Análisis de Killzone 3

Análisis de Killzone 3
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La palabra Killzone se ha convertido en la Next-Gen en sinónimo de saga shooter de calidad y, sobre todo, de la principal cabeza de lanza de PlayStation 3 en el género. La tercera entrega de la saga continúa rayando a gran altura, y consolida a las series como uno de los mejores ejemplos de shooter Next-Gen. ¿El motivo? Una forma de aunar tecnología y jugabilidad como pocas veces se han visto.

Lejos de las polémicas que azotaron a la segunda entrega de Killzone con su famoso vídeo del E3 y con la eterna controversia sobre si el videojuego de Sony lograría alcanzar las cotas de calidad de lo mostrado en la por entonces célebre cinemática, Killzone 3 ha gozado de un desarrollo mucho más plácido. ¿Las causas? Varias, pero la principal es la de que se trata de un videojuego muy esperado, pero ya con la calidad de su predecesor allanándole el camino, ventaja de la que no disfrutó su antecesor.

Y es que el primer Killzone de PlayStation 2 gozó de enorme expectación en su lanzamiento en el año 2004, pero sin embargo no acabó de cumplir con las expectativas. Un lustro después, y con todavía mayores esperanzas por parte de los aficionados a sus espaldas, la segunda entrega debutaba en la nueva generación con un videojuego de enorme calidad que superó con creces las perspectivas de afición y crítica especializada.

El tercer capítulo de esta inagotable batalla contra los Helghast es en líneas generales tan sobresaliente como su predecesor, aunque el paso del tiempo -dos años de diferencia- juega en su contra en términos de puntuación. Es cierto que cuenta a su favor con incorporaciones de importancia como el soporte visual 3D o el apoyo de Move como alternativa de control, así como con una serie de puntos a favor en lo jugable que le hacen ganar algunos enteros, sin embargo también hace gala de una historia mediocre y por momentos intrusiva y de una experiencia que a algunos puede empezar a antojárseles algo repetitiva. Por lo demás es un título muy continuista con su predecesor en lo visual pero mucho más pulido en lo puramente jugable, una experiencia francamente recomendable en PlayStation 3 que ningún aficionado a los shooters se debe perder.

Nuevo Killzone, nueva oportunidad de batallar contra los temibles Helghast. ¿Creías que la guerra había concluido? No ha hecho más que empezar.
Nuevo Killzone, nueva oportunidad de batallar contra los temibles Helghast. ¿Creías que la guerra había concluido? No ha hecho más que empezar.

Frente a Frente -El Argumento-
Los sucesos de Killzone 3 acaecen tras el final de la segunda parte, volviéndonos a poner en el pellejo de los hombres de la ISA y más concretamente en el de Tom Sevchenko, alias "Sev", el protagonista de la secuela, y que repite aquí liderato narrativo.

En cuanto a lo que nos cuenta el videojuego de Guerrilla hay que dejar claro que el argumento es tan sencillo como el de cualquier videojuego de acción en primera persona. Que nadie espere una gran narrativa, la potencia de una saga shooter debe estar en su acción y es ahí precisamente donde se hace fuerte el título del estudio europeo.

No daremos muchos detalles puesto que todo el argumento se desarrolla prácticamente desde el comienzo, pero sí comentaremos que como hemos señalado éste enlaza directamente con el final de Killzone 2, informándonos de cómo cambia el mundo de Helghan y del convulso futuro que se le presenta tras los acontecimientos que provocamos en el cierre de su predecesor y que, por supuesto, no describiremos. Es obvio que si no hemos disfrutado de la genial segunda entrega de las series Killzone debemos hacernos con él y terminarlo, no sólo para gozar de uno de los mejores shooters de la presente generación, sino también para entender al máximo lo que se nos cuenta en esta tercera parte y hacerlo antes de jugar a éste para evitar traicioneros spoilers.

El fascinante mundo de los Helghast es explorado en Killzone 3, aunque quizá no tanto como nos gustaría. Eso sí, acabaremos el juego sabiendo más de su fascinante forma de vida.
El fascinante mundo de los Helghast es explorado en Killzone 3, aunque quizá no tanto como nos gustaría. Eso sí, acabaremos el juego sabiendo más de su fascinante forma de vida.

Unas semanas antes de la publicación de esta review recogíamos en una noticia que la BBFC, es decir el organismo de calificación por edades para Reino Unido, aseguraba que el juego contaría con 70 minutos de escenas cinemáticas, una cantidad muy generosa para un título de acción: En este caso incluso excesiva. El caso es que una vez terminada la campaña individual lo cierto es que podemos asegurar que este tipo de secuencias salpican la acción con mucha más asiduidad que en la segunda entrega, llegando por momentos a apabullar al jugador interrumpiendo la acción más a menudo de lo que cabría esperar y casi siempre con escenas intrascendentes. En algunas ocasiones éstas sirven como efectista -que no efectiva- manera de enmascarar tiempos de carga -fácilmente detectables puesto que hasta que no realiza toda la labor de renderizado del nivel no nos deja omitirlas-, pero en todas las ocasiones suponen momentos de interrupción que ni parecen ayudar a progresar a la historia ni a conocer algo de sus personajes.

Y es que si de algo podía ser acusada la campaña del ya lejano en el tiempo Killzone 2 era de ser ciertamente plana y bidimensional en cuanto al tratamiento de sus personajes. No obstante en aquella ocasión Guerrilla, consciente de sus limitaciones, no la sometía a la sobreexposición que sí muestra en esta ocasión. Discusiones entre nuestros compañeros, conflictos en la cadena de mando de los miembros de la ISA... Mucho diálogo y mucha interrupción para más bien poca sustancia.

¿Por qué insistimos tanto en ello siendo un título de acción? Por dos motivos. El primero es que no es que esperemos que un FPS tenga una historia shakesperiana a sus espaldas, pero si contamos con un hilo argumental tan pobre lo mejor es no mostrarlo tan habitual como hace de forma casi constante el juego de Guerrilla. Por otra parte, y esto es más una decepción que otra cosa, esperábamos mucho de la lucha de poderes de los Helghan y del nuevo estado de su regimen político, sin embargo nada de todo ello se explora con habilidad en su narrativa.

El videojuego se divide en su campaña individual, de este modo, en secciones y dentro de éstas a su vez en checkpoints. Las algo más de 8 horas que nos llevará superar el Modo Historia en su totalidad son nuevamente la mayor fortaleza del videojuego, especialmente apoyadas en esta ocasión por un multijugador todavía más sólido y por la posibilidad de superar además la propia experiencia de campaña acompañados en un cooperativo que debuta.

Una mujer vuelve a aparecer tras la ausencia de la segunda parte con ánimo de aportar más vulnerabilidad al conjunto de rudos personajes.
Una mujer vuelve a aparecer tras la ausencia de la segunda parte con ánimo de aportar más vulnerabilidad al conjunto de rudos personajes.

Olor a Victoria -Aditivos y Ajustes-
Uno de los puntos más controvertidos de la experiencia jugable de Killzone 2 fue la de su control, una arriesgada decisión por parte de Guerrilla a la hora de tratar de transmitir al jugador la sensación de peso del cuerpo y de la carga en los brazos de una pesada arma automática como la que portaba el propio Sev en la aventura. Si bien en la redacción de 3DJuegos nos pareció una elección extraordinaria y que dotaba de enorme carisma al programa, no en todos los lugares caló de igual modo, obligando a sus responsables a replantearse el modus operandi en esta tercera parte.

Así pues Killzone 3 opta por un control mucho más estándar, con quizá alguna reminiscencia de su predecesor, pero apostando por una fluidez mayor y una precisión mucho más relacionada con lo que puede verse en los mayores y más célebres representantes del género. ¿Paso atrás? ¿Cambio necesario? Las opiniones al respecto serán tan diversas como los propios gustos del jugador, en 3DJuegos nos parecen acertados ambos estilos de control: Uno por característico, el ya desaparecido, y otro por accesible y generalista, el actual.

Otro cambio que llama la atención en la fórmula de este shooter en primera persona es la de las coberturas, un elemento introducido en la segunda parte aunque de una forma algo más tosca en comparación con el trabajo de pulido llevado a cabo en esta ocasión. Si en la secuela tras un parapeto no teníamos visión de nuestros alrededores si no asomábamos la cabeza y nos convertíamos en blanco fácil para nuestros rivales. En esta ocasión si nos descubrimos es sólo para disparar, puesto que la cámara se sitúa unos centímetros por encima de la de Killzone 2 permitiéndonos visualizar en la mitad de la pantalla el parapeto para situarnos y en la otra mitad lo que tenemos delante. La movilidad es máxima ahora, con un procedimiento mucho más cómodo e intuitivo a la hora de acercarnos o separarnos a éstas, pero el componente táctico que tenía el anterior videojuego a la hora de no dejarnos ver nuestro alrededor sin exponernos se pierde facilitándonos muchísimo las cosas, y con él también desaparece algo de su encanto.

Killzone 3 está cargado de interrupciones, y éstas no siempre le sentarán bien al ritmo del juego. Las secuencias cinemáticas salpicarán la acción casi constantemente.
Killzone 3 está cargado de interrupciones, y éstas no siempre le sentarán bien al ritmo del juego. Las secuencias cinemáticas salpicarán la acción casi constantemente.

Por otra parte enriquecen los combates la presencia de los decorados destructibles, un caballo de batalla habitual de los FPS que ya estaba presente en la segunda parte pero de una forma meramente testimonial, mucho más cosmética que útil. No es que el aspecto de los escenarios cambie radicalmente con los tiroteos a lo Bad Company, pero sí es cierto que éstos atesoran abundantes elementos con los que podemos interactuar con el fuego de nuestras armas o con la onda expansiva de nuestros explosivos. Caerán bajo nuestros ataques o de nuestros enemigos ocasionales partes de tejados, barreras, elementos de cobertura... Aspectos que no sólo enriquecen el aspecto estético del videojuego como decimos, sino que también aportan matices jugables a la hora de no poder estar tranquilos tras determinado tipo de barricadas.

Por lo que respecta al aditivo de PlayStation Move en la ecuación de Killzone 3, lo cierto es que las conclusiones que podemos extrapolar son matizables. Por un lado es positivo en el sentido de que todas las incorporaciones a la hora de ofertar alternativas para el jugador son bienvenidas, sin embargo falta algo de la lógica precisión con el dispositivo que sí nos aporta un mando. Quizá no tanto por el videojuego como por la propia condición de shooter y de extremada exactitud a la hora de apuntar que requiere, una característica que debería ser fundamental en un videojuego de estas características.

Disparar en Killzone 3 es un verdadero placer, y esa debe ser la fortaleza de un shooter. Las armas y su tratamiento son una delicia.
Disparar en Killzone 3 es un verdadero placer, y esa debe ser la fortaleza de un shooter. Las armas y su tratamiento son una delicia.

Killzone 3 es de hecho uno de los primeros shooters "genéricos" que cuentan con soporte para PlayStation Move, y la verdad es que teniendo en cuenta que se trata del primer "FPS" que se lanza con esta tecnología los resultados son más que satisfactorios. Seguramente, insistimos en que muchos seguirán queriendo usar el mando clásico, pero para aquellos que deseen aventurarse, deben saber que la precisión conseguida está cercana a la del pixel a pixel, con un control no demasiado lejano al logrado en el que suponga, tal vez, el mayor referente "shooter" de control por movimiento: Metroid Prime 3.

Acompañando al lanzamiento se espera que aparezca el Tirador de Precisión PlayStation Move, que ancla a los mandos del dispositivo en un soporte de plástico con forma de arma de asalto (la cual pudimos probar durante la PlayStation Experience de Londres). El resultado, aquí también, fue positivo, desde el punto de vista de que acciones como embestidas cuerpo a cuerpo se realizan a cabo como si estuviéramos realmente dentro del juego. De la misma forma, existen acciones contextuales adaptadas al controlador Move, como el accionamiento de palancas, aunque éstas no son demasiado frecuentes sino más bien un tímido paso hacia el futuro aprovechamiento de este dispositivo.

Los Jet-Packs debutan como método de desplazamiento, una incorporación muy divertida y variada a las formas de movernos por el escenario.
Los Jet-Packs debutan como método de desplazamiento, una incorporación muy divertida y variada a las formas de movernos por el escenario.

Metal y Titanio -Jugabilidad-
Si por algo destacó Killzone 2 en su momento fue por la tremenda intensidad de su campaña individual, lo que unido a un potente multijugador lo convertían en un paquete de contenidos más compactos y sobresalientes que en cuanto al género de acción en primera persona se pueden encontrar en estos momentos en PlayStation 3.

La vertiente on-line la describiremos más adelante en su apartado correspondiente, aunque sí aportaremos algunas pinceladas sobre él ya en esta zona, especialmente por lo que respecta a la cooperación. Y es que la modalidad colaborativa debuta en esta entrega y contribuye a multiplicar sensiblemente el atractivo del videojuego. No podremos disfrutar de esta alternativa a través de internet por inexplicables motivos que describiremos más adelante, pero sí contaremos con la posibilidad de hacerlo a pantalla dividida -verticalmente- para que la batalla de Sev y Natko sea todavía más visceral con un amigo físicamente a nuestro lado.

La campaña es la misma en la experiencia individual que en la cooperativa, sólo que como es lógico jugando acompañados tenemos un apoyo más a nuestro lado, y el reto de los Helghast a los que plantaremos cara aumentan también de forma equitativa. La comunicación entre los jugadores será fundamental para salir victoriosos coordinando tácticas de ataque conjuntas, y solicitando ayuda cuando uno caiga abatido para que otro llegue a su posición para reanimarlo antes de que una cuenta atrás se agote y se disipe cualquier posibilidad de recuperación obligándonos a retroceder hasta el último checkpoint. El añadido cuenta con bastante interés, pero a menudo nos daremos cuenta de que los escenarios no parecen pensados para este tipo de jugabilidad y nos hacen soñar con lo que una hipotética cuarta parte de la franquicia podría aportar a este tipo de modalidad con unos escenarios más abiertos y poblados de alternativas.

Al enorme nivel de visceralidad e intensidad que destila el videojuego acompañados o en solitario contribuye también el salvajismo del combate cuerpo a cuerpo que condensa cada enfrentamiento a escaso espacio de nuestros rivales. Cuando estemos a una distancia cercana a un soldado Helghast aparecerá sobreimpresionada en pantalla la posibilidad de pulsar el botón que hayamos asignado al combate cuerpo a cuerpo, para realizar alguna ejecución de rango cercano brutal.

Por lo que respecta al arsenal, lógicamente, hay armas que repiten y otras que debutan. De entre todas ellas las que más nos han llamado la atención han sido la formidable MiniGun y el espectacular WASP, que fija blancos y lanza oleadas de misiles, para un arsenal mucho más completo y rico que el de Killzone 2. Podemos portar en esta ocasión tres armas al margen del cuchillo: Las habituales pistolas y dos tipos de armas más a escoger entre las automáticas, las de rango cercano, los rifles de francotirador y las de corte explosivo. Eso sí, se mantiene la excelente forma de maniobrar con los diferentes elementos que componen nuestro arsenal, con muy cuidados efectos para un retroceso más realista al disparar, y con unas animaciones de recarga sencillamente formidables.

En la campaña individual de Killzone 3 volveremos a ser Sev, nuevamente en una batalla épica contra los Helghast.
En la campaña individual de Killzone 3 volveremos a ser Sev, nuevamente en una batalla épica contra los Helghast.

Los combates tremendos contra la infantería Helghast subliman el sentido de espectacularidad y aparatosidad que cultivan, por ejemplo y a su manera en cuanto a combate contemporáneo, otras sagas como Call of Duty. El juego de Guerrilla oferta la pantalla repleta de explosiones, arenas de tamaño muy respetable para el combate, vehículos, torretas ametralladoras, coberturas... Killzone 3 es un ejemplo de puesta en escena en todos los sentidos, aunque lamentablemente comienza a pesarle un nulo sentido por la variedad de situaciones en esta tercera entrega que en su momento no acabamos de percibir en su predecesor.

Toma de trincheras, asalto a edificios, defensa de posiciones no seguras, toma de bases sobre el agua... Sobre el papel todo parece infundir diversidad al conjunto Killzone, sin embargo las situaciones acaban siendo las mismas y tras tres entregas de la saga quizá comience a ser el momento de pensar en algunas fórmulas jugables que enriquezcan ese todo más allá de salpicar la acción de alguna ocasional secuencia de vehículos. Eso sí, obra en favor del programa los espectaculares combates contra jefes finales, muy escasos pero presentes al fin y al cabo. Ya había algunos enfrentamientos contra figuras prominentes en Killzone 2 para sazonar la recta final del videojuego, sin embargo en esta ocasión Guerrilla ha apostado por un sentido de la escala que va más allá del aumento de tamaño de los escenarios ya anunciado, y que se traduce también en algunos enfrentamientos épicos contra descomunales enemigos.

Visceral hasta la exageración. Killzone 3 va de sensaciones, y a la hora de transmitir la emoción del combate el juego de Guerrilla conoce pocos rivales.
Visceral hasta la exageración. Killzone 3 va de sensaciones, y a la hora de transmitir la emoción del combate el juego de Guerrilla conoce pocos rivales.

El que más trascendió en los prolegómenos del lanzamiento del juego fue el del combate contra el formidable MAWLR, muy promocionado por sus responsables, y para evitar innecesarios spoilers no mencionaremos ninguno más. Este desafío contra una bestia mecánica de cientos de metros de altura da una idea del aumento de prisma que experimenta el juego, con un combate a ras de suelo contra ella para comenzar y coronado con un épico enfrentamiento a lomos de aeronaves a su alrededor disparando a sus puntos débiles. Se trata de un único ejemplo, pero uno de grandes dimensiones, de la lucha del estudio nórdico a la hora de plantar cara a la monotonía que algunos atisban en el género shooter, y que con este tipo de situaciones adquiere en esta ocasión tintes de grandeza.

La IA enemiga, por último, vuelve a ser otro de los puntos fuertes de la experiencia como ya lo fue en su antecesor. Los Helghast, independientemente del tipo de tropa al que pertenezcan, son un enemigo realmente fiero; con importantes saltos en su comportamiento y agresividad en función del nivel de dificultad que escojamos entre los cuatro disponibles. Nuevamente nos rodearán, buscarán nuestra espalda y no se limitarán a estar atrincherados tras parapetos como en otros títulos de acción basados en el empleo de coberturas.

¿Vegetación en un Killzone? Sí... aunque al estilo Helghast. Guerrilla apuesta por inyectar variedad a los escenarios de la tercera parte.
¿Vegetación en un Killzone? Sí... aunque al estilo Helghast. Guerrilla apuesta por inyectar variedad a los escenarios de la tercera parte.

Meridiano de Sangre -Multijugador-
El multijugador de Killzone 3 no representa una gran revolución con respecto a lo que tuvimos ocasión de jugar en la anterior entrega, aunque es importante comentar detalles como que ahora tendremos un recorte en el número de jugadores simultáneos, siendo en esta ocasión 24 usuarios por los 32 de la secuela. Esto se debe a razones de diseño, ya que no fueron pocos los aficionados que se quejaron sobre un exceso de densidad de soldados en los mapas anteriores.

Por tanto estamos ante una remodelación que intenta aportar un mayor equilibrio a las partidas, con ocho mapas diferentes (en la jungla, en un cementerio, en un paisaje nevado...) que, eso sí, ahora se perciben más grandes y mejor planteados y diseñados para que cada jugador pueda aplicar con mayor éxito sus diferentes estrategias de batalla. En general, el trazado de los mapeados aporta no sólo diferentes alturas desde las que luchar, sino también infinitas posibilidades de movimiento con las que sorprender o perder a los enemigos que nos persigan.

Pero lo más destacado no es esto sino las modalidades de juego que Guerrilla ha puesto sobre la mesa en esta ocasión. En principio tres modos de juego online (Guerrilla Warfare, Warzone y Operations) que se complementan con un modo práctica “offline” (Botzone), ideal para familiarizarse con los controles, armas y mapas antes de acceder al calor de la batalla a través de los servidores de PlayStation Network y al reto extra que presentan los oponentes humanos.

Guerrilla Warfare, para un máximo de 16 usuarios, es la más clásica de las opciones de juego, que nos propone disputar partidas al estilo “Team Deathmatch” para acabar con todos los enemigos que podamos antes de que se agote el tiempo. Entendemos que no es el súmmum de la originalidad, aunque el hecho de -como explicaremos más adelante- conseguir puntos, ya motiva lo suficiente como para disfrutar de su tradicionalista planteamiento.

Warzone, por su parte, ya aporta algo más innovador en la serie, ya que además de ser la opción con más jugadores simultáneos (hasta 24), plantea la interesante mecánica de completar una serie de misiones, siempre tendentes a destrozar al adversario, que se van alternando de manera aleatoria. En definitiva, una modalidad donde siempre habrá que estar alerta, ya que incluso entre misión y misión habrá interludios en los que deberemos seguir intercambiando balas para nunca cejar en nuestro camino hacia la victoria.

Por último, Operations, también para 16 jugadores, realiza un enfoque más cinematográfico y narrativo si cabe, nutriendo con virtudes propias de la campaña individual/cooperativa a un modo donde se nos proponen misiones que contraponen continuamente a las fuerzas de los ISA y de los Helghast. Tareas de asesinato, de buscar y proteger, de capturar y mantener, de buscar y destruir... Son muchas las posibilidades de juego que se nos van planteando en la que, seguramente, sea la modalidad online más completa de las presentes.

El estilo cinematográfico no abandona a la acción ni a las secuencias de vídeo del videojuego. La sensación de protagonizar nuestra propia superproducción de acción y ciencia ficción está muy lograda.
El estilo cinematográfico no abandona a la acción ni a las secuencias de vídeo del videojuego. La sensación de protagonizar nuestra propia superproducción de acción y ciencia ficción está muy lograda.

No obstante, esto no quiere decir que el resultado final sea completamente satisfactorio. Tal vez se echen en falta más mapas (se promete que habrá más en forma de contenidos descargables de pago), además de algún modo de juego más fresco. Asimismo, es un aspecto muy negativo el hecho de que no tengamos cooperativo online -sólo existe el ya mencionado “offline”-, algo que explica la compañía asegurando que lo han hecho para que la experiencia no se resienta.

En cualquier caso, el multijugador de Killzone 3 aún dispone de varios alicientes para ser disfrutado, como un trabajado sistema de experiencia basado en aumentar nuestro rango a medida que obtenemos puntos aniquilando enemigos, realizando disparos a la cabeza, ejecutando muertes cuerpo a cuerpo, reviviendo aliados, etc. Todo con tal de conseguir “unlock points” ideales para desbloquear determinadas armas, técnicas o habilidades.

Relativo a las habilidades, comentar que cada una de las cinco clases (ingeniero, francotirador, táctico, soldado de asalto y médico) posee sus propias especialidades. Por ejemplo, el ingeniero es capaz de reparar vehículos y de activar torretas de autodefensa, mientras que el especialista en tácticas goza de la habilidad de crear nuevas zonas de regeneración en el mapeado y de desvelar posiciones enemigas cercanas. Aparte, es digno de mención que tenemos técnicas comunes a todos, como la mejora de armadura, el incremento de salud o la ventaja de llevar hasta dos armas primarias. Siempre a cambio de puntos, obviamente.

Si por algo destaca este Killzone 3 es por dotar a sus escenarios de una mayor variedad que el segundo capítulo de la saga.
Si por algo destaca este Killzone 3 es por dotar a sus escenarios de una mayor variedad que el segundo capítulo de la saga.

Pero si hay algo que destaque sobre el resto, es el armamento (fruto de la experiencia de Guerrilla durante estos años), aparte de granadas de fragmentación y minas de proximidad que se complementan con el uso de “jetpacks” y exoesqueletos, que marcarán la diferencia en las partidas.

Adicionalmente, se pueden crear clanes (para participar en torneos) y existe un gran repertorio de trofeos a coleccionar (la mayor parte de ellos relacionados con causar el mayor número de bajas con un arma específica). 3DJuegos fue informado en el evento de testeo del apartado multijugador celebrado en Londres que incluso será posible utilizar PlayStation Move en la faceta “online”, aunque todavía no se tiene muy claro en la compañía si se va a permitir jugar a estos usuarios en las mismas partidas que aquellos que utilicen el controlador tradicional. “Tenemos que ver cómo funciona la beta para tomar una decisión antes del lanzamiento”, nos comentó Hermen Hulst (Manager Director). En cualquier caso es muy probable que acaben restringiéndose las partidas para que exista una uniformidad en cuanto al empleo de un mismo dispositivo de control.

Hasta entonces, y para comprobar sus posibilidades, todos los usuarios de PS3 pueden participar en la nueva beta pública ya disponible. Así podrán comprobar que, como hemos tratado de transmitir en el texto, Killzone 3 no aporta un multijugador revolucionario, pero sí uno trabajado y que puede aportar un buen puñado de horas adicionales de diversión al que debería ser el motivo principal de compra del usuario: su campaña.

SharpShooter es el aparatoso dispositivo con el que podremos utilizar Move a modo de arma. El periférico se encaja en la parte superior.
SharpShooter es el aparatoso dispositivo con el que podremos utilizar Move a modo de arma. El periférico se encaja en la parte superior.

Universo de Pesadilla -Gráficos y Tecnología-
A nivel visual Killzone 3 continúa siendo el exponente visual que ya fue su predecesor, con una nueva muestra por parte de Guerrilla de su dominio de las entrañas de PlayStation 3. El videojuego mantiene las mismas líneas estéticas y artísticas de Killzone 2, en la que es una forma de trabajar muy continuista con respecto a su antecesor pero que se ve ampliada con acierto por algo de lo que adolecía la segunda parte: Nuevos tipos de escenarios.

En lo que sí ha progresado sensiblemente el videojuego es en su idea de transmitir una sensación de aumento de prisma fundamental. Ya durante el desarrollo del proyecto sus responsables advirtieron que los mapas serían más grandes que en el juego de 2009, merced al mayor dominio de las posibilidades de la consola de Sony, así como al empleo de secuencias cinemáticas inteligentemente situadas en puntos del juego para enmascarar tiempos de carga intermedios.

Una de las elecciones artísticas más discutidas de la segunda parte fue, de hecho, la de que la campaña individual se desarrollaba en unos entornos excesivamente similares entre sí. En Guerrilla han decidido apostar por cambios severos en este campo para la nueva entrega, cambios que, como decimos, tiñen de diversidad los decorados salpicándolos de nieve o de alienígena y sorprendente vegetación por mencionar sólo un par de casos.

A nivel más concreto hay que destacar entre lo positivo lo rotundo de los decorados y lo bien recreados que están, el fenomenal trabajo llevado a cabo sobre los personajes y especialmente sobre sus rostros, y el aumento en la hasta ahora algo estricta gama cromática de la saga con esta tercera parte. En lo no tan bueno hay que mencionar casi únicamente la calidad de las texturas, un mal habitual en el género de acción por el que no se puede castigar al juego de Guerrilla en particular, pero sí un elemento reseñable especialmente a modo comparativo, puesto que si bien hay en el propio juego algunas de un nivel de detalle cuidadísimo, hay otras que deberían hacerles plantearse a sus responsables un tratamiento de éstas más uniforme.

En lo más puramente tecnológico hay que recalcar varios aspectos. En primera instancia los efectos lumínicos vuelven a ser sobresalientes, aportándole al título que nos ocupa ese look oscuro tan particular y al mismo tiempo característico del que ya desde sus inicios hizo gala. El segundo de ellos es la fluidez en la tasa de imágenes por segundo que exhibe casi todo el tiempo el juego, con una pantalla atestada de personajes, efectos lumínicos, fuego y explosiones. La mayor parte del tiempo es así, pero en algunos momentos esporádicos sí hemos percibido caídas importantes que enturbian algo el conjunto. Especialmente notorio, sin embargo resulta esta incidencia en la vertiente cooperativa a pantalla dividida, donde el juego lidia con los dos personajes en movimiento y parece sufrir serios problemas.

Por otra parte Killzone 3 es uno de los primeros videojuegos en aprovechar las 3D, y lo único que tenemos que comentar es que nos ha parecido uno de los mejores aprovechamientos de esta técnica visual que hemos tenido la ocasión de probar hasta el momento. No aporta nada especialmente novedoso a la jugabilidad, pero sí que causa impacto visual el contemplar el escenario de batalla en múltiples planos de profundidad, destacando los momentos en que apuntamos con nuestra arma o, sobre todo, cuando vamos montados en el exoesqueleto.

El multijugador de Killzone 3 continúa mejorando poco a poco la fórmula de Guerrilla. Menos jugadores simultáneos, pero más intensidad en los mapas.
El multijugador de Killzone 3 continúa mejorando poco a poco la fórmula de Guerrilla. Menos jugadores simultáneos, pero más intensidad en los mapas.

Por lo que respecta al audio hay que volver a incidir una vez más en que el videojuego atesora los grandes réditos sonoros de los que tradicionalmente se enorgullecen los productos que distribuye Sony. La banda sonora es épica e inspiradora, con una orquestación fantástica y con chispazos de verdadero talento. Los efectos sonoros son tan estruendosos como cabía esperar, con un 7.1 verdaderamente glorioso. En cuanto al doblaje a nuestro idioma debemos adelantar que la copia facilitada por Sony a la revista está en versión original, con unas voces extraordinarias en inglés hemos de decir, de modo que en el momento en el que se nos facilite una versión en nuestro idioma actualizaremos el texto con la nueva información, manteniendo de momento la nota sonora en un merecido 10.

Destello y Trueno -Conclusiones-
¿Qué es Killzone 3? Principalmente una de las más redondas experiencias de shooter en primera persona que se pueden encontrar en estos momentos en PlayStation 3, y como franquicia la auténtica punta de lanza de Sony para un tipo de catálogo en el que hace sólo unos años no tenía ningún referente y para el que ahora cuenta con una saga de calidad contrastada. Un verdadero vende-consolas destinado al siempre exigente público hardcore, que no riñe la calidad y la intensidad con unos fantásticos réditos comerciales.

Los efectos de luz contribuyen a dotar de mucha personalidad al videojuego, especialmente en lo tocante a las situaciones. Mucho más variadas en esta ocasión.
Los efectos de luz contribuyen a dotar de mucha personalidad al videojuego, especialmente en lo tocante a las situaciones. Mucho más variadas en esta ocasión.

La tercera entrega de las series es, en algunos elementos, la mejor de las tres. Tras el discreto original y la sobresaliente secuela, un videojuego francamente redondo que se mantiene estable en lo visual pero que aporta profundas mejoras jugables que lo convierten en un videojuego muy recomendable. Los añadidos al arsenal, a los vehículos, la incorporación de los Jet-Packs, la mejora en el procedimiento de coberturas o el aditivo de una modalidad cooperativa enriquecen muy mucho una jugabilidad que ya en su predecesor era sobresaliente, aunque el paso del tiempo con respecto a éste -2 años- y el hecho de que algunos elementos que debutan no cuenten con el acabado esperado -cooperativo limitadísimo, coberturas más sencillas, variedad de escenarios estéril a efectos jugables...-, nos obligan a puntuar la tercera parte algo por debajo de la segunda.

De hecho, y al hilo del afán de cambio y mejora, en el análisis de Killzone 2 que se publicó en febrero de 2009 uno de los elementos más polémicos de la review fue la puntuación de innovación, lastrada con todo merecimiento por un excesivo continuismo con respecto a la primera entrega de PlayStation 2, y es que más allá del lógico avance tecnológico experimentado por el salto a la última consola de sobremesa de Sony, no había grandes cambios o aportaciones en lo jugable. Killzone 3, por el contrario, ofrece una de cal y una de arena: Es decir estamos ante un título muy continuista en cuanto a lo tecnológico o conceptual, pero que al mismo tiempo sí que oferta elementos como los descritos del empleo de Move, el soporte tecnológico 3D, el debut de un modo cooperativo y los Jet-Packs, por mencionar únicamente tres ejemplos, hacen que el juego gane algunos enteros en este campo. Son factores innovadores, en efecto, sin embargo no acaban de proyectarse en el apartado jugable como deberían, recortando de algún modo una diversión que marchando ya por la tercera entrega de una saga que no acaba de ubicarse del todo, comienza a resentirse.

Killzone está de vuelta y la tercera parte es una nueva oportunidad de comprobar el gran estado de salud de la saga.
Killzone está de vuelta y la tercera parte es una nueva oportunidad de comprobar el gran estado de salud de la saga.

Killzone 3 es, en definitiva, un videojuego tremendamente completo. Una campaña sensacional, de unas diez horas, que cuenta con cooperativo local y que ya la disfrutemos solos o acompañados oferta un entretenimiento de altura: Tan cinematográfico o más que su predecesor, muy en la línea del característico y maravilloso estilo hollywoodiense que destilan muchas de las producciones de Sony para sus videoconsolas. Todo ello viene apoyado por unos valores de producción extraordinarios, y también, y lo que es más importante, por un multijugador así mismo francamente bueno, quizá algo estándar y convencional y en el que definitivamente echamos en falta la vertiente on-line de su cooperativo, pero muy efectivo en su intención de multiplicar exponencialmente el número de horas que pasaremos con el juego.

La última joya de Guerrilla consolida definitivamente la fortaleza de este estudio europeo como uno de los grandes referentes del género de acción. Habiendo encontrado un equilibrio perfecto entre carisma, jugabilidad, dispendio tecnológico y sensibilidad comercial muy cuidada. Extraordinarias noticias, por lo tanto, para los aficionados a PlayStation 3, no sólo por contar con una nueva joya para su catálogo, sino por esperar con ansia los próximos años para ver cómo comienzan a insuflar todavía más vida a la franquicia con inéditas incorporaciones jugables que hagan las delicias de los fans y hagan progresar a la marca Killzone como esperamos de ella.

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Killzone 3

Por: El equipo de 3DJuegos
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Killzone 3 es un nuevo y sobresaliente shooter para PlayStation 3 y, por ende, una oportunidad difícilmente mejorable de disfrutar en la consola de Sony de una acción tan espectacular y cinematográfica como sólo ellos saben hacer. Faltan algunos elementos de chispa e ingenio en lo último de Guerrilla, elementos que nos conquistaron en la segunda parte pero que quizá empiecen a sonar algo repetitivos en esta tercera. Sin embargo estamos ante un formidable juego de disparos en primera persona que nos traerá consigo innumerables horas de entretenimiento con una oferta de lo más compacta.

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