Análisis de Rock of Ages

Análisis de Rock of Ages
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¿Qué tienen en común personajes históricos como Carlomagno, Leónidas, Da Vinci o Napoleón Bonaparte? Muy sencillo. Que todos van a ser aplastados por una enorme roca en este loco y divertido título que combina como nadie las carreras, plataformas y la estrategia con un resultado muy satisfactorio.

Cargar con una pesada roca durante el resto de nuestros días es un castigo insufrible. Que se lo digan al pobre Sísifo, que días tras día debía realizar esta tarea a través del Hades a sabiendas de que al final, la roca rodaría de nuevo hacia abajo. ¿Pero qué pasaría si este desdichado usara el objeto de su tormento como arma frente a sus enemigos? Con este punto de partida tan divertido, los creadores del notable Zeno Clash, ACE Team, nos ofrecen este original y alocado juego que combina lo mejor de los típicos títulos de estrategia de defensa de torres o los plataformas basados en la velocidad estilo Super Monkey Ball con un resultado que, sin ser perfecto, logra encandilar.

Rodar y aplastar
Divertido como pocos, Rock of Ages nos pone en la piel de la gran roca que ha acompañado durante años a Sísifo en su paso por el inframundo. Un tortuoso viaje que continuará a lo largo de nuestra historia enfrentando a este personaje de la mitología griega a figuras históricas como Carlomagno, Leónidas, María Antonieta, Julio II o Napoleón Bonaparte, por citar algunos, a través de una sucesión de batallas rematadamente locas. Y es que nuestra única arma ofensiva, que tendremos que usar para tirar abajo las puertas de la fortaleza enemiga y así aplastar a su señor, será la citada roca a la que deberemos guiar a través de 23 niveles cada vez más grandes y complejos.

Cada uno de estos niveles, construidos a modo de espejo, nos planteará aplastar al rival antes de que éste haga lo propio con nosotros en una especie de locas carreras en las que saltaremos abismos, arrollaremos a civiles indefensos y esquivaremos las defensas establecidas por el contrario en su intento por frenar nuestros avances. En este sentido, la acción se encuentra claramente diferenciada en dos partes. Por un lado, los momentos de acción en los que controlaremos directamente a la roca, y por otro, los momentos de pausa en los que, mientras esperamos a que se construya una nueva roca, podremos ir fortificando el terreno con un variado repertorio de sistemas defensivos que adquiriremos con el dinero ganado al derribar obstáculos y enemigos con la roca, a cambio de que ésta vaya perdiendo masa hasta el punto de poder ser destruida, aunque es algo difícil de ver.

Podemos mejorar nuestra roca, previo pago, para que aumente su fortaleza, incinere a los enemigos, e incluso pueda realizar un segundo salto en el aire.
Podemos mejorar nuestra roca, previo pago, para que aumente su fortaleza, incinere a los enemigos, e incluso pueda realizar un segundo salto en el aire.

Catapultas, torres defensivas, grandes mamuts, bombas, corrientes de aire que frenarán a nuestra roca… las opciones con las que nos encontraremos resultan muy variadas y útiles, pero éstas jugarán más un papel de incordio que de auténticas armas defensivas. Sobre todo por culpa de la capacidad de salto con la que cuenta la roca, que le va a permitir esquivar a la gran mayoría de sistemas defensivos sin demasiados problemas. No obstante, contamos con las herramientas necesarias como para crear barreras prácticamente inexpugnables que pondrán de los nervios al rival. Sobre todo si usamos cada elemento con cabeza y los ubicamos correctamente sobre el tablero de juego. Un tipo de estrategias que en las partidas multijugador contra otro usuario (a través de Internet o a pantalla dividida) le dan mucha vidilla al título, que cuenta además con otra modalidad de juego competitiva que nos sumerge en emocionantes carreras en las que habrá que conseguir mejor puntuación que el contrario.

Dicho esto, y aunque a nivel estratégico el juego podría haber sido mejor explotado, hay que reconocer que las opciones que se nos brindan resultan francamente altas. Así, tendremos que estudiar bien el terreno e intentar intuir por dónde avanzará el enemigo teniendo en cuenta los posibles caminos secundarios o la orografía del terreno. Lo que no nos ha gustado es que el juego a veces pone las cosas muy difíciles, por ejemplo, al permitirnos establecer la dirección de una catapulta solo en cuatro posiciones, lo que significa que en algunas ocasiones, dependiendo del terreno, no podremos construirlas porque no dispararán hacia donde queremos que disparen.

Los combates contra los jefes de final de fase, aunque escasos, ofrecen algo de variedad al desarrollo de la acción.
Los combates contra los jefes de final de fase, aunque escasos, ofrecen algo de variedad al desarrollo de la acción.

En cuanto al control, éste responde muy bien en los momentos en los que guiamos a la roca, destacando además por el gran realismo con el que se ha trabajado su física. Así, notaremos su enorme peso al saltar, la gran distancia de frenado que hace falta cuando rueda a gran velocidad y, en general, lo difícil que resulta maniobrar con todo un peso pesado como éste. La parte estratégica, sin embargo, ofrece un resultado dispar al presentar menús muy claros en lo que respecta a la adquisición de los elementos defensivos, pero fallar a nivel de precisión cuando toca ubicarlos sobre el tablero con un controlador. Algo que no ocurre cuando jugamos con teclado y ratón, ya que entonces todo funciona a las mil maravillas.

Por último, no podemos terminar este análisis sin destacar lo brillante y socarrón que resulta el título a nivel audiovisual. En primer lugar, por el magnífico diseño de los circuitos por los que competiremos, cada uno de ellos presentando siempre nuevos elementos defensivos a esquivar mientras todo se adapta a la época histórica por la que nos movemos al son de piezas clásicas como el Requiem de Mozart – Dies Irae. Pero sin duda, la joya de la corona son las secuencias cinemáticas de presentación de cada batalla en las que será inevitable no reírse ante los homenajes a películas o videojuegos.

Muy Bueno

Sin sello

Rock of Ages

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Original, divertido y muy adictivo. Combinando con gran acierto la estrategia con la acción y las plataformas, Rock of Ages se revela como un título muy recomendable al que le ha faltado otorgar un mayor protagonismo a los elementos defensivos, que al final le impiden ofrecer una experiencia de juego más variada y desafiante de la que ya tiene.

Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración:
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