Análisis de Twisted Metal

Análisis de Twisted Metal
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¿Que el mercado no tiene sitio para un juego de velocidad y acción frenético? Twisted Metal está aquí para demostrar lo contrario con un juego que dista bastante de sus geniales predecesores en cuanto a calidad, pero que ofrece un tipo de experiencia salvaje y alocada que no se ha prodigado mucho en los últimos años.

Tras un desarrollo larguísimo y no exento de polémica, por fin David Jaffe y el resto de su equipo tienen a punto la nueva entrega de Twisted Metal: que supondrá el debut de la saga de velocidad y combates en PlayStation 3. Quizá la expectación alrededor del proyecto no ha sido la de otros grandes lanzamientos Triple-A, y es que el género de la velocidad en general no pasa por su mejor momento y en su rama de la acción en particular todavía menos, pero el lanzamiento merece enorme respeto no sólo por lo que parecía apuntar durante su desarrollo sino también por la enjundia de la saga al completo.

Ahora, con el videojuego en su versión final en las manos, asistimos a un lanzamiento más que notable de la franquicia en la actual generación de videoconsolas. Un juego que no trascenderá, pero que sí hace un efectivo retrato en clave del año 2012 de la fórmula de los primeros lanzamientos de la saga. Acción a raudales, modos multijugador muy divertidos y una duración general muy respetable para un título divertido en el más puro sentido de la palabra.

El Segundo es... El Primero de los Perdedores
El enigmático Calypso lo ha vuelto a hacer. La competición Twisted Metal que organiza está de nuevo de actualidad, y es que las fenomenales guerras de vehículos que acaban convertidas en verdaderas batallas campales vuelven a la primera plana para recorrer el mundo destrozando las carrocerías de todo aquel que no venza en cada una de las pruebas.

La premisa argumental, como cabía esperar, es tan débil como siempre lo ha sido en la franquicia. No hace ninguna falta, de hecho, todo lo que importa en Twisted Metal tiene que ver con lo que se desarrolla sobre el asfalto, con el olor a gasolina y con las descomunales armas que se adhieren a los vehículos que manejaremos. Experiencia jugable frenética en estado puro, con un nivel de velocidad, de histeria y de locura a la altura de los predecesores de la IP.

Pese a ese énfasis en todo lo que tiene que ver con el juego, Eat Sleep Play ha hecho el esfuerzo por incorporar también una historia algo más desarrollada de lo que era tradición en la franquicia. El esfuerzo se revela como inútil a los pocos minutos, y el empleo de actores reales para las cinemáticas es una decisión muy ambiciosa por parte de sus responsables, pero también tremendamente arriesgada que no acaba llegando a buen puerto. ¿Su importancia? Como es lógico es minúscula, y está muy lejos de lastrar la experiencia del usuario y, por lo tanto, la nota final, pero ese look a caballo entre el cómic y el cine de serie B que parece beber directamente de la puesta en escena de Sin City (sin su llamativo blanco y negro) no le hace ningún favor al videojuego a pesar de su indiscutible capacidad para llamar la atención.

Twisted Metal es diversión de la vieja escuela en estado puro. Un videojuego que disparará  nuestra adrenalina.
Twisted Metal es diversión de la vieja escuela en estado puro. Un videojuego que disparará nuestra adrenalina.

En cuanto a los protagonistas, regresan Sweet Tooth, Mr. Grimm y Doll Face, cada uno de ellos secundados por todo un ejército de seguidores que componen bandas de lo más peligroso. De este modo David Jaffe y compañía han optado por sustituir la más numerosa cantidad de protagonistas de los anteriores Twisted Metal por este grupo más compacto de sólo tres, que en el multijugador se amplían a cuatro. Esto tiene varias implicaciones en el juego: la primera de ellas es que la campaña se divide en idéntico número de grandes volúmenes (uno para cada protagonista), y que con cada uno de los (anti)héroes tendremos acceso a todos y cada uno de los vehículos. Una libertad hasta ahora desconocida en la IP.

Así pues el modo individual del juego forma una suerte de triunvirato con los papeles de los personajes principales, cada uno de ellos protagonizando campañas de diferentes dificultades y todas ellas coronadas por enfrentamientos contra gigantescos jefes finales que nos pondrán las cosas muy difíciles y que en algunos casos son geniales. Tres campañas que, en definitiva, son interesantes aunque no brillantes por algunos problemas de acabado, de IA y de cierta monotonía a medio plazo; pero que sirven como buen calentamiento para el multijugador: la verdadera esencia del programa.

Las cinemáticas están ejecutadas con actores reales en un estilo muy cómic que encaja con el juego, pero que no ofrece grandes resultados narrativos.
Las cinemáticas están ejecutadas con actores reales en un estilo muy cómic que encaja con el juego, pero que no ofrece grandes resultados narrativos.

Caos a la Carta
Como en otras ramas de la velocidad más profundas, el sistema de manejo de Twisted Metal puede parecer algo complejo en primera instancia y, de hecho, puede también dar la sensación de resultar mucho más complejo de lo que en realidad es. Y es que el juego de David Jaffe tiene una densidad en su manejo muy alejada de lo que es tradicional en un título de conducción arcade, algo que se deriva de la combinación de conducción y disparos que tiene el videojuego, y a lo que puede lucharse únicamente con un planteamiento que quizá debió ser algo más intuitivo.

Pese a ello al cabo de unas cuantas partidas ya tendremos un dominio total sobre nuestro vehículo hasta convertirlo poco menos que en una extensión de nuestro cuerpo en las pistas del juego. El manejo, por supuesto, no trata de ser realista ni muchísimo menos, y prima la espectacularidad, la maniobrabilidad y la posibilidad de llevar a cabo acrobacias imposibles sin despeinarnos sobre cualquier otro tipo de consideración. Lógicamente la motocicleta de Mr. Grimm es mucho más veloz y ágil que el camión, pero también es menos resistente y, por ejemplo, el helicóptero que debuta y es el más frágil de todos los vehículos que se ofertan pero también es el que atesora la mayor movilidad. Otros como el carrito de los helados de Sweet Tooth se llevan la palma, y es que éste es capaz de convertirse en un robot al más puro estilo Transformers.

Y es que Twisted Metal es un arcade de la vieja escuela en el más puro sentido de la palabra, y a pesar de que cada vehículo tiene sus particularidades lo cierto es que en todos ellos hay una tónica común: la maniobrabilidad máxima y lo letal de su arsenal. Entre las armas destacan los misiles teledirigidos a los que podemos otorgar cualquier blanco y sencillamente dispararlos, los misiles normales que necesitan apuntarse de forma manual, las ametralladoras que dispararemos cerca de los oponentes para maximizar el daño o el Napalm que necesitará pulsar de su control en el momento adecuado para dejar caer su combustible contenido sobre nuestros contendientes. Algunos de los coches, por otra parte, tienen algunas habilidades especiales como la ametralladora del Death Warrant o la sierra mecánica arrojadiza del Reaper, y es en el manejo de sus particularidades donde más compleja se volverá la experiencia del juego y también donde más recompensa obtendremos de su dominio.

No sólo hay armas y artefactos fantásticos para los vehículos, sino también increíbles transformaciones.
No sólo hay armas y artefactos fantásticos para los vehículos, sino también increíbles transformaciones.

La mayor diversión del juego viene en gran medida por la variedad del arsenal, que se complementa además de con las mencionadas otras mecánicas que regresan de los originales como el escudo, las minas, etcétera... Todas ellas agotarán con su uso una barra de resistencia que se recargará con el tiempo. No todas utilizan los mismos tiempos de recarga, de modo que tendremos que ser especialmente cuidadosos con las armas más potentes.

Las habilidades y todas las armas funcionan francamente bien, aunque algunas mecánicas de autoapuntado presentan algunos problemas de precisión que pueden resultar bastante frustrantes en los momentos más insospechados. No obstante haciendo click con el stick derecho podemos cambiar entre blanco y blanco de disparo, algo que nos permitirá un agradecido plus de exactitud cuando la IA no haya seleccionado correctamente el enemigo que deseábamos. Es con el variado uso del arsenal como más brilla Twisted Metal y como más divertido resulta, sin embargo también obtenemos muy buenos réditos en cuanto a entretenimiento con los cuidados escenarios y sus enormes posibilidades.

Twisted Metal es un juego que apuesta fuertemente por volver a las raíces de la saga.
Twisted Metal es un juego que apuesta fuertemente por volver a las raíces de la saga.

Cada uno de ellos tiene sus particularidades, y en líneas generales son agradables de explorar, lo que es precisamente lo que se le debe exigir a un título de estas características. En este sentido la interacción con el entorno que detallaremos más adelante en los apartados tecnológicos hace un muy buen trabajo a la hora de convertir los escenarios en algo completamente impredecible, dado que podemos arrasar montones de partes del decorado: mobiliario urbano que volar por los aires, puertas a echar abajo en los edificios más resistentes o incluso casas enteras que derribar por completo.

Diversión en Estado Puro -Multijugador-
La campaña individual de Twisted Metal está ahí, y hace su trabajo con solvencia, aunque con su más bien irregular esfuerzo narrativo y con una propuesta que en solitario puede resultar algo repetitiva pierde algo de interés en comparación con el multijugador. Es en la vertiente on-line del juego de Eat Sleep Play donde más brilla su fórmula, y también donde se compensan las debilidades de un modo historia que también es bastante breve pero que cuenta con el atractivo extra de que puede superarse a pantalla dividida junto con otra persona.

El manejo de los bólidos es cómodo con unas cuantas partidas, aunque al comienzo puede atragantársenos.
El manejo de los bólidos es cómodo con unas cuantas partidas, aunque al comienzo puede atragantársenos.

El resto de modalidades son las competitivas, y aquí también podemos disfrutar de la experiencia de disfrutarlas en la misma consola con hasta cuatro mandos para enfrentarnos en los geniales Combates a Muerte que disfrutaremos. Aquí la oferta no es demasiado ingeniosa o audaz, pero sí ofrece un entretenimiento fantástico para los mencionados cuatro usuarios en juego local o 16 a través de internet y también para las opciones LAN, todas ellas alternativas donde los usuarios solventan los problemas de una inteligencia artificial que en el modo historia está demasiado obsesionada con acabar con nosotros (hasta el punto de olvidarse de competir).

Hay aquí modos de combate a muerte y combate a muerte por equipos, otro del Último Hombre en Pie y su variante por equipos, así como el de Cacería y Cacería por equipos, donde tenemos que acabar con el jugador que se señale al comienzo de la partida haciendo que su asesino sea el siguiente objetivo a batir. En última instancia queda otro por equipos algo más táctico, Arma Nuclear, donde los grupos se alternan los roles de bando ofensivo y defensivo en un planteamiento muy alocado que hará las delicias de los aficionados a este tipo de partidas.

El único aspecto que priva a Twisted Metal, de momento, de ser mucho más rotundo en su vertiente on-line son los problemas que han rodeado al juego en cuanto a sus incidencias e inconsistencias de estabilidad. El juego tiene la desagradable costumbre de echar de la partida en los momentos más insospechados a algunos de los jugadores que la forman, algo que desde Eat Sleep Play se prometió que se corregiría en una serie de parches que se han ido lanzando pero que todavía no han dado con la solución del problema. La experiencia es fluida, pero los errores de conexión que esporádicamente la sacuden con fuerza le restan muchos enteros y confiamos en que se solventen lo antes posible.

La experiencia en puntos que obtendremos en las diferentes partidas se convierte también en elemento diferencial a la hora de seguir enganchados al juego. La obtendremos siempre que disputemos partidas igualadas, y nos permitirá desbloquear coches inéditos, nuevas armas e incluso skins para los personajes. Todo ello nos permitirá personalizar mucho la experiencia, y saca partido de la ruptura de la vinculación que la saga solía mostrar entre vehículos y personajes para ofrecernos una libertad total en cuanto al bólido y su armamento.

Los vehículos más insospechados nos esperan en Twisted Metal, donde todos tienen un punto en común: son letales.
Los vehículos más insospechados nos esperan en Twisted Metal, donde todos tienen un punto en común: son letales.

Tan Retorcido como su Propio Nombre -Gráficos y Tecnología-
El absoluto caos de Twisted Metal tiene un muy notable acabado visual que traslada perfectamente la locura de su propuesta a una estética no asombrosa pero sí lo suficientemente efectiva.

Entre lo positivo se cuenta principalmente un buen modelado de vehículos y personajes, con los habituales diseños surrealistas de la saga en unos trabajos que homenajean claramente a los originales en los coches que repiten y no son demasiado imaginativos en los que debutan. Pero todos cuentan en común con una calidad más que notable para texturas, carga poligonal y en su capacidad para reflejar la destrucción de los cruentos combates del juego.

En cuanto a los escenarios, y salvo el hecho de que pueden parecer algo vacíos, las conclusiones también son bastante positivas, y es que vienen revestidas además de un tratamiento tecnológico fantástico que los hace tremendamente destructibles en la que es una capacidad muy poco habitual del género de la velocidad. No todas las partes del decorado pueden venirse abajo pero sí las más lógicas, con algunos momentos fantásticos como los que nos permiten destruir por completo las estructuras más endebles como, por ejemplo, las viviendas unifamiliares más pequeñas.

Trampas, minas, enemigos obsesivos... ¡El universo de Twisted Metal conspira constantemente contra ti!
Trampas, minas, enemigos obsesivos... ¡El universo de Twisted Metal conspira constantemente contra ti!

Lo más puramente tecnológico completa estos entornos con plena interacción por nuestra parte con una iluminación muy lograda, unos efectos visuales fantásticos y un tratamiento de facetas como, por ejemplo, el humo sensacionales. Todo ello conforma un apartado tecnológico que supera con creces al visual y que está acompañado, por si fuera poco, de una tasa de imágenes por segundo tan alta y estable como exige un videojuego de estas características... Lamentablemente el pobre acabado de las funciones on-line del juego le resta algunos puntos a este campo.

En cuanto al audio el juego llega a nuestro país completamente traducido y doblado con un nivel bastante bueno, aunque las voces no tienen una presencia preeminente en el conjunto sonoro. Lo que sí tiene una mayor importancia es la banda sonora, con un buen puñado de temas licenciados entre los que destacan los de Rob Zombie, Iggy Pop o Wolfmother.

Muy Bueno

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Twisted Metal

Por: El equipo de 3DJuegos
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Twisted Metal es diversión de la vieja escuela en estado puro, en un título que no busca sorprender a nadie sino únicamente ofrecer un buen rato de entretenimiento rápido y gamberro. Acción condensada hasta extremos insospechados en un videojuego que flojea algo en una campaña individual algo breve y meramente correcta, pero que brilla hasta convertirse en un lanzamiento muy interesante gracias a su potente multijugador.

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