La próxima generación está ya aquí, y ha llegado para demostrarnos cómo puede cambiar ciertos géneros. En particular, estábamos muy expectantes por la forma en que podrían evolucionar los juegos de conducción. Pues bien, los desarrolladores de Turn 10 nos dan un gran ejemplo con Forza Motorsport 5, que sin alejarse de su espíritu simulador, se esfuerza por mejorar en todas sus facetas. Te lo contamos subidos en un McLaren P1 desde el E3.
No ha transcurrido mucho desde la llegada de Forza Motorsport 4, estrenado en noviembre de 2011. Sin embargo, el margen de tiempo parece que va a ser suficiente como para que los desarrolladores de Turn 10 nos hagan experimentar un cambio generacional en lo que al género de la conducción se refiere. Su próximo videojuego, Forza Motorsport 5, así nos lo ha demostrado en el presente E3, con una versión jugable que en 3DJuegos ya hemos tenido la oportunidad de probar.
¿Nuestra principal conclusión? Que el videojuego conserva la filosofía que vio nacer a la licencia: permitirnos conducir los coches de nuestros sueños. Y no es que los diseñadores puedan en este punto desvelarnos cuantos modelos vamos a tener, aunque sí que nos han confirmado que serán muchos y muy variados. "Aún nos encontramos en pleno proceso de desarrollo", nos sentenciaba uno de los responsables mientras añadía que este es el trabajo más ambicioso de la saga.
Conducción de nueva generación
Por tanto, queda claro que nos hallamos ante un lanzamiento (recordemos, disponible desde el primer día en Xbox One) que rinde culto al mundo de la automoción, manteniendo por supuesto el modo Forzavista, que nos faculta para pasearnos alrededor de los vehículos, montarnos en ellos y hasta levantar el capó para observar con detenimiento el detalle del motor. Es un programa hecho por y para los amantes de las altas cilindradas.
Pero más allá de todos estos elementos, existe un aspecto aún más importante: el estilo de conducción que se ha aplicado. En este sentido, Forza Motorsport 5 mantiene las señas de identidad de la serie, haciendo hincapié en un manejo basado en la configuración de ayudas. Si eres un novato, podrás activar la asistencia para frenos y dirección, así como la trazada ideal. Si por el contrario eres un usuario avanzado, tienes la oportunidad de quitar el ABS y pelearte con el volante para mantener el coche en la trazada.
En nuestro caso, con el circuito de Praga como telón de fondo, y un McLaren P1 en nuestras manos, optamos por la vertiente más dura de este simulador, obteniendo una experiencia realmente gratificante. Microsoft había preparado para la ocasión además un volante con "force feedback", dando como resultado una sensación magnífica, haciéndose necesario corregir continuamente la trayectoria a fin de no perder el control.
Lo mejor de todo es que la obra está diseñada tanto para los que no quieren complicarse como para los expertos en la materia. Eso sí, nos gustaría haber competido con otros coches (sólo estaba disponible una contrarreloj). Aún así, Turn 10 ha prometido que el concepto de IA será tan diferente en este título que ya nunca veremos un juego de conducción con los mismos ojos. La razón estriba en que el título aprende cómo conducimos.
Esto abre un sinfín de posibilidades. Por ejemplo: ¿te imaginas que puedes competir con la IA de un amigo? Pues Forza Motorsport 5 nos lo propone, haciendo que nuestras carreras sean más reales que nunca. Además, ya hemos visto que la inteligencia de los rivales por defecto está muy bien ajustada, siendo necesario tomar rebufos, realizar adelantamientos por el exterior y otro tipo de maniobras que antes no cobraban tanta importancia como ahora. Hasta se puede presionar al piloto de delante para ponerlo nervioso.
Otro aspecto en el que ha incidido notablemente el estudio con sede en Redmond son los gráficos. Es de sobra conocido el talento del equipo encabezado por Dan Greenawalt para plasmar la belleza de la automoción en el mundo del videojuego. Ahora con las posibilidades de Xbox One se pretende ir más lejos, aplicando infinidad de detalles a la fórmula original. Esto se traduce en virguerías visuales, como conseguir que el reflejo del salpicadero se proyecte contra el parabrisas (dificultando nuestra visión).
La vista interna es buena representación del trabajo llevado a cabo, poseyendo cada cabina un aura particular. Incluso podríamos intuir cómo es el tacto de los guantes del piloto con sólo apreciar su exquisita texturización. No hay nada dejado al azar, como la suciedad acumulada por los bólidos a cada vuelta que dan a los circuitos. Aspectos como la iluminación y los reflejos sobre la chapa alcanzan adicionalmente un nuevo grado de expresión. Nos hallamos sin duda alguna ante el primer juego de coches en mostrarnos qué puede hacer la next-gen.
Desde luego, no podíamos esperar menos de una desarrolladora como Turn 10, la cual ya sabemos que va a poner un esfuerzo extra en darnos funciones multijugador y online acordes con las posibilidades de la nueva consola de Microsoft. El concepto de comunidad y de generación de contenidos propios será crucial en el lanzamiento, así como el sistema "matchmaking" y los servidores dedicados, que harán lo posible para convertir a la primera experiencia Forza de Xbox One en una de las mejor recordadas. Habrá que seguirle la pista.