con tu stylus y una bala de cañón saldrá disparada para liberar nuestro camino de arañas, búfalos o aves asesinas.
Nuestras travesías no estarán libres de enemigos, así que apunta a la pantalla con tu stylus y una bala de cañón saldrá disparada para liberar nuestro camino de arañas, búfalos o aves asesinas.

Completamente inédito en la franquicia Zelda, este medio de transporte comprende varios controles, como aumentar o disminuir la velocidad, tocar el silbato para ahuyentar enemigos o disparar un cañón hasta acabar con ellos. Todo esto mientras que hacemos recorridos lineales, articulados mediante una estructura ferroviaria con varios caminos a elegir en los que podemos deleitarnos con variados paisajes y eventos aleatorios, como una estampida de búfalos o el ataque de unos barcos de guerra.

El tren juega asimismo un papel crucial a la hora de completar determinadas tareas indispensables para avanzar en la aventura, como transportar materiales o a determinadas personas que valorarán nuestra forma de conducir (si no respetamos las normas ferroviarias, se bajarán del tren). Y eso no es todo, ya que hasta cuando estemos circulando por las vías del reino de Spirit Tracks deberemos de resolver puzles que tendrán que ver con evitar locomotoras poseídas por el mal, con el descubrimiento de rutas ocultas o con el hallazgo de la entrada secreta a varios templos.

La aventura no acaba en los templos
Muchos usuarios se quejan de que en Phantom Hourglass la estructura de juego estaba demasiado guiada y en todo momento sabíamos adonde ir y qué hacer. En este sentido, la serie ha cambiado mucho en sus 25 años de historia, aunque no se puede decir que este nuevo esquema de juego no funcione a la perfección. Por tanto, en Spirit Tracks nos encontramos con que el camino tiende a ser otra vez lineal, es difícil perderse y esto hace perder algunas horas de duración a la obra.

No obstante, hay una gran cantidad de tareas secundarias a completar. Podemos explorar hasta el último rincón para encontrar las 20 insignias repartidas por el mapa, podemos comprar postales y participar en sorteos diarios, podemos recibir correo con información importante, podemos escuchar lo que nos tienen que decir los numerosos personajes de la aventura, podemos atrapar los conejos desperdigados por las vías, podemos descubrir portales de teletransporte, podemos llevar pasajeros en nuestro tren para obtener sumas fáciles de dinero... Y sí, vuelve la rupia, moneda oficial de la franquicia, además de elemento indispensable para comprar en las varias tiendas en que entraremos.

Los enemigos finales de Spirit Tracks no serán ni mucho menos pequeños. Resguadarán cada templo, ocuparán toda la pantalla y, encima, tendrán un punto debil que deberemos de encontrar para vencerlos.
Los enemigos finales de Spirit Tracks no serán ni mucho menos pequeños. Resguadarán cada templo, ocuparán toda la pantalla y, encima, tendrán un punto debil que deberemos de encontrar para vencerlos.

Y es que por poder, hasta podemos personalizar nuestro vehículo ferroviario, consiguiendo tesoros y cambiándoselos a Lineback (viejo conocido de Phantom Hourglass) por diferentes locomotoras, vagones o cañones, cada uno con propiedades características, además de un diseño peculiar para que nuestro tren sea único en el reino.

Un respiro multijugador[/b]
Zelda siempre ha sido una serie pensada para el jugador individual, una experiencia personal que enriquece a los usuarios mientras viven una gran aventura. No obstante, en los últimos años están tan de moda las modalidades multijugador que Nintendo no ha querido desperdiciar la ocasión para crear algo al respecto.

Hablamos del Modo Duelo, presente también en Phantom Hourglass y consistente en la simple idea de poner hasta a cuatro usuarios a jugar de manera simultánea y competitiva hasta en seis escenarios cerrados, para ver quién consigue más gemas de poder dentro de un límite establecido de tiempo. Y todo está permitido, desde los bombazos hasta la puesta en funcionamiento de trampas contra nuestros compañeros de partida. El concepto, auspiciado por el videojuego Four Swords, se replica en miniatura dentro de lo que podríamos considerar un minijuego anecdótico que, como punto positivo, puede disfrutarse con tan solo un cartucho de juego.

Una opción adicional que no debemos de dejar de comentar es Trueque, otra circunstancial modalidad de juego donde cambiar tesoros con otros usuarios, en total hasta tres. En definitiva, dos interesantes posibilidades de interconexión que, aunque muy accesorias, logran abrir una brecha sobre el carácter monojugador de la franquicia, además de suponer un pequeño respiro después de una larga sesión de juego.

[t]El stylus, tu nueva espada maestra
Para poner todo este despliegue de imaginación en marcha y hacerlo videojuego, la sección de desarrollo encabezada por Aonuma ha vuelto a aprovechar sobresalientemente el hardware de Nintendo DS. Link se mueve suavemente por la pantalla inferior de la portátil, mientras que la parte superior nos muestra un mapa de situación sobre el que siempre cabe la posibilidad de realizar anotaciones, algo muy útil para establecer la localización de tesoros y puntos claves de la aventura, así como combinaciones secretas.

La princesa Zelda ha perdido su cuerpo, pero no su espíritu, una excusa ideal para controlar a los guardianes fantasma, capaces de atravesar obstáculos que Link nunca se atrevería a superar.
La princesa Zelda ha perdido su cuerpo, pero no su espíritu, una excusa ideal para controlar a los guardianes fantasma, capaces de atravesar obstáculos que Link nunca se atrevería a superar.

Los enemigos finales vuelven a mostrar sus monstruosas proporciones gracias a la doble pantalla, desplegada en todo su esplendor sólo durante estos especiales momentos. A la misma vez, asistimos a un original uso del micrófono, que reconocerá nuestra voz en algún momento de la aventura, así como nuestros soplidos, que servirán para tocar la Flauta Terrenal mientras que nos desplazamos entre las siete notas disponibles gracias al stylus.

En general, Spirit Tracks es un título continuista tanto en lo tecnológico como en lo visual, con un apartado gráfico calcado al de Phantom Hourglass, haciendo gala de una técnica cel-shading tal vez un poco más pulida y con un ligero aumento de la riqueza en cuanto a contenidos. Tal es así, que se pone en puntuales ocasiones en peligro el "frame rate" de la consola, algo que dice mucho acerca del detalle de modelados empleado.

La fuerza de la música
Y ya lo hemos adelantado, pero uno de los imprescindibles de cualquier Zelda que se precie es la fuerza de su música, y eso a pesar de que el maestro Koji Kondo esté empezando a dar paso a las nuevas generaciones de compositores que trae Nintendo bajo el brazo.

Es muy notorio, de hecho, el relevo de generación, con nuevas composiciones que intentan aportar su propia personalidad a esta rama paralela dentro de la serie Zelda que suponen Wind Waker, Phantom Hourglass y Spirit Tracks. El mejor ejemplo lo encontramos en que pocas veces hace aparición el tema principal de la serie, optando por buscar nuevos ritmos e identidades que en este caso se encuentran en un gusto por la calidad, el buen hacer, la armonía y la adecuación del ritmo a la gran cantidad de situaciones que viviremos en la aventura.

A través de este mapa trazaremos la ruta que deseamos seguir con nuestro tren, intentando evitar las locomotoras enemigas hasta alcanzar nuestro destino sin un rasguño. Nunca será un camino libre de peligros...
A través de este mapa trazaremos la ruta que deseamos seguir con nuestro tren, intentando evitar las locomotoras enemigas hasta alcanzar nuestro destino sin un rasguño. Nunca será un camino libre de peligros...

El tema del viaje en el tren, por poner un caso, es excelente, y varía dependiendo de la velocidad imprimida a nuestra locomotora. Algo parecido ocurre en los poblados, donde al entrar en las casas recibimos variaciones sobre la melodía principal, creando una ambientación acertada donde no faltan los efectos sonoros tradicionales de la saga: cuando resolvemos un enigma, abrimos un cofre, golpeamos a un enemigo, accionamos un interruptor... En este sentido, hay un alto reciclaje de efectos sonoros, y eso sin contar los gritos de Link al atacar, rescatados directamente de Ocarina of Time.

Un videojuego que da pena terminar
The Legend of Zelda: Spirit Tracks no es el título más impactante dentro de la saga, tampoco el más longevo ni el más emocionante. No introduce grandes novedades, a los fans les deja con las ganas de saber más acerca de la fascinante historia de la franquicia, pero aún así es uno de los mejores títulos de la serie.

La sensación de estar viviendo una fantástica aventura es la mejor señal de que las cosas se han hecho bien, gracias a unos puzles espectaculares, a una estructura de juego pensada al milímetro y, lo que es más importante, sin uno solo error de programación.

Nintendo, en obras como esta, demuestra su grandeza como desarrolladora de videojuegos, puliendo el detalle, haciendo que nada sea ilógico en una obra donde lo más fácil sería errar. Cuando la propuesta es ambiciosa, el resultado puede ser catastrófico, pero Miyamoto y compañía (en este caso, Aonuma) han demostrado saber estar a la altura. La introducción del tren no podría contentar a todo el mundo, los nuevos objetos podrían resultar insuficientes, la historia no sería lo suficientemente profunda, pero lo más importante de todo, y por lo que creemos que Spirit Tracks se merece estar en lo más alto del catálogo de Nintendo DS, es que es una aventura que da pena terminar. Y eso no ocurre con todos los juegos...

Magnífico

Obra maestra

The Legend of Zelda: Spirit Tracks

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

La leyenda de Zelda amplía sus horizontes con uno de los mejores videojuegos de la franquicia. No goza de la mejor trama, tampoco tiene la mayor duración, pero conserva la magia de la serie, capaz de hacernos vivir una épica aventura mientras que nos divertimos y exploramos un entorno fantástico dotado de los mejores puzles de la serie. Spirit Tracks es un título que da pena terminar, una oda a la dificultad y al trabajo bien hecho. Miyamoto, sin duda alguna, tiene un gran relevo generacional en el nuevo equipo de Nintendo. No hay nada que temer.

Comprar The Legend of Zelda: Spirit Tracks
Jugadores: 1-4
Idioma: Manual en español y textos en español
Duración:
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

25.094 visualizaciones

20 MEJORES JRPGS DE 2024 Y MAS ALLA

Hace sólo unos días que publicábamos nuestro especial sobre los RPG, Action-RPG y CRPG que llegarán a lo largo del año 2024 y en el futuro todavía más lejano, y hoy toca el día de hacer lo propio con los videojuegos JRPG que más esperamos de los próximos tiempos...