Para conocer el presente es necesario saber el pasado. O al menos esto ha debido de pensar Codemasters, que va a darnos la oportunidad no sólo de pilotar con Vettel o Alonso para emular esta temporada 2013, sino también de competir al mando de auténticas leyendas como Mansell o Prost. Te contamos cómo se circula en F1 2013 con un monoplaza de los 80.
Codemasters ha conseguido revitalizar el difícil mundo de los videojuegos basados en la Fórmula 1. Desde su entrada en el circo hace ya cuatro años, los títulos aparecidos sobre la licencia F1 no han hecho más que evolucionar, añadiendo cada vez más y mejores características para poner toda la emoción y realismo de la competición en nuestras consolas.
Todo con el sello de calidad de la casa británica, auténticos expertos en conseguir ese siempre delicado equilibrio entre arcade y simulación. Para este año, no hay pocas novedades que comentar. F1 2013 contendrá los once equipos oficiales, así como los 22 pilotos presentes esta temporada. Hasta ahí nada nuevo. Se incorporan lógicamente todas las novedades relativas a funcionamiento, normativa y carrera. Pero hoy no estamos aquí para hablaros de eso.
Adelantamientos de otra época
La demo de la Gamescom estaba completamente centrada en el modo clásico, dentro del cual competiremos con pilotos de todas las épocas y circuitos, los cuales ya forman parte del recuerdo en el campo de la Fórmula 1. Y lo mejor de todo es que podremos disfrutar de ellos tanto en un Grand Prix, como a pantalla dividida e incluso en el multijugador online.
Algo muy curioso es que podremos hasta crear anacronismos, como pilotar un Team Lotus 78T (del año 1986) en el actual recorrido de Abu Dhabi, o bien manejar al vigente Ferrari F138 en un clásico como es el circuito de Jerez. Un aspecto curioso y divertido, pero que es realmente anecdótico dentro de lo que esta nueva opción de juego nos acerca: la oportunidad de conducir monoplazas que marcaron época y con los que auténticas leyendas hicieron historia.
Michael Schumacher, Nigel Mansell, Damon Hill, Alain Prost, Mika Hakkinen, Emerson Fittipaldi... Todos están aquí, para que los emulemos en un estilo de conducción algo diferente del que estamos acostumbrados. A diferencia de lo que viviremos en la parrilla actual, aquí las mecánicas no estaban tan desarrolladas. Los coches se iban en las curvas, eran más inestables, e importaba mucho más la pericia del piloto. Estos son factores que comprobaremos tras tomar las primeras curvas, obteniendo una sensación única, claramente diferenciada.
Antes de entrar en carrera, sin embargo, pudimos darnos cuenta de un detalle que podría resultar interesante, y es que la interfaz cambia. Se hace más amigable y ordenada, muy basada en menús. Un estilo clásico que concuerda con el espíritu de esta sección del título, que además cuenta con un filtro sepia para hacer más cálidos los colores que se muestran en pantalla. Algo anecdótico, pero con el que al final acabamos jugando mucho.
Durante la configuración de nuestro vehículo no pudimos ver reglajes avanzados (como en el modo perteneciente a la competición de este año), siendo nuestra única posibilidad el escoger entre 7 configuraciones preestablecidas, que iban desde una mayor apuesta por la estabilidad, hasta un mayor énfasis en la velocidad. Simple, pero muy valioso para aquellos usuarios que no quieran complicarse la vida.
Comprobar que el modo clásico estaba presente en modo jugable durante esta Gamescom fue motivo de satisfacción, y más cuando comprobamos que el coche patinaba en las curvas y trompeaba a la mínima (incluso con las ayudas a la tracción activadas). Va a ser un título exigente, más si optamos por desactivar la línea sugerida o por incrementar el nivel de dificultad de nuestros competidores: fácil, medio, difícil, experto y leyenda.
Adicionalmente a todo esto, descubrimos a través del menú principal que tendremos los tradicionales Time Trial (basado en hacer los mejores tiempos) y Time Attack (para obtener medallas de oro, plata y bronce superando a un corredor fantasma). Pero había una opción más, una que recrea condiciones de carrera reales, proponiéndonos objetivos que vemos en las grandes carreras: el Scenario Mode.
Se nos plantean objetivos, como podría ser salir segundos en la parrilla con un Williams del año 80, adelantar a nuestro compañero y mantener la posición hasta el final de la competición. O bien protagonizar una remontada épica con Berger en su Ferrari del 88 saliendo desde el final. Los planteamientos son muy interesantes, con distintos circuitos y condiciones metereológicas. Sin duda, un auténtico guiño a los apasionados de esta competición, que tendrán aún más opciones de disfrute que en pasadas entregas.
Con todo lo dicho, y tras habernos montado en monoplazas clásicos, sólo podemos decir que los chicos de Codemasters han acertado completamente. A espera de conocer cuáles son las posibilidades reales del resto del juego, y si la evolución en el sistema de conducción es el correcto, este detalle con los aficionados a la Fórmula 1 hará de F1 2013 aún un videojuego más interesante. El próximo 4 de octubre Alonso, Vettel y compañía podrán verse las caras con Mansell o Fittipaldi. ¿Quién lo habría dicho?