A partir del próximo 15 de abril los enemigos de Sam Fisher deberán de tener miedo de cada rincón oscuro que se encuentren, ya que el agente especial podrá estar allí, en las sombras, intentando encontrar a su hija en una aventura donde nuestro espía muestra su lado más humano y también salvaje. Una pantera que busca respuestas en solitario y un auténtico veterano de la infiltración con gran poder de convicción.
"Lo que tenéis que entender es esto: el Sam Fisher que conocíais ha muerto". Con estas palabras da comienzo Splinter Cell Conviction, el cual, tras unas horas de juego, ya ha despejado todas nuestras dudas acerca de su inmensa calidad. Después de acercaros todos los detalles sobre su campaña cooperativa, nos sumergimos en su campaña individual para aseguraros que lo último de Ubisoft Montreal va camino de convertirse en uno de los mejores Splinter Cell jamás creados.
Sam Fisher ha vuelto, pero la verdad es que nadie podría reconocerle. Está tremendamente herido, y no físicamente, sino emocionalmente, por la muerte de su hija. El pasado hace una llamada perdida a nuestro agente, y él acude para rastrearla, intentando encontrar cualquier indicio que esclarezca las circunstancias sobre la pérdida de su niña. Una búsqueda que le llevará a desconfiar hasta de Third Echelon -la agencia secreta para la que trabajaba- dentro de una aventura salvaje y emocional en solitario.
Así da comienzo Splinter Cell Conviction, que nos pone sobre las calles de Valletta (Malta) para no perder ni un solo minuto de acción. Nuestra aventura por hallar respuestas ha comenzado, y con ella una experiencia de juego única y desafiante plagada de giros en una trama realmente elaborada. Ubisoft Montreal marca, prepara y ejecuta una de sus mejores maniobras hasta la fecha gracias a una perfecta combinación entre sigilo y acción, a una dinámica de juego que nos hace pensar cada movimiento y que nos obliga a buscar siempre la oscuridad para acechar -cual pantera- a nuestros enemigos por la espalda. Sam ha envejecido, se le notan las canas, pero ello no implica que haya perdido su instinto. De hecho, lo ha mejorado.
El arte de la infiltración
Una de las grandes virtudes de la serie de espías de Ubisoft es que siempre ha conseguido trasladarnos al fascinante mundo de las redes de espionaje, poniéndonos en el lugar de un agente especial. No obstante, en esta ocasión la desarrolladora alcanza un nuevo nivel, estableciendo un exquisito y diríamos que casi perfecto equilibrio entre acción y sigilo, algo que al final lo que provoca es maximizar la libertad del usuario para ayudarle a proponer su propia visión sobre el arte de la infiltración.
En Splinter Cell Conviction no tendrás una única manera de acabar con un enemigo o de alcanzar esa localización fuertemente vigilada. De hecho, podrás superar algunos niveles sin disparar una sola bala, noqueando a tus rivales y escondiéndote entre las sombras para no ser detectado. De la misma manera, y si eres impaciente, no se te castigará tan abusivamente como en anteriores entregas. En su lugar, se te permitirán ciertos deslices y exposiciones abiertas ante los rivales, siempre y cuando vuelvas posteriormente al estado inicial de cautiverio.
Preparar, ejecutar y desaparecer, esa es la filosofía de un videojuego en el que para triunfar es necesario estudiar la situación para actuar lógicamente. Aquí no sirve aquello de "dispara y luego pregunta", ya que si disparas sin pensar probablemente ya no estarás vivo para volver a hacerlo. Será necesario mirar por debajo de las puertas antes de acceder a una nueva habitación o conseguir directamente que se haga la oscuridad, el entorno natural de nuestro amigo Sam.
La oscuridad, tu mejor aliado
"La oscuridad tiene sus virtudes", decía Sam a su pequeña en uno de los muchos flashbacks que veremos a lo largo de la aventura; y razón no le falta. Una gran ventaja de la oscuridad es que nosotros podemos ver a los que están en la luz, mientras que los que están en la luz no podrán vernos a nosotros. Como jugadores, deberemos de jugar con este concepto continuamente, apagando interruptores, destruyendo focos de luz (lámparas, fluorescentes, bombillas...) o directamente accionando una carga de pulsos electromagnéticos.
Ahora bien... ¿cómo saber cuándo estamos a salvo? Muy sencillo, apreciando si la pantalla está en color o con una tonalidad grisacea. Si vemos todo en color es que estamos expuestos a ojos ajenos. Si empezamos a ver en blanco y negro, es que nos encontramos en nuestro hábitat natural, en las sombras, lugar favorito de un Sam Fisher que suma importantes habilidades con las que sorprender a sus adversarios.
Y es que las transiciones del color al blanco y negro no suponen las únicas genialidades en términos de diseño y mecánicas de juego que Ubisoft Montreal ha puesto en práctica para esta obra. También contamos con la técnica de "marcar y ejecutar", que nos va a permitir -una vez hayamos recargado la habilidad mediante un ataque físico- marcar a uno, dos, tres o hasta cuatro enemigos (mediante el botón RB) para después ejecutarlos a todos de manera fulminante y automática una vez hayamos pulsado el botón Y.
Decálogo del buen espía
Las tácticas a poner en práctica mediante estas simples premisas jugables (introducidas a través de muy digestivos tutoriales a lo largo del juego) son inmensas. Podremos atacar a un rival por la espalda para posteriormente marcar a dos de sus amigos y a un barril explosivo, además de a una lámpara que una vez se desplome acabará con tres rivales adicionales. En total, podremos tumbar a todos los enemigos de una instancia entera en apenas unos segundos, y esto no ha hecho más que comenzar...
Sam puede agacharse, deslizarse por el suelo, esconderse detrás de muros y asomarse a través de paredes, además de subir hasta ventanas, meterse a través de ellas y, acto seguido colgarse de tuberías que le llevarán a través del techo de una habitación. Todo, por supuesto, sin ser detectado en el proceso, porque de eso se trata, de convertirnos en una pantera sigilosa pero a la vez poderosa por si ocurre el frecuente caso de que nos detecten.
Una vez se percaten de nuestra presencia, tendremos varias maneras de actuar. Una consiste en salir corriendo para volver a escondernos, dejando tras nuestro movimiento la "última posición conocida", otra dinámica de juego consistente en una silueta que nos indica cuál fue el último lugar en que Sam fue detectado. La otra tiene que ver con la oportunidad que se nos ofrece para apuntar y disparar a las hostilidades en cualquier momento de la acción. Apunta y dispara para, dependiendo de la buena puntería que tengas, acabar con la alarma generada o crear una todavía superior. Todo depende pues de la situación y de la confianza que tengas en ti mismo y tus posibilidades.
Un arsenal de posibilidades
La campaña individual de Splinter Cell Conviction promete en torno a 8 horas de duración, las cuales dependen del nivel (novato, normal o realista) en el que te apetezca superarlas. Y damos fe de que el modo realista es realmente desafiante, aunque contamos siempre con el poder de modificar el grado de dificultad en cualquier momento de la partida. La única desventaja es que si optamos por cambiarla se nos devolverá al último punto de guardado.
Sin embargo, esto no es necesariamente un problema, sobre todo si consideramos que los puntos de guardado son frecuentes y están estratégicamente situados. De hecho, muchos de ellos cuentan con una reserva de armas para modificar o mejorar nuestro arsenal. Podremos llevar sólo dos armas a la vez (normalmente una silenciadora y un fusil de mayor calibre), entre las que se encuentran pistolas como la MK23, subfusiles al estilo del Skorpion o ametralladoras ALS-74U. Y eso sin contar fusiles de asalto o escopetas, también disponibles.
Todas y cada una de las armas citadas se pueden mejorar en potencia, distancia de disparo y precisión. Lo único es que requeriremos de una determinada cantidad de puntos para ejecutar las actualizaciones, los cuales nos serán dados cuando cumplamos algunos de los retos que se nos propongan. De esta forma, matar a enemigos desde la altura, realizar disparos a la cabeza de manera sigilosa, neutralizar a un rival desde las sombras o finalizar un nivel sin disparar una sola bala, suponen desafíos que nos premian con puntos para que sigamos nuestra aventura de infiltración con mayores garantías.
Poder de convicción
Otra de las grandes claves de Splinter Cell Conviction tiene que ver, como ya hemos adelantado en sucesivas coberturas, con las pistas visuales que se nos irán presentando dentro de cada nivel. Cada nuevo objetivo se proyecta sobre el escenario ya sea en forma de letrero o de secuencia, que nos ayudará tanto a entender la trama como qué es lo siguiente que tenemos que hacer. Una solución inteligente, elegante e innovadora que nos auxilia, pero que no interfiere para nada en la dificultad del producto.
Y es que viendo la obra en su conjunto uno se da cuenta de que Ubisoft Montreal ha intentado cuidar el detalle al máximo. La última entrega de Splinter Cell muestra un apartado artístico sensacional, unos gráficos a la altura de las expectativas y unos atributos sonoros que favorecen la inmersión. Se pueden intuir incluso reminiscencias con la banda sonora de la serie Assassin's Creed, algo consecuencia del intercambio de ideas del que ya nos habló Andreane Meunier (Product Manager de Ubisoft Montreal).
Con esto y el excelente trabajo que parece estar realizando el equipo de localización de Splinter Cell Conviction (el doblaje estará íntegramente en castellano) sólo nos queda esperar hasta el próximo 15 de abril, momento en que aparezca un título para Xbox 360 y PC cuyos numerosos retrasos y cambios de planteamiento parecen que han merecido, y mucho, la pena. Os esperamos en las sombras.