Assassin´s Creed: Impresiones jugables

Assassin´s Creed: Impresiones jugables
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Corren malos tiempos en Tierra Santa. La Tercera Cruzada está en pleno apogeo y los desórdenes por asesinato son tan frecuentes como los rezos que se practican en las grandes urbes. Sin embargo, puede que detrás de un asesino templario se esconda un personaje con un atormentado pasado. El Hitman de la Edad Media se acerca hasta nosotros y es tan despiadado como el filo de su espada.

Assassin's Creed lleva haciendo ruido ya desde hace algún tiempo. Acompañado por la inseparable figura de Jade Raymond, el videojuego desarrollado desde las oficinas de Ubisoft Montreal va adquiriendo su forma final, siendo muy posible que en los próximos días alcance ya el estado Gold que lo prepare para su puesta en marcha hacia las diversas tiendas europeas allá por el mes de noviembre. ¿La razón de pensar esto? Que nosotros ya lo hemos podido palpar a los mandos de una Xbox 360, con tantas localizaciones por recorrer que todavía tenemos la sensación de estar a lomos del caballo de Altair.

Ambientado en las históricas ciudades de Jerusalén y Acre, entre otras, la trama nos lleva hasta el corazón de las denominadas como Cruzadas, guerras religiosas que protagonizaron musulmanes y cristianos en favor de encontrar un lugar de peregrinaje y representación dentro del mundo. Allí es donde se situará Altair, miembro de una organización secreta que media para buscar la paz durante la Tercera Cruzada en Tierra Santa, intentando resolver el conflicto con una serie de selectos y certeros asesinatos.

Un templario de instinto asesino
A lo largo de su aventura llevará las indumentarias propias de un templario e intentará gracias a ellas camuflarse entre una caótica muchedumbre, realizando un rezo si es necesario. Para alertarnos de la posibilidad de que detecten nuestra presencia, un indicador en una de las esquinas de la pantalla nos mostrará el grado de peligro que corremos. A lo largo de los vastos territorios que comprende el videojuego habrá muchos guardias, y estos tenderán a sospechar sobre nosotros si es que no nos comportamos como deberíamos.

A vista de pájaro. Muchas veces tendremos que escalar a los puntos más altos de la ciudad para divisar mejor nuestros próximos objetivos. Desde allí, además, nos deleitaremos con la profundidad gráfica de uno de los videojuegos más bellos del catálogo “next-gen”. La grandiosa representación histórica de ciudades como Jerusalén bien merece por sí misma el probar este título.
A vista de pájaro. Muchas veces tendremos que escalar a los puntos más altos de la ciudad para divisar mejor nuestros próximos objetivos. Desde allí, además, nos deleitaremos con la profundidad gráfica de uno de los videojuegos más bellos del catálogo “next-gen”. La grandiosa representación histórica de ciudades como Jerusalén bien merece por sí misma el probar este título.

Por ejemplo, subirse a las fachadas de los edificios no será algo que sea tomado como algo normal. Incluso los transeúntes de la fielmente reflejada Jerusalén se percatarán de ello y armarán alboroto para que los guardias salgan a por nosotros. La acción de Assassin's Creed no habrá hecho nada más que comenzar. Trepando por la ciudad e intentando escapar de las atentas miradas, realizaremos tantas acrobacias como nuestro pad nos permita. Realmente, la variedad e intuitividad de manejo, a pesar de ser algo automática, nos obsequiará con un alto repertorio de acciones que irán desde escalar a saltar entre edificios, sin tener en cuenta que podremos lanzarnos desde el punto más alto de la ciudad y caer sobre un carro de paja que, además de amortiguar la caída, hará que el enemigo nos pierda de vista.

Confundiéndonos entre la multitud
Escapar de los ojos de los guardias será algo que estará a la orden del día y que haremos más fácilmente cuando nuestro indicador se vuelva amarillo. En ese momento, podremos estar seguros de que hay algo en nuestro entorno que nos permitirá escapar: un banco en el que sentarnos, una pequeña tienda tapada por telas... Cualquier cosa podría valer para que podamos salir de nuevo a la ciudad como si nada hubiera pasado. Después de varios intentos lo logramos, pero esta vez decidimos salir de Jerusalén, coger nuestro caballo y explorar los largos caminos que nos llevaban a Acre. El escenario se mostraba precioso, con un paisaje de desniveles, montañas y diversas ornamentaciones en forma de edificios, puestos de vigilancia y murallas.

Raramente habíamos visto antes una representación tan bella e históricamente bien representada como en el caso de Assassin's Creed. Realmente, apetece perderse entre los numerosos campos de este videojuego a lomos de un incansable caballo que correrá al galope gracias a unas animaciones también muy cuidadas. Por nuestras primeras sensaciones en este sentido, podemos aventurar que el videojuego será enorme, teniendo como consecuencia directa que la exploración tomará un importante papel. La lucha tampoco se quedará atrás, y nos hará bajarnos de nuestro caballo para que hasta cinco enemigos se sitúen a nuestro alrededor con la intención de atacarnos.

Altair, el Hitman de la Edad Media
En ese momento desenvainaremos la espada y encararemos al enemigo, manteniendo siempre bien protegida nuestra espalda y reaccionando con el botón preciso para realizar un ataque por sorpresa o para contraatacar ante la insolencia de un soldado. Hemos de recalcar que la violencia en este sentido es notable, dotando si cabe de mayor emoción a unos enfrentamientos que tendrán su particular ambientación en forma de música, golpes de espadas, insultos y provocaciones. Pero en las urbes habrá mucho más que hacer, y lo menos inteligente será ponerse a luchar, sobre todo sabiendo que nunca pararán de venir soldados de apoyo que al final terminen por acabar con nuestra vida.

Deambular por las ciudades ya es una distracción en sí. Los entornos están vivos y, en particular, el enclave de Jerusalén, que es donde nos tocó jugar a nosotros. Cada uno de los habitantes tiene algo que hacer, desde pedir limosna hasta mantener conversaciones que podremos espiar. Los ciudadanos responderán a nuestros actos con total realismo, no permaneciendo impasibles ante el hecho de que, por ejemplo, intentemos arrebatarles unos mapas o documentos del bolsillo, cosa que también será posible.

Infinitas posibilidades para un videojuego que se muestra muy abierto y dispuesto para colocarse en nuestras ansiosas manos dentro de unas pocas semanas. El Hitman de la Edad Media promete convertirse en uno de los personajes más aclamados del año.

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